martes, 7 de febrero de 2017

¿QUÉ SIGNIFICA MADURAR ESPIRITUALMENTE?

Resultado de imagen de madurez espiritual cristiana

Como cristianos, estamos llamados a crecer, a madurar. Comenzamos nuestro camino espiritual como niños en la fe pero necesitamos crecer y desarrollarnos como adultos. 

La Palabra de Dios, en el Nuevo Testamento, insiste en que todos debemos hacer esta transición de la leche a la carne, de la mesa de los niños al banquete de los adultos. Y sin embargo, aunque somos conscientes de que debemos pasar por este proceso de maduración, muchos de nosotros somos propensos a medir la madurez equivocadamente. 

Cuando Pablo escribe a Timoteo, le habla de la naturaleza y el propósito de la Palabra de Dios diciéndole: "Toda la Escritura divinamente inspirada es útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, dispuesto a hacer siempre el bien."(2 Timoteo 3, 16-17). 

Pablo insinúa que Timoteo (y por extensión, todos nosotros) está incompleto, inacabado e inmaduro, y que necesita la Escritura para alcanzar la madurez espiritual. 

La Biblia es el medio que Dios usa para completarnos, para terminarnos, para llevarnos a la madurez.

¿Qué significa ser un cristiano maduro? 

Tendemos a pensar que los cristianos maduros son los que conocen muchos hechos acerca de la Biblia, o los que se saben de memoria la teología y la liturgia, la historia de los Santos, etc.

Pero fijémonos en lo que Pablo dice: "a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, dispuesto a hacer siempre el bien". Pablo no dice: "Para que el hombre de Dios sea perfecto, debe conocer todos los libros de la Biblia", o "memorizar y explicar cada una de las epístolas de Pablo". Ese no es el énfasis de Pablo, puesto que conocer la Biblia puede ser un signo de madurez, pero también puede ser una máscara que cubra la inmadurez.

Resultado de imagen de buenas obrasCuando Pablo habla acerca de la perfección y la madurez, señala acciones, hechos, "buenas obras". La Palabra de Dios crea y, por sí sola, tiene el poder de hacernos madurar, y cuando la leemos, la entendemos y la aplicamos en nuestra vida, de forma natural, crecemos en la fe.

Esa madurez se muestra en las buenas obras que hacemos más que en el conocimiento que proclamamos. Y esto es exactamente lo que Dios quiere para nosotros, que seamos maduros y hacedores de bien a los demás, deleitándonos en ello. Este énfasis en las buenas acciones es un tema significativo en el Nuevo Testamento (ver Efesios 2,10, Tito 2,14) y es la misma razón por la que Dios vino a la humanidad.

Esto significa que la madurez espiritual se muestra mejor en los actos que en las palabras. Significa que sólo con conocimiento no basta: podemos conocer la teología, la liturgia, el catecismo, la vida de los Santos y de la Iglesia entera, y seguir siendo desesperadamente inmaduros. 

Resultado de imagen de madurez espiritual cristianaPermaneceremos inmaduros si el conocimiento acumulado no nos motiva a hacer el bien a los demás. Los cristianos maduros son los que glorifican a Dios haciendo el bien para y a los demás, exteriorizando su conocimiento en buenas obras.

Por supuesto, que cuanto más conocimiento teológico y bíblico adquirimos, más nos enseña, reprueba, corrige y entrena, y de esa manera damos forma a nuestros actos. Por eso, un mayor conocimiento de Dios debe conducirnos a un mayor y mejor servicio a los demás.

El conocimiento de Dios y de su Propósito es bueno. Pero el conocimiento de Dios y de su Propósito que nos mueve a hacer lo que beneficia a otros, y a hacerlo con amor, es lo que glorifica a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Tienes preguntas o dudas?
Este es tu espacio libre y sin censura