¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.

jueves, 12 de junio de 2025

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ EVANGELIZO?


Desde hace doce años, cuando conocí los cursos Alpha y, después, los retiros de Emaús, estoy comprometido con la evangelización, pero reconozco que hasta hace poco no me había planteado el por qué y el para qué de lo que hago.

Fue en una conferencia de una misionera de la caridad de santa Teresa de Calcuta, hermana de un buen amigo de fe, cuando escuché algo que quedó grabado en mi corazón: "todos y cada uno de nosotros tenemos una 'cuota' de almas para llevar al cielo"

Hasta entonces, servía a Dios y al prójimo en la certeza de que es la vocación a la que estamos llamados los cristianos y así lo sentía en mi corazón, pero no me planteaba las razones por las que evangelizaba ni tampoco esa "cuota" de la que soy responsable.

Esta "cuota de almas" está en función de las capacidades que Dios nos ha dado a cada uno y que nos enseña en la parábola de los talentos de Mt 25,14-30 y Lc 19,11-27. Una "cuota" diferente en cada uno de nosotros y que debemos descubrir.

En Emaús tenemos muy interiorizada una oración del cardenal Verdier en la que le pedimos al Espíritu Santo guía para saber lo que debemos pensar y decir, cómo debemos decirlo, lo que debemos callar, cómo debemos actuar y lo que debemos hacer...para la gloria de Dios bien de las almas y mi propia santificación".

Pero ocurre que, a veces, sin meditarlo mucho, nos dedicamos a hacer cosas para Dios sin tener claro cuál es el objetivo o las razones por las que el Espíritu Santo nos ha guía en la gran tarea evangelizadora. Y es en la medida en que uno adquiere ese conocimiento, es capaz de discernir y orientar mejor su vida al cumplimiento de la voluntad de Dios.

Y así, a través de la oración, el Señor nos interpela para que nos preguntemos: ¿evangelizo por una satisfacción personal, o lo hago porque siento la necesidad de llevar almas al cielo? Realmente, ¿tengo una actitud dócil al Espíritu Santo, dulce huésped del alma y protagonista principal de la evangelización, o me creo el protagonista de una tarea que realizo de manera casi automática? ¿Tengo un interés genuino por las almas o sólo "hago cosas" porque es lo que debo hacer? ¿todo lo que hago es para gloria de Dios o para gloria mía?

Ocurre que quizás vemos el "más allá" como algo lejano y obviamos que, si no tenemos muy presente nuestro destino eterno en el cielo, la evangelización no tiene sentido. Y es que muchas veces, aunque pensemos estar sirviendo a Dios, los afanes cotidianos y nuestros orgullos protagonistas (que no celo), nos impiden alcanzar esa trascendencia necesaria para preocuparnos por los bienes eternos y tan sólo nos ocupamos de los aspectos terrenales y presentes, es decir, del "aquí y ahora", o del "yo y mi circunstancia".

Dice san Pablo que "Dios, nuestro Salvador, quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (cf. 1Tim 2,3-4) pero también  el propio Jesús nos dice" No todo el que me dice 'Señor, Señor' entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mt 7,21).

Por tanto, sabiendo que la voluntad de Dios es la salvación de todos hombres, nuestra misión (la mía), en palabras de Jesús, es cumplir su voluntad. Entonces, ¿Cómo cumplo yo la voluntad de Dios? ¿Tengo yo también ese celo divino para que todos los hombres se salven o pongo excepciones y excusas? ¿Mi celo depende de mis talentos con los que actúo, o de mi fragilidad, en la que el Espíritu Santo actúa?

Y otra vez, san Pablo, el gran ejemplo evangelizador, vuelve a interpelarme con su propia experiencia: "Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad. Así que muy a gusto me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo. Por eso vivo contento en medio de las debilidades, los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (1Cor 12,9-10).

Evangelizar significa aceptar mis propias debilidades y limitaciones para que Dios actúe a través mío. 

Cumplir Su voluntad y tener celo por las almas es el resultado de abrazar mi propia fragilidad, mi debilidad, las dificultades e incluso las persecuciones en la certeza de que Dios está a mi lado. 

Sólo así puedo ser capaz de servir, es decir, sólo dejándome "actuar" por el Espíritu, puedo alcanzar ese celo por las almas, configurarme a  Cristo y, en definitiva, amar verdaderamente a Dios y al prójimo.

Entonces...¿Cuál es mi "cuota de almas"? ¿Cuál es mi verdadero celo por las almas?

martes, 3 de junio de 2025

¿EMAÚS PARA SACERDOTES?

 
"Dios no hace acepción de personas, 
sino que acepta al que lo teme y practica la justicia" 
(Hch 10,34-35; cf. Rm 2,11; cf. Gal 2,6)

No se han hecho esperar... ya han llegado a España los retiros de Emaús para sacerdotes, importados de Colombia por el padre Enrique Martín, superior general de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey y por el padre Javier Siegrist, párroco de Santo Cristo de la Misericordia de Boadilla del Monte.

Honestamente, creo los retiros de Emaús para sacerdotes desvirtúan la esencia propia de Emaús a pesar de los buenos motivos esgrimidos para realizarlos: fortalecimiento de vínculos, experiencia fraterna, revulsivo afectivo, recuperación del  gozo ministerial...

Los retiros de Emaús no nacieron para fortalecer vínculos (aunque lo hacen) ni para ofrecer una experiencia de fraternidad (aunque lo es) ni un revulsivo afectivo (aunque lo proporcionan) ni para revivir el gozo del servicio/ministerio sacerdotal (aunque lo reviven), sino como una obra de evangelización, de primer anuncio (kerigma) y de conversión ante la crisis de fe existente en la sociedad actual y ante el paulatino alejamiento de creyentes de la Iglesia.

Creo que este interés en hacer retiros de Emaús para sacerdotes parte de un error de concepto a causa de un tópico que se toma como excusa para realizarlos según la vocación a la que cada uno es llamado por Dios: "Emaús es un retiro de laicos para laicos". Es una frase que se repite insistentemente pero que no refleja la verdadera realidad de estos retiros.

Aunque es cierto que está organizado por laicos (también, los retiros de sacerdotes, lo están), no es "de laicos", pues están siempre bajo el auspicio y el acompañamiento de una parroquia y, por tanto, de sacerdotes. 

Tampoco es un retiro "para laicos", puesto que está abierto a todas la personas que deseen asistir (laicos, sacerdotes, vida consagrada). Prueba de ello es que han participado cientos de sacerdotes y de consagrados/as, que se han reencontrado con el amor de Dios y han vivido una experiencia de comunión con el pueblo de Dios.

