"Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos"
(Sal 45,18)
Esta última parte de las Letanías, reúne y exalta las excelsas grandezas de María, celebrando su soberana realeza en el cielo y en la tierra.
A la diestra del Rey, el Salmista vio a una Reina, vestida con manto de oro, gozosa del poder que Dios le ha otorgado para conceder a quien la invoca, toda clase de gracias, dichas y bendiciones (Sal 45,10-18). Esta Reina coronada en el cielo por Dios es María, no sólo de los hombres, sino también de los ángeles.
Por trece veces le otorgamos el glorioso título de "Reina", porque fue investida de esta dignidad cuando Dios Padre, desde toda la eternidad, la eligió por su Hija, por Esposa del Divino Espíritu y por Madre de su Unigénito.
Reina de los Ángeles
"Reina de los ángeles" porque:
- es Madre del Verbo Divino. Ella puede decir junto con Dios, el Padre Eterno: "Tu eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy" (Salmo 2,7).
- tiene dominio, autoridad y poder sobre los nobles súbditos espíritus, porque aventaja en dignidad y majestad a todos los coros angélico.
María es elevada por el mismo Dios del Universo, adoptando a la vez, un movimiento de "descenso" hacia el poder y la voluntad del Padre, que reina en su corazón, y hacia nuestra debilidad y escasos méritos, para reinar en nuestros corazones.
Reina de los Patriarcas
"Patriarca" es una palabra griega que significa padre o jefe, y con la que se honra a algunos justos del Antiguo Testamento, elegidos por Dios como guardianes y depositarios de la fe en el futuro Mesías, avivada por las frecuentes revelaciones de Dios y transmitida a sus descendientes como luz en medio de las tinieblas de la ignorancia y del pecado.
Los Patriarcas representaron a Jesucristo en varios misterios de su vida, de su muerte y de su obra redentora y en la debida proporción, y representaron también a María, pues quien representa al original, representa por lo mismo, a la copia fiel.
"Reina de los Patriarcas":
- de Noé, único padre salvado del diluvio y destinado a repoblar el mundo. María fue la única preservada del naufragio universal de la culpa, toda santa, renovó moralmente al género humano y contribuyó a reparar los daños causados por el primer pecado.
- de Abraham, admirable ejemplo de fe y de obediencia, padre de los creyentes, dispuesto a sacrificar a su unigénito sobre el Monte Moría. La Madre amorosa de todos los redimidos sacrificó a su unigénito Hijo para la redención del género humano sobre el Monte Calvario en el Altar de la Cruz.
- de Moisés, el amigo y confidente de Dios, que hablaba con Él de tú a Tú. María Santísima no es sólo amiga, sino también Madre de Dios y confidente de Aquel con quien vivió treinta y tres años.
- de San José, su esposo purísimo y devoto suyo, que aunque no cooperó a la generación del Verbo encarnado, sí contribuyó principalmente a cuidar y alimentar al Dios-Hombre, y fue testigo continuo de las acciones de Jesús y de María. Siempre atento a sus palabras, compartió con Ellos durante muchos años, los gozos y las penas, las esperanzas y el amor, a Dios y a los hombres. San José es la sombra y el reflejo del Eterno Padre, él ocupa en la tierra su lugar y Cristo le reconoce sus derechos paternos. Su santidad, virtud y gran dignidad le configuran como el sumo Patriarca entre los Patriarcas. El Papa Pío IX, para poner su persona y la de todos los fieles bajo la protección de San José, por Decreto del 8 de Diciembre de 1870, lo nombró solemnemente Patrono de la Iglesia Universal.
Ellos no prefiguran al Cristo que ha de venir sino que siguen sus huellas y lo copian, con aquella perfección que es posible a la humana naturaleza, vigorizada por la gracia.
María es también "Reina de los Patriarcas" nuevos, que procuraron imitar sus virtudes, fueron los maestros de la devoción a Ella y promovieron su culto.
Reina de los Profetas
"Profeta" es la persona enviada por Dios que, por ilustración divina, conoce con la máxima certeza, y por divina inspiración, predice cosas o sucesos futuros, que no se pueden conocer por ningún medio humano. Sólo Dios es el autor de las profecías.
"Reina de los Profetas" porque:
- fue mostrada por Dios a los Profetas de la antigua Ley, y ellos la pre anunciaron con palabras, figuras y símbolos.
