Estamos de acuerdo, como hemos dicho muchas veces, que nuestra Iglesia necesita una profunda renovación.
El Espíritu Santo sopla en ese sentido y crea olas espirituales que debemos "surfear" y los laicos tenemos una función importante en ello.
No se trata de sustituir a los sacerdotes, ni cambiar el mensaje del evangelio ni amoldarlo a los nuevos tiempos. Se trata de trabajar junto a los sacerdotes, de ser iglesia, de ser estratégicos, de recuperar la identidad de la iglesia, tal y como Jesús la fundó.
Y eso no va a ser nada fácil.
Será lo más difícil que hayamos hecho nunca
No, en serio, es muy, muy, muy duro! Si pensamos que esto va a ser algo divertido y agradable, estamos muy equivocados. Jesús nos lo advirtió.
La fidelidad y el amor a Cristo no siempre será suficiente; por supuesto, son los requisitos para comenzar, son cruciales y más importantes que cualquier cosa, pero debemos ser capaces de liderar y discipular a la gente.
Es lo que nos toca hacer; con la ayuda y guía de Dios, por supuesto.
Es lo que nos toca hacer; con la ayuda y guía de Dios, por supuesto.
La gente intentará no comprometerse
La gente se comportará de una manera en la parroquia, y de otra, fuera.
Otros evitarán involucrarse demasiado porque ello requiere tiempo y esfuerzo. Y en esta sociedad actual, son dos bienes escasos.
Otros evitarán involucrarse demasiado porque ello requiere tiempo y esfuerzo. Y en esta sociedad actual, son dos bienes escasos.
Nos tocará ser muy perseverantes y diligentes, y aún así, algunas veces no conseguiremos ver fruto.
Paciencia, no depende de nosotros!!!
Paciencia, no depende de nosotros!!!
Tendremos que luchar contra el pesimismo y la decepción
Tendremos dudas, pesimismo con respecto a las personas de nuestra parroquia e incluso nos "quemaremos". Algunas personas dejarán de asistir a la parroquia, y esto producirá daños, heridas y decepciones.
No importa cuán eficientes o denodados seamos, algunas personas se irán. Es inevitable. Y seguramente pensemos que es algo personal. Pero es el libre albedrío. Dios nos hizo así.
Tendremos que evitar compararnos a otras iglesias
En el juego de las comparaciones, siempre se pierde. Si nos comparamos con una iglesia más pequeña, nos sentiremos orgullosos. Si nos comparamos con una iglesia más grande, sentiremos envidia. Nunca llueve a gusto de todos.
Sufriremos peores ataques desde el interior que desde el exterior
Siempre debemos estar vigilantes y esperar algún ataque del enemigo desde fuera de la iglesia. Éstos, los vemos en seguida. Pero los ataques del enemigo desde dentro, como la traición de Judas a Jesús, son los que más daño hacen y los que menos esperamos.
La Biblia nos advierte que somos enviados en medio de lobos. Debemos estar alerta!
El crecimiento siempre se mirará con ojos cuantitativos
Una de las mayores tentaciones será medir el crecimiento de la parroquia en base a la gente que asista a las misas. Nos gustaría que esto no fuera cierto, pero lo es.
Si la parroquia crece, la gente nos felicitará. Si se contrae, nos culparán. Nos guste o no, así es como la gente piensa.
Nuestro foco debe estar puesto en la calidad de nuestra parroquia no en la cantidad. Dios quiere la excelencia!
Nuestro foco debe estar puesto en la calidad de nuestra parroquia no en la cantidad. Dios quiere la excelencia!
Nunca seremos lo suficientemente buenos
No importa lo que hagamos, habrá gente a la que no le gustaremos. Nunca seremos lo suficientemente buenos para satisfacer todos los gustos. También, sentiremos que hacemos algo mal o inadecuado.
Debemos dejarlo todo en manos del Señor. Él es el que obra, es nuestro salvador y a quien todo el mundo necesita; nosotros sólo servimos.
Nuestras familias se verán afectadas
Nos guste o no, nuestra dedicación y servicio impactará profundamente en nuestras familias. Por el tiempo que dediquemos, por lo ocupados que estemos, nuestras familias lo notarán.
Nos considerarán menos cualificados porque no somos sacerdotes
La cultura clerical persistente en casi todas las parroquias hacen que la gente sólo siga al sacerdote, por lo que los laicos nunca serán suficientes para la gente.
Nuestra labor es intentar hacer las cosas a las que el sacerdote no puede llegar. Nunca sustituirle.
El dinero siempre será un problema
Tendremos que luchar financieramente, sobre todo al principio. Tenemos que estar preparados para lo que se avecina.
Los recursos para el servicio nunca son suficientes y la iglesia, en contra del parecer común, no es rica. a lo que se une que en nuestro país tampoco hay cultura de aportar a la iglesia.
Cuando el sacerdote se vaya, muchos se irán con él
Ya sea que elija salir, o le re-ubiquen, perderemos a mucha gente; muchas personas siguen a los sacerdotes en lugar de seguir a Cristo. Es una realidad.
Nuestra tarea es servir a Dios y al prójimo, esté quien esté.
Estamos en guerra espiritual y el enemigo va a atacar
Satanás siempre está al acecho, y atacará donde más daño hace. Intentará crear desánimo, división, duda, etc.
No es una guerra humana sino espiritual, por eso debemos estar preparados con la armadura de la fe.
Nos desanimaremos y pensaremos en arrojar la toalla
"Son los lunes tras el domingo". La mayoría de gente tiene una actitud el domingo en misa y el lunes ya la ha olvidado.
Es por ello que es de suma importancia la voluntad. Cuando ésta se tuerce, el pecado entra.
Pero todo valdrá la pena!
No hay nada más grande que la recompensa de una vida plena en Cristo. Vamos a sufrir. No va a ser fácil, pero valdrá la pena. Aceptar el llamado de Dios al servicio es una de las mayores bendiciones y privilegios que Dios nos regala.
Tendremos asientos en primera fila para ver vidas cambiadas, matrimonios sanados, hijos pródigos que regresan. Muchas personas cambiarán por nuestra fidelidad y perseverancia.
Y si no vemos todo eso, tenemos al más grande con nosotros, tenemos a Dios, siempre.
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