"¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?"
(Lucas 24,5)
La pandemia que asola el mundo ha truncado todos nuestros planes humanos, todas nuestras expectativas. También, ha paralizado los retiros de Emaús, que se han visto suspendidos "sine die".
El virus nos ha colocado en una actitud muy similar a la de los dos discípulos de Emaús: Igual que ellos, hablamos de lo ocurrido. Incluso discutimos. Nos sentimos derrotados y desesperanzados. Nos sentimos desanimados y tristes.
Nos quedamos paralizados ante nuestras pérdidas y nos cuestionamos: Y el retiro ¿pa cuándo? ¿cuándo tendremos un nuevo retiro "nuestro"? ¿cuándo podremos disfrutar de Jesús y de sus milagros otra vez?
Sin embargo, Jesús sale de nuevo a nuestro encuentro durante este "parón" en el camino, y nos dice: "¿Qué conversación es esa que traéis mientras no vais de camino?
Y nosotros, sin reconocerle, le respondemos "Nosotros esperábamos seguir sirviendo a Jesús, el nazareno, poderoso en obras y milagros, ante Dios y ante el pueblo, en nuestros retiros de Emaús, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer mes desde que esto sucedió."
Quizás sea que no tenemos ojos para verle o peor aún, que estamos ciegos. O quizás, sea que tampoco tenemos oídos para oír lo que Dios nos quiere decir.
Ensimismados en nuestras pérdidas y en nuestra falta de retiros, amparados en un erróneo concepto de evangelización "activista" y confiados en una actitud "humana" de servicio a Dios, seguimos quejándonos: "ya estamos en el tercer mes y todavía no sabemos cuando podremos tener nuestros retiros".
Entonces, Jesucristo nos llama "necios y torpes", porque muchas veces hacemos las cosas sin entender el sentido, sin comprender la voluntad de Dios, que nos invita a escucharle en la Palabra de Dios. Es, en los momentos de angustia y de desesperación, cuando Jesucristo, el Verbo encarnado, nos abre los ojos y los oídos.
Jesús, Señor de la historia, nos explica en el Antiguo Testamento, en los Evangelios, en el Apocalipsis, todo cuanto ha de acontecer y nos invita a discernir los signos de los tiempos, diciéndonos: "El que tenga oídos, que oiga".
Cristo nos llama a hacer una parada en el camino para discernir, para escuchar cuál es su voluntad y cómo debemos cumplirla. Nos exhorta a prestarle atención en la oración, y no tanto en una sala de testimonios. Al menos, no de momento.
El Hijo del Hombre nos increpa y nos llama a buscarle en la Eucaristía, y no tanto en una casa de retiros. Al menos, no de momento.
Y nosotros ¿rezamos? ¿escuchamos lo que nos dice? ¿le invitamos a nuestra casa? o ¿seguimos empeñados en nuestra inercia de evangelizar a toda costa sin entender el propósito? ¿para qué un retiro, si no nos conduce a una conversión real a Cristo, a una vida eucarística, a una fe con sentido místico y sobrenatural, a un servicio a Dios interior? ¿tenemos que seguir evangelizando a otros o es tiempo de hacer apostolado con nosotros?
Afirmamos "En verdad ha resucitado" pero quizás deberíamos preguntarnos ¿le vemos? ¿dónde le buscamos? ¿en nuestros recuerdos? ¿allí donde ya no podemos encontrarlo?
Es entonces cuando los ángeles nos dicen: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? Recordad cómo os habló cuando os dijo: Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada'" (Lucas 24,1 y 5; Juan 15,1-5).
Buscarle entre los muertos significa buscarle donde no podemos encontrarle, en retiros que, como el sepulcro, están vacíos. Dios nos llama a buscarle en nuestra vida interior y no tanto en una actividad externa.
Dios nos llama a servirle siempre y a todas horas, con independencia del modo en que lo hagamos. Porque sin vida interior, la vida exterior no tiene sentido.
Jesús es la vid y el Padre es el labrador. Nosotros somos los sarmientos. Si no permanecemos en Cristo no podemos dar fruto. Sin Dios no podemos hacer nada. Tampoco retiros.
Es tiempo de escucha y de discernimiento.
Dios nos dirá, de nuevo y a su tiempo, lo que debemos que hacer.