Creo que es más acertado decir que Emaús es un retiro suscitado y guiado por el Espíritu Santo para toda la Iglesia. Y su mensaje podría resumirse así: "que los que están dentro, salgan y los que están fuera, entren".

Los retiros de Emaús no hacen acepción de personas, ni distinción alguna por su estado espiritual o por su posición social, laboral o vocacional, algo que sí parecen pretender los retiros de Emaús exclusivos para sacerdotes

Los retiros de Emaús tienen una sola diferenciación: por género. Es decir, existen para hombres y para mujeres. Los motivos están más que justificados dada la diferencia emocional, identitaria, psicológica, cognitiva, expresiva o lingüística entre hombres y mujeres, pero que no existe entre laicos y sacerdotes aunque sus realidades sean, ciertamente, diferentes.

Si un laico desea hacer un retiro mixto tiene a su disposición un gran abanico de retiros de silencio, cuaresmales, ignacianos, de Proyecto Amor Conyugal (PAC) o de Effetá. De la misma manera, si un sacerdote o consagrado desea hacer un retiro específicamente para consagrados, tiene también a su disposición retiros de silencio, cuaresmales, formativos, ignacianos, etc.

Pero colocar la etiqueta de "Emaús" (que tanto "vende") con el objetivo de hacer "excepciones" y/o "acepciones" en estos retiros (que son de conversión y anuncio), desvirtúa su esencia, denota una cierta discriminación e insinúa un cierto clericalismo, esa peligrosa tentación eclesial que tanto denunciaba el papa Francisco y que es absolutamente contraria al Espíritu Santo y a la Palabra de Dios.
Si entramos en esta espiral distintiva, no sería descabezado (a la par que irónicamente absurdo) que los obispos comenzasen a reclamar retiros de Emaús exclusivos para el orden episcopal, o que los laicos reclamasen retiros de Emaús en virtud de su posición/condición social/laboral, de su situación existencial o de sus preferencias o gustos: retiros exclusivos para abogados, para políticos, para aficionados al fútbol, para amigos...¿Absurdo, vedad?

Creo que la asistencia de sacerdotes o consagrados a los retiros de Emaús tal y como fueron concebidos desde el principio, no sólo crea vínculos entre ellos y el pueblo de Dios, sino que además los acerca más a las realidades de esta sociedad en la que permanecen un tanto "al margen" y a la que tienen un acceso limitado, a través del sacramento de la confesión.

Además, si lo que estos retiros de sacerdotes pretenden es una renovación personal pero no va acompañada de una renovación pastoral y ministerial del sacerdocio (y, recordemos que Emaús no es formativo), la experiencia se queda (como muchas veces ocurre por desgracia) en un "subidón espiritual" que no es duradero ni plenamente fructífero.

Incluso, este intento de "segregación" de los pastores del rebaño tienen un consecuencia negativa: les hace perder ese "olor a oveja" que tanto mencionaba el papa Francisco. Y los pastores deben estar junto al rebaño, no aparte.
Por otro lado, cuando el apóstol Pedro dice "también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo", no se está refiriendo exclusivamente a los sacerdotes ministeriales sino a todos los creyentes, a todo el "linaje elegido, el sacerdocio real, la nación santa, el pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa" (1 P 2,5-9).

Por tanto, las "piedras vivas" de la Nueva Jerusalén no solo están formadas por las vocaciones sacerdotales sino también por las laicales. Pretender apoderarse de la gracia de Dios es tremendamente perjudicial tanto para unos como para otros. 

Es bueno recordar que en el Padrenuestro pedimos "venga a nosotros tu reino", pero no con el objetivo de acapararlo o adueñarnos de él, sino con el propósito de que todo el pueblo de Dios, es decir, todos los bautizados, vivamos en unidad y armonía (en este caso, en forma de retiro). 

Para concluir, sólo dos cosas: dejemos que el Espíritu Santo sea quien guíe a la Iglesia y dejemos a Dios ser Dios. A veces, no empeñamos tanto en personalizar "las cosas de Dios" que olvidamos al "Dios de las cosas".

JHR







viernes, 30 de mayo de 2025

FRASES DEL CARDENAL ROBERT SARAH


El cardenal Robert Sarah (80 años), a quien tuve el honor de conocer en persona hace algunos años, es un hombre de Dios, hombre humilde, despierto y decidido. Un siervo de Dios tranquilo, sosegado y confiado. 

Un hombre de misericordia, de perdón, de silencio. Un santo del siglo XXI, de gran sensibilidad litúrgica y de escrupuloso respeto y fidelidad a la Palabra de Dios. Un hombre bueno sobre el que Dios ha posado una mirada especial. 

Un sacerdote piadoso y sencillo que no busca nada, que no pide nada. Tan sólo su permanente deseo de unirse a Dios en oración. Cree firmemente en la virtud y en el poder de la oración.

En su vida no ha habido nada fácil ni gratuito: la pobreza, la separación de la familia, la dictadura marxista, la persecución...Sin embargo, este hombre siempre ha resistido, ha perseverado en la plena confianza de que Dios está siempre a su lado.

Fue el arzobispo más joven del mundo, con treinta y cuatro años. Un extraordinario maestro espiritual que vive para servir a Dios y para ayudar a los hombres, y cuyas reflexiones parecen duras, exigentes y radicales.

Recientemente, el Papa León XIV le ha nombrado delegado para que le acompañe en las celebraciones del 400 aniversario de las apariciones de Santa Ana, representada en el lugar de peregrinación de Sainte-Anne-d’Auray.

El cardenal despliega en todo, una obstinación suave y angelical que desemboca delicada y suavemente en el camino del justo medio, con frases lapidarias. He aquí una selección de algunas de ellas:

