¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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miércoles, 29 de junio de 2016

PARROQUIAS "AD INTRA"




Toda parroquia saludable debe tener un cierto nivel de enfoque hacia el interior y los miembros que pertenecen a ella deben ser cuidados, formados y discipulados. 

Por supuesto que es necesario acoger, acompañar y preocuparse por los miembros de la comunidad que sufren, que están dañados o que tienen problemas. 

Pero las iglesias no pueden perder su enfoque "ad extra", hacia el exterior, ni su objetivo misionero, y tan sólo preocuparse por las necesidades y los deseos de los miembros. 

Los recursos y el tiempo empleados no pueden convertirse en los únicos objetivos de las demandas de los feligreses. Cuando eso ocurre, la parroquia se "ensimisma" y sólo  funciona "ad intra", es decir,  hacia adentro, preocupándose más en recibir que en dar.

Ninguna parroquia es perfecta, pero el verdadero peligro aparece cuando comienzan a manifestarse alguna de las siguientes señales de advertencia, pues dejan de ser iglesias y se convierten en museos según el Papa Francisco:

Reuniones agotadoras



Parroquias que emplean una cantidad excesiva de tiempo en reuniones sobre temas más bien intrascendentes, mientras que para los importantes apenas hay tiempo o disponibilidad.

Si utilizamos casi todo nuestro tiempo a reuniones no tendremos ocasión para poner en práctica las decisiones que allí se adoptan.



"Piedras muertas vs. piedras vivas"


Parroquias en las que una de las principales prioridades es el mantenimiento y conservación de las instalaciones, salas, muebles y otras partes de los edificios y terrenos de la iglesia.

Una parte desproporcionada del presupuesto se utiliza para satisfacer las necesidades y comodidades de los miembros en lugar de atender también las necesidades de los de afuera.

Una parroquia sana debe preocuparse principalmente por sus "piedras vivas", las que ya son miembros y los que desean serlo. 

Por ello, destinar una parte representativa del presupuesto a la evangelización siempre repercutirá también en nuevos miembros que contribuirán al presupuesto parroquial.



Métodos idealizados


Parroquias que elaboran programas para poner en marcha los diferentes servicios que ofrecen.

Parroquias que se embarcan en múltiples actividades y cambios continuos de metodologías, y que terminan fatigando y desmotivando a los miembros de la parroquia.

El problema no son los programas ni los métodos, sino cuando éstos se convierten en un fin en lugar de un medio.


Exigencias desmesuradas y Derechos adquiridos

Parroquias en las que la actitud general de algunos de sus miembros es de alta exigencia en cuanto a méritos personales o tratamientos especiales.

Algunos piensan que merecen más y que tienen más derechos que otros y tratan de acaparar a los sacerdotes.

Todos los miembros de la iglesia merecen atención y preocupación pero los problemas aparecen cuando algunos miembros de la iglesia tienen expectativas poco razonables, incluso para asuntos menores.



Apatía Evangelizadora

Parroquias en las que el entusiasmo que producen los cambios notables en las actividades ad-intro no es tan evidente cuando se trata de participar en la obra misionera de anunciar el evangelio para transformar vidas y llevar a la gente a Jesucristo.

Parroquias en las que el nivel de compromiso misionero es escaso o nulo y cuyos miembros apenas comparten su fe con otros, más preocupados por sus propias necesidades que por las mayores necesidades del mundo y de la sociedad en la que viven.


9. Rebelión y Hostilidad


Parroquias cuyos miembros llaman continuamente la atención, enfadados por cómo se hacen las cosas, que critican y opinan sobre como deberían hacerse.


Parroquias que tienen personas amargadas, en rebelión, que buscan a Dios por su cuenta, que buscan a personas con los mismos pensamientos.

Personas que gustan de la confrontación y que expresan cierta hostilidad hacia los sacerdotes, el personal de la iglesia u otros miembros de la parroquia, creando división y desunión.