¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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sábado, 13 de junio de 2020

APOCALIPSIS 14-15: EL ANUNCIO DEL JUICIO Y LA VENDIMIA DE LA TIERRA

Lo urgente y lo importante | Formación Humana
"Miré y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el monte Sión, 
y con él ciento cuarenta y cuatro mil 
que llevaban grabados en la frente su nombre 
y el nombre de su Padre."
(Apocalipsis 14,1)

Continuamos esta serie de artículos, extensa pero apasionante, sobre el libro del Apocalipsis, y como hemos venido observando, los acontecimientos que nos narra San Juan (arrebatado en espíritu), no siempre siguen un orden cronológico pero sí un orden lógico y detallado.

Este método, "la ley de la recapitulación", es la firma original, el sello personal del Espíritu Santo, impreso desde el primero hasta el último libro de la Palabra de Dios. Por ejemplo, en el capítulo 1 de Génesis, se nos relata La Creación durante siete días y en el capítulo 2, el Espíritu Santo vuelve a hablar de la creación del hombre, pero esta vez agrega más detalles. En el libro del Éxodo, encontramos las leyes de Moisés, y algo más adelante, en el libro de Deuteronomio, se da la interpretación de la Ley, con cuarenta años de experiencia en el desierto, y con muchos detalles añadidos. En el Nuevo Testamento, tenemos cuatro evangelios, no  uno ni dos, porque el Espíritu Santo ha considerado que era necesario presentar con distintos detalles los muchos aspectos de la vida y persona de Jesucristo.

El triunfo de Cristo y su ejército

Comienza el capítulo 14, con el Cordero de pie, Jesús en posición de combate, sobre el monte Siónen el corazón de la Nueva Jerusalén, sobre el que se levanta el templo espiritual, la morada de Dios en la tierra, acompañado de los 144.000... Estos son los que no se contaminaron con mujeres, porque son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que vaya. Son los sacerdotes y  los  consagrados de todos los pueblos y razas, y de todas las épocas; Los compañeros del Cordero que están dispuestos al sacrificio, la penitencia y la vida sacramental, distintos de la gran muchedumbre que les acompaña a continuación. 
- también como una voz del cielo, como voz de muchas aguas y como voz de un trueno poderoso; y la voz que escuché era como de citaristas que tañían sus cítaras. Son los dos coros de la liturgia celeste: la Iglesia Triunfante a la que se une la Militante, hasta completar el número total. 

-Cantan un cántico nuevo frente al trono, perseveran y son fieles a los sacramentos y a la adoración, que sólo ellos conocen, guiados personalmente por el Espíritu Santo, pasan por una persecución diferente a la que sufrieron los cristianos en siglos precedentes. 

-tenían escrito en las frentes su nombre y el nombre de su Padre, es decir, que obedecen a Dios Padre, y siguen la cruz de Cristo y su ley. Están marcados y protegidos por la cruz y no por el 666.  Obedecen a Cristo y no al Anticristo; son los que han vencido la impureza y la concupiscencia de la carne, pues esta será la herida más insidiosa de las fuerzas del mal, que tratarán de pervertir el corazón interior de la Iglesia y convertirlo en una inmensa Sodoma. El Cordero tiene el poder de borrar la marca de la Bestia de todos aquellos que se convierten.

-en su boca no se halló mentira. Son intachables, se han guardado de las mentiras y las herejías, ligadas casi siempre a la impureza de la carne; han sido fieles y han perseverado hasta el punto de estar dispuestos a morir por preservar su alma (Mateo 16, 25). 

El mensaje del Apocalipsis es que la vida del cristiano es una vida litúrgica, una vida eucarística encaminada a las bodas del Cordero, en las que ofrece el culto a Dios mediante el sacrificio y ofrecimiento de sí mismo, por la salvación de su alma y las de los demás. Aquel que no entra en la liturgia celeste, está fuera.

El anuncio del juicio de Dios

Hasta aquí, San Juan ha hablado del pasado y del presente pero ahora, se dispone a hablar del futuro. Pero no para decirnos cuándo van a ocurrir las cosas sino para que discerniendo lo que va a ocurrir, para que nos convirtamos definitivamente a Dios.