- porque María misma, dotada del espíritu de profecía, conoció y predijo muchas cosas futuras.
El objeto central y primario de las antiguas profecías era el Redentor prometido, Jesucristo, del cual, todo está predicho por los Profetas: el linaje, la familia de la cual surgirá la estrella de Jacob; la raíz de Jesé, de la cual brotará la flor; el tiempo, el lugar y las circunstancias del nacimiento prodigioso; la muerte con las humillaciones, dolores y crueldades; la resurrección, la ascensión, el reino de la Iglesia.
Pero no se podía anunciar al Sol, el Hijo del Altísimo, sin señalar a la gran Señora que le había de engendrar en su Seno Purísimo.
Todas las profecías que hablan expresamente de Jesucristo hablan, implícitamente de la Virgen y Madre:
-El primer profeta de María fue Dios mismo. Cuando se cometió el primer pecado, el pecado original, Dios promete un divino Reparador que ha de nacer de una mujer.
-Los Profetas, unánimemente, ven en la Mujer a María, y en su Fruto, a su Único Hijo: Jesús.
- El Rey Profeta David, en el Sal 44, canta a la Virgen María, delineando a la excelsa Madre del Redentor. Ella es el objeto de las complacencias del Rey, la Virgen admirable.
- Isaías, el Profeta evangelista, vio, el singular privilegio de María de juntar a un tiempo la divina maternidad con la más pura virginidad: "la Virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y su nombre será Emmanuel, esto es, Dios con nosotros".
- San Juan el Bautista, quien fue ungido y "saltó de alegría" con la sola presencia de Cristo encerrado en el seno materno de María.
"Reina de los Profetas" no sólo porque Ella fue objeto de sus profecías, sino porque poseyó este don de la profecía, en la forma más excelsa.
A Ella le fueron mostradas todas las profecías y su cumplimiento; le fue revelada la economía de la Encarnación, de la Redención, de la obra divina de Cristo. Aquello que los Profetas conocieron en fragmentos, María lo conoció completamente.
"Reina de los Profetas" no sólo porque Ella fue objeto de sus profecías, sino porque poseyó este don de la profecía, en la forma más excelsa.
A Ella le fueron mostradas todas las profecías y su cumplimiento; le fue revelada la economía de la Encarnación, de la Redención, de la obra divina de Cristo. Aquello que los Profetas conocieron en fragmentos, María lo conoció completamente.
Después del glorioso mensaje del Arcángel Gabriel, después del saludo de Isabel, que la llama "bendita entre todas las mujeres", María Santísima responde entonando su himno inmortal, el Magnificat, con inspiración profética canta la gloria de Dios y su propia grandeza.
Reina de los Apóstoles
"Apóstoles" son enviados, mensajeros, heraldos, misioneros de Dios por:
1. Excelencia: hombres escogidos por Nuestro Señor Jesucristo, que vivieron con Él, que fueron formados por Él y enviados por Él, después de haber recibido el Espíritu Santo, a predicar el Evangelio por todo el mundo.
2. Participación, hombres que, a semejanza de los Apóstoles, predican el Evangelio hasta los confines de la tierra, como los Misioneros.
3. Analogía, fieles cristianos comprometidos que desarrollan algún trabajo apostólico en general o acción misionera en particular, con lo cual cooperan con la Jerarquía a extender el Reino de Jesucristo.
"Reina de los Apóstoles" porque:
- tuvo una relación más íntima con el Divino Redentor que los Apóstoles, que fueron amigos de Jesús. No hay comparación entre las relaciones de la amistad y las relaciones de la maternidad.
- mientras los Apóstoles fueron llamados a seguir a Jesús y vivieron con Él tres años, María, desde el instante de la Encarnación del Verbo hasta la Ascensión de Cristo, vivió en íntima unión con su Divino Hijo.
- mientras los Apóstoles (nosotros también) fueron elegidos para predicar al mundo la divina palabra; María fue escogida para traer a la tierra la Palabra substancial, personal, el Verbo de Dios.
- mientras Cristo comparte con ellos (nosotros también) su poder judicial (Mt 19,28), con María comparte su Reino.
- fue la Maestra y Consejera de los Apóstoles (nosotros también). Dios confió a María la Iglesia naciente y la militante, de la misma manera que le había confiado anteriormente el cuidado del pequeño Jesús.
