martes, 29 de marzo de 2016

MIS CHARLAS EN ALPHA (2): EL CRISTIANISMO ¿FALSO, ABURRIDO E IRRELEVANTE?

Buenas noches y bienvenidos a Alpha. 

Ante todo, quiero agradeceros, en nombre de todo este extraordinario y voluntario equipo de La Madona, vuestra asistencia esta noche. Estamos a vuestro servicio para lo que necesitéis.

Muchos de vosotros os estaréis preguntando ¿Qué hago aquí un jueves por la noche? ¿Quién me manda venir aquí? ¿Qué es esto de Alpha? y sobre todo, ¿Qué hay detrás de todo esto?

Bueno, alguno de los “cabritos que os han empujado a esta piscina” os habrán comentado que en Alpha hablamos sobre Dios y sobre si la vida tiene algún propósito. Alpha es un evento que organizamos laicos para laicos. Y aunque estamos en una sala de una parroquia, aquí no hay curas.

Os miro y me pongo en vuestro lugar: qué me va a contar éste… pero mi intención no es soltaros un rollo sobre lo que tenéis que hacer o cómo debéis ser, tampoco daros normas y mandamientos, ni de lo pecadores que sois por no ir a misa, porque eso es aburrido y cabrea. Os pido que me escuchéis y luego… no estáis satisfechos, os devuelvo el dinero.

Podríamos hablar de política o de fútbol, pero no. Hoy vamos a charlar y a debatir sobre si el CRISTIANISMO es mentira, si es un coñazo o si tiene o no incidencia en nuestras vidas. Si me pongo serio o en "modo cura", me lo decís ¿ok?

En realidad, el cristianismo no trata tanto de una FILOSOFÍA ni de una MORAL, trata de una PERSONA; más que de NORMAS, nos habla de RELACIONES. Lo que os voy a contar no es más que parte de mi experiencia, que he recibido como un regalo, como una certeza que no me pertenece, y que debo y quiero compartir con todos vosotros. Tomad lo que queráis de ella.

El otro día, escuchando una gran canción de mi grupo favorito de música, Depeche Mode, que se titula I just can´t get enough (no tengo suficiente), comentaba con Mariajo que es cierto que nunca estamos satisfechos con lo que tenemos y siempre queremos más; y es esa insatisfacción, muchas veces la que nos ciega para no apreciar lo que tenemos, porque estamos más pendientes de lo que nos falta.

Hay una frasecita que yo antes decía y ahora que me saca de mis casillas: ¡Es que no me da la vida!   

¿Cómo que no te da la vida? ¿Por qué? Porque nos llenamos de cosas, de actividades, de planes pensando que así debe ser la vida… y al final ¿para qué? ¿Soy más feliz? ¿Eso es vida?

Yo me he pasado media vida buscando la respuesta y el propósito de mi vida. He ido dándome respuestas parciales a mí mismo, encogiéndome de hombros, tapándome los oídos o pasando de todo… 

Sin embargo, es cuando en la vida, algo te impacta (una muerte, una enfermedad, una ruina económica) cuando empiezas a plantarte… y ¿por qué? ¿para qué? ¿Para qué estoy en esta vida? ¿Es este el sentido de mi vida? ¿Malvivir unos cuantos años y luego palmarla? 

Y hablando de preguntas, el logo de Alpha es, precisamente, un interrogante porque no damos respuestas ni sermones. 

Lo que pretendemos es saber si tú te cuestionas lo mismo, o si ¿te preguntas el sentido de todo? 

El título de la charla de hoy es EL CRISTIANISMO ¿FALSO, ABURRIDO E IRRELEVANTE?

Y en el siglo XXI, ¿Quién puede tener interés en la fe o en la Iglesia? ¿Para qué, si es un rollo? Y además, a mí ¿en qué me afecta? 

Hace poco, vi una película de ciencia ficción cuyo título es “Tomorrow Land”. 

Un padre le dice a su hija que la vida es la lucha entre dos lobos hambrientos: uno, es oscuridad y desesperación; otro, es luz y esperanza. Y la hija le pregunta: Papa y ¿quién ganará? Él le contesta: A quien alimentes, porque se hará más fuerte y vencerá al más débil.

Dicen los que me conocen que soy un provocador. Es posible! Yo he pasado de provocar a las chicas para provocar a los curas y ahora intento provocar a otros. 

Hablaros de Dios hoy no me da ninguna vergüenza, hablaros de mi experiencia de fe no es algo íntimo y personal, tampoco es algo que me haga más débil o más friki. Yo creo que soy un tipo normal ¿no?

Lo que sí os digo es que para ser cristiano hay que ser un valiente y un provocador. Pero, cuidado, ser cristiano es muy peligroso, porque si descubres lo que hay detrás de verdad, te “engancha”. 

Yo os propongo que, como yo, os preguntéis: ¿Existe Dios de verdad? Y si existe ¿qué? ¿Interviene en mi vida y me ayuda?¿Merece la pena la religión? ¿Qué me aporta?

Marx decía que “las religiones son el opio del pueblo”; Nietzche, que “Dios está muerto” y Freud decía que “Dios es una proyección de la fragilidad humana que busca la figura de un padre protector”. Yo estaba de acuerdo con las tres. Y mucha gente supongo que también afirma alguna de ellas.

Para otros, las religiones son la respuesta a esa búsqueda del sentido último de nuestra vida. Nos hallamos pues ante muchas opciones y posibilidades.

La realidad religiosa es que, según algunos estudios, la población mundial está compuesta de:

· 2.200 millones de cristianos (la mitad, católicos) (32%)

· 1.600 millones de musulmanes (23%)

· 1.000 millones de hindúes (15%)

· 500 millones de budistas (7%) 

· 600 millones de personas (8%) practican diversas religiones incluyendo el jainismo, el sijismo, el sintoísmo, el taoísmo, etc.

Al mismo tiempo, una de cada seis personas en todo el mundo (1.100 millones, es decir el 16%) no se identifican con ninguna religión, aunque sí tienen algunas creencias religiosas o espirituales (Dios, espíritu, energía, etc.).

