¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.

jueves, 25 de agosto de 2016

¿QUÉ LE DIRÍA JESÚS A UN HOMOSEXUAL?

"No te acostarás con un hombre 
como se hace con una mujer; 
es una acción infame" 
Levítico 18,22

Hay mucha controversia en las noticias y en la sociedad sobre el matrimonio homosexual, la ideología de género y los gays. Todo el mundo tiene una opinión sobre lo que está bien y qué está mal.  Si uno no está de acuerdo con las prácticas y comportamientos homosexuales, es un homófobo e intolerante. Y si lo está, contradice la voluntad de Dios.

Pondré un ejemplo que creo que aclara bastante la situación: Yo, como "esclavo fumador", ¿Tengo derecho a exigir a otros que acepten y toleren mi vicio nicotínico? ¿Tienen que transigir con mi conducta, con mi humo, con mi mal olor? ¿Deben aprobar mi hábito aún a pesar de que va en contra de mi salud o de la suya? ¿Tengo derecho a hacer apología de mi vicio? O más bien, ¿me aceptarán como amigo, me querrán por mi mismo a pesar de mi mal hábito? Sinceramente creo que no se trata de una cuestión personal sino de conducta.

Pero ¿Qué diría Jesús? ¿Cómo hablaría Jesús con un hombre gay o con una lesbiana? 

Observando la Biblia, podemos tenerlo bastante claro (Levítico 18,22), pero eso no quiere decir que Dios odie a los homosexuales:

"Te quiero"

Nunca dudes de que Jesús te ama más de lo que puedas imaginarte, a pesar de lo que seas, a pesar de tu conducta. Jesús nos ama tal y como somos. El amor de Jesús no tiene requisitos previos, es incondicional. Incluso si le odias o te comportas en contra de su Ley, Jesús te ama y quiere lo mejor para ti. El amor es la esencia del mensaje de Jesús. El amor de Jesús es puro, no tiene que ver con el sexo. (Juan 3,16; 1 Juan 4, 8-10; Romanos 5, 8; Salmo 86,15).

"Entiendo tu discriminación"

Jesús sabe muy bien cómo se siente un marginado social. Los líderes religiosos de su tiempo podrían haber sido sus mejores amigos, sin embargo, le odiaban hasta el punto de matarlo.

Pero, además en los momentos de mayor necesidad, sus amigos más cercanos lo abandonaron.

De la misma forma, un homosexual se siente rechazado por la sociedad y por la iglesia en este momento, pero Jesús le entiende. Su corazón siempre se encoje por los rechazados y marginados. Jesús quiere abrazarte y hacerte saber que Él te ama. 

"Yo también fui tentado"

Jesús fue tentado en todos los sentidos. Él no sintió vergüenza o rechazo debido a sus tentaciones y sus sentimientos. Se enfrentó a ellos cuando estuvo en la tierra. Nunca se casó, y se enfrentó a la tentación diaria en todas las formas imaginables. Jesús realmente era perfecto y aún así se enfrentó a la tentación. Luchó contra el deseo de huir del plan de Su Padre.

"Quiero algo más para ti"

Dios creó el matrimonio y el sexo para su disfrute. El sexo fue creado para el hombre y la mujer dentro del matrimonio, y ha sido así desde el principio. Todo lo demás, nos contamina. Puedes pensar que Jesús está tratando de quitarte la única cosa con la que disfrutas o que quiere fastidiarte, pero no es así. Él ha definido claramente el matrimonio y el sexo en la Biblia, porque quiere lo que es mejor para ti.

No te dejes arrastrar por argumentos políticos, Jesús quiere que confíes en él. Él quiere lo mejor para ti. Antes de decidir que lo que crees que es correcto, confía en Él (Mateo 19, 4-6; Efesios 3,17-21; 1 Timoteo 2, 4).

"Yo estoy contigo siempre"

Puedes estar en desacuerdo con los pensamientos de Jesús sobre el sexo y el matrimonio, pero aún así, Él no se apartará de ti. Puedes disfrutar de la vida que vives en este momento, incluso si no estás de acuerdo con sus directrices, Jesús entiende tu duda. Él no nos abandona. Durante mucho tiempo, las personas han estado en desacuerdo con él, le han gritado e insultado, pero él espera pacientemente. Jesús es paciente con nosotros porque Él quiere que le conozcamos. Jesús quiere que vivas la vida que Él ha planeado para ti. Cuando hayas terminado de hacer las cosas a tu manera, él estará ahí. Vuelve a él y pídele ayuda, y Él estará allí antes de que parpadees.
No hay alegría permanente fuera de Jesús. Jesús quiere lo mejor para ti, y Él quiere que experimentes una vida plena. Jesús no quiere discutir contigo para convencerte ni te obliga a hacer algo que no quieras hacer. Jesús quiere que sepas que su amistad es mejor que cualquier otra cosa. Hasta llegar a ese punto, él estará aquí pacientemente, esperándote (Romanos 2, 4; 2 Pedro 3,9; 1 Pedro 5, 7; Oseas 14).

El debate finaliza cuando entendemos que es el quebrantamiento de nuestra voluntad la que nos lleva al pecado. Jesús no condena a las personas sino sus conductas. De igual forma, Cristo no condena a los fumadores, sino el hecho de fumar; ni a los que tienen problemas con el alcohol o las drogas, sino el hecho de consumirlos. 

Es nuestra decisión, nuestra voluntad la que nos acercará o nos alejará a Jesús. Él, a pesar de nuestros comportamientos, nos ama. Y nos ama incondicionalmente, no porque seamos buenos o por nuestros méritos. Si el amor de Dios dependiera de algo que hay en mí, ya no sería incondicional. Solo depende de Él, porque Dios es el fundamento de su amor por mí. Su amor por ti, no depende de ti. Aceptar que somos amados incondicionalmente es un acto de fe. 

Si Dios me ama y me acepta tal como soy, también yo debo amarme y aceptarme a mí mismo.

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