Reina de los Mártires
"Mártires" son aquellas personas que padecen muerte por amor de Jesucristo y en defensa de la fe y de la religión. El martirio es el perfecto acto de amor y de fortaleza que suple las demás virtudes que podrían faltar o podrían ser imperfectas.
Cuando la adversidad se abate sobre una familia, hay un corazón que tiene el privilegio de sufrir más que los demás y de recibir en sí el dolor de todos: es el corazón de la madre.
"Reina de los Mártires" porque:
Cuando la adversidad se abate sobre una familia, hay un corazón que tiene el privilegio de sufrir más que los demás y de recibir en sí el dolor de todos: es el corazón de la madre.
"Reina de los Mártires" porque:
- en la inmensa familia humana, María siente en su corazón los dolores de todos sus hijos, los padecimientos de todos los mártires y los tormentos del Rey de los Mártires.
- porque el Profeta Jeremías predijo que los dolores de la Virgen serían los más atroces después de los de Jesucristo, los más crueles soportados por una sencilla criatura con el auxilio de la gracia Divina.
Reina de los Confesores
"Confesores" son todos los Santos que no fueron mártires. Son cristianos que profesan públicamente, con su testimonio de vida cristiana, la Fe en Jesucristo y por ella están dispuestos a dar la vida.
El mérito que se alcanza con el martirio es en muy breve tiempo y por eso, para obtener el mérito sin el martirio requiere un tiempo bastante largo y mayor perfección de las Virtudes Teologales y Morales.
Esto se consigue a través de una vida entera de lucha contra el pecado, contra el mal y de sacrificio continuo. De tal manera que la vida de un santo puede llamarse un continuo martirio.
Esto se consigue a través de una vida entera de lucha contra el pecado, contra el mal y de sacrificio continuo. De tal manera que la vida de un santo puede llamarse un continuo martirio.
Los santos confesores, tuvieron que superar toda clase de dificultades y practicar las virtudes en grado heroico.
"Reina de los Confesores" porque María es la primera, la más perfecta y la más santa de todos esos héroes de virtud y santidad.
Reina de las Vírgenes
María no es sólo Santa Virgen de las Vírgenes, sino que también es Reina de todos aquellos y aquellas que profesan la virginidad dentro de la Iglesia.
"Reina de las Vírgenes" porque:
- fue la primera en profesar solemnemente la virginidad, que antes era considerada como ignominiosa entre las mujeres hebreas.
- elevó esta virtud a su máxima perfección posible.
- su virginidad fue singular y única, asociada por prodigio Divino a la maternidad.
- su ejemplo y protección inspiran y proporcionan amor a la virginidad, a todas las personas consagradas en la Iglesia que guardan y conservan esta noble virtud.
Reina de todos los Santos
"Reina de todos los Santos" porque:
- María es canal de toda santidad por el cual Dios nos hace llegar hasta nosotros la virtud y la santidad. En el cuerpo místico de Jesucristo, la Iglesia, Ella transmite a la Cabeza las súplicas de los miembros, y desde la Cabeza hace llegar a todo el cuerpo aquellas gracias por las cuales crece toda virtud, toda perfección y santidad.
- María es modelo perfecto de santidad para todos, especialmente para la mujer. Dios es la santidad primera y por esencia que nos la hizo accesible en su Unigénito Hijo, Jesucristo (Ef 1, 4-6), que es el espejo de la perfección divina, pero los rayos que emanan de Jesucristo son todavía demasiado brillantes para la dignidad humana; la suya es una santidad increada, infinita.
- Dios nos propuso a Nuestra Señora como modelo de santidad creada, el más cercano a la santidad increada e infinita para allanarnos el camino hacia la perfección y animarnos a imitarla. María es espejo, ejemplo y modelo perfecto de santidad.
- María Santísima es modelo de la mujer cristiana, un ejemplo singular de la perfección femenina, como mujer, como esposa y como madre.
- María santifica a la mujer y, con ella, a la familia, a la sociedad y al mundo.
Reina (Intacta) concebida sin mancha de pecado original
"Reina Intacta", preservada de la culpa original, porque la coloca junto al eterno Hijo de Dios, en el mayor linaje de gloria que puede concebirse.
