¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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viernes, 25 de diciembre de 2020

GOLLUM: EL EFECTO DEL PECADO

"Donde está tu tesoro, 
allí estará tu corazón...
Nadie puede servir a dos señores"
(Mateo 6,21 y 24)

Gollum, protagonista de este artículo, es uno de los personajes más característicos de J.R.R Tolkien, presente en toda su obra (El Señor de los Anillos y El Hobbit), que simboliza el efecto esclavizante del poder del pecado en el hombre, y en el que están alegóricamente representados Adán y Caín, y por ende, todos nosotros: "Todos pecaron y están privados de la gloria de Dios" (Romanos 3,23)

Para comprender el significado de la obra de Tolkien es preciso señalar que no es sólo una historia fantástica o de ficción que narra un viaje a través de la Tierra Media (la tierra, el camino, el espacio que hay entre el cielo y el infierno), sino que es también un relato sobre el viaje del yo personal al interior de otra tierra, la de la conciencia, en la que se desenvuelve el drama de la voluntad y la libertad. 

No obstante, Gollum, esta criatura metafórica y monstruosa, no siempre fue así. En realidad, una vez tuvo apariencia humana, antaño fue un Hobbit cuyo nombre era Sméagol. Tolkien toma este nombre del adjetivo del inglés antiguo "sméah", que significa "reptil, penetrante ", y que, relacionado con la serpiente o Diablo, fue también aplicado por los anglosajones a Caín.

El día de su cumpleaños, Sméagol se encontraba pescando con su primo Déagol, cuando éste encontró por accidente el Anillo Único de Sauron, cuyo poder atrajo a Sméagol hacia la oscuridad del mal, de tal forma, que asesinó a su primo para arrebatárselo. Desde aquel momento, Sméagol llamó al Anillo su "regalo de cumpleaños" y también su "tesoro". 
Se trata de una alegoría de Tolkien al asesinato de Abel por su hermano Caín a causa de la envidia (Génesis 4,8), o también, de la petición de Salomé al rey Herodes Antipas para que le diera la cabeza de Juan el Bautista como regalo de cumpleaños. 

De esa forma, Sméagol fue desterrado de su pueblo y vagó en solitario por tenebrosas y oscuras grutas, buscando cualquier tipo de alimento, en alusión a Adán y a Caín, castigados por Dios, el primero, a comer con fatiga (Génesis 3, 17-24) y el segundo, a andar errante y perdido por la tierra (Génesis Génesis 4,12), 

Durante 500 años, el Anillo otorgó a Sméagol longevidad antinatural y se convirtió en una carga muy pesada (culpa) que fue deformando y corrompiendo su mente y su cuerpo, y a quien todos (trasgos, hombres y hobbits) querían matar, una referencia a las palabras de Caín dirigidas a Dios en Génesis 4,12 y 14: "Mi culpa es demasiado grande para soportarla...y cualquiera que me encuentre me matará."
Sméagol, solitario y deshumanizado, comenzó a sisear y hablar consigo mismo en primera persona del plural, su yo se encuentra divido en dos: el bien y el mal. Y así, se transforma en una metáfora viviente de los efectos de la posesión del poder del pecado en el corazón humano. Tolkien le otorga a Sméagol un nuevo nombre muy significativo que surge de la emisión de sonidos guturales y gorgoteos de deglución: "Gollum".

Gollum es un "guiño" del autor británico al término hebreo Golem, que se refiere a un ser "informe" o "sin forma" (Salmo 139,16), y con el que la cultura judía denominaba a un ser animado fabricado artificialmente a partir de materia inanimada, barro o arcilla, al que se da vida a través de medios sobrenaturales y que está destinado a servir incondicionalmente a su creador, en referencia también a Adán, modelado del barro (Génesis 2,7). 

Los Golem aparecen en la película de El Hobbit, un viaje inesperado, de Peter Jackson (2012) y en Noé, de Darren Aronofsky (2014) y muestran a los "Nefilim" (Nephilim, en hebreo הַנְּפִלִ֞ים, "gigantes" o "caídos"), también llamados hijos de Anac ("Anaquim" o anaquitas), gigantes de piedra y arcilla surgidos de la unión antinatural entre los ángeles caídos y las "hijas de los hombres" (Génesis 6,1-4; Números 13,33).
              
Gollum (el "hombre pecador", el "hombre caído"), alejado de la Luz y de la Verdad, es un ser con una identidad desnaturalizada, deshumanizada y autómata, que carece de libertad (esclavo del pecado) y de discernimiento (gracia), por lo que "de su boca sale tanto bendición como maldición" (Santiago 3,10) y "vive en tinieblas y miente" (1 Juan 1,6).

El poder del Anillo Único genera en el interior de Gollum una voz secreta que dice: "mío" ("mine", en inglés), "mi tesoro" ("my treasure"), "mi preciosidad" ("my precious"), para expresar un deseo egoísta, desenfrenado e irracional por el cual el poder que le confiere su tesoro no debe ser compartido con nadie ni, por supuesto, entregado a nadie.

Sin embargo, los cristianos sabemos que los talentos recibidos de Dios deben ser utilizados con rectitud, y dispuestos a la entrega y al sacrificio de la propia vida en función del Bien y la Verdad. 

"Adueñarse", "poseer" y "apoderarse" de un tesoro (don inmerecido) y encontrado por casualidad (concedido por la Gracia), como algo propio y exclusivo al servicio de uno mismo, en lugar de para servir a los demás, oscurece la razón y deforma la voluntad, con lo que las "necesidades", los "derechos" o los "méritos" de otros quedan eclipsados y anulados.

Pero igual que Gollum y que casi todos los demás personajes de Tolkien, los hombres sentimos la tentación del poder, y buscamos excusas y argumentos para, a través del pecado, "poseerlo", para hacerlo "nuestro", en lugar de "entregarlo" a los demás. Creemos ser merecedores del "poder" e incluso creemos que nos vuelve "invisibles" a los ojos de Dios. 

Sin embargo, es el poder del Anillo (del pecado) el que nos va poseyendo, esclavizándonos y deformando nuestra voluntad para llevarnos hacia el Monte del Destino, donde enfrentarnos a la lucha final entre el bien y el mal.

A pesar de todo, existe siempre, en la condición humana, un resquicio de luz, una posibilidad , una esperanza que, traspasando el orgullo y la avaricia, permita la conversión de la conciencia y del corazón. De lo contrario, caeremos indefectiblemente junto con el pecado, en el lago de fuego o Gehena. 
       

El Anillo Único simboliza el poder del mal, que atrae y esclaviza. Sauron, que simboliza al Diablo, forja distintos anillos de poder (oro) que simbolizan las tentaciones y las seducciones a las que muchos ceden. Una vez que deslizamos esos anillos en nuestros dedos, caemos inevitablemente en la esclavitud de su poder y en la lealtad a su dueño: 

"Un Anillo para gobernarlos a todos,
un Anillo para encontrarlos a todos, 
un Anillo para atraerlos a todos 
y atarlos en las tinieblas"