Amor
  • "La fuente del amor que el hombre necesita es Dios."
Apostasía silenciosa
  • "Cerrar los ojos ante los acontecimientos y callar ante las palabras es faltar a la caridad."
Caridad
  • "La caridad es servicio al hombre, y no se le puede servir sin hablarle de Dios."
  • "La caridad cristiana es la actualización del amor que el hombre siempre necesita. Ha de ser independiente a las ideologías y no estar al servicio de estrategias humanas". 
  • "La caridad no es limosna ni solidaridad, ni humanitarismo ni filantropía. Es la expresión de Dios y la prolongación de la presencia de Cristo en el mundo."
  • "Un cristiano no puede practicar la caridad sólo con sus hermanos en Cristo, sino con todos los hombres sin distinción."
  • "La caridad cristiana es manifestar el amor y la ternura de Dios, redescubrir la presencia compasiva y misericordiosa del Padre en medio de nuestros sufrimientos."
  • "La caridad hace que nos abandonemos totalmente en Dios, que realice su obra en nosotros y nosotros en, por y con Él."
Celibato sacerdotal
  • "El canon de Cartago es el documento más antiguo de la Iglesia sobre el celibato: una ley unánimemente aceptada y confirmada por toda la Iglesia en fidelidad a la enseñanza de Jesús, quien recompensa a quienes lo dejan todo por seguirlo."
Concilio Vaticano II
  • "El aggiornamiento es un instrumento de reflexión para situar a la Iglesia en un mundo cambiante, en el que ciertos sectores económicos, mediáticos o políticos prescinden de Dios y se hunden en un materialismo onírico, liberal y relativista."
  • "El gran mensaje del Concilio Vaticano II consistió en afirmar de un modo nuevo que Dios habita en nosotros y revelarlo al mundo."
Crisis del hombre
  • "Sin Dios, el hombre no sabe adónde ir, ni logra entender quién es."
  • "El hombre busca de cada espiritualidad lo que le conviene para crearse una cómoda religión subjetiva: es el vagabundeo espiritual."
Crisis de la Iglesia
  • "Hoy, en La Iglesia existen hombres con un deterioro moral. El carrerismo, la tentación de lo mundano y el narcisismo clerical son males muy reales. Para curar esta profunda enfermedad, debemos restaurar nuestra vida interior. La Iglesia depende de la pureza de nuestras almas."
  • "El problema de la Iglesia de hoy es que ya no somos conscientes del vínculo sobrenatural que existe entre Cristo y la Iglesia. Si se borra el vínculo con Dios, la Iglesia se convierte en una simple estructura humana, se banaliza, se mundaniza y se corrompe hasta perder su naturaleza original."
  • "Sin Dios, creamos una Iglesia a nuestra imagen y semejanza, y en función de nuestras necesidades, caprichos o aversiones."
  • "Sin Dios, la moda se apodera de la Iglesia y la visión de lo sagrado se vuelve perecedera, una especie de medicina caducada."
  • "Sin Dios, la Iglesia no es más que un barco sin timonel que navega a merced de huracanes y tempestades."
  • "Ante el abismo existencial, a la Iglesia sólo le queda una posibilidad: irradiar únicamente a Cristo, su gloria y su esperanza, profundizando en la gracia de los sacramentos, proclamando la Palabra de Dios con honestidad, dignidad y respeto."
  • "Los signos de la crisis de la Iglesia son la falta de sacerdotes, la falta de compromiso misionero, las carencias en la formación del clero de los seminarios, la falta de vida interior (carente de Palabra, oración, silencio, contemplación y sacramentos), empobrecimiento, sequedad y carrerismo clerical.
  • "Existe una tendencia dentro de la Iglesia que pone el acento misionero en la lucha política o el desarrollo socio-económico que diluye el Evangelio. Se emplea la doctrina social de la Iglesia de modo abusivo y sin entenderla, convirtiéndola en instrumento de la acción política."
  • "La Iglesia está dividida al tener concepciones distintas de la liturgia y la ideología ocupa el lugar de la adoración: cada uno está encerrado en su capillita."
Cruz
  • "La Cruz es el centro del mundo, el corazón de la humanidad y el punto de anclaje de nuestra estabilidad. Todo lo demás es inestable, cambiante, efímero e incierto. "
  • "La experiencia física de la Cruz es una gracia absolutamente necesaria para crecer en la fe y una ocasión para configurarnos con Cristo."
  • "El Calvario es la cima del mundo desde donde podemos ver todo con los ojos de la fe, del amor y del martirio: con los ojos de Cristo."
  • "No hay ministerio petrino sin participación en la Cruz de Cristo."
Dios
  • "Dios no está en la tormenta ni en el terremoto ni en el fuego, sino en el susurro de una leve brisa."
  • "La ausencia de Dios en el mundo es consecuencia de la ausencia de la Iglesia en el mundo."
Evangelización
  • "La Iglesia tiene la obligación de anunciar a Cristo."
  • "La evangelización es obra de Dios, quien actúa y quien quiere comprometernos en su obrar."
  • "La evangelización es una cooperación con Dios, fundamentada en la oración y dependiente de nuestra voluntad para comprometernos con Dios y de nuestra capacidad para estar cerca de Él."
  • "El debilitamiento del impulso misionero es signo de la crisis de fe y consecuencia del relativismo existente." 
  • "El Evangelio no es un concepto intelectual ni un eslogan publicitario sobre Jesucristo sino el alivio de los sufrimientos de los hombres a través de una experiencia física y espiritual con Él." 
  • "El principal reto de la nueva evangelización es luchar contra la 'apostasía silenciosa' y proporcionar a las personas la oportunidad de experiencias íntimas de encuentro con Dios."
Ideologías
  • "El espíritu ideológico es contrario al espíritu evangélico porque es fuente de división."
  • "Las herejías han sido siempre de naturaleza ideológica."
Iglesia
  • "La Iglesia debe implicarse en la vida concreta de los hombres."
  • "La belleza de la Iglesia no reside en el número sino en la santidad de sus fieles."
  • "En la Iglesia no existe la promoción humana del mundo, sólo la imitación del Hijo de Dios."
  • "Los desafíos de la Iglesia actual son la necesidad de la evangelización, el dialogo entre la fe y la razón, la lucha contra la cultura de la muerte y la oposición a las formas de opresión ideología."
  • "La Iglesia es como la luna. No brilla con luz propia sino que refleja la luz de Cristo."
  • "La Iglesia está hecha para alabar y adorar a Dios: sin Dios no es nada."
  • "La Iglesia se deja conducir por una intensa vida de oración, de alabanza y de adoración, y por su misión de glorificar a Dios en medio de los pueblos."
  • "La Iglesia debe luchar contra la dictadura del relativismo nadando contracorriente, diciendo la verdad con humildad, respeto y claridad"
Liturgia
  • "El culto divino nos saca de lo ordinario para llevarnos a lo extraordinario."
  • "La liturgia es el momento en el que Dios, por amor, desea estar en profunda unión con el hombre."