Que grande eres Hermano, sabias palabras y con gran sentido y verdad,gracias. Fuerte abrazo en Cristo
ResponderEliminarGracias Hermano, Dios te bendiga.
ResponderEliminar¡Grande Paco!, gracias. Dios te bendiga, cuide y proteja. ECC
ResponderEliminarGracias hermano por tu gran reflexion y recordarnos que El nunca nos abandona, más aún en los tiempo difíciles.
ResponderEliminarMuchas gracias hermano y amigo Paco, sin duda el Señor está pendiente de lo que necesitamos en cada momento, en El vivimos nos movemos y existimos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSi DIOS NO NOS DA LO QUE LE PEDIMOS SIEMPRE NOS REGALA LO QUE NECESITAMOS. LA DICHA DE LOS RETIROS OCURRIA A TANTA VELOCIDAD QUE LA SERENIDAD DE LA REFLEXION SERA NUESTRA VERDADERA ALEGRÍA EN CRISTO JESÚS. YL-VM, Emaus Sevilla
EliminarMuchas gracias porque con esta reflexión nos damos cuenta que el servicio y la evangelización también la podemos hacer fuera del retiro.
ResponderEliminarSi vivimos una vida conforme a lo que nos pide Jesús y somos ejemplos para todas las personas que nos rodean, estaríamos haciendo un retiro sin un tope de asistentes y sin unos días determinados es decir un retiro a diario y por siempre. Que Dios nos bendiga.
Pepin, es también mí pensar y mi sentir. Jesucristo ha Resucitado. Un abrazo y la Paz.
EliminarEn verdad a resucitado una gran reflexion y un mejor comentario Gracias
EliminarExcelente lectura...y palabras que parecen del "libro de la Sabiduria".Es verdad....el retiro de Emaus hay que hacerlo cada día..., desde ese templo interior, en donde Dios mora y habita.Y desde ese grito que Pablo insistia:"orad siempre...estad siempre en oracion constante..allí donde os encontreis"...y Dios nos dará el Espiritu Santo.👌🙏
ResponderEliminarExcelente lectura...y palabras que parecen del "libro de la Sabiduria".Es verdad....el retiro de Emaus hay que hacerlo cada día..., desde ese templo interior, en donde Dios mora y habita.Y desde ese grito que Pablo insistia:"orad siempre...estad siempre en oracion constante..allí donde os encontreis"...y Dios nos dará el Espiritu Santo.👌🙏
ResponderEliminarPepin, es también mí sentir y mí pensar. Jesucristo ha Resucitado.
ResponderEliminarHermosa y sabia reflexión que nos viene bien a todos en estos momentos, es cierto que andamos preocupados por los retiros y sobre todo los coordinadores, pero como los hombres de Emaus las preocupaciones no les permitió reconocer desde el primer momento a Jesús,nosotros tenemos puesto el automático y no lo vemos.
ResponderEliminarGRACIAS!!!!!
UN FUERTE ABRAZO!!!
¿ Y qué pasa con todas esas almas que viven el milagro del encuentro con Dios durante un retiro? . Estoy de acuerdo en que esta situación es una ocasión de replantearnos los retiros y nuestra actitud de servicio. Quizás habíamos entrando en la dinámica de cuantas más caminantes mejor y el servicio es un derecho... Pero nuestros retiros siempre han sido muy "rezados" y se ha cuidado la preparación de las servidoras para no ser nunca un impedimento a la acción del Espíritu Santo. No creo que sea excluyente el cuidar nuestra propia evangelización y conversión con procurar ese encuentro con Cristo para otros.
ResponderEliminarEs verdad, es mi opinión también, que estamos poniendo el foco evangelizar a los demás y no nos damos cuenta de que no nos estamos evangelizando nosotros mismos. Y lo digo por mí, que en estos días estoy viendo cómo mi actitud religiosa se está convirtiendo en una baja actividad. Y quizá es por eso, porque estoy esperando que la fuerza me venga de fuera, del retiro que no llega, inconsciente disculpa, con la que, sin darme cuenta, culpo a la pobre actividad que estoy teniendo con mi comunicación con el Señor. Es verdad, en más de una reflexión lo estoy oyendo, que este tiempo de confinamiento más o menos severo debería aprovecharlo, por mucho que me cueste y así es, para ponerme a los pies del Santísimo, práctica que también he rebajado, y de nuestra Madre, para pedir de verdad y con fuerza el compromiso de rehacer mi oración y, como ayer decía Monseñor Omeya, citando a un santo, poner en práctica estas palabras: en los momentos de dificultad, adora y confía.
