viernes, 27 de noviembre de 2020

PRACTICANTES NO CREYENTES

"Convertíos y creed en el Evangelio"
 (Marcos 1, 15)

Siempre he puesto y pondré de manifiesto la incongruencia de aquellos que se autoproclaman "católicos, pero no practicantes…", porque es como decir "soy un ser vivo, pero no ejerzo".  Si uno es católico: necesita vivir una vida conforme a su fe y comprometida con sus creencias. Si no, no es católico. Lo mismo que ocurre con un ser vivo: necesita respirar, alimentarse y reproducirse. Si no, será un "ser muerto".

Pero existe una mayor incoherencia (y debería preocuparnos muy seriamente) en los que son practicantes, pero no son creyentes, es decir, aquellos que, en ocasiones, van o "hacen cosas" para la iglesia pero que, en realidad, no creen. Mejor dicho, en realidad, sí creen, lo que ocurre es que creen sólo en ellos mismos, pero no en Dios ni en la Iglesia.

Son los "filósofos" que hablan pero no se comprometen, son los "protestontos" que reprochan cualquier verdad de fe. Son los falsos "maestrillos" que, con sus "librillos", tratan de deforman el Evangelio (Gálatas 1, 7).

Son los "sobrados" que no necesitan formación porque lo saben todo, o mejor dicho, porque saben aquello que les interesa saber. Son los "iluminados" que tienen la potestad para cambiar aquello que "se debe" corregir de la doctrina, de los mandamientos o de la Palabra de Dios.

Son los "selectivos" que viven sin normas (de Dios) o sin someterse a ellas, son los "opcionales" que proponen sus alternativas a las "incomodidades" evangélicas, son los "opositores" que contraponen sus saberes a la "sana doctrina" (1 Timoteo 1, 9-10). Son todos esos que... "saben" más que Dios.

Son los "sentimentalistas" que creen y obran en función de sus emociones, son los "coleguitas" que pretenden convertir la fe en "amiguismo", más para agradar a los hombres que a Dios (Gálatas 1, 10). Son los "encantadores de serpientes" que utilizan sus trucos para "encantar" a los ingenuos, son los "buenistas" que no matan, no roban...ni hacen nada más. 
Son los "espiritualizados" que instrumentalizan a Dios y anteponen su voluntad, asegurando que es la de Dios. Son los "laxos" que no corrigen porque no aman (Apocalipsis 3, 19), son los "vividores" que "viven y dejan vivir", pero que en realidad "mueren y dejan morir". 

Son los "coordinadores" que se "encargan" de cosas pero no "lideran" personas, son los "siervos inútiles" cuya negligencia no da fruto (Mateo 25, 26). Son los "holgazanes" que "organizan" porque "no sirven para servir".

Son los "teólogos" que no leen la Escritura ni la ponen en práctica, son los "suplicantesque rezan mal o no rezan, porque andan inquietos y preocupados por muchas cosas (Lucas 10, 41-42). Son los "activistas" que "hacen" cosas pero no "son" cristianos. 

Son los "seducidos" que desobedecen y se rebelan porque "quieren ser como Dios" (Génesis 3, 5), son los "imponentes" que imponen lo que se debe y no se debe hacer, son los "conocedoresque conocen lo que es bueno y lo que es malo (para ellos).

Son los "discipulos" que quieren ser más que el Maestro, los "esclavos" que ansían ser más que sus amos (Mateo 10, 24; Juan 13, 16). Son los "miseriacordeones" que evitan hablar de pecado, de cruz, de sufrimiento, de martírio y "estiran" los términos.

Son todos los que Dios está a punto de vomitar de su boca... porque no son ni fríos ni calientes (Apocalipsis 3,16).


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