Sin embargo, las únicas menciones que los evangelios hacen sobre el oficio de Jesús se encuentran en Marcos y en Mateo, y las dos hacen referencia al mismo suceso:
- "¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón?" (Marcos 7, 3).
- "¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?" (Mateo 13, 55).
Tektõn
Como sabemos, los manuscritos originales de los evangelios fueron escritos en griego. La palabra griega que hace mención al oficio de San José y de Jesucristo en los dos pasajes citados Tektõn (τέκτων).
Esta palabra griega no se refiere exclusivamente a un carpintero. Más bien, definía a alguien que se ganaba la vida construyendo algo con las manos. Podríamos decir que pudiera ser un constructor, un artesano con conocimientos de carpintero, herrero, albañil, cantero, que realiza trabajos con la piedra, con barro, con madera y otros materiales, y habituado al uso del martillo, el compás, la plomada y el nivel y demás herramientas propias de su oficio.
Para poder ejercer su oficio, San José y Jesús debieron pertenecer al gremio de los constructores de Nazaret y seguramente, fueron requeridos en las grandes construcciones que promovió el rey Herodes-Antipas en Israel: la ciudad de Cesárea fundada por Herodes "el grande" en honor del emperador Augusto y proyectada según Marco Agripa, las ciudades de Séforis y Tiberíades, ambas próximas a Nazaret, así como la reconstrucción del segundo Templo de Jerusalén.
Cabe señalar que cuando se quería especificar el oficio de una persona, en el griego de la época, se agregaba una palabra que concretaba el oficio, es decir, si uno quería especificar que era un artesano de la madera, la palabra Tektõn estaría seguida de otra palabra griega que definiría el gremio de los carpinteros.
En los textos de Marcos y Mateo citados, la palabra Tektõn aparece sola, sin ninguna especificación sobre la designación en particular del oficio, por lo que no se puede entonces afirmar, basándonos en la etimología de la palabra, que Jesucristo fuera un carpintero ni tampoco que no lo fuera. Fue San Justino, en el siglo II d.C, quién estableció como canónico traducir Tektõn como carpintero, y desde entonces se asumió como la única verdad esta traducción reduccionista.
Arkhitektõn
En la antigüedad quién alcanzaba el grado máximo en un oficio recibía el nombre de Maestro (del griego Arkhi, el primero, y del latín magíster, derivado de magis-más), el nivel más alto en cada respectivo gremio y que se usaba como tratamiento. Su misión era adiestrar a sus discípulos en las habilidades concretas de su oficio y dirigir la organización de las obras, a los propios gremios y relacionarse con el resto de los otros gremios de la sociedad.
La palabra griega Arkhitekton (arquitecto), compuesta por Arkhi (el primero, maestro) y Tekton (constructor) se refiere al director de las obras, principalmente de carácter religioso, que provenía de las culturas fenicias, egipcias y sumerias.
El oficio de arquitecto era enseñado de padres a hijos, igual que el de cualquier obrero de la construcción, por lo que podemos asegurar que Jesús conocía el oficio de su padre y por lo tanto él también pudo alcanzar el grado de maestro constructor, un arquitecto.
Jesús es llamado "maestro", al menos 45 veces en los evangelios (Lucas 18,18; Mateo 19,16; Marcos 10,17). Existen en los evangelios datos suficientes como para reconocer a Jesús como arkhitekton, maestro constructor y muchas de sus parábolas están basadas en el oficio que desde niño aprendió de su padre y de sus maestros.
Las parábolas de Jesús
Revisemos las numerosas parábolas que empleó Jesús para ilustrar su mensaje y en las que se refiere:
-10 veces a labores ganaderas
-50 veces a actividades sociales
-40 veces a actividades financieras
-40 veces a labores de construcción
Los conocimientos sobre las actividades agrícolas, ganaderas, sociales y financieras eran comunes a cualquier judío de la época, pues esas labores eran parte de su vida cotidiana. Pero los conocimientos específicos de construcción que aparecen en sus parábolas son pruebas de una formación propia y determinada:
- "¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?" (Mateo 21, 42)
- "Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas" (Mateo 7, 24-29)
- "¿Por qué me llamáis: "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo? Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. Pero el que haya oído y no haya puesto en práctica, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin cimientos, contra la que rompió el torrente y al instante se desplomó y fue grande la ruina de aquella casa." (Lucas 6, 47-49)
- "Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: “Este comenzó a edificar y no pudo terminar." (Lucas 14, 28-30)
Jesús conocía los conocimientos y los procedimientos de un arquitecto para calcular la correcta cimentación de un edificio, o el presupuesto de una obra y la vergüenza que significa en el oficio no hacerlo de manera correcta. Sus palabras le delatan como un maestro conocedor de la técnica que se precisa para edificar o construir.
Contexto geográfico
Analizando también el contexto y la geografía de la región donde creció Jesús podemos decir que en aquella época, la mayor fuente de trabajo para cualquier tektõn sería construir casas, partes de las casas o el mobiliario para éstas.
En Galilea y Judea, donde creció Jesucristo, la madera no constituía parte principal de ninguna construcción. Las casas estaban hechas principalmente de piedra, especialmente en Nazaret, conocida por su rudimentaria arquitectura, su escasa población y sus limitados recursos agrícolas y ganaderos. Además, la madera no era abundante en la región.
Ser carpintero en Nazaret sería bastante raro y poco eficaz para ganarse un sueldo con el que poder vivir.
Ser carpintero en Nazaret sería bastante raro y poco eficaz para ganarse un sueldo con el que poder vivir.
Si Jesucristo realmente hubiera sido un carpintero, su oficio habría sido tan singular que los evangelios lo hubieran mencionado en detalle. Por ello, podemos afirmar que Jesús fue un maestro arquitecto de la construcción.
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