¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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lunes, 26 de julio de 2021

MARIA MAGDALENA, APÓSTOL DE LOS APÓSTOLES

“He visto al Señor
y me ha llamado por mi nombre"
(Juan 20,18)

Cuando algunos señalan a la fe cristiana como una religión machista, las primeras imágenes que me vienen a la cabeza son las de la Virgen María y de María Magdalena, quienes echan por tierra esa afirmación infundada.  Hoy profundizaremos en la figura de María Magdalena.

Los cuatro evangelios relatan la presencia significativa de la mujer en la vida pública de Jesús y, en particular, otorgan a María Magdalena un papel importante dentro de su grupo íntimo de discípulos, no sólo por ser la más nombrada, sino sobre todo, por ser el primer testigo del Resucitado.

La Iglesia canonizó a María Magdalena el 28 de abril de 1669 y, desde entonces, es venerada como santa, especialmente, en Francia. En 1988, el papa Juan Pablo II, en su carta apostólica Mulieris Dignitatem, la definió como la "apóstol de los apóstoles" (apostola aposolorum).

Su festividad se celebra el 22 de julio y fue establecida en el calendario romano general por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos el 10 de junio de 2016, por deseo expreso del papa Francisco.

En contra de lo que algunos opinan, María Magdalena no fue nunca una prostituta. Más bien, fue una mujer independiente en lo económico y bien posicionada, gracias a la rica industria pesquera de Magdala, su aldea de procedencia y cercana a  Cafarnaúm, en la costa occidental del lago de Tiberíades. Y una mujer influyente en lo social, rompedora de moldes, al seguir a Jesús en contra de una estructura religiosa estricta, cerrada y excluyente con la mujer. 
La Iglesia ortodoxa afirma que las tres Marías que aparecen en los evangelios son tres mujeres diferentes, mientras que la Iglesia Católica, según el papa Gregorio Magno en su homilía nº 33 (591 d.C.), identifica a María Magdalena con

-María la adúlteraa la que Jesús salva de la lapidación (Juan 8,3-11), a la que libera de siete demonios (Lucas 8,1-2).

-María la pecadora, que unge los pies del Señor (Lucas 7,37-50) la fiel seguidora de Jesús, junto a Juana, Susana y otras mujeres (Mateo 27, 56; Marcos 15, 47; Lucas 8, 2; Juan 20, 10-18).
-María la de Betania, hermana de Marta y Lázaro. la hermana de Lázaro y de Marta, que unge con perfumes los pies de Jesús y los enjuga con sus cabellos en casa de Simón el fariseo, antes de su llegada a Jerusalén, la que se postra a los pies de Jesús mientras su hermana Marta la increpa por no ayudarla (Lucas 10, 37-50; Marcos 14, 3-9; Juan 11,1-2), la que está presente en la resurrección de su hermano Lázaro (Juan 11, 1-44) y la que, días después, en una cena en su casa, demuestra de nuevo su devoción por el Señor, ungiéndole los pies con un perfume muy caro, por lo que es recriminada por Judas (Juan 12,1-8; Mateo 26,7)

María Magdalena es la mujer que, en compañía de la madre de Jesús, otras mujeres y el discípulo amado (Juan), estuvo presente en la pasión, muerte y resurrección de Jesús (Marcos 15,40), al pie de la cruz (Juan 19,25) y en el sepulcro (Mateo 27,61; Marcos 15,47; Juan 19,25-26). 
María Magdalena es la mujer que, en compañía de la madre de Santiago el menor y de José, y de Salomé, fue de madrugada el primer día de la semana al sepulcro, convirtiéndose en el primer testigo ocular de la aparición de Jesús Resucitado y en la primera apóstol, al anunciárselo a Pedro y a los demás discípulos (Mateo 28,1-10; Marcos 16,9; Juan 20,1-18).
La grandeza de María Magdalena (ejemplo para todo cristiano) no está en la perfección de sus actos sino en la perfección de su amor, tal y como el propio Jesús se refiere a ella: “Le son perdonados sus muchos pecados, porque ha amado mucho” (Lucas 7,47). 

El Hijo de Dios quiso manifestar la gloria de su resurrección primero a aquella mujer manchada por el pecado, conversa por el amor y santificada por la gracia. 

Por eso, María Magdalena es la discípula amada y la servidora apasionada de Cristo, la amiga íntima y la compañera fiel del Maestro, la testigo veraz y mensajera valiente del Evangelio.

Los cristianos vemos en María Magdalena, aunque pecadora como nosotros, el paradigma del cristianoal recorrer todas las etapas de un seguidor de Cristo

-arrepentimiento, contrición y conversión: reconoce su pecado, se arrepiente y es perdonada. Se convierte, cambia radicalmente de vida, acompaña y sigue a Cristo allá donde vaya.

-amor, oración y escucha de la Palabra de Diosse enamora ardientemente de Cristo, espiritualmente hablando, y se postra a sus pies, en actitud de reverencia; se los lava y perfuma, en actitud de adoración; escucha la Palabra de Dios postrada a los pies de Jesús y se preocupa por las cosas eternas, en actitud de recogimiento y oración.

-acogida, servicio y misión: acoge y sirve al Señor durante y hasta el final de su vida pública, (pasión, crucifixión, muerte y resurrección; acude al sepulcro de madrugada y llora la desaparición del cuerpo de su Señor; es la primera que ve a Cristo resucitado y la primera que lo testifica y anuncia (a los apóstoles).