Lo que empezó Jesús con un grupo de amigos, a quien llamó discípulos, en un sitio perdido del extremo Oriente, hoy es un fenómeno global, o no es cierto que, en nuestro occidental establecemos nuestros calendarios en base a la figura de Jesucristo (a. C. / d. C.). Por lo menos, este judío ha dejado su nombre en un lugar importante de la historia ¿no? 

Evolución del cristianismo



Pero con independencia de lo que suponga para otros el cristianismo, yo os pregunto… para vosotros… ¿Es relevante? ¿Creéis que es falso? ¿Pensáis que es aburrido?

En esta España tradicionalmente cristiana, muchos piensan que el cristianismo es todo eso. Yo, al menos lo he pensado.

Hoy, sé que estaba dando de comer al lobo equivocado, porque por ignorancia, mi conocimiento de Jesús se limitaba a lo “razonable”, a lo “intelectual”, a lo “ideológico”, a lo “moral” y eso me llevaba a la oscuridad y a la desesperación. 

Pero ¿qué crees tú que es el cristianismo? ¿Es creer en Cristo? ¿Es un conjunto de ideas morales o religiosas? ¿Es hacer el bien? Es todo eso, pero yo he descubierto algo más: NO SE TRATA DE UNA IDEA sino de UNA RELACIÓN PERSONAL. 

Para conocer a Jesús, es preciso saber cómo se manifiesta, qué dice, qué hace: Si no le llegas a conocer personalmente, es imposible comprenderle. Para mí, se trata de bajarle de la cabeza al corazón, lo mismo que en el amor o en la amistad. El cristianismo es eso. 

Una vez que comprendes cómo es una persona y lo que te ofrece, puedes decidir si es lo que dice ser, si esa amistad o ese amor cumplen las expectativas. 

El propio Jesucristo, provocador y radical por antonomasia, resumió el cristianismo en una frase que aparece en el evangelio de Juan 14, 6: "Yo soy el camino, la verdad y la vida".

¿Qué quiere decir con todo eso? ¿Está loco? ¿Es un iluminado? 

YO SOY EL CAMINO 

Cuando Jesús dice YO SOY EL CAMINO se refiere a que él da dirección a un mundo perdido y da sentido a nuestras vidas. 

Asegura que es el único medio capaz de conducir al hombre a su plenitud, que Él es el único de satisfacer el hambre del corazón humano.

Muchos (y antes, yo también) pensamos ir por el buen camino es vivir razonablemente bien, con una vida más o menos organizada: trabajo, dinero, casa, coche, mujer o marido, familia, amigos y estatus social aceptable. Todo parece ir bien "por fuera". ¿Para qué preocuparse por nada más?

Pero estaréis conmigo en que algo falta. Hay siempre un vacío que no nos llena. Al menos a mí, aunque no era muy consciente de ello, algo me ronroneaba. Y empecé a provocarme a mí mismo.

¿Cómo? Insólito!!! Gracias a mi mujer y a un cura que es un crack, me fui acercando poco a poco a la fe, a la Iglesia, a Dios 

¿Cuándo? Cuando murió mi bendita suegra, empecé a acompañar a Mariajo (mi mujer) a misa, porque creía que era mi deber para con ella y para con mi suegra, por lo justa, cristiana y buena persona que fue toda su vida, por ejercer de madre conmigo, y porque justo antes de morir de cáncer y en la cama del Ramón y Cajal, me dijo al oído: Cuídala!

¿Por qué? No sabría deciros pero, mira por dónde... (Hasta incluso hoy me sorprendo) yo creo que en su último aliento me habló Dios mismo. Vale, ahora me estoy poniendo un poco friki, ¿verdad?

Mi certeza es que Dios, poco a poco, sin presión, sin agobiarme puso en mi camino a personas que cambiaron mi forma de ver a la Iglesia. Y una vez, en ella, conocí a Jesús.

No me importa gritároslo si hace falta: Yo quiero y sigo a Jesús, le tengo a mi lado y ha llenado mi corazón, estoy tan lleno… a pesar de que a los ojos del mundo soy poca cosa. Pero me da igual, de este mundo nada me voy a llevar cuando muera.

Sé que para ir al destino elegido hay que ir por la carretera correcta. Si no, o te pierdes o te equivocas.

Cuando Jesús dice YO SOY EL CAMINO es por que cuando uno se encuentra con Él uno siente un impulso desde su amor hacer un camino nuevo.

YO SOY LA VERDAD 

Cuando Jesús dice YO SOY LA VERDAD se refiere a que es una realidad en un mundo confundido. NO es una “idea”.

Vale, tal vez puedas decirme: "no importa lo que creas con tal de que seas sincero". Bueno, también uno puede estar sinceramente confundido: Pablo Iglesias es muy sincero en sus convicciones pero eso no quiere decir que vaya a solucionarnos la vida. Yo puedo estar firmemente convencido de que por la A4 llegaré a Barcelona, pero eso no significa que vaya a llegar.


O decirme: "El cristianismo será bueno para ti, pero no para mi". Es como decir que la gravedad me afecta a mí pero no a ti. Yo te digo que de la misma forma que si te tiras de un 5º piso, te afecta, Cristo también te afecta a ti.

O puedes creer en que Jesús es verdad pero no tienes ni idea de cómo es. 

Y es que si Cristo no es verdad, no pasa nada, sigue tu vida, no problem! Pero: ¿y si es verdad...? entonces pasa mucho: porque lo que Él promete y dice, permite alcanzar la plenitud interior y exterior. 

Te reto a que te cuestiones lo mismo que yo me cuestioné ¿qué pierdo por intentar descubrirlo? 

El concepto de la verdad puede definirse como conocimiento intelectual sobre algo o alguien, pero además es conocimiento personal sobre algo o alguien: yo sé, que comer adecuadamente es bueno para la salud, pero si no como, si no lo experimento personalmente, ¿cómo sé que es bueno?, ¿sólo porque lo digan otros?

Cuando Jesús dice YO SOY LA VERDAD, la palabra hebrea que se traduce como “verdad” se refiere a una “realidad experimentada”. 

Dejadme que comparta con vosotros una historia:

Yo aparte de cabezón y provocador, siempre he sido un “loco” del fútbol, ahora menos. Mi equipo es el Real Madrid, aunque les pese a muchos de aquí, y mi ídolo, Carlos Santillana, quien representaba un ejemplo para mí. El Marca y Estudio Estadio me mostraron su historia, sus goles, su palmarés, sus ganas de luchar hasta el final. Yo tenía conocimiento intelectual de Santillana, jugador.