  • "La liturgia no es un mero lugar de convivencia fraterna sino un lugar de encuentro con Dios."
  • "La misa requiere un gran silencio y debe ser planteada con dignidad, belleza y respeto".
  • "El sacerdote que descuida la Eucaristía no es capaz de percibir cuánto nos ama Dios."
  • "La misa es lo más importante que debemos vivir. Es donde nos encontramos cara a cara con Dios."
  • "La riqueza y belleza litúrgicas se encuentran en las abadías y en los monasterios, fruto de su pausa litúrgica y su sentido de lo sagrado."
  • "El fundamento de la liturgia debe ser la búsqueda de Dios. La liturgia está hecha para Dios. No es una obra de creatividad personal. Si hacemos una liturgia para nosotros mismos, se aleja de lo divino y se convierte en una representación teatral ridícula, vulgar y aburrida."
  • "La liturgia debe producir el encuentro personal de los fieles con Dios para escucharle en lo más íntimo de su corazón. Un cara a cara contemplativo y silencioso que les transforme."
  • "Algunas misas son tan bullangueras que no difieren mucho de una feria de pueblo."
  • "La misa no puede responder a satisfacciones personales, no es un ritual para satisfacernos, no nos celebramos a nosotros mismos."
  • "En la liturgia, cuando el hombre está delante de Dios, entra en el misterio de lo sagrado y le inserta en una estructura profundamente divina."
Mal
  • "Cristo fue intransigente con el mal pero misericordioso con las personas."
Miseria
  • "La miseria más profunda no es, necesariamente, la pobreza material, sino no tener a Dios."
Mujer
  • "Las cuotas o la paridad no son un criterio del Espíritu Santo."
  • "El problema no es una igualdad ilusoria sino el respeto a la dignidad y la libertad de la mujer."
  • "La idea de una mujer cardenal es tan ridícula como la de un hombre monja. Cristo se comportaba siempre de un modo justo con los hombres y con las mujeres, dando a cada uno el papel que le corresponde."
  • "El plan de Dios es que la mujer es madre y el hombre, padre y la aspiración de ambos es la santidad."
Oración
  • "El hombre sólo es grande cuando se arrodilla ante Dios."
  • "El cristiano debe cuidar con celo largos tiempos de oración personal que alumbran nuestro ser, configuran nuestra verdadera identidad y afianzan nuestra existencia en el misterio."
  • "El fundamento de la vida de un cristiano es el encuentro cotidiano con el Señor en oración."
  • "Cuando hemos de vivir la Pasión, necesitamos retirarnos al huerto de Getsemaní, en la soledad de la noche." 
  • "La oración es la obra del Espíritu Santo que ora por nosotros, nos reestructura interiormente y nos sumerge en la intimidad de Dios."
  • "La oración consiste en guardar silencio, escuchar y abandonarse en Dios."
  • "La oración no es un momento mágico donde pedimos y se nos concede. Es dar libertad a Dios en nosotros, esperarle con perseverancia en el silencio, en el abandono y en la confianza."
  • "La oración exige tiempo y es una escuela difícil. La perseverancia es una travesía larga y árida por el desierto."
  • "Orar es entrar en la voluntad de Dios. Es amar y dejarse amar. Es mirar y dejarse mirar."
  • "El lugar de la oración es el alma, donde reina el silencio y la soledad, donde Dios habla y nosotros escuchamos."
  • "Para orar de verdad es necesario salvaguardar la virginidad del corazón, es decir, no vivir en el bullicio interior o exterior, en la dispersión y las distracciones humanas."
Palabra de Dios
  • "Es de vital importancia que guardemos un escrupuloso respeto y una gran fidelidad a la Palabra de Dios, para no manipularla en virtud de las circunstancias históricas, políticas o ideológicas, con objeto de complacer a los hombres."
  • "La Palabra de Dios es el centro del mensaje que la Iglesia debe revelar y transmitir al mundo."
Parroquia
  • "La labor pastoral de una parroquia debe centrarse en la formación de los catequistas, auténticos edificadores de ellas."
Pobreza
  • "La relación más auténtica con Dios es el encuentro con los pobres. La pobreza es el origen de la vida en Dios."
  • "Dios es pobre: El Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza."
  • "Dios cuenta siempre con los pobres para hacer frente a los poderosos."
  • "La pobreza es un valor bíblico y cristiano: el pobre necesita a Dios y a los demás para vivir."
  • "La Iglesia no combate la pobreza sino la miseria material, moral y espiritual."
  • "Dios eligió la pobreza para venir al mundo".
Poder
  • "El poder destruye a quienes no tienen la prudencia de compartirlo."
Prueba
  • "En la prueba, Dios está con nosotros. Marcha a nuestro lado en el camino de Emaús, el camino de la decepción, de la pérdida, del dolor y del desaliento."
Sacerdotes
  • "Un seminarista es, ante todo, obra de los sacerdotes que lo han acompañado."
  • "Un sacerdote es un hombre que ocupa el lugar de Dios y se reviste de su poder."
  • "Un obispo necesita hacer penitencia, ayunar, permanecer a la escucha del Señor y orar mucho en silencio y en soledad. Cristo se retiró cuarenta días al desierto."
  • "El honor que se rinde a un cardenal sólo puede ser para gloria de Dios."
  • "El soldado fiel no siente sus heridas cuando contempla amorosamente las heridas de su Rey."
  • "Los seminaristas, sacerdotes y obispos tienen obligación de mantener una relación personal con Dios para no convertirse en meros funcionarios.
  • "La vida interior es la sal y la vida de los sacerdotes, su única preocupación, de forma que puedan expresarse con un lenguaje sencillo, conciso y directo, de forma conmovedora y eficaz para hacerse entender por sus ovejas."
Silencio
  • "Un sacerdote debe dejar un lugar importante en su vida al silencio, a la escucha de Dios y de las almas que se le confían."
  • "La predicación implica silencio. En el ruido el sacerdote pierde el tiempo. La cháchara es una lluvia ácida que arruina la meditación."
  • "El silencio de Dios nos enseña cuando hablar y cuando callar."
  • "El silencio nos lleva a entrar en la verdadera liturgia par alabar a Dios, confesarlo delante de los hombres y proclamar su gloria."
Verdad
  • "Como Jesús, un cristiano debe estar dispuesto a morir dando testimonio de la verdad."
  • "Sin la Verdad, los países caminan en tinieblas y provocan en su pueblo las desgracias más terribles."
Vocaciones
  • "En el orden sobrenatural, el futuro del sacerdocio está garantizado."
  • "Dios sigue llamando como en el pasado, es el hombre el que no escucha igual".
  • "La vocación sacerdotal es inseparable de la Virgen María: sostiene a los sacerdotes  en la fidelidad a sus compromisos."
  • "No hacen falta muchos sacerdotes, sino buenos y santos sacerdotes, hombres de Dios y de oración, hombres de interioridad, centinelas de Dios, pastores apasionadamente comprometidos en la evangelización del mundo."