ResponderEliminarUtilizo más antarnvel@yahoo.com que Gmail.com.
ResponderEliminarMuchas gracias Alberto por tu reflexión. Nos pasa como a los discípulos de Emaús. No vemos que El está junto a nosotros. No hace falta servirle en un Retiro, le servimos con nuestra vida, y que continuamente podemos evangelizar. Un abrazo
ResponderEliminarMuy buena reflexión, creo que Dios nos pide parar, reflexionar, discernir en nuestra vida, servir en lo escondido... pero también nos ha llamado a evangelizar y nos ha repetido sin parar "No tengáis miedo". El está a nuestro lado y le urge que salgamos a mostrar al mundo que ha resucitado. Hay demasiada gente perdida... Hagamos con rigor y con seriedad lo que Dios nos pide, que cada uno discierna en su interior y cuidemos al otro física y espiritualmente, de este modo se podrán hacer retiros sin ningún problema. Me preocupa que el enemigo no para, los retiros de Nueva Era crecen como la espuma y son almas que se alejan.
ResponderEliminar"Yo os envío como a ovejas en medio de lobos, sed pues astutos como serpientes y sencillos como palomas" MT 10.16 y añadiría creativos para ver como podemos continuar, cualquier sugerencia es bienvenida!!
Muchas gracias Ludi. Nadie ha hablado de desatender ni de descuidar al prójimo. No es el miedo lo que motiva mi reflexión, sino más bien el "activismo" desaforado que ha calado en muchos católicos. He visto a muchas personas que, después de haber conocido el Amor en el retiro, han acudido a las parroquias y han comprobado (no en pocas ocasiones) que lo que vieron y sintieron en algunos servidores fue simple "postureo". Mi apoyo y defensa de los retiros de Emaús está fuera de toda duda, y corroborado por años de servicio. No, mi reflexión y mi preocupación van encaminadas a preguntarnos ¿Qué hacemos con las personas después de un retiro? ¿las acogemos de corazón? ¿las cuidamos y las ayudamos? ¿nos preocupamos por ellas? o ¿las echamos" (aunque no sea intencionadamente) del redil y las dejamos a merced de esos lobos de los que hablas?
EliminarEs tiempo de escucha y de discernimiento.
ResponderEliminarDios nos dirá, de nuevo y a su tiempo, lo que debemos que hacer.
Si con nuestras oraciones ponemos en manos del Señor los retiros, quizá también con nuestras oraciones tengamos que poner este tiempo de espera en Sus manos.
Esta pandemia nos está acostumbrando a obedecer nuevas legislaciones sobre la misma en tiempos muy cortos. Según evoluciona la pandemia la normativa se va adaptando, con mejor o peor criterio, a nuestra vida cotidiana. Seguramente un retiro a día de hoy obligaría en su desarrollo a seguir unas normas quizá muy diferentes de cualquier retiro realizado antes de la misma, sin saber bien en qué afectaría al propio retiro el cumplimiento de dichas normas. Y no sólo la normativa, sino también la aplicación o no de medidas de seguridad aplicando el sentido común. Así, por ejemplo, ¿sería bueno someter tanto a Caminantes como a Servidores a un test sobre el covid-19 previo al inicio de un retiro?, o . . . ante un rebrote importante (Dios no lo quiera),y un nuevo confinamiento . . . ¿estaríamos hablando de estar confinados obligatoriamente en el retiro hasta un nuevo cambio?, y si fuera así, ¿esto sería bueno para los caminantes?. No es posible ocultarme a mí mismo las ganas de un nuevo retiro, pero si lo ponemos en manos del Señor, mientras Él decide cuándo será el momento, yo podré ir reparando mis redes y procurando el bien que pueda procurar al prójimo que me encuentre.
Excelente, un verdadero encuentro con El Resucitado que ha fortalecido la llama que arde en nuestro corazón... Vivencia de Alegría y con más Fe; de Emaús ha Jerusalén. ��JHR..., EVR✊
ResponderEliminar