"No todo el que me dice: ¡Señor! ¡Señor!, entrará en el reino de Dios,
sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial."
He escuchado muchas veces esta afirmación: "Soy cristiano (católico) pero no practicante". La misma frase encierra una incongruencia y una contradicción o, quizás un completo desconocimiento de la diferencia entre ser sólo creyente o ser cristiano. Posiblemente porque lo que realmente quieren expresar es que creen en Dios pero no le conocen.
Muchos dicen creer en Dios pero eso no les hace cristianos. Los demonios también creen en Dios y no son cristianos: "¿Tú crees que hay un solo Dios? Muy bien. Los demonios lo creen también, y tiemblan." (Santiago 2,19).
El diccionario define a un cristiano como “una persona que cree en Jesús como el Mesías, o en la religión basada en la enseñanza de Jesús.” Aunque éste es un buen punto de partida para entender qué es ser cristiano, esta definición no alcanza a expresar en realidad la verdad bíblica de lo que significa ser un cristiano.
La palabra “cristiano” es utilizada tres veces en el Nuevo Testamento: en Hechos 11,26; Hechos 26,28, y 1 Pedro 4,16.
Los seguidores de Jesucristo fueron llamados “cristianos” por los no creyentes en Antioquía, debido a que su comportamiento, actividad y forma de hablar fueron como los de Cristo y fue utilizado de un modo despectivo y para burlarse de los cristianos (Hechos 11,26). Literalmente significaba “partidario o seguidor de Cristo.”
Desgraciadamente con el paso del tiempo, la palabra “cristiano” ha perdido mucho de su significado y a menudo es utilizada para describir a alguien religioso o que tiene altos valores morales, en lugar de un verdadero seguidor de Jesucristo nacido de nuevo en el espíritu como vemos en Juan 3,3.
Mucha gente que no confía plenamente en Jesucristo, se considera cristiana simplemente porque asiste a la iglesia o vive en un país “cristiano.” Pero asistir a la iglesia, cumplir los mandamientos o ser una buena persona no le hace a uno ser cristiano, al igual que ir al Bernabéu no le hace a uno ser madridista.
Ser un miembro de una parroquia, asistir a las misas regularmente, y dar dinero en la colecta, no nos hacen cristianos. Ser bueno tampoco. Muchas personas han sido buenas y no han conocido a Jesús.
La Biblia nos enseña que las buenas obras, por sí solas, no nos hacen aceptables a Dios. En el libro de Tito 3,5 nos dice que “nos ha salvado, no por la justicia que hayamos practicado, sino por puro amor, mediante el bautismo regenerador y la renovación del Espíritu Santo.” Es el amor el que define a un cristiano, en primera instancia.
Un cristiano es alguien que ha nacido de nuevo en Dios (espiritualmente hablando) y que pone su fe y confianza en Jesucristo. Esto lo vemos en Juan 3,3-7, y en 1 Pedro 1,23. En Efesios 2,8 leemos que “Habéis sido salvados gratuitamente por la fe; y esto no es cosa vuestra, es un don de Dios.”
Un verdadero cristiano no es aquél que simplemente cree en Jesucristo. Un verdadero cristiano es seguidor y aprendiz de Jesucristo. Es decir, implica esforzarse por imitar el ejemplo de Cristo durante toda su vida.
Un verdadero cristiano es una persona que reconoce que Jesucristo murió en la cruz como pago por todos los pecados de cada uno de nosotros y que resucitó al tercer día para obtener la victoria sobre la muerte, para dar la vida eterna a todos los que creen en Él.
Un verdadero cristiano es hijo de Dios, es parte de la familia de Dios porque han recibido al Maestro. Juan 1,12 nos dice: “A todos los que lo reciben, a los que creen en su nombre, les da el ser hijos de Dios.”
Un verdadero cristiano vive como Cristo vivió; es decir, haciendo lo que Él hizo y evitando lo que Él evitó. El cristianismo es un camino de vida. Un verdadero discípulo de Jesús es aquél que le sigue e intenta vivir según su ejemplo.
Dios pone un deseo en el corazón del cristiano de cambiar totalmente su estilo de vida y le incentiva a llevar una vida encaminada a la santidad.
La marca de un cristiano verdadero es demostrar amor hacia los demás y obediencia a Dios (1 Juan 2,4 y 10).
La marca de un cristiano verdadero es demostrar amor hacia los demás y obediencia a Dios (1 Juan 2,4 y 10).
Ser sólo creyente no es ser cristiano. Creer en Dios no significa necesariamente que experimentemos su amor y mantengamos una relación personal con Él. Todo cristiano es creyente pero no todo creyente es cristiano:
Un creyente cree en Jesús. Un cristiano ama a Jesús.
Un creyente sigue una religión, una serie de preceptos morales, una lista de cosas que debe o no debe hacer. Un cristiano hace de todo eso un estilo de vida.
Un creyente va a la iglesia los domingos. El cristiano sabe que una comunidad cristiana es el paradigma donde poder vivir su fe.
Un creyente reza para pedir cuando las cosas se ponen difíciles. Un cristiano reza continuamente y sin cesar, y da gracias a Dios por todo.
Un creyente adapta su fe a su estilo de vida. Un cristiano trabaja para hacer que su estilo de vida se adapte al Evangelio.
Un creyente se sacrifica cuando cree que es conveniente. Un cristiano se sacrifica siempre, sin importar el resultado.
Un creyente se compromete cuando no hay riesgo. Un cristiano se compromete sin importarle el riesgo.
Un creyente se ajusta a la presión social de su entorno. Un cristiano se mantiene firme a la tentación.
Un creyente comparte su fe cuando sea fácil y cómodo. Un cristiano comparte su fe siempre.
Un creyente sabe acerca de Jesús. Un cristiano conoce personalmente a Jesús y le tiene como su Señor y Salvador.
Un creyente se configura según la moda, la cultura y el entorno. Un cristiano se configura en Jesús.
Un creyente da a los demás lo que le sobra. Un cristiano da la vida por los demás.
Saludos a mi abuelo que esta en el cielo
ResponderEliminarEl cristiano y creyente pude ser poseído por demonios?
ResponderEliminarLos demonios pueden multplicarse?
ResponderEliminarGracias me ayudó mucho 😃
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