martes, 27 de mayo de 2025

LA PEDAGOGÍA EVANGELIZADORA DE JESÚS

"Llamó a sus doce discípulos
y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos
y curar toda enfermedad y toda dolencia"
(Mt 10,1)
El capítulo 10 del evangelio según San Mateo es todo un libro de instrucciones del Señor sobre el apostolado y el servicio cristiano que tiene como telón de fondo las Bienaventuranzas (Mt 5,3-11):

v.1-4: Cristo llama a sus doce apóstoles, en los que estamos todos representadosSimón Pedro y su hermano Andrés; Santiago y Juan, los de Zebedeo; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó. Es decir, funda la Iglesia, a la que da "autoridad". 

v. 5-6: Jesús da instrucciones concretas sobre a quienes dirigirnos en primer lugar: primero, a los cercanos, a la familia, a los amigos.

v.7: La misión es clara: debemos "movernos" y "salir"...de nuestras comodidades, de nuestras zonas de confort, de nuestros egoísmos de nuestras perezas, de nuestras excusas, de nuestros intereses... para evangelizarEl Reino de Dios no es un reino como los de este mundo y, por ello, no hay tiranías, ni dictaduras, ni obligaciones...la única Ley es la del Amor.

v.8: El Señor nos llama a cuidar de los demás, a cada uno según su dolencia, su mal o su falta. Y nos invita a hacerlo sin buscar nada a cambio, ni recompensas, ni beneficios, ni halagos. Se trata de entregarnos completa y desinteresadamente.

v. 9-10: Cuando evangelizamos, no tenemos que buscar planteamientos ni proyectos humanosNo debemos pensar en aquellas cosas que necesitaríamos en un trabajo humano, ni preocuparnos por estar suficientemente preparados para ello. Tan solo, debemos confiar en la Providencia divina.

v. 11-15: Debemos buscar a aquellos que quieran acoger nuestro mensaje pero no empeñarnos en convencer a nadie. Nuestra misión es llevar la paz a otros y no entrar en polémicas. Si nos escuchan, bien. Si no lo hacen, no debemos insistir.

v. 16-18: Dios no nos envía a una misión triunfal o exitosa. Es más, nos previene de lo que vamos a encontrarnos: lobos que trataran de devorarnos. Por eso debemos ser sagaces y actuar siempre con discernimiento y humildad: no polemizar sino llevar paz, no devolver mal por mal sino obrar en todo momento el bien. Nos previene de que, como Él, seremos perseguidos y juzgados.

v. 19-20: Nunca estar preocupados por el qué decir o qué hacer, ni tampoco confiar en nuestras capacidades. El Espíritu Santo nos capacitará en cada momento para decir o hacer lo que convenga. Y nos defenderá.

v. 21-22: Nos alerta sobre el enemigo, que incluso estará entre nuestros seres más queridos y cercanos, en nuestra propia familia. Y nos advierte que seremos odiados y calumniados, como Él también lo fue.

v. 23: Aunque seremos perseguidos, Jesús no nos llama a la guerra ni a enfrentarnos con nadie. Si somos atacados, debemos rehuir toda lucha o disputa y marcharnos del lugar.

v. 24-25: Nos exhorta a no querer ser más que Dios ni a querer ocupar su sitio. Nosotros somos discípulos, servidores, pero Dios es quien hace todas las cosas, Él es el maestro y dueño. Si nos consideramos seguidores de Cristo, debemos estar preparados a vivir y padecer el mismo escenario que sufrió Jesús.

v. 26-28: Nos llama a no tener miedo a proclamar siempre la verdad aunque ello suponga odio, martirio y muerte. Nuestro principal objetivo es la salvación de nuestra alma que no debe estar justificada ni fundamentada en la mentira, que es el rasgo distintivo del Enemigo.

v. 29-31: Somos muy valiosos para Dios. El ama toda su creación, pero especialmente a los hombres.

v. 32-33: Nos reconforta y nos ofrece justicia y recompensa.

v.34-36: Jesús insiste: la misión no es un camino de rosas. No nos engañemos a nosotros mismos: el enemigo también está en casa.

v. 37-38: Suenan duras las palabras del Maestro...es preciso que no antepongamos nada a Dios, ni siquiera nuestra propia familia. Nos llama a cargar la misma cruz que cargó Él.

v. 39: Nos llama a entregar la vida por Dios y por el prójimo para obtener la vida eterna, a nos er egoístas ni interesados en las cosas temporales

v.40-42: Debemos tener siempre presente que somos enviados por el Maestro y que no hablamos en nuestro nombre sino en el de Cristo. Nuestra labor es hacerlo presente en el mundo como hicieron los profetas y los apóstoles en el pasado: hablando en su nombre. Igual que hizo Jesús, enviado por el Padre para hacerlo presente en medio de los hombres y hablar en su nombre.

Cristo nos ofrece tres recompensas : 
  • la del profeta, la hospitalidad y la acogida de quienes nos reciben sabiendo que venimos en nombre de Dios. Pero también ser acogidos en el reino de los cielos.
  • la del justo, la justicia de Dios, es decir, darnos a cada uno lo que le corresponde, según nuestras obras. 
  • la de los pequeños, es decir, la de los humildes, los necesitados: tomar posesión del Reino de los cielos, es decir, de la vida eterna.

viernes, 23 de mayo de 2025

GRUPOS ECLESIALES ENDOGÁMICOS

"Y vi la ciudad santa, 
la nueva Jerusalén 
que descendía del cielo, de parte de Dios, 
preparada como una esposa
 que se ha adornado para su esposo...
Y los cimientos de la muralla de la ciudad 
están adornados con toda clase de piedras preciosas: 
jaspe, zafiro, calcedonia, esmeralda, sardónica, cornalina, 
crisólito, berilo, topacio, ágata, jacinto,  amatista
(Ap 21,2.19-20)

Hoy meditamos sobre una peligrosa tentación que prolifera y penetra dentro de la Iglesia: los grupos endogámicos de diversa índole: asociaciones de Derecho Pontificio y movimientos eclesiales, hermandades y cofradías, grupos de evangelización, etc..

Endogamia se refiere a una relación cerrada y estanca entre individuos o grupos de individuos que se unen por temor a lo extraño, a lo distinto, a lo desconocido... que se crean como mecanismo de defensa y protección ante lo "externo" y que suelen generar pensamientos autógenos.

Aunque estos grupos cerrados pueden tener beneficios para el cristiano como son la formación, el conocimiento litúrgico-sacramental, el acompañamiento espiritual, etc., generalmente, y a largo plazo, son perjudiciales y hasta letales, tanto para el individuo como para el grupo, ya que terminan dividiendo y causando rechazo, dentro y fuera de ellos.