Con el paso de los años, llegué a conocer personalmente a Carlos, sí a Santillana. Somos íntimos amigos; conoce a toda mi familia y yo a la suya, voy a su casa y él a la mía, compartimos vivencias, tomamos el aperitivo, salimos a comer o a cenar juntos, vamos al Bernabéu juntos, veraneamos juntos desde hace años e incluso jugamos juntos al fútbol (él mejor que yo, claro). Es decir, tengo conocimiento, experiencia personal de Carlos, persona.

Lo mismo ocurre con Jesús: la Biblia nos habla de Él, de su vida, de su carácter, de su forma de hablar y de enseñar, de sus milagros, etc. Nos aporta conocimiento intelectual sobre Cristo. 

Cuando le conoces, hablas con Él…joer…él va y habla contigo…es la leche!!!! Cuando estás con Él, amplias todo lo que dice la Biblia sobre Él, porque vuestra relación te aporta conocimiento personal de Jesús.

Cuando Jesús dice YO SOY LA VERDAD, nos dice que es real, que está aquí y que espera conocernos personalmente.

YO SOY LA VIDA 

Cuando Jesús dice YO SOY LA VIDA se refiere a que nos invita a salir de un mundo de tinieblas y de muerte, y nos promete dar sentido a nuestra vida.


¿Es posible estar vivo pero no vivir realmente? Pasamos más de 20 años de nuestra vida durmiendo, 10 años viendo la tele, 8 años comiendo, 6 años viajando, 2 años haciendo colas o llevando a nuestros hijos al cole o a actividades deportivas, y un año en atascos. ¿Es esto vida? ¿Este tipo de vida tiene algún sentido? 

Jesús vino al mundo a morir para liberarnos de las cosas que destruyen la vida, de todo lo malo de la vida. Murió en nuestro lugar, por amor a todos los seres humanos, creamos en Él o no. Así de grande es su amor. ¿Quién puede rechazar ese amor tan grande? ¿Quién no se enamora de una persona así?

A mí nunca me ha gustado pensar sobre la muerte. Y menos sobre la mía, pasaba de pensar en ella. Pero lo cierto es que todos vamos a morir. 

Cuando Jesús dice YO SOY LA VIDA se refiere a que, con su resurrección venció a la muerte y nos promete vida eterna que comienza aquí, sobrevive a la muerte y sigue para siempre. 

CONCLUSION

¿Por qué es tan importante esto? ¿Quieres hacer algo importante en tu vida? ¿influir en un mundo, que urgentemente necesita ser transformado?

Conocer a Jesús, ser cristiano:

· Implica un compromiso, renunciar a uno mismo, estar dispuesto a darlo todo, para ganarlo todo, según Su promesa. 

· No es nada aburrido; si fueran normas sería un coñazo, pero no es eso: es tener al mejor amigo con quien vivir la vida al máximo. 

· No es falso; es tan verdad y tan real como la vida. Tú rétale, provócale y verás….

· No es irrelevante; es que transforma tu vida y te cambia completamente.

Ya lo decía Chiquito de la Calzada: Venga, atrévete, cobardeeeeeee

viernes, 25 de marzo de 2016

¿CÓMO ASIMILAR E INTEGRAR A LOS NUEVOS MIEMBROS EN LA COMUNIDAD?



Puede que nuestra parroquia tenga una gran multitud de asistentes a misa cada domingo y, sin embargo no tener una auténtica comunidad cristiana. 

Las personas que acuden a una iglesia deben ser asimiladas e integradas por y en la comunidad, es decir, debemos sacarlas del concepto de vernos como “vuestra iglesia” para que la vean como “su iglesia”, y luego sean miembros activos de “nuestra iglesia”.

La sociedad habla de “esa iglesia”, la gente de “esta iglesia” pero una comunidad cristiana habla de “mi iglesia”, de “nuestra iglesia”. Los miembros de hecho y de derecho de una parroquia tienen un gran sentido de propiedad. Contribuyen, no sólo consumen.

No obstante, debemos tener en cuenta que luchamos contra el individualismo al que nos aboca nuestro entorno. Es común encontrar cristianos "llaneros solitarios", quienes guardan y esconden su fe en la intimidad, cristianos “francotiradores”, que hacen la guerra por su cuenta y en soledad o cristianos "creyentes flotantes", es decir, cristianos que saltan de una iglesia a otra sin ninguna identidad ni compromiso. A ninguno se les ha enseñado que la vida cristiana implica algo más que creer, también incluye pertenecer. Crecemos en Cristo en relación, unidad y comunidad con otros cristianos.

Cuando se incorporan nuevos miembros  a nuestra parroquia, la plena integración en éstos no se produce de manera espontánea o automáticamente. Es preciso desarrollar un sistema y una estructura para asimilar, acoger, integrar y mantener a las personas que recibimos.

Antes de que las personas se comprometan a unirse a nuestra comunidad parroquial, es necesario dar respuesta a cinco preguntas básicas con cinco cuestiones implícitas:

¿Pertenezco a aquí?

ACEPTACIÓN. Podemos responder a esta pregunta mediante el establecimiento de grupos de afinidad dentro de la iglesia para que las personas con edades, intereses y problemas similares puedan encontrarse y relacionarse entre sí. 

Todo el mundo necesita su propio hogar, un espacio íntimo donde sentirse cómodo; es ahí donde los grupos pequeños juegan un papel crucial para satisfacer esta necesidad.

Debemos mostrarles que tenemos un lugar para ellos.

¿Alguien quiere conocerme?

AMISTAD. Podemos responder a esta pregunta mediante la creación de oportunidades para que las personas recién llegadas desarrollen relaciones dentro de nuestra comunidad. Pero se necesita una planificación. 

Recordemos, las personas no buscan tanto una iglesia amigable y acogedora como encontrar amigos.

Debemos darles una atención individual.

¿Soy necesario?

VALOR. Las personas ansían contribuir con sus propias vidas. Quieren que sus vidas cuenten, quieren sentir que son importantes y necesarios. Cuando les mostremos que sus dones y talentos son necesarios, querrán involucrarse. 

