El Apocalipsis de Esdras es un libro pseudoepigráfico o apócrifo de género apocalíptico, de gran valor como testimonio del pensamiento espiritual judío del siglo I d.C.
Figura en la Biblia ortodoxa copta/etíope como Esdras, en algunas ediciones latinas de la Vulgata como IV Esdras (traducido e incluido como apéndice por san Jerónimo), en las versiones eslavas y rusas como III Esdras y en las traducciones inglesas como II Esdras.
Autoría y Datación
Aunque se atribuye al Esdras bíblico del siglo V a.C., fue escrito por un autor judío anónimo del s. I d.C., que adoptó la identidad del personaje histórico para dar autoridad al texto.
Escrito para consolar y ofrecer esperanza en un período de gran angustia (destrucción del 2º templo en 70 d.C.), el autor busca respuestas, de forma similar a la búsqueda de Job por comprender el significado del sufrimiento y del mal pero no se conforma.
Contenido
El tema principal del libro es la teodicea, es decir, por qué Dios permite que su pueblo sufra y que las naciones paganas prosperen, que desarrolla a través de 3 diálogos y 4 visiones del escriba y sacerdote Esdras, desterrado en Babilonia, el año 30 después de la destrucción del 1º Templo de Jerusalén, o sea, el 557 a.C. y a quien el libro identifica con Salatiel (Shə'altî 'Ēl , "Le pedí a El -este hijo-", como la respuesta de Dios).
Estructura
La estructura del libro consta de:
- c. 1-2: Sección histórica (II Esdras). Rechazo de Dios a Israel y visión del Hijo de Dios (posiblemente, de origen cristiano y añadido a finales de s. III d.C.)
- c. 3-14: Sección onírica (IV Esdras).
- 3 diálogos con el arcángel Uriel (3,1-5,20; 5,21-6,35; 6,36-9,26).
- 4 visiones (9,27-10,60; 11,1-12,51; 13,1-58; 14,1-47);
- c.15-16: Sección escatológica/mesiánica (VI Esdras). Anuncia el fin de los tiempos, la llegada del Mesías y el juicio final (posiblemente, de origen cristiano y añadido a finales de s. III d.C.)
Los 3 diálogos
Esdras plantea cuestiones pesimistas sobre la justicia de Dios, al estilo del libro de Job, y el arcángel Uriel expresa en sus respuestas el pensamiento del autor:
-1º diálogo: La justicia de Dios (3,1-5,20).
- Oración-lamento del vidente: la Torá no los libra del pecado; si pecan, Dios los castiga; ¿por qué la destrucción de Jerusalén, si los judíos no son tan pecadores como los gentiles?
- Respuesta del ángel: los planes de Dios son incomprensibles para el hombre. Su justicia llegará "cuando se complete el número de los justos" (Ap 6,10-11; Sal 79,10; I He 47,2).
-2º diálogo: El Día del Juicio (5,21-6,35).
- Queja desgarrada del vidente: si Dios odia a su pueblo, que lo castigue, pero no por medio de los gentiles.
- Respuesta del ángel: el vidente es incapaz de comprender la justicia y la misericordia que Dios reserva para el final (escatológico) de Israel (5,40) que está en las manos de Dios (6,11-24); sólo los que perseveren en medio de las tribulaciones verán el tiempo de la salvación (6,25). La justicia de Dios llegará para todos a su tiempo, primero por el Hijo del Hombre y luego por el Padre. Anuncia las señales del fin de los tiempos.
-3º diálogo: La salvación y las almas después de la muerte (6,36-9,26).
- Oración-lamento del vidente: si la creación exalta el poder de Dios (6,38-54) y señala la continuidad Adán-Israel (6,54), es decir, si el mundo fue creado a causa de Israel ¿por qué los demás pueblos, que son nada lo dominan? (6,58).
- Respuesta del ángel: existen dos mundos, éste en el que reinan las consecuencias del pecado de Adán (7,11ss), y otro que heredarán los justos, mientras los impíos serán condenados (7,17-18).
- en el día del juicio, cada hombre responderá de forma individual por sus actos. Nadie puede interceder por nadie.
- antes del juicio, durante la época mesiánica, habrá signos y tribulaciones ("los dolores de parto del Mesías"), que durará 400 años, tras los cuales el Cristo y todos los hombres morirán y la tierra toda volverá al silencio primordial durante 7 días, tras los cuales vendrá el juicio final y el Altísimo juzgará según las obras (7,28-35) y serán pocos los que se salven (7,47.60.61).
- Al morir, los malvados son atormentados con 7 penas, mientras los justos descansan en paz con 7 alegrías con las que esperan el juicio final. Los castigos y los premios no se conceden a las almas inmediatamente después de morir, sino al cabo de 7 días (7,100s), cuando termina el duelo de la separación del alma y el cuerpo.
Las 4 visiones
- La mujer estéril y su hijo muerto (9,27-10,60).
- la mujer es Sion
- los años de su esterilidad son el tiempo que precedió a la construcción del templo
- el hijo es el templo
- la muerte del hijo es la destrucción del templo
- la ciudad edificada es la nueva Sión en su futuro esplendor.
- El águila y el león (11,1-12,51)
- El águila es el Imperio romano (alas pecadoras, cabezas culpables, garras malvadas y cuerpo perverso) y, en general, cualquier imperio opresor. Es la cuarta bestia de Dn 7,7.23-26.
- El león de Judá es el Mesías (cf. Gn 49,9), el Ungido de la casa de David, preexistente (12,32), que vencerá al águila y liberará al resto del pueblo y lo llenará de alegría hasta que llegue el día del juicio final (12,34).
- El hombre que sale del mar y vuela por las nubes (13,26-52)
- Es Cristo encarnado y resucitado, el Mesías preexistente (13,26)
- protector del resto fiel (13,23-29)
- juez (13,37-38)
- guerrero (13,9-11)
- el varón llamado por Dios "hijo mío" (13,32. 37.52).
- El arrebatamiento de Esdras (14,21-48). Esdras es arrebatado al cielo y lleno de sabiduría (Espíritu Santo) escribe 94 libros durante 40 días. Presentado como un nuevo Moisés, deberá reescribir los libros quemados en el incendio del templo (14,21-22), instruir al pueblo y transmitir a los sabios la ciencia esotérica de los 70 libros (14, 44-48). Simboliza:
- la división de la historia en 10 períodos, según Enoc 93,3-10; 91,15-17
- la concepción cabalística (gnóstica), según la cual una parte de la revelación es pública, y otra, oculta y solo accesible para algunos (14,6.26)