jueves, 20 de octubre de 2016

¿QUÉ NECESITA MI PARROQUIA DE MI?

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Hoy hablaremos acerca de cómo cualquiera de nosotros, como cristianos, podemos hacer para que nuestra parroquia mejore y sea más fuerte. 

Algunas de las cosas que se me ocurren sobre lo que mi parroquia necesita de mi es:

Que sea Humilde

No hay cualidad más importante que la humildad. Sin embargo, no es una característica innata para ninguno de nosotros, pero podemos aprender a cultivarla.

La humildad no es un sentimiento ni una actitud, es una acción

Si quiero aprender ser humilde, necesito hacer todo con sumisión y docilidad. 

Resultado de imagen de humildePero ¿cómo?:

Relacionándome con cristianos maduros que sean ejemplo de humildad y pasando tiempo con ellos. Aprendiendo de ellos e imitándoles.

Ofreciéndome voluntario para las tareas más humildes o las que nadie quiere realizar. Encontrar la alegría en hacer los trabajos más humildes y hacerlos cuando y donde sólo Dios los vea.

No buscando reconocimiento público cuando sirvo, sino contentarme con permanecer en un segundo plano.  

Llegando a conocer íntimamente a Jesús para así, imitarle. Fue Jesús quien dijo: "El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido" (Mateo 23,12). Él se humilló hasta lo más bajo (la cruz) y fue exaltado hasta lo más alto (la gloria).
Que me comprometa

Toda parroquia tiene entre sus bancos personas que se comprometen poco o nada. La mía, también. Son personas que sólo van a la iglesia cuando les conviene y que ponen cualquier excusa para evitar comprometerse con ella. 

Toda parroquia necesita personas comprometidas para su natural desarrollo, salud y crecimiento. La mía, también.

Es preciso que me comprometa con mi parroquia por dos razones importantes:
  • porque necesito a mi parroquia. Dios me hizo parte de su iglesia para mi salud y mi bienestar. No puedo vivir mi fe por mi cuenta porque no soy lo suficientemente fuerte, ni lo suficientemente inteligente, ni lo suficientemente maduro, ni lo suficientemente piadoso. Sin la gracia, que a través de la iglesia recibo, no puedo. Y sin el apoyo de mis hermanos y hermanas, tampoco. 
  • porque mi parroquia me necesita. Dios me hizo parte de su iglesia para buscar el bienestar de los demás. 1 Pedro 4 dice: "A medida que cada uno ha recibido un regalo, lo utilizan para servir a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios." Dios quiere que yo sea un regalo para su iglesia, y los regalos entregárselos a otras personas. Comprometerme con mi parroquia es una expresión de generosidad hacia los demás.
Que le dedique a Dios, al menos, un día 

¿Por qué no dejo de lado todo un día a la semana, y se lo dedico al Señor de una manera especial? 

El domingo cambia completamente cuando le doy todo el día al Señor y a su Iglesia. 

Cuando dejo atrás todas las preocupaciones de la vida, e incluso muchos de sus placeres, (aperitivo, fútbol, etc.) y lo dedico entero a la Adoración, a la Eucaristía, a escuchar su Palabra, a la comunión y al servicio a los demás, soy infinitamente más feliz.

Que viva como un auténtico cristiano 

Es muy fácil ser cristiano los domingos en misa, pero después vuelvo a casa y... ¿me olvido? 

Al día siguiente, voy a trabajar, estoy rodeado de personas que no son cristianos, o que, posiblemente, actúen mal, y ¿me enredo en mis propios pensamientos o deseos? 

Mi parroquia necesita que yo viva como un cristiano durante toda la semana o estaré dando mal ejemplo de ella.
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Cada uno de nosotros nos enfrentamos a diferentes desafíos y tentaciones, pero una clave para vivir como un verdadero cristiano durante toda la semana es acudir siempre que pueda a la Eucaristía, pasar tiempo en la parroquia y, sobre todo, estar en oración todos los días

Es importante hacer de ello una prioridad; no importa lo ocupado que esté o que diga que no me da la vida. 

Debo hacerlo, sin importar lo mal que lo haga o lo poco que me apetezca hacerlo. Orar todos los días, no sólo por y para mí, sino por y para mi parroquia. 

Que ame a gente distinta a mí

Las parroquias son comunidades heterogéneas, formadas por personas muy distintas, a las que no debo ni juzgar ni pretender recibir de ellas, porque sólo Dios nos juzga y nos da. 

Así que, lo que tengo que hacer es aprender a vivir con ellas y aprender a amarlas, incluso aunque sean muy diferentes a mí. "Porque así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, y los miembros no todos tienen la misma función, así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros." 

Si mi parroquia está dividida de manera que los adultos, o los jóvenes, o los solteros, o los separados, o los mayores... sólo se reúnen entre ellos... ¿qué evangelio estoy proclamando? ¿Un mensaje que no va dirigido a amarles, aunque sean diferentes?

De ninguna manera. Debo comprometerme a conocer a personas aunque no me gusten. De hecho, puedo decir que algunos de mis mejores y más cercanos hermanos en la fe, son personas muy diferentes a mí.

Que sea generoso

Hay pocas cosas que revelan un corazón generoso mejor que la forma en que la administro mi dinero. El dinero tiene una manera asombrosa de mostrar en lo que realmente creo y lo que realmente valoro. 
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No importa cuál sea mi profesión ni mi status social o económico para saber que debo ser generoso con mi dinero

La Palabra de Dios dice: "Que cada uno dé lo que le dicte la conciencia; no de mala gana o por compromiso, pues Dios ama a quien da con alegría." (2 Corintios 9,7)

Debo dar, y hacerlo con alegría por dos razones:
  • porque no es mi dinero. El dinero pertenece a Dios, Él sólo me lo da para gestionarlo, para administrarlo bien y siempre para su gloria.
  • porque tengo que darle al Señor en primer lugar. Conozco a personas que dicen que no pueden aportar a la iglesia, y sin embargo, tienen el último Iphone o un coche de alta gama. Debo aprender a dar lo primero y lo mejor para el Señor. 
Que sea un miembro valioso de la parroquia

Debo hacerme un miembro de valor incalculable para mi parroquia, y debo hacerlo por servicio y amor a los demás. 

¿Lo soy? ¿La gente de mi parroquia me valora por todo lo bueno que hago por otros?

Es necesario que encuentre el lugar donde poder servir a Dios en mi parroquia, y servir sin falta, sin excusa, sin necesidad de alabanza o de elogios. 

Y hacerlo por el bien de los demás y por la gloria de Dios.







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