Posicionemos a nuestra parroquia como un lugar creativo que necesita la expresión de todo tipo de talentos y habilidades, no sólo de cantantes para el coro, lectores o personal de limpieza.

Debemos decirles que les necesitamos.

¿Qué saco al unirme?

BENEFICIO. Debemos ser capaces de explicar de forma clara y concisa las razones y los beneficios de formar parte de nuestra comunidad parroquial.

Debemos explicar las razones bíblicas, prácticas y personales para su adhesión.

¿Qué se requiere de los miembros?

EXPECTATIVAS. Debemos ser capaces de explicar las responsabilidades de los miembros de la parroquia tan claramente como indicamos los beneficios. La gente tiene derecho a saber qué se espera de ellos antes de que se integren.

Es necesario elaborar una manera concreta de abordar estas cuestiones tácitas y compartir nuestra visión con ellos. 

El tipo de afiliación, la forma de acogida, perseverancia y formación que una comunidad ofrece a sus nuevos miembros son de los asuntos más importantes en una parroquia.

Una comunidad con una fuerte acogida, una clara afiliación y una eficiente perseverancia construirá una parroquia fuerte.

Una con una débil acogida, confusa afiliación e ineficiente perseverancia construirá una parroquia débil.

Pero "fuerte" no significa necesariamente "pesada” ni “larga”. Significa enseñar con claridad lo que se espera de todos nuestros miembros y así provocar un alto nivel de compromiso. Los que optan por unirse a nuestra iglesia deben saber exactamente lo que se espera de ellos como miembros. 

La fuerza de un tipo de comunidad se determina por el contenido de su formación y por una llamada al compromiso, no por la duración de ambos.

Algunas iglesias tienen cursos de formación para sus miembros, pero ofrecen el material incorrecto. Llenan las reuniones con material de crecimiento espiritual o de doctrina básica. Estos temas, siendo de vital importancia, son más apropiados para las catequesis u otras formaciones más concretas (1ª comunión, confirmación, discipulado, etc.). 

El contenido de nuestras formaciones y perseverancias (afiliación) debe responder a las siguientes preguntas:
¿Qué es una iglesia?

 ¿Cuáles son los propósitos de la parroquia?

 ¿Cuáles son los beneficios de ser miembro?

 ¿Cuáles son los requisitos para ser miembro?

¿Cuáles son las responsabilidades de los miembros?

¿Cuál es la visión y la estrategia de esta parroquia?

¿Cómo está organizada la parroquia?

¿Cómo puedo participar en el servicio a la iglesia?

 ¿Qué hago ahora que soy miembro?

Algunas respuestas a estas preguntas y consejos para la afiliación a una comunidad:
  • Incluir una explicación clara sobre la fe cristiana, ya que pudiera haber personas que quieran unirse pero que aún no crean. Siempre debemos explicar que confiar en Cristo es el primer requisito para ser miembro.
  • Hacer nuestras reuniones interesantes e interactivas: uso de vídeos o presentaciones, un cuaderno-formulario para rellenar, la formación de grupos pequeños, y una buena comida juntos. 
  • Incluir documentación para explicar la historia, los valores, visión y dirección de nuestra parroquia
  • Ofrecer tres versiones de formación: versión infantil para niños de primaria, una versión juvenil para chicos de secundaria y universitaria, y una versión senior para adultos.
  • Aclarar que completar todas las formaciones y/o reuniones son un requisito para ser miembro. Las personas que no están interesados ​​o no quieren aprender los propósitos y estrategias de nuestra iglesia y el sentido de pertenencia, no demuestran comprender el tipo de compromiso que implica ser miembro de nuestra comunidad. Si ni siquiera se preocupan lo suficiente como para entender las responsabilidades de ser miembro, no se puede esperar que cumplan una vez lo sean.
  • La afiliación es un acto de compromiso y de motivación para que se involucren y se comprometan, donde mostramos la relación calidad-valor de los beneficios que obtendrán a cambio. Cuando las personas entienden y dan valor a la pertenencia, se entusiasman y se involucran - y lo que antes era sólo una multitud se convertirá en una comunidad cristiana.


jueves, 24 de marzo de 2016

"RESUCITADO": JESÚS, DESDE LOS OJOS DE UN NO CREYENTE




El mayor problema de muchas películas de temática religiosa es que no tratan de captar el del público no creyente, sino que adoptan una cierta visión hermética, cerrada y adoctrinadora sobre la fe, desde un único punto de vista.

"Resucitado" ("Risen"’) a priori, parece otro ejemplo de una película de tinte religioso sin más: sin embargo, aporta un única y original peculiaridad: el protagonista no es Jesucristo, sino un romano ficticio utilizado para contarnos la historia de la resurrección del hijo de Dios desde otro punto de vista. 



La historia se desarrolla desde los ojos de Clauvio, un tribuno romano a las órdenes de Poncio Pilato, quien recibe la orden de localizar el cuerpo de Jesús cuando desaparece. Clauvio, un hombre de ley y orden, un policía a las órdenes del gobierno, debe investigar la pérdida del cadáver del gran líder de la última secta local de turno, que se ganó la pena de muerte en un juicio con tintes políticos. 

Para encontrar su cuerpo investigará la mala praxis e incluso las traiciones internas de su propio organismo en favor de los feligreses del neoculto, hasta llegar a producir en el agente una crisis existencialista que le hará dudar de los dogmas que hasta ahora regían su vida. 


La película con un tono detectivesco hace más llevadero su visionado al público general y aunque transita por senderos conocidos, lo hace imprimiendo un cierto suspense aunque todos sepamos el desenlace. Con el protagonista principal (que en este caso no es Jesús), se minimiza la carga adoctrinadora y todo el público no creyente tiene algo a lo que agarrarse para hacer este viaje. 

Es precisamente durante esa investigación cuando todo resulta más interesante, tanto por la propia conversión de Clauvio como por la secuencia de hechos que le llevan a dar con Jesús y sus seguidores. Ahí es donde se diferencia de otras propuestas.


En mi opinión, "Resucitado" flojea cuando entra en escena Jesús, que se aparta de la imagen distante a la par que majestuosa del hijo de Dios, al optar por un acercamiento más creíble para quien no cree, en lo histórico. 