Los grupos endogámicos parten de un error de base: la convicción de que detentan la verdad de la Iglesia y de que todo lo que hay fuera de ellos es menos válido o menos importante y, por tanto, el dialogo se torna imposible. No aceptan que haya cisnes blancos si ellos se han teñido de negro: es imposible convencer a un "convencido".

Estos grupos cerrados, también llamados "estufa", suelen autoproclamarse fiscales y jueces universales que dictan sentencias sobre lo que la Iglesia debe ser o hacer, desde su pensamiento propio, que termina muchas veces por convertirse en sectario.

La realidad de que existan grupos dentro de la Iglesia no es que a ésta le falte algo y haya que buscarlo en esos grupos o movimientos. Es exactamente lo contrario. Es la expresión de la sobreabundancia del amor de Dios que, por medio de su Espíritu, suscita constantemente nuevos carismas, nuevas formas de vivir la única fe en Cristo. 

Los grupos y movimientos eclesiales no son algo paralelo a la Iglesia, ni una "iglesia dentro de la Iglesia", sino expresión misma de su vida sobrenatural suscitada por el Espíritu Santo. Pertenecen a todos los católicos y no sólo a sus miembros

No es necesario ser agustino para estar de acuerdo con el nuevo Papa, ni jesuita para tomar como ejemplo de vida a san Ignacio, ni franciscano para entregarse a los pobres, ni servidor de Emaús para dar testimonio de la fe, ni carismático para alabar a Dios, ni cofrade para proclamar la devoción a la Virgen.

Los grupos de la Iglesia no son ladrillos de la Torre de Babel sino piedras preciosas de la Nueva Jerusalén (Ap 21,2.10.19-20). Cada piedra es totalmente diferente, pero todas ellas contribuyen a adornar a la Iglesia, como una esposa que se engalana para su Esposo
No son estrictamente necesarias para cimentar la Iglesia, pero el Señor ha querido regalárselas a su Esposa como un detalle de su amor, de la misma manera que un marido regala flores a su mujer y no solo provee lo necesario, como una plancha o una lavadora.

Es completamente absurdo que la amatista se crea más brillante que el zafiro o que el jade piense que su color es más intenso que el de la esmeralda. Todas conforman la Jerusalén celeste y deben estar abiertas a las demás como partes integrantes de un "todo".

Por ello, los grupos forman los cimientos de las murallas de la Iglesia, están colocados por el Espíritu Santo para dar belleza a la consistencia y solidez de la ciudad de Dios, pero no pueden convertirse en trincheras de emotivismo subjetivo, ni en círculos cerrados e impenetrables.

Los grupos y/o movimientos, o forman parte de la “comunidad parroquial”, y de manera general, de la "comunidad cristiana" que es la Iglesia, o de lo contrario, ni son eclesiales ni católicos.  Por eso, cabe preguntarse: ¿Están integrados y viven la unidad en la comunidad parroquial? o ¿son una alternativa a la misma?, o peor aún, ¿actúan “al margen” como una iglesia paralela?

El propósito y la misión de los grupos movimientos eclesiales es vivir su carisma para la construcción de la comunidad parroquial. Ningún carisma tiene un valor absoluto, sino relativo “a la comunidad”, como los miembros respecto de la totalidad del cuerpo. Son tan necesarios los ojos como las manos, los órganos externos como los internos. Ninguno es más importante que otro. Todos forman parte de la Iglesia y la enriquecen.

El papa León XIV nos exhorta a la auténtica unidad en la Iglesia sin caer en la uniformidad, y nos regala, en su divisa papal, un mensaje profundamente espiritual : “In Illo uno unum” (“En el Único, todos somos uno”), en referencia a un sermón de San Agustín sobre el salmo 127.


Ver también el artículo: cuidado-con-los-grupos-estufa

miércoles, 21 de mayo de 2025

SERVIR A DIOS POR COMODIDAD

"El que quiera servirme, que me siga, 
y donde esté yo, allí también estará mi servidor; 
a quien me sirva, el Padre lo honrará
(Jn 12,26)

Servir a Dios es una tarea no sólo de actitud y disponibilidad personal sino, sobre todo, de obediencia y de responsabilidad que implica sacrificio y renuncia de nuestros propios deseos, planes y comodidades.

Seguir a Cristo significa estar dispuesto a hacer lo que me pide y en el lugar donde me lo pide, y no donde me apetece o donde me es fácil. Porque el Señor no me envía a una misión exitosa y cómoda sino a una vida de entrega hacia los demás y de desprendimiento de mi mismo. Y si duele, si incomoda, si resulta difícil o engorroso...es que estoy en el sitio correcto, haciendo lo correcto, con el "Dios" correcto.

Ocurre que, en ocasiones, encontramos un nicho de comodidad espiritual para servir a Dios y al prójimo según nuestros parámetros humanos y nos autoconvencemos de que es allí donde Dios nos llama. Es humano...pero no es lo que Dios nos pide.

En el fondo, me engaño a mi mismo al buscar servir a Dios a mi manera, a cambio de algún interés o beneficio personal, como por ejemplo, para "hacer amigos", o para encontrarme a gusto o para auto justificar mi conciencia...pero eso no es servir.

Servir a Dios y a los demás supone esfuerzo y sacrificio, no facilidades y comodidades.  Implica salir de mi casa hacia territorios desconocidos e inexplorados venciendo la tentación de la comodidad o del miedo al fracaso, como hicieron los patriarcas, los profetas y los apóstoles. 

Servir a Dios requiere la valentía de "remar mar adentro" (Lc 5,4) sabiendo que Dios está siempre a mi lado, en la barca, porque ni en la comodidad de mi casa ni en la tranquilidad de la orilla se puede pescar, es decir, "faenar" en las cosas de Dios.

Servir a Dios no es buscar un quid pro quo, una compensación o un beneficio personal. No es cumplir un status quo, un rol cristiano o una forma de "estar" en la Iglesia. 

Servir a Dios significa soltar las riendas de mi vida y dejarle a Dios que la gobierne, dejar de lado mi "bienestar" para abrazar el "bienservir", sabiendo que yo no soy ni el artífice ni el protagonista de la misión, sino Dios. 

Servir a Dios significa entregarle las llaves de mi voluntad y decir "he aquí tu servidor, Señor, hágase como dices" (cf. Lc 1,38). 

Servir a Dios significa escuchar y cumplir su llamada: "Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga" (Mt 16,24)

Por eso, antes de plantearme servir, debo preguntarme: Señor, ¿Qué quieres de mí? ¿A dónde me llamas? ¿Dónde soy necesario y útil?

Sólo entonces, seré capaz de decir: "Te seguiré adondequiera que vayas" (Mt 8,19; Lc 9,57)

martes, 8 de abril de 2025

¿ES VERDADERO EL CRISTO DE "THE CHOSEN"?

