domingo, 1 de enero de 2017

EL NACIMIENTO DE JESÚS PUSO AL MUNDO PATAS ARRIBA

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El Evangelio de San Lucas nos muestra las características asombrosas e inauditas del plan salvífico de Dios para la humanidad, a través del nacimiento de Jesús.

Jesús nació en una aldea extraña simbolizando 
que Él no es de este mundo. Nació en un pesebre (en una cuadra) sucio y maloliente simbolizando que quiso hacerse sitio en el corazón humano. Nació en el seno de una familia pobre y humilde, rodeado de personas "non gratas" para el pueblo judío que simboliza a quienes primero Dios dirige su mirada misericordiosa.

Esto debe hacernos discernir y pensar en el cambio de valores que hay en la figura de Jesucristo y en su mensaje. Ya desde su nacimiento Cristo no pertenece a ese ambiente, que según el mundo es importante y poderoso. Y, sin embargo, precisamente este hombre irrelevante y sin poder se revela como el realmente Poderoso, como aquel de quien a fin de cuentas todo depende.

Un ángel es quien anuncia al mundo la llegada de Dios y lo hace a través de unos pastores. Según el evangelista "en torno al ángel apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres en quien él se complace”.

Lucas nos dice que los ángeles "hablan", aunque evidentemente, el habla de los ángeles es un cantar, en el que se hace presente de modo palpable todo el esplendor de la gran alegría que ellos anuncian.

Dios, que siempre hace todo nuevo, asombroso y completamente diferente al pensamiento humano, vendría al mundo de una forma que la mentalidad de la época (incluso la de hoy), no entendería. Y es que Dios envió a Jesucristo para poner el mundo patas arriba a través de:

Una virgen

Lucas nos da una versión más detallada de la historia del nacimiento de Jesús que los otros evangelios. 

Sabemos que María era una muchacha humilde y desconocida, que vivía en una zona menos conocida de Israel (Nazaret), cuando el Ángel del Señor le comunicó la noticia de que todo un Dios iba a ser concebido dentro de ella, de que lo imposible para el hombre no lo es para Dios y a pesar de ser virgen concebiría un hijo.

Lucas nos dice que el ángel vino a una “virgen”, no a otro tipo de mujer, sino a una mujer sexualmente pura. No es casualidad que en el mismo texto se repite dos veces la palabra “virgen” para describir la clase de persona que fue escogida por Dios para su propósito eterno. Esto significó que Dios envió al que es hoy nuestro Salvador a través del vientre de una mujer virgen para que tuviera un cuerpo humano, pero no nuestra naturaleza, en lo que respecta al pecado. A través de la concepción virginal, Dios le dio un cuerpo y su propia naturaleza humana a su Hijo. 


No sólo se trata de un hecho milagroso, sino que la idea de que una niña tan pobre jugara un papel tan importante en la llegada de Dios a la Tierra, para convertirse en la madre del Mesías es inaudita y sorprendente para la mentalidad judía, puesto que el centro de la vida de Israel era Jerusalén, y dentro de la ciudad, el Templo, morada santa de Dios.

Es pues algo inconcebible para una mente judía pensar que Dios enviaría al Mesías, a Cristo a la tierra en el seno de una familia pobre y que nacería en una cueva sucia y maloliente, en lugar de en Jerusalén...

La Virgen María representa el modelo más adecuado, bello y puro para que el Dios del Universo venga al mundo. 

Unos pastores

Fijémonos también en los pastores, a quienes se les aparecen ángeles que les comunican, en primer lugar, la gran noticia del nacimiento de Jesús. ¿Por qué a los pastores en primer lugar? ¿No le correspondería tal derecho al Sumo sacerdote de Jerusalén?

Habitualmente, tenemos una imagen de los pastores dulce y pura pero la realidad era que, para el pueblo judío y sus dirigentes religiosos, los pastores eran personas de la más baja condición social, sucios, despreciados y considerados impuros, al vivir entre animales y muy alejados del Templo Santo de Dios. Algo que en el pueblo de Israel era de suma importancia. 


Una vez más, vemos como Dios en su infinita sabiduría hace realidad su sentencia de "que los últimos serán los primeros", sacando a la gente del escalafón social más bajo y colocándola en los puestos de vanguardia, en la historia más increíble que el mundo haya visto y oído.

