¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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viernes, 24 de diciembre de 2021

25 DE DICIEMBRE ¿FUN, FUN, FUN?

"Mirad: la virgen está encinta 
y da a luz un hijo,
y le pondrá por nombre Enmanuel"
(Is 7,14)

La Navidad es una de las celebraciones más importantes en todo el mundo. Es el final de un año, tiempo de regalos, de festejos, de reuniones familiares, de "buena voluntad y de buenos deseos" ... pero ¿qué celebramos realmente? ¿cómo la vivimos? 
 
La Navidad puede vivirse de muy distintas maneras dependiendo de la libre voluntad de cada uno. Pero, haciendo un ejercicio de sutil observación, se puede apreciar la forma en que la gente la celebra: por el modo en que la felicitan. Las resumimos en tres: romana o imperial, herodiana, y cristiana.

Navidad romana

La navidad "romana o imperial" tiene su orígen en las "Saturnales o Saturnalia", las fiestas paganas que celebraban los romanos en honor a Saturno, dios del sol y del fuego, de la agricultura y la cosecha, coincidiendo con el solsticio de invierno, el período más oscuro del año, cuando el Sol sale más tarde y se pone más pronto.  Saturno también era considerado un devorador de niños según nacían (curiosa coincidencia con Herodes y con el faraón de Egipto, "endiosados" asesinos de niños, y con Nimrod y Baal, dioses devoradores de niños).
"Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. (Lc 2,1-7).

El 25 de diciembre celebraban la fiesta del Natalis Solis Invicti, asociada al nacimiento de Apolo, con antorchas y velas, con opíparos banquetes, con sacrificios y orgías, con la ruptura de las normas, con intercambio de regalos y de roles sociales. Los romanos las denominaban "fiestas de los esclavos" en las que les permitían a éstos dejar de serlo durante una semana.

Actualmente, muchos viven esta forma de navidad pagana, sin fe, sin esperanza y sin luz.  Una navidad en minúscula, la navidad del fun, fun, fun (diversiónfiesta, relax).

La forma en que se saluda o felicita es "¡Felices fiestas y próspero año!", "¡Mucha energía positiva!" o "¡Buenas vibraciones!"

La forma de vivirla es "exterior": es la fiesta de la libertad y la permisividad, de las licencias y las transgresiones, de los excesos y los despilfarros, de la diversión y el placer, de las cenas y las fiestas, de las borracheras y los empachos, de los adornos y las luces, de los regalos y los "amigos invisibles" (que no reales).

Una vivencia irreal de libertad en la esclavitud del consumismo, y de una falsa alegría en la infelicidad del materialismo, que nunca colma ni tiene suficiente.

Navidad herodiana 

La navidad "herodiana" es otra manera de vivir este período de tiempo especial a la forma "judía", a la forma de Herodes, que la vivió en la comodidad de su "palacio", en la intimidad de su "entorno", sin "moverse" ni mezclarse con otros. 
"Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalénpreguntando: '¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo'. Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y toda Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: 'En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel'. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo" (Mt 2,1-8).
Herodes, como gobernador de Judea, conocía por la tradición hebrea y también por sus sabios, el lugar exacto del nacimiento del Mesías profetizado en la Escritura (Mi 5,1-3; Is 7,14; 9,1-6). Conocía también el momento del nacimiento de Cristo porque se lo dijeron los magos. Conocía el lugar y el momento y aunque dijo que iría a adorar al "rey de los judíos", no fue.

Muchos hoy viven esta navidad desde la lejanía, desde la distancia y la falta de compromiso, desde el "sí, pero no". Es la navidad "cómoda y tibia" de los que se acercan a la navidad "romana" y la conforman a su forma, a su manera: ni fria ni caliente. Es la navidad superficial de los que viven a medio camino entre el cristianismo y el paganismo, de los que cuentan con el beneplácito de los gentiles y relativizan las cosas. Celebran pero no saben lo que celebran.

La forma en que se saluda o felicita es "¡Feliz navidad en compañía de los tuyos!", "¡Mis mejores deseos de salud y prosperidad!" (y todo, por whatsapp).

La forma de vivirla es "interior": es la fiesta del árbol sin nacimiento, de las luces y las uvas, de la indiferencia y la equidistancia recelosas, de la falta de confianza y compromiso, de la fe tibia y la esperanza debilitada. Una navidad del run, run, run (huir, escapar, correr)

Navidad cristiana 

Y finalmente está la Navidad cristiana, con mayúsculas. Es la Navidad de los magos (sabios) de oriente que confían en la estrella y van a adorar al verdadero "rey de los judíos", aún viajando desde lejos, a través de desiertos y tormentas de arena, de dificultades y de tropiezos

"Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino y, de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se retiraron a su tierra por otro camino" (Mateo 2,9-12).

Es la Navidad de los pastores (humildes y pobres) que, estando "al raso" (necesitados) confían en la palabra del ángel del Señor y acuden raudos y pletóricos a adorar al niño Dios. 

En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: 'No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre'. De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: 'Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad'. Y sucedió que, cuando los ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían unos a otros: 'Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado'. Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho" (Lc 2,8-20).
Es la Navidad del gozo y la alegria del "Dios con nosotros" (Emmanuel), de la esperanza y la confianza porque nos ha nacido un Salvador, del optimismo y la gracia porque Dios ha querido darse al hombre, de la fe y la caridad del que deja espacio a Cristo en su corazón y en su vida. 

La forma en que se saluda o felicita es "¡Feliz y Santa navidad!", "¡Que Dios te bendiga y colme de alegría tu corazón!"

La forma de vivirla es total, tanto "interior" como "exterior": es la celebración que medita todo en el corazón, que mantiene la lámpara encendida, que acoge a Dios y al prójimo, que se deja sorprender por la providencia, que testifica ese amor recibido de su Maestro. Es la navidad del sun, sun, sun (en inglés, sol, luz, brillo).

Seguramente, al igual que yo, hayas vivido las tres navidades. La pregunta es ¿con cuál me quedo?

¡FELIZ Y SANTA NAVIDAD!