"Quien vive de leche, desconoce la doctrina de la justicia,
pues es todavía un niño.
El alimento sólido es para perfectos,
que con la práctica y el entrenamiento de los sentidos
saben distinguir el bien del mal"
(Hb 5,13-14)

Muchos católicos que no se han acercado nunca (o quizás, de forma inconstante) a la Sagrada Escritura ven en la serie (y ahora, película) "The Chosen", una forma fácil y cómoda de acercarse a los evangelios. 

Y, aunque no negaré su carácter entretenido, su dosis evangelizadora y una cierta capacidad para acercar a muchas personas a la figura de Jesús (más de 500 millones de visualizaciones), no me parece una manera propia de acercarse al Cristo de nuestra fe católica.

The Chosen muestra una cierta fidelidad bíblica, propia del enfoque ecuménico de los creadores (evangélicos y mormones, aunque con la participación de un cardenal católico) y contiene abundantes símbolos postmodernos, guiños feministas y ejemplos secularizados que presentan a un Jesús cercano, más humano y empático, inclusivo y feminista y, hasta "de izquierdas", es decir, un hombre de hoy, postmoderno y progresista, pero alejado de la imagen tradicional católica, es decir, verdadero hombre pero también verdadero Dios. 

Ya sólo el título ("Los Elegidos"), indica su intención, más antropológica que teológica, más ecuménica que católica, puesto que no profundiza en lo fundamental de la figura de Cristo como Dios, Mesías y Salvador, sino en la historicidad de Jesús de Nazaret y en el contexto sociocultural de un grupo de judíos del s. I.
The Chosen engancha emocionalmente (reconozco que "tiene tirón") pero presenta una imagen errónea de Jesús, aunque nada nueva, pues en los años setenta y ochenta (en pleno auge de la modernidad), ya se nos presentó a un Jesús "superstar y hippie", poco serio, nada exigente y exento de trascendencia, con el propósito de encajarlo en los sistemas "deconstructivos" de la época.

En un mundo antropocentrista que ha eliminado a Dios de la vida pública y sumido en una profunda crisis de fe, The Chosen trata de rehacer (de nuevo) la figura de Jesús de Nazaret y mostrar a un Cristo "a nuestra imagen y semejanza" con una intención oculta: dar culto al hombre y no tanto al Dios.

Se trata de una serie de gran popularidad que se ha infiltrado en conciencia colectiva de muchos católicos, quizás con escasa formación bíblica y teológica, que han asumido esa imagen "progresista" de nuestro Señor esgrimiendo como única razón que "acerca a muchas personas a la fe y a Cristo". 

Sin embargo, la pregunta a plantear es ¿a qué tipo de fe acerca? y ¿a qué tipo de Cristo acerca?

Conozco a muchos católicos que afirman que "este Jesús" es el auténtico, mucho más humano, mucho más "como nosotros", mucho más "colega" que "maestro", mucho más misericordioso que justo o exigente...como si la Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia nos hubieran ocultado "maliciosamente" su verdadero rostro durante veinte siglos.
Y esto precisamente es lo que me lleva a afirmar que "este nuevo Cristo no es Cristo", pues se aprecia claramente su tono protestante anti clerical y anti mariano que sigue abriendo un abismo entre Jesús-hombre y Jesús-Dios, entre la Cabeza y el cuerpo místico, entre María y sus "hijos", entre los creyentes de hoy y la tradición apostólica en la que Cristo delegó su mensaje y su misión, antes de su ascensión al cielo.

Para argumentar esta afirmación, basta con observar el gran esfuerzo utilizado en la serie por "humanizar" a Jesús, por hacerle más "terreno", más cotidiano, más trivial y más  intrascendente. Y lo hace esgrimiendo una manera entendible para el neófito, pero impostada para el cristiano adulto, al incluir escenas completamente absurdas y caricaturescas que jamás pudieron suceder pero que ofrecen como ciertas o, cuando menos, como "posibles": 
  • ¿Jesús peleándose con San Juan Bautista? 
  • ¿Jesús haciendo un chiste sarcástico a expensas de Pedro y después poniendo los ojos en blanco, justo antes de hacer un milagro en favor de la suegra de éste? 
  • ¿Aquel que, siendo la misma Palabra de Dios, se encuentra bloqueado y nervioso al "escribir" el Sermón del Monte y necesitado de la ayuda y el consejo de Mateo para redactarlo? 
  • ¿Jesús, sentado solo y haciendo ruidos como de flatulencias para atraer a niños que se escondían tras un arbusto? 
  • ¿Nuestra Madre, la Virgen,  la llena de gracia, la Inmaculada, presentada como la mujer más fea de todo el círculo de Jesús?
  • ¿Tiene María el mal gusto de describir el (supuestamente) ‘pringoso’ nacimiento de Jesús cuando la preguntan por esa santa noche?
  • ¿San Juan Bautista utilizando las palabras de Judas el Traidor?
  • ¿Pedro y su esposa discutiendo cuál sería el ‘momento adecuado’ para tener hijos?

Los mensajes son claramente relativistas e intencionadamente ambiguos y muchas escenas carecen de toda profundidad teológica y espiritual. Los recursos escénicos para captar el interés y la atención son el "emotivismo", el "buenismo", el "voluntarismo", pero esconden una intención oculta: convencer al espectador contemporáneo de que no necesita la Tradición, ni a la Iglesia, ni a los santos, ni a la Virgen María para alcanzar la salvación. Sin duda, deja entrever su contenido sobre la "Sola fidei" y la "Sola gratia" luteranas.

Los personajes están concebidos y estructurados para que el espectador empatice con ellos pero su perspectiva es intencionadamente anacrónica y carente de fiabilidad escriturística, pues muestra actitudes, gestos y aspectos que no se corresponden con la tradición bíblica, exegética o doctrinal, y en ocasiones, llegan a diferir de la mentalidad y costumbres del pueblo judío de la época:
  • Jesús: aparece como un mero hombre de ciertas capacidades, pero carente de trascendencia, de conciencia divina y de carga salvífica. Es un Jesús "histórico", más humano que divino, más hijo de mujer que Hijo de Dios. Quizás un gran maestro, filósofo, profeta o médico que Dios utiliza para que realice una misión concreta. 
  • La Virgen María: tradicionalmente, representada en todo el arte (pintura, escultura, literatura, cine, etc.) como una mujer especial y excelsa, de gran belleza, disposición y humildad y, sobre todo, carente de pecado original. Sin embargo, la perspectiva protestante de la serie muestra una mujer poco agraciada, en cierto modo algo vulgar, o "muy normal" y, desde luego, periféricamente despojada de sus papeles principales como madre, como discípula o como intercesora. 
  • Los evangelistas Mateo y Juan: para justificar su papel de testigos oculares, la serie muestra constantemente a ambos tomando notas de lo que Jesús decía, algo totalmente ilógico y fuera de lugar, pues sabemos que fueron las primeras comunidades cristianas quienes fueron recogiendo y recopilando los dichos y hechos de Jesús según la tradición oral de los apóstoles y dotándoles del correspondiente enfoque pastoral para leerlas públicamente a los creyentes. Bastaría con leer la introducción a los evangelios en cualquiera de nuestras biblias para darnos cuenta de ello.
  
