domingo, 10 de septiembre de 2017

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ UN RETIRO ESPIRITUAL?


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Y levantándose muy de mañana, 
cuando aún estaba oscuro, 
se fue y salió a un lugar desolado, 
y allí oró. 
(Marcos 1,35)

Vivimos en un mundo agitado, acelerado y lleno de "ruido". Incluso nosotros, los cristianos, también estamos frenéticamente ocupados en numerosas actividades espirituales, pastorales o evangelizadoras, obedeciendo la misión que Jesús nos encomendó. Y así debe ser, pero debemos hacer espacios de oración, siguiendo el ejemplo de Cristo.

Jesús estaba totalmente entregado a la misión que le había encomendado Dios y al servicio de la gente, pero no se dejaba vencer por el activismo, las prisas, la agitación, sino que se reservaba para sí mismo un tiempo especial; un tiempo en el que, en contacto directo con su Padre, respiraba y tomaba fuerzas para seguir realizando su tarea de la mejor manera posible:

  • "Lleno del Espíritu, partió del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde estuvo cuarenta días" (Lucas 4,1-2). 
  • "Pero él se retiraba a los lugares solitarios para orar." (Lucas 5, 16).
  • "Por aquellos días fue Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios." (Lucas 6, 12).
  • "Y una vez que despidió a la muchedumbre, subió al monte, a solas, para orar; al caer la tarde, estaba solo allí." (Mateo 14, 23; Marcos 6, 46).
  • "Muy de madrugada se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, y allí estuvo rezando." (Marcos 1, 35).
  • "Llegaron al huerto llamado Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Quedaos aquí mientras voy a orar." (Marcos 14, 32).
Imagen relacionadaSu estancia en la tierra fue una vida de oración: o hablaba con el Padre o hablaba sobre el Padre.

Jesús se retiraba para estar a solas con el Padre y poner todo en sus manospara agradecer, para alabar y bendecir al Padre.

Imagen relacionadaSe retiraba para tomar de conciencia de su misión; para tomar una decisión importante; para meditar, para discernir.

Se retiraba para confiar y abandonarse al Padre; para cumplir Su voluntad.
Después de sus retiros, Jesús volvía con fuerza “al tajo”, a la vida, a los conflictos…y se ponía al servicio de la gente.

Nosotros también necesitamos dedicarnos tiempo para hacer un "stop", para salir de la rutina de la vida y tener un "ratito a solas" con el Señor. 

Un retiro espiritual es eso: dedicar un poco de nuestro tiempo para alejarnos del mundo y sumergirnos en la presencia de Dios.

Imagen relacionadaSe trata de irnos lejos de la civilización, alejarnos del "ruido", escapar de todo lo que nos agita. 

Apagar el móvil, olvidarnos de la tecnología, de las redes sociales, del trabajo, de las noticias, de los correos, de las llamadas, de la hora...

Un tiempo de silencio y oración para estar con Dios, no porque seamos mejores cristianos sino porque somos débiles y muchas veces, estamos más lejos del Señor de lo que debiéramos. 
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Si Cristo que está en plena comunión con el Padre, se retiraba regularmente para pasar tiempo con Su Padre, ¿cuánto más debemos hacerlo nosotros?

No es un tiempo para estar activo sino un tiempo para estar receptivo. Es un tiempo para descansar, para reflexionar, para dar gracias, acercándonos a Dios. 

Un retiro espiritual es, sintetizando, parecido a una Lectio Divina con sus distintas fases:

Invocación
En un retiro, lo primero es invocar al Espíritu Santo para tomar conciencia de que es un tiempo de preparación y de limpieza espiritual. Un tiempo que por si mismo no gana el favor de Dios ni me da un salvoconducto a la santidad. Más bien, se trata de alegrarme, de dar gracias porque Dios me llama a estar con Él.

Por eso, cuando paso mi tiempo reflexionando sobre el gran amor que Dios me tiene, llego a conocerle más íntimamente, a escucharle más cercano y a ser consciente de mi papel en Su plan de salvación. 