Es el momento del Señor para hacer justicia. Dios va a juzgar al Imperio pero mientras llega ese momento, envía a tres ángeles para que, aquellos que adoran a la Bestia, se conviertan. La misericordia de Dios sigue dando más oportunidades al hombre. Es la última llamada.
Un primer ángel (el enviado de Dios para ese tiempo) anuncia la predicación y nos invita a la última conversión, que vuela por mitad del cielo, es decir, que actúa según la voluntad de Dios, y lleva un evangelio eterno para anunciarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo, buenas noticias e inmutables,  dirigidas a todos los habitantes de la tierra, que nos recalcan las palabras de Mateo 24,14: "Y se anunciará el evangelio del reino en todo el mundo como testimonio para todas las gentes, y entonces vendrá el fin". El ángel exhorta a temer a Dios (a no ofenderle), a glorificarle y a adorarle como el Señor y Hacedor de toda la creación y nos avisa de la hora del juicio

Un segundo ángel anuncia la caída de Babilonia la Grande, la gran ramera, la corrupta, la idólatra, la que pervierte a los hombres y los seduce para que la adoren, la que se embriaga de poder y de éxito, frente a Jerusalén, que es la novia del Corderoaquella que acoge a todos los que no se han vendido a ningún precio. Está visión está tomada de Isaías 21, 9 y Jeremías 51, 8 que predecían la caída de la ciudad caldea. San Juan nos anuncia la caída de la Bestia para que nos separemos de ella, si no queremos caer con ella.

Un tercer ángel anuncia el destino de quienes adoran a la Bestiano tienen descanso ni de día ni de noche, la "Pax romana" (nuevo orden mundial de paz y estabilidad) ofrecida por el "Imperio" es un engaño del Dragón que, a lo largo de la historia, ha prometido al hombre, sabiendo que es mentira, y el de los que mueren en el Señordescansan de sus fatigas, porque sus obras los acompañan. Los santos, los que escuchan el evangelio eterno del primer ángel, cumplen todos los mandamientos y resisten hasta el final, descansarán en paz. ¡Aquí se requiere la paciencia de los santos, es de nuevo, una exhortación a perseverar sin dejarnos engañar o seducir por la Bestia y a desenmascarar el mal.
EL RINCÓN DEL TEÓLOGO ADVENTISTA: El mensaje de los tres ángeles ...

La siega y la vendimia de la tierra

Tras estos tres últimos avisos de los ángeles, el cielo se dispone a hacer justicia. San Juan nos muestra esta escena que toma de otra similar de su Evangelio, la conocida como la vid y los sarmientos. 

Es la hora de la justicia y nos conmina a los cristianos a no tener miedo a la muerte, pues el premio eterno será de inmediato. Es el momento de la cosecha y la vendimia de la tierra que recoge a los justos para preservarlos de la ira contra el Imperio que está a punto de desencadenarse con las siete copas.

Aparece una nube blanca, que es la Iglesia y sentado sobre ella, como un hijo del hombre, Cristo con una corona de oro, Rey y Señor de su Iglesia, pero ahora ha cambiado el cetro por una hoz afilada, su Justicia, con la que va a separar el trigo de la cizaña, el bien del mal. Hace referencia a Mateo 24,30-33 que anuncia la segunda venida de Jesucristo donde aparece el Hijo del Hombre, viniendo sobre las nubes con gran poder y gloria, que enviará a sus ángeles con un gran toque de trompeta y reunirán a sus elegidos de los cuatro vientos, de un extremo al otro del cielo, para, a continuación, recordarnos la parábola de la higuera y la llegada del verano. 
Sale otro ángel del santuario y con gran voz, clama al que estaba sentado sobre la nube"Mete tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies de la tierra". Un ángel le dice a Cristo que la cosecha está lista y le pide que comience a hacer justicia en referencia a Joel 3,13 y Marcos 4, 29. El tiempo está cumplido, el fruto está maduro y tiene que ser recogido

El que estaba sentado encima de la nube metió su hoz sobre la tierra y la tierra quedó segada. Jesucristo cumple lo que estaba escrito: separa el bien del mal. Comienza la siega que, bíblicamente, tiene siempre un sentido positivo puesto que para los judíos es la fiesta más importante del año. La Escritura utiliza, con frecuencia, los símiles agrícolas, propios de la cultura judía y así, Cristo es el segador, quien imparte justicia, y también el vendimiador, quien recoge a los justos (Joel 2, 2 y 4,12; Isaías 63, 1-6). Cristo recoge a los 144.000 para preservarlos.