La cinta no subraya (incluso, parece obviar conscientemente) la naturaleza divina del Mesías ni capta ese carisma abrumador que debió tener para sobresalir en una época en la que los salvadores de Israel salían de debajo de las piedras. Más bien, presenta a un Jesús amigo y compañero, más humano que divino.

El film parte desde el punto de vista de la superioridad romana y nos deja clara la personalidad cuadriculada del tribuno, de que las cosas sólo pueden hacerse a la forma de Roma. 

Posteriormente, queda tremendamente sorprendido ante su descubrimiento e incapaz de asimilar lo que acaba de ver: "He visto dos cosas irreconciliables: un hombre muerto y más tarde, al mismo hombre, vivo".

Me chirría un poco que se muestre a algunos discípulos de Jesús demasiado afectados, sugestionados e incluso algo "frikis", pero tampoco llega a ser algo demasiado relevante, teniendo en cuenta su época y su procedencia. 

Tampoco entiendo la escasa importancia de la Madre de Jesús, que aparece fugazmente en el Calvario, llorando y gritando y siendo mandada callar por el tribuno.

Tampoco logro comprender la actitud final y la indefinición moral de Clauvio que, pese a su conversión, no parece sentir el éxtasis propio de quien ha visto a Dios (y sus milagros) con sus propios ojos. Será porque el camino y la búsqueda de Cristo dura toda la vida.

Desde mi punto de vista cristiano y como creyente, algunas escenas me han llamado especialmente la atención, me han interpelado y emocionado de forma personal y me llevan a una reflexión profunda de mi propia vida:

Una de ellas es cuando Jesús le formula a Pedro las tres preguntas, con gran sentido y significado, que le reconcilian y le perdonan, después de haberle negado tres veces: "Pedro ¿me amas?".

Otra, cuando Clauvio interroga a María Magdalena: ¿Dónde están los otros discípulos? Dímelo y te dejaré libre" y ella contesta: "ya soy libre", parafraseando a Jesús: "la Verdad os hará libres".

Otra es cuando, tras el mandato de Jesús de la "gran comisión" (Mateo 28, 19-20; Marcos 16,15), los discípulos al predicar, formulan otra gran pregunta: "y tú cómo vives, con la espada o con el amor?" .

Otro momento es la escena en la que Clauvio se acerca por la noche a Jesús, mientras todos duermen y éste le pregunta: "... y tú, Clauvio en qué crees? y él le contesta: "no lo sé" y Cristo le dice: "tú que me has visto y dudas...imagina a aquellos que nunca han visto..."

Además, alguna frase suelta: "abre tu corazón", "estaré siempre con vosotros"

En definitiva, "Resucitado" ofrece un inusitado giro a la manera de contar una historia que todos conocemos, lo cual resulta clave para captar nuestro interés, ya sea desde un punto de vista creyente o no creyente.

Aconsejo ir a verla pero no a formarse altas expectativas cinematográficas, del estilo "La pasión de Cristo" de Mel Gibson. Esta película no es una secuela.




martes, 22 de marzo de 2016

MIS CHARLAS EN ALPHA: ¿CÓMO PUEDO RESISTIR AL MAL?




A todos, desde pequeños, nos enseñan lo que está bien y lo que está mal pero… ¿Qué es el mal?

Definición y proceso

El mal en sí mismo no tiene una definición directa sino que lo explicamos en contraposición con el “bien”. El mal es una condición negativa que indica ausencia de bondad, moral, caridad o amor. Es decir, que el mal es lo opuesto al bien, el mal no existe sin el bien.

Explicar el mal es mucho más fácil que explicar el bien, porque lo vivimos muy de cerca todos los días. 

El mal nos rodea continuamente, pero no hace falta que pensemos en el mal extremo: asesinatos, terrorismo, violencia o el hambre en el mundo. 

El mal está acechándonos día a día, cerca de nosotros, en nuestro entorno, en nuestra propia familia: cuando gritamos a nuestros hijos o a nuestra mujer, cuando envidiamos, cuando enjuiciamos o criticamos a otros, cuando mentimos, cuando hacemos daño…

Se puede afirmar que el conocimiento del Mal, lleva al Bien, lleva a Dios, del mismo modo, que un conocimiento deformado del Bien aleja de Dios. 

La Biblia explica cuál es el proceso del mal: tentación, deseo, pecado y muerte:

“Cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión. Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.” (Santiago 1,14-15)

El mundo llama a la inclinación al mal, “tendencia”, “inclinación”, “seguir la corriente”; los cristianos, “tentación”: “No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto” (Romanos 12,2).

La tentación es una situación errónea pero no proviene de la inteligencia o la razón sino de la voluntad que tenemos para elegir entre dos opciones, y que sabe que una opción es buena y otra mala, pero se siente atraída a escoger la mala porque aparece como buena. 

Yo, muchas veces en mi vida me he topado con el mal cara a cara, siempre disfrazado de tentaciones, opciones, fascinaciones o atracciones. Hoy quiero compartir con vosotros una de ellas:

Fue en una despedida de soltero de un amigo mío, hace ya unos 20 años. El plan era una auténtica TENTACIÓN en mayúsculas. Era un plan perfecto para seis “machotes”, cinco casados y uno a punto de hacerlo: mi amigo había contratado a tres prostitutas con las que pasar la noche. Primero, cenando en un restaurante, después bailando en una discoteca, para acabar en un hotel para lo que todo el mundo imagina. Además había bebida y drogas para todos. 

Mi amigo no había reparado en gastos. Lo cierto es que las chicas eran “tremendas”, unos bellezones e incluso se podía hablar con ellas, aunque ese no era el propósito de la velada. 

Realmente fue una situación bastante difícil donde te encuentras entre la espada y la pared, pero tienes que optar: caer o resistir, quedarte o irte. De los cinco, tres cayeron. Otro amigo y yo optamos por irnos, fuimos tachados de “pringaos” y de cobardes y nuestra relación con ellos se enfrió hasta el punto de no vernos casi nunca. 

Reconozco que lo que me ayudó a vencer la tentación fue que me vino a la mente lo buena que siempre había sido mi mujer conmigo y su actitud de siempre vencer el mal con el bien; y opté por huir del mal. No fue un mérito mío en sí. Fue, sencillamente, decir: “apártate de mí”. Nunca me he arrepentido de lo que hice.