Los pastores son los primeros en recibir la gran noticia porque "están en vela", tienen una fe sólida que les mueve a salir corriendo hacia donde les ha nacido el Salvador.

Estos hechos constituyen la coherencia de la posterior conducta de Jesús: incluso durante sus primeros momentos en la tierra, Jesús eligió a los marginados, a los pobres y a los humildes para que fueran los protagonistas de su historia. 

Los pastores representan a las almas sencillas, los pobres, los predilectos del amor de Dios.

Una cueva

El Reino de Dios fue revelado en un pueblo de orden secundario, Belén; nuestro Salvador vino al mundo a una cuadra (establo) mugrienta, sucia, fría y maloliente; y el Dios del Universo se abajó a nuestra impureza e indignidad, al nacer entre animales y porquería.



En el Antiguo Testamento, el profeta Isaías ya habló sobre el buey y el asno que están junto a Jesús en su nacimiento: "Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo" (Isaías 1, 3).

Jesús no sólo vino a un sitio recóndito, un lugar sucio, entre los pobres y los indignos, entre animales, sino que además lo hizo en la oscuridad de la noche, sin hacer ruido y sin que lo supiera demasiada gente

¿No es paradójico? Dios, en su infinito amor misericordioso viene al hombre despojándose de su poder, gloria y estatus, y se hace impuro, pobre y humilde para acercarse a nosotros. Y lo hace sin alardes.

La cueva (portal, cuadra, establo) representa la indignidad del corazón humano ante los ojos de Dios. Y aún así, Él quiere habitar en ella.

Y es que Jesús vino a la tierra para traer salvación cambiando los roles, redefiniendo los méritos y invirtiendo la importancia de la pirámide social y poniendo la mentalidad del hombre al revés.


Una estrella

Benedicto XVI, en su libro "La infancia de Jesús"explica que entre los años 7-6 a. C., se considera el momento verosímil del nacimiento de Jesús.

Resultado de imagen de supernova de belenDurante ese período, se produjo una conjunción de los planetas Júpiter, Saturno y Marte en el signo zodiacal de Piscis. Según el astrónomo Johannes Kepler, a ese fenómeno, reflejado también en "tablas cronológicas chinas" se añadió la aparición de una supernova creando un acontecimiento astronómico muy singular.

El Papa emérito también señala que la paradoja de que Jesús haya nacido seis años antes de la "era cristiana" se debe a un error de cálculo del monje Dionisio el Pequeño, quien hizo en el siglo VI la conversión del calendario basado en la coronación del emperador Diocleciano a uno nuevo centrado en el nacimiento de Jesucristo.

Unos Magos


La tradición ha ido enriqueciendo la figura de los Reyes Magos. En un principio, y según relata el Evangelio de Mateo, las personas que iban a adorar a Jesús eran Magos de Oriente.

Sin embargo, en el Salmo 72 y en el Libro del profeta Isaías en el Antiguo Testamento se menciona "a unos reyes que venían de Oriente y le traían regalos".

Los hombres de los que habla Mateo no eran únicamente astrónomos. Eran sabios persas que, aunque no pertenecían a la clase sacerdotal, tenían sin embargo, un conocimiento religioso y filosófico muy desarrollado.

Según Benedicto XVI, estos hombres representaban "el dinamismo inherente a las religiones de ir más allá de sí mismas; un dinamismo que es la búsqueda del verdadero Dios". 

Los Reyes Magos representan a los buscadores de la verdad propios de todos los tiempos.


Unos regalos


El Papa emérito Benedicto XVI en su libro sobre Jesús explica que "ante el niño regio, los Magos adoptan la proskýnesis, es decir, se postran ante él"

De ahí se explica que los regalos que ofrecen los Magos no son dones prácticos, que en aquel momento tal vez hubieran sido útiles para la Sagrada Familia.

Los regalos representan un reconocimiento de la dignidad regia de aquel a quien se ofrecen:
  • el oro hace referencia a la realeza de Jesús.
  • el incienso hace referencia a su dignidad de Hijo de Dios. 
  • la mirra hace referencia al misterio de su Pasión.





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