Y por ello, el gran Pontífice Pío IX, el 8 de Diciembre de 1854, la insertó en el sagrado tesoro de la fe católica por el Dogma de la Inmaculada Concepción.
Y por ello, el gran Pontífice Pío IX, el 8 de Diciembre de 1854, la insertó en el sagrado tesoro de la fe católica por el Dogma de la Inmaculada Concepción.
Argumentos que prueban la Inmaculada Concepción de María:
-La Sagrada Escritura: "Pondré enemistades entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo, ella aplastará tu cabeza." (Gn 3,15). María Santísima y su Divino Hijo tendrán los dos las mismas enemistades con el demonio, con el pecado, por consiguiente María será concebida como concebirá Ella a Jesús, en la enemistad del mal, o sea sin pecado.
-La tradición: En las obras de los santos Padres y de los escritores eclesiásticos, se encuentran varias frases que expresan la pureza Inmaculada de María Santísima.
-La razón: Dios, por ser santidad Infinita, esencial y absoluta no puede habitar donde no brilla la santidad más perfecta y más pura. María fue preservada del pecado original, porque estaba destinada a ser Madre de Dios. Dios no pudo permitir que fuera ni un solo instante esclava del pecado. El Altísimo santificó su tabernáculo.
Reina Asunta (Elevada) al cielo
El Papa Pío XII, el día 1 de Noviembre de 1950, pronunció, declaró y definió el Dogma de la Asunción, que añade una perla más a la corona de nuestra Madre y Reina María.
La Asunción corporal de la Bienaventurada Virgen María al cielo es verdad revelada por Dios y por eso, todos los fieles de la Iglesia debemos creerla con firmeza.
La Augusta Madre de Dios está tan estrechamente unida a su Divino Hijo que parece casi imposible imaginaria separada de Cristo y expuesta a la corrupción del sepulcro
Reina del Santísimo Rosario
"Reina del Santísimo Rosario" porque:
- esta oración es la fuerza del débil, el consuelo del alma y la grandeza del hombre al elevarse a la vida Divina.
- el Cielo no se resiste a la súplica del hombre.
- esta devoción une la oración vocal (Padre Nuestro y Ave María), poniendo en nuestros labios lo más grande, noble y eficaz que nos enseñaron Jesús y la Iglesia, y la oración mental, ofreciendo a nuestra mente y corazón la contemplación de los Misterios de la Vida, Pasión, Muerte, Resurrección y Gloria de Cristo.
- pidió a sus amados hijos rezarlo todos los días. Entre ellos, a Santo Domingo, fundador de la Orden de los Predicadores, para "destruirlas herejías, promover la virtud y atraer sobre todos las Divinas misericordias", y a los tres pastorcitos de Fátima, el 13 de mayo de 1917, "para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”.
Reina de la Paz
El Papa Benedicto XV, el 30 de Noviembre de 1915, en plena guerra mundial, cuando el odio y la muerte se extendían por toda Europa, concedió facultad a los obispos para añadir a las Letanías Lauretanas, la Invocación "Reina de la Paz".
Según san Agustín, la paz, la más noble aspiración del corazón humano, es la tranquilidad del orden, es la constante serenidad del ambiente moral que hace que la vida sea tranquila y fecunda. En este ambiente todo prospera y crece.
Jesucristo, el Divino Redentor quiso que toda su vida discurriera entre dos mensajes de paz: la cantaron los Ángeles en Belén y la anunció Él mismo a los Apóstoles el día de su Resurrección: "La Paz sea con vosotros".
"Reina de la Paz" porque:
- Ella ha poseído la paz en grado sumo, en una medida verdaderamente regia: la paz exterior e interior. María es toda serenidad y tranquilidad; toda gracia sobrenatural.
- desde el primer instante de su existencia Ella estuvo llena de gracia y fue elegida para engendrar en su seno al Príncipe de la Paz.
- a los pies de la Cruz abrazó con caridad y paz a todos los hombres, mostrando especial predilección y misericordia por y para los pecadores.
- con este título, significamos su poder ante Dios en grado sumo y la tranquilidad en el orden.
- vivió profundamente la paz, fruto del sacrificio.
Insuficientes y escasos quedan todos los atributos, títulos, privilegios y grandezas que nosotros, pecadores, podemos utilizar para nombrar e invocar a María.
Por eso, te decimos:
"Santa María, ruega por nosotros"
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