Como veis, es nuestra libertad la que nos basta para ser tentados y si la usamos mal, estaremos alimentando al lobo equivocado.

Pero ¿creéis que tenemos una tendencia natural al mal o también es consecuencia de algo más? Algunos ponemos cara y nombre al bien: Dios… pero y el mal… ¿tiene rostro? ¿Tiene nombre?

Os voy a contar una curiosidad: en inglés, detrás de las palabras bien y mal se esconde lo que algunos podrían denominar casualidad: si le quitamos una letra a la palabra GOOD (Bueno) encontramos GOD (Dios) y si a la palabra EVIL (Mal) le añadimos una letra encontramos DEVIL (Diablo). 

En efecto, para los cristianos el rostro del bien es Dios, que nos guía y el del mal, es el Diablo, que nos ciega.

¿Existe realmente el Diablo? ¿Qué es un demonio?

Un demonio es un ser espiritual de naturaleza angélica condenado eternamente. No tiene cuerpo, no posee materia sutil, tangible, ni nada semejante a la materia, por tanto nada de cuernos, nada de rabo ni piel roja.

Los demonios no fueron creados malos. Fueron creados como ángeles, a los que se les ofreció una prueba: decidir (libre albedrío) unos obedecieron, otros desobedecieron. Los que desobedecieron de forma irreversible se transformaron en demonios. 

1º DUDA. Al comienzo les entró la duda sobre si la desobediencia a la Ley divina sería lo mejor. En ese momento en el que voluntariamente aceptaron esa posibilidad, ya pecaron.

2º ALEJAMIENTO. Se alejaron de Dios, y aceptaron como verdadero el mal que habían escogido. 

3º DESOBEDIENCIA. Sus inteligencias fueron consolidándose en la voluntad de desobedecer. La voluntad de desobedecer se fue afianzando, haciéndose cada vez más profunda y comenzaron un proceso de justificación

4ª REBELIÓN. Finalmente ese proceso llevó al pecado mortal cuando cada ángel no sólo quiso desobedecer, sino que incluso optó ya por tener una existencia al margen de la Ley divina. Se auto-convencieron de que Dios no era Dios, sino un espíritu más que tenía errores y fallos, que era un tirano y un opresor con sus normas. Dios mismo les parecía un obstáculo para alcanzar su propia libertad. Llegaron a odiarle.

Os pondré un ejemplo de nuestros días: alguien que se marcha de casa o de la iglesia, al principio simplemente quiere marcharse, pero si el padre o un hermano le llama una y otra vez, el hijo acaba diciendo “déjame en paz”. Sobreviene la desobediencia, la rebelión y el odio.

El demonio queda irremisiblemente ligado a lo que ha escogido, desde el momento en que Dios decide no insistir más y le deja que siga su camino, el Creador respeta la libertad de cada uno y deja que el demonio siga su vida aparte, sin ninguna posibilidad de arrepentimiento. 

Por eso es pecado mortal, y es el único pecado que Dios no perdona: el pecado contra el Espíritu.

Se libra una batalla espiritual

Lo creamos o no, estamos inmersos en una batalla espiritual: unos, en primera línea, en las trincheras y otros más atrás, en retaguardia, pero todos estamos en ella. 

Por eso, debemos reconocer en qué bando estamos, quién es nuestro enemigo, cuáles son sus tácticas y cómo vencerle. 

El enemigo está profundamente atrincherado, es muy poderoso, está bien armado y es muy diestro en el uso de sus propias armas. 

Conoce muy bien sus estrategias y nuestras debilidades. El mal es una fuerza formidable y su poder no debe ser subestimado. 

Sin embargo, algunas personas (también cristianas) que viven en retaguardia, han olvidado que estamos en guerra o les cuesta creer en la existencia del enemigo el Diablo, quizás porque nunca se han enfrentado a él cara a cara. 

De hecho, existen dos grandes peligros en nuestra lucha: 

1º- no creer en la existencia del Diablo. En la película “el Rito”, hay una escena donde Anthony Hopkins le dice a otro cura, quien no creía en el Diablo: “que no creas en él no te libra de su influencia”.

2º- creer en su existencia e interesarse por él. Yo he tenido experiencias verdaderamente espeluznantes con el Diablo, en mis propias carnes. Y aunque yo no me he interesado nunca por él, le he sentido actuar y da escalofríos. A diferencia de Dios, que espera a la puerta a que le abramos, el Diablo entra sin llamar, sin necesidad de que le dejemos pasar.

En ambos casos, el Diablo y sus demonios se sienten encantados para poder actuar en las personas, principalmente de cuatro formas:

1. Obsesión diabólica: la persona puede estar obsesionada con cosas impuras, con pensamientos negativos o blasfemos de los que no se puede liberar. 

2. Vejación diabólica: es cuando la persona se enferma sin razón, de una manera misteriosa y sin explicación médica, cuando se tienen accidentes continuamente o cuando a nivel económico hay cosas que te impiden continuamente salir adelante. 

3. Infestación diabólica: en las casas y otros lugares hay ruidos, manifestaciones extrañas o no hay paz. Pueden ser a causa de objetos o personas que han estado en contacto con el demonio o con prácticas demoníacas.

4. Posesión diabólica: es cuando la persona está poseída por un demonio. Puede ser por un maleficio, por prácticas ocultas (espiritismo, quijas, etc.), por acercamiento voluntario, etc.

¿Qué dice la Historia? 

Lo cierto es que la existencia del diablo es un hecho reflejado a lo largo de toda la historia del hombre y del arte: en la literatura, en la pintura, en la música, en las películas, e incluso existen sociedades humanas que giran en torno al Diablo o le adoran… 

El diablo y los demonios aparecen muy apropiadamente en las pinturas y esculturas como seres deformes, pues son espíritus angélicos deformados. Siguen siendo ángeles, es sólo su inteligencia y su voluntad lo que se ha deformado, nada más. 

El demonio, en definitiva, es un ángel que ha decidido tener su destino lejos de Dios, que quiere vivir libre, sin ataduras pero que se odia a sí mismo, odia a Dios, odia a sus criaturas.

¿Qué dicen las Escrituras? 