Otro ángel salió del santuario del cielo, de la presencia de Dios, llevando él también una hoz afilada. Y del altar salió otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, posiblemente, se trate de Uriel, el arcángel "regente del sol" o "fuego de Dios", quien tiene también la llave que abrirá el Infierno al Final de los Tiempos. El fuego simboliza el poder purificador de Dios que consume lo perecedero y acrisola lo imperecedero, el fuego que limpia toda maldad, quien grita con una gran vozpoder y autoridadal ángel que tenía la hoz afilada para que vendimieal que Dios le ha ordenado recoger la uva madura, es decir, hacer justicia.
La vendimia se realiza en dos fases: primero, se recoge la uva madura (los justos) y se pone aparte para llevarla al lagar y extraer el néctar; y a continuación, se quitan los sarmientos, las malas hierbas (los malvados) y se queman.  Sin embargo, San Juan está haciendo referencia sólo a los malvados.

El ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra, la tierra, en la Biblia, simboliza a los que están dentro de la Iglesia, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios, que son juzgados. Pisotearon el lagar fuera de la ciudad, los confronta y purifica fuera de Jerusalén, de la Iglesia, fuera de la fe,  y salió tanta sangre del lagar, tanta persecución y martirio, de los compañeros del Cordero, que subió hasta los frenos de los caballos, indica la profundidad de un metro, aproximadamente, en un radio de mil seiscientos estadios, 320 kms, en referencia a la distancia entre Dan y Beerseba, es decir, la extensión de toda Palestina.

Los justos están purificados en el lagar de Dios y preservados por Él, del vertido de las copas de Su ira.

El cántico de los vencedores

El capítulo 15 es un intermedio, un interludio antes del castigo de los impíos. El Espíritu Santo vuelve a recapitular. San Juan ve otro signo, grande y maravilloso, aparecen 7 ángeles, que reciben de manos de uno de los vivientes, las 7 copas con las plagas de la ira de Dios, castigos de Dios que sobrevendrán a los adoradores de la Bestia
-
Vi como un mar de vidrio, el trono de Dios, en calma, equilibrio y paz, mezclado con fuego, purificado, y los vencedores de la bestia, de su imagen y del número de su nombre, los que le pertenecenestaban de pie sobre el mar cristalino con las cítaras de Dios, los mártires del Anticristo, de pie, listos para participar en el combate, intercediendo por los que están en la tierra.

-Y cantan el cántico de Moisés y el del Cordero, anticipo de triunfo (los cánticos de victoria y liberación del cautiverio egipcio en Éxodo 15,1-21, y del cautiverio del pecado en la cruz en Deuteronomio 32, 1-43). Se abre el santuario de la Tienda del Testimonio, manifestación de Diosy salieron los 7 ángeles vestidos de lino puro, con funciones reales, y ceñidos alrededor del pecho con cinturones de oro, sacerdotales.

-Entonces uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira de Dios, el clamor de los santos en Apocalipsis 6, 10 es, por fin, atendido.

-Y el santuario se llenó de humo procedente de la gloria de Dios y de su poder, símbolo del poder y la gloria de Dios, tomado de Isaías 6,4.

-y nadie puede entrar en el templo hasta la consumación de las siete plagas de los siete ángeles, es tiempo de purificación para la tierra (Apocalipsis 9, 6), en el que los vencedores del Anticristo, se postran ante el trono de Dios, le cantan alabanzas y anuncian los castigos que se sobrevienen sobre los que persiguieron la Iglesia de Cristo. Nadie puede entrar en el cielo hasta que se consuma la justicia divina.

La visión de las copas es una referencia a su utilización en el servicio sacerdotal del templo de Jerusalén en el Antiguo Testamento. El Sumo Sacerdote llevaba, un día al año, al "Santo", donde se encontraba el Arca de la Alianza, es decir, Dios mismo, una copa de sangre, símbolo del perdón de los pecados del pueblo.



Bibliografía:

-"El Apocalipsis" (de Adrienne Von Speyr, por Hans Urs Von Balthasar).
-"Para leer el Apocalipsis" (Jean-Pierre Prévost, Editorial Verbo Divino, 1991).
- "La Cena del Cordero" (Scott Hahnn, Editorial Patmos, 2001).
-"El Apocalipsis de San Juan" (Emilio Aliaga Girbés, Editorial Verbo Divino)