Lectura
Jesús no leía mientras estaba a solas con el Padre porque Él mismo era la Palabra. 

Durante mis retiros, leo y medito las Sagradas Escrituras y siempre me traen a la mente ideas, recordatorios, promesas, preguntas. 

Es un tiempo para sentarme y reflexionar sobre lo que leo, sobre lo que Dios me dice a través del texto, sobre cómo vivo lo que leo, etc.
Oración
La parte central de un retiro es la oración. Debo tomarme el tiempo necesario para repasar los aspectos principales de una correcta oración:
  • Alabanza.Es nuestra respuesta a la persona de Dios. Le alabo por lo Que es, por Quien es. Me tomo tiempo para ensayar la grandeza de Dios, su carácter, sus atributos.
  • Acción de Gracias. Es nuestra respuesta a la bondad de Dios. Le doy gracias por lo que ha hecho con y por mí.
  • Perdón. Es nuestra respuesta a la santidad de Dios. Le pido al Espíritu Santo que me guíe para hacer un exhaustivo examen de conciencia, para pedirle perdón por todos mis errores, infidelidades y pecados.
  • Petición.Es nuestra respuesta al amor de Dios. Le pido a Dios por los aspectos espirituales, emocionales y físicos de mi vida pero siempre sin tratar de manipularle ni decirle qué debe hacer por mí.  Más bien, le pido qué hacer y cómo, es decir, que me guíe y que me de fuerza para ver y cumplir su voluntad. Mi petición es un acto reflejo a su iniciativa previa sobre mi corazón.
  • Intercesión. Es nuestra respuesta a la generosidad de Dios. Le pido por todo lo que me ha regalado en mi vida: por mi familia, mis hijos y mi mujer, por mis amigos, compañeros de trabajo, por los sacerdotes y obispos, pos los líderes políticos.También le pido por los que están  alejados de Él, por los que no le conocen, por los que no le aman. 
Meditación
Pedir es nuestra respuesta al amor de Dios por nosotros. Es justo y necesario que pidamos a Dios que satisfaga nuestras necesidades. Jesús nos enseñó a pedir "por el pan nuestro de cada día". 

Sin embargo, muchas veces no nos sentimos escuchados ni respondidos por Dios. Es entonces cuando debemos meditar no tanto el por qué sino el para qué.

Contemplación
Hay otro aspecto que no debemos obviar: escuchar a Dios

La cuestión no es hablarle a Dios ni soltarle "mi rollo", mis inquietudes y mis peticiones  ( que también) sino dejarme guiar, moldear, abrazar por Él.

La cuestión no es si Dios me habla, sino más bien, si estoy escuchando. 

Dios me habla constantemente a través de su Palabra, a través de circunstancias o de otras personas y también, a través del susurro de su Espíritu, pero ¿estoy escuchando? ¿Me dejo llevar por Su Espíritu?

Acción
Dios quiere un compromiso de mi parte. No me quiere vago ni perezoso. Y mucho menos tibio. 

En mis momentos de retiro, a menudo me enfrento con la necesidad de hacer un nuevo compromiso con Dios. ¿A qué estoy dispuesto por Dios? ¿Qué puedo ofrecerte en mi pequeñez? ¿Qué sacrificio estoy dispuesto a ofrecerte?

Finalmente y para concluir, Jesús nos exhorta sobre cómo orar y qué actitud de recogimiento debemos mostrar ante Dios: 



""Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, 
que prefieren rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas 
para que los vea todo el mundo. 
Os aseguro que ya recibieron su recompensa.
Tú, cuando reces, entra en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre, 
que está presente en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Al rezar, no os convirtáis en charlatanes como los paganos, 
que se imaginan que serán escuchados por su mucha palabrería.
No hagáis como ellos, 
porque vuestro Padre conoce las necesidades que tenéis 
antes de que vosotros le pidáis".
(Mateo 6, 5 -8)

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