Las Sagradas Escrituras, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento constatan su existencia y nos aseguran que no es solo una fuerza sino que el mal esta personificado. Diablo: es como llama el Nuevo Testamento a Satán. Diablo viene del verbo griego diaballo, acusar. 

La gente usa la palabra diablo y demonio como sinónimos, pero la Biblia siempre usa la palabra Diablo en singular y refiriéndose al más poderoso de todos ellos. La Sagrada Escritura también le llama el Acusador, el Enemigo, el Tentador, el Maligno, el Asesino desde el principio, el Padre de la mentira, Príncipe de este mundo, la Serpiente. 

En el Nuevo Testamento, Demonio, del griego daimon que significa genio, siempre es usado como término para designar seres espirituales malignos. Cada demonio tiene un nombre dado por Dios que expresa la naturaleza de su pecado

En la Biblia, existen muchas referencias al Diablo y a los demonios, en el A.T. (pecado original, en Génesis) y sobre todo, en el N.T. Jesús mismo estaba convencido de la actuación de Satanás y de hecho, fue tentado por él. Además, Jesús expulsaba demonios y liberaba a gente de las fuerzas del mal. En la misma oración que nos enseñó, el Padre Nuestro, hay una petición que todos rezamos: “líbranos del mal”.

¿Y la Iglesia que dice?

El papa Francisco afirma: “el diablo no es un mito, no es una metáfora, no es una manera pintoresca de designar la negatividad de los tiempos, sino una persona real que actúa.” 

¿Sabéis como se le llama al diablo desde la antigüedad? Se le ha llamado “el padre de la Mentira”. Su mejor engaño es hacernos creer que no existe. Un consejo: ¡No subestiméis su capacidad y su poder!

¿Por qué debemos creer en el Diablo?

Primero, porque desde la fe, es una explicación que aclara todo lo malo que pasa en nuestro mundo. 

Segundo, porque el cristiano nada contracorriente, en dirección contraria al mundo; de ahí se explica la tentación. Cuando experimentamos al Espíritu Santo empezamos a ser más conscientes de la acción del Diablo y de sus tentaciones.

Tercero, porque la Biblia habla de la existencia del diablo, Cristo fue tentado por él y expulsó demonios. Los apóstoles también estaban convencidos de su existencia y se les dio poder para expulsarlos: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros”. (Santiago 4:7-8). 

Para los cristianos, la existencia del diablo es tan cierta como la de Dios.

¿Cómo actúa el Diablo y cuáles son sus TÁCTICAS?

La esencia del mal descansa, no en el hecho de causar sufrimiento al hombre (efecto) sino en el hecho de que está dirigido contra Dios. El fin último del Diablo es tratar de frustrar el propósito de Dios para nosotros: una vida feliz y su única intención es destruirnos y darnos muerte. 

La Biblia pone al descubierto sus tácticas para que aprendamos cómo actúa:

-NOS CIEGA, NEGANDO SU EXISTENCIA.

Dado que es un ser invisible, la victoria del Maligno consiste en hacernos creer que no existe, su batalla está ganada cuando bajamos la guardia. El demonio no es un personaje de ficción… es alguien que se mete y es capaz de influir en las personas y en las circunstancias.

-SIEMBRA LA DUDA Y LA CONFUSIÓN

Génesis 3:1: “Le preguntó a la mujer: ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?”
También cuando tentó a Jesús diciéndole:”...si eres el hijo de Dios….”

El Diablo siempre disfraza la tentación de diálogo. Un diálogo entre la persona que resiste y el tentador. Es extraordinariamente pragmático, sabe las posibilidades de éxito que tiene y puede tentar justo sólo en aquello que sabe que tiene alguna posibilidad. 

-DISTORSIONA LA REALIDAD 

Génesis 3:2-5: “La mujer dijo a la serpiente: Podemos comer del fruto de todos los árboles. Pero Dios nos dijo: No coman del fruto del árbol que está en el medio del jardín ni lo toquen; de lo contrario, morirán. No van a morir, dijo la serpiente a la mujer. Dios sabe que cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como Dios, conocedores del bien y el mal”. 

La serpiente es astuta, y tergiversa la realidad, le da la vuelta y confunde. Ignora todo lo bueno que Dios nos ofrece y se centra en la prohibición, la distorsiona y la exagera y no menciona para nada la amplitud del permiso otorgado por Dios. 

Hoy, hace lo mismo con nosotros deformando lo justo, beneficioso y necesario que es seguir a Dios. Los periódicos, la televisión, los comentarios de la gente, solo manifiestan el ámbito de la prohibición de la Iglesia: prohíbe usar condones, prohíbe comulgar en pecado, prohíbe la libertad al aborto, rechaza a los separados… Ahora bien, qué poco dicen sobre su labor al mundo: apenas se habla de los miles de misioneros entregados por los más pobres; miles de millones de euros que Caritas distribuye entre los que sufren la actual crisis; gente generosa que desde el silencio son voluntarios en hospitales, en orfanatos, en la educación, en las calles, en los comedores, y un largo etc. 

-ROMPE LAS RELACIONES HUMANAS.

Desanima, distancia y divide. Nos enfrenta entre nosotros y con Dios.

Génesis 3:9-13: “El hombre y la mujer oyeron que Dios andaba recorriendo el jardín cuando refrescaba y corrieron a esconderse entre los árboles del jardín…tuve miedo… pero Dios el Señor llamó al hombre: ¿Dónde estás? Oí que andabas por el jardín, tuve miedo porque estoy desnudo y me escondí. Y Dios dijo: ¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? El respondió: La mujer que me diste por compañera, me dio de ese fruto, y yo lo comí. Y Dios el Señor le preguntó a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Ella contestó: La serpiente me engañó y comí”.

¿Qué consiguió la serpiente con todo esto? Enemistar a Adán y Eva, crear enemistad, sospecha… “¿Ves? fuiste tú la que me incitaste; ¿ves? es que fue tu culpa… la cosa es siempre echar culpas al otro y nunca ver nuestros errores, siempre la culpa la tiene el otro. Así es como el diablo vence: a través de la sospecha, la desunión, la división… “Divide y vencerás”.