Personalmente, no recomiendo The Chosen, pero no niego que algunos episodios pueden ser adecuados para la reflexión teológica, para la formación catequética o para tomar conciencia de los problemas y sufrimientos de las personas por causa del mal, empatizando con ellas y escuchándolas, como hizo Jesús.

Lo que si creo es que The Chosen nos debiera acercar a los católicos a leer y estudiar en profundidad tanto la Biblia como la Cristología, porque no podemos proclamar a un Jesús desconocido y mucho menos, amar a quien no conocemos. Y si no es así, es que en algo nos equivocamos.

"Ignorar la Escritura es ignorar a Cristo"
(San Jerónimo)

miércoles, 19 de marzo de 2025

LO QUE NOS DEFINE SON NUESTROS ACTOS

"Este pueblo me honra con los labios, 
pero su corazón está lejos de mí. 
El culto que me dan está vacío, 
porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos” 
(Mt 15,8-9)

Es muy triste constatar a diario la falta de compromiso de católicos que se conforman con una vida espiritual tibia, superficial, mediocre, infantil. 

Desgraciadamente, ocurre en muchos grupos cristianos y en muchas actividades pastorales y/o evangelizadoras de la Iglesia, en las que muchos interiorizan y hacen suya la mentalidad mundana de la "corrección política": dicen muchas cosas y muy bonitas (buenismo), hablan elevadamente (espiritualismo) y se autodefinen como buenos cristianos (fariseísmo) pero todo eso se contradice con lo que luego hacen. 

No son nuestras palabras las que nos definen...son nuestros actos los que, muchas veces, nos delatan...

Existen muchos ejemplos bíblicos que nos advierten de ello:
  • Ap 3,14-22: la Iglesia de Laodicea muestra su tibieza y su mediocridad espiritual: no es fría ni caliente. Su fe es una mera rutina sin profundidad.
  • Mt 25,24-30: el siervo negligente ilustra su falta de compromiso y de responsabilidad, su inacción cristiana y su escasa iniciativa.
  • Mc 10,17-22: el joven rico es cumplidor pero se aferra a las cosas materiales, incapaz de renunciar a ellas para seguir a Jesús y establecer prioridades espirituales. 
  • Lc 15,11-32: el hermano mayor es obediente al Padre, se declara "buen hijo" pero lo hace por interés y egoísmo. En realidad está más alejado del Padre que su hermano menor, como demuestra su envidia y su falta de caridad hacia él.
Así que no es nada nuevo creerse buenos cristianos y estrictos cumplidores de la ley de Dios de "cara a la galería" ...el Pueblo de Israel lo hacía con demasiada frecuencia y por ello, Jesús les increpó: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos” (Mt 15,8-9; Mc 7,6-7; Is 29,13).
Por eso es preciso preguntarse, ¿es mi vida coherente con lo que digo ser? o ¿digo una cosa y hago la contraria? ¿soy un cristiano comprometido o soy un creyente mediocre? 

Para saberlo, es necesario conocer si tengo alguna de los rasgos característicos que definen a un mediocre:
  • Falta de compromiso: ¿me entrego plenamente a Dios o mantengo una equidistancia emocional y práctica con la fe?
  • Indiferencia: ¿tengo un deseo genuino de crecer espiritualmente y de buscar la voluntad de Dios en mi vida cotidiana o simplemente me da igual?
  • Superficialidad: ¿mi  vida espiritual se reduce a prácticas rutinarias sin profundidad y carentes de significado o realmente busco sorprenderme con la novedad de Cristo?
  • Falta de sacrificio: ¿tengo una clara disposición a renunciar a mis comodidades o deseos personales por el servicio a los demás?
  • Conformismo: ¿acepto mi situación actual sin buscar una mejora espiritual o soy cristiano en ámbitos favorables?
Es importante reflexionar sobre las consecuencias negativas, tanto para uno como individuo como para la comunidad, que resulta de la mediocridad:
  • Estancamiento espiritual: ¿se produce en mí crecimiento en la fe o mantengo distancias prudenciales en mi desarrollo cristiano?
  • Debilidad ante la tentación: ¿mi falta de compromiso espiritual facilita mi caída en el pecado y  mi alejamiento de Dios?
  • Falta de testimonio: ¿irradio la luz de Cristo a mi entorno, refleja mi vida aquello que creo y digo?
  • Disminución del fervor en la comunidad: ¿contagio mi mediocridad a otros creyentes, afectando negativamente a su entusiasmo y a su crecimiento?
  • Falta de impacto en el entorno: ¿cumplo con mi misión y mi vocación cristianas de evangelizar y transformar la sociedad o eso es competencia de otros?
La lucha contra la mediocridad espiritual es un proceso continuo que requiere esfuerzo y compromiso. 

Se trata de cultivar una relación personal con Dios a través de la oración personal, no solo como un ritual, sino como una conversación profunda con Dios; de profundizar en la Palabra de Dios para conocer su voluntad y aplicar sus enseñanzas a mi vida diaria; de participar activamente en los cultos y celebraciones sacramentales de la comunidad cristiana.

Un cristiano coherente busca la santidad con un anhelo genuino de asemejarse más como Cristo, de crecer espiritualmente y de vivir una vida de santidad; con un deseo auténtico de reconocer sus propios errores y pedir perdón a Dios, buscando una transformación personal; de tener una disciplina espiritual y practicar todo aquello que Dios ha establecido para fortalecer su fe.

Un cristiano auténtico sirve a Dios y a los demás a través de un compromiso con su comunidad, participando activamente en la vida parroquial, sirviendo a los demás y compartiendo la fe; buscando la voluntad de Dios para su propia vida y servirle en el ámbito donde Él le ha llamado; manifestando su amor de Cristo a través de actos de caridad, de servicio, de generosidad, de compasión, de acogida...pero siempre coherentes y auténticos, y no forzados.

Ser cristiano no es lo que decimos ser sino lo que realmente somos.