1- Primero te desanima. Te hace tirar la toalla… 

2- Luego te coloca en el victimismo… ¿ves? Es que así no se puede… 

3- Mientras tanto, pones a todos bajo sospecha, te separas, rompes vínculos, y generas murmuraciones… 

4- ¿Resultado final? La división… 

El padre de la mentira trata de engañarnos, de que nos perdamos, de dividirnos, de que estemos solos y desamparados. Trata de abocarnos a la soledad, al relativismo, al individualismo. Esto es lo que el Maligno ha pretendido hacer con el pueblo de Dios y con su Iglesia a lo largo de la historia hasta hoy: “Divide y vencerás”

¿Por qué Dios no lo evita?

Si Dios es todopoderoso, ¿por qué no evita el mal existente en el mundo?

Si Dios que es todo bondad, ¿por qué lo permite?

Dios siendo omnipotente pudo crear un mundo con criaturas libres que nunca conocerían o elegirían el mal. Pero el hecho es que Dios siendo todo bondad, prefirió crear un mundo que contuviera el mal, porque la auténtica bondad moral requiere criaturas moralmente libres y porque Dios es un ser que ama y que quiere ser amado. Por ello, les dio a todas sus criaturas libre albedrío: para obtener el amor hacia Él de un modo libre.

El único momento en el que un ser (espiritual o humano) puede desarrollar su fe, su generosidad, su amor para con Dios es mientras todavía no lo ve. Después al verlo tendrá el agradecimiento por lo que ya contempla. 

Conceder el don de la libertad supone que puede aparecer una madre Teresa de Calcuta o un Hitler. Y es que el regalo de la libertad tiene consecuencias: buenas o malas.

¿Cuál es nuestra situación?

¿Quién es más fuerte el Mal o Dios? Aunque a primera vista parezca lo contrario, hay que admitir que Dios es más grande. Los grandes Maestros espirituales nos dicen que no son dos poderes contrapuestos: Dios y Satanás. No… Dios es el creador de todo. El diablo es parte de su creación que decidió usar su libertad para negarle e ir contra Él. Pero Dios está por encima. Por eso podemos hablar del poder de su victoria. Pero cuidado, el diablo intentará llevarse al mayor número de nosotros por delante.

¿Cómo podemos defendernos del mal? 

Siempre hemos escuchado el dicho “no hay mejor defensa que un buen ataque”. 

Por eso, en lugar de quedarme esperando, me pongo en acción. 

¿Cómo? Dado que es un asunto espiritual, las armas también lo son. 

En la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 6 hay todo un decálogo de casos prácticos para enfrentarnos a esta batalla espiritual:


1- FORTALEZA 

Efesios 6, 10-13: “Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.”

Dios me da fortaleza, energía y fuerzas para soportar todo, incluso al mal y al Diablo.

2- SERVICIO

Efesios 6:15: “…y, calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz…”

Algo extraordinario que me llena y me aleja del mal es servir a otros, es decir, obrar el bien, estar disponible. No hay mejor forma que volcarte en los demás, servir en un voluntariado. Si te quejas porque no tienes dinero… sirve en un comedor social. Si te quejas porque no tienes salud… sirve con enfermos de sida. Si te quejas porque tu vida no tiene sentido, sirve en Alpha.

3- FE 

Efesios 6:16: “Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual apagar todas las flechas encendidas del maligno”.

Yo he dejado entrar en mi vida a Dios. Ya no quiero dirigir mi vida, me relajo… y hago lo que está en mis manos: Orar, escribir, leer, meditar, reflexionar y servir… el resto lo dejo en sus manos, confío y me abandono en Él. Eso sí que lo puedo hacer yo. Una vida feliz solo me la puede dar El. Yo la he buscado y no la he encontrado. Ahora ya no busco y El me la está regalando… 

4- BIBLIA

Efesios 6:17: “usen la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.

Es a través de la Biblia que Dios actúa en mi vida, aquí y ahora. Jesús, en lugar de responder con palabras propias, citó las Escrituras cuando fue tentado

5- ORACIÓN.

Efesios 6:18: “Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.”

Yo empiezo el día escuchando el evangelio del día y mediante un método (Lectio Divina) a la vez, rezo, medito, reflexiono y actúo.

6- ACCIÓN.

Romanos 12: 21: “No te dejes vencer por el mal; sino vence el mal con el bien”. Jesús nos invita a vencer el mal con el bien aunque el mundo ( y su amo, el Diablo) nos confunde y nos incita a devolver mal por mal pero sus métodos y estrategias no nos hacen salir victoriosos. 

¿Cómo podemos vencerlo definitivamente? 

Cuando te encuentras y te unes a Cristo, su fuerza hace que decidas vencer. Vencer las tendencias (tentaciones) diarias de una vida mediocre y fijas los ojos hacia una vida plena. 

Sacas de tu corazón el odio para dejar vencer al amor. Sacas de tu corazón el rencor para dejar vencer el perdón. Cristo ya lo ha hecho por ti. Tú puedes hacerlo ahora porque Él te lo ha ganado.

La Escritura nos lo dice claramente. Juan 1, 5: Las tinieblas no le vencieron. Con Él somos capaces de transformarlo todo.

El Maligno es un enemigo ya vencido. La batalla no ha acabado con la muerte de Jesús, continúa. El Diablo aún no ha sido destruido. No se terminará hasta que Jesús regrese y entonces desaparecerá todo el mal.

Ya no me siento descolocado cuando alguien trata de hacerme mal, devuelvo bien. Antes, cuando alguien me hacia mal, yo siempre le devolvía mayor mal. Ahora sé que para vencer tengo que devolver bien por mal. 

Como dije antes, el mal (Diablo) es la ausencia del bien (Dios). Cuando le das la vuelta a la ecuación, es decir, cuando te llenas de Dios, el mal trata de acercarse pero en fe y confianza en el Señor, al final, se aleja y desaparece. Tu vida cambia y tu carácter se transforma por la acción del Espíritu Santo y de sus dones.

A mí hay algo que me ayuda mucho para defenderme del mal: mirar desde el otro, es decir, lo que ahora llaman ser empático. Cristo nunca nos mira desde sus ojos, nos mira desde los nuestros, desde nuestro corazón, desde nuestras heridas, vivencias y sentimientos, y desde ahí nos tiende la mano sin juzgar.

Pruébalo y verás!!!!