¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.

viernes, 1 de septiembre de 2017

LOS APÓSTOLES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS


"Yo pongo enemistad entre ti y la mujer,
entre tu linaje y el suyo; 
él te aplastará la cabeza 
y tú sólo tocarás su calcañal"
(Génesis 3, 15)


Hoy reflexionaremos sobre el mensaje profético de la Virgen en la Salette y más concretamente, sobre el anuncio de la aparición de los Apóstoles de los Últimos Tiempos y su corroboración en el mensaje de la Virgen en Fátima.

Em La Salette, Nossa Senhora falou como a mãe que quer que seus filhos criem juízoComo todos los mensajes de Nuestra Madre, el secreto de la Salette, dado por la Virgen María a Melanie Calvat, también es una llamada a la conversión de las almas a Jesucristo por medio de su Santísima Madre la Virgen María, y a la esperanza, en lugar de una visión apocalíptica del mundo que nos conduzca al temor y a la desesperación.

Aunque la Virgen nos expresa su desconsuelo por la impiedad del mundo, nos insta, fundamentalmente, a dos cosas: a renunciar a la blasfemia y a asistir a la Eucaristía, donde se hace presente Jesucristo. 

Es cierto que predice grandes castigos divinos si la gente no cambia pero promete la misericordia de Dios a los que cambien.

Finalmente, como siempre, la "Bella Señora" nos pide oración, penitencia y proclamación de su mensaje para la conversión del mundo.
Desde el principio de la era mariana, con las apariciones del siglo XIX y principios del XX de la Santísima Virgen, María lanza una llamada a los apóstoles de estos tiempos.

El plan divino de salvación por medio de la Santísima Virgen y la aparición de estos apóstoles de los últimos tiempos, fue proféticamente anunciado a principios del siglo XVIII por Luis María Grignion de Monfort.

La presencia de María Santísima en nuestros tiempos es parte del plan salvífico de Dios, pues comenzó por medio de María, y por medio de Ella debe alcanzar su plenitud. Pero específicamente viene a preparar a la humanidad para el triunfo de su hijo Jesucristo y de Su reino.

Para lograr este propósito, la Santísi
ma Virgen hace un llamado a hombres y mujeres que estén dispuestos a librar, contra Satanás y sus ejércitos del mal, la batalla de los Últimos Tiempos, apóstoles que forman parte de la estirpe de cristianos verdaderos, el linaje de María.

Hijos de la luz

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Dos mensajes secretos entregó la Virgen María ese día, 19 de septiembre de 1846, uno a cada niño. 

El entregado a Maximin nunca fue revelado públicamente por el Vaticano.

En el mensaje dado a Mélanie y más tarde, hecho público por el Papa, la Virgen anunció la aparición de los Apóstoles de los Últimos Tiempos, una legión de santos, quien sabe una orden religiosa original o tan sólo meros laicos fieles a la Reina Cielos y Tierra.

Estos combatientes intrépidos serán inspirados por el Espíritu y la Providencia Divinos para combatir y derrotar la iniquidad revolucionaria, la apostasía y la falta de celo por lo Sagrado. 

Nuestra Señora los llama hijos de la Luz, porque combaten las tinieblas del mundo. 

Así dice el Secreto:

"Hago un apremiante llamamiento a la Tierra. 

Llamo a los verdaderos discípulos del Dios vivo que reina en los Cielos. Llamo a los verdaderos imitadores de Jesucristo hecho hombre, el único y verdadero Salvador de los hombres.

Llamo a mis hijos, mis verdaderos devotos, a aquellos que se me han dado para que yo los conduzca a mi divino Hijo, a los que llevo, por así decir, en mis brazos, y que viven de mi espíritu.

En definitiva, llamo a los Apóstoles de los Últimos Tiempos, a los fieles discípulos de Jesucristo que viven en el desprecio del mundo y de sí mismos, en la pobreza y la humildad, en el silencio, la oración, la mortificación, la castidad y la unión con Dios, el sufrimiento y son desconocidos del mundo.

Ha llegado el tiempo para que salgan e iluminen la Tierra. Id y mostrad que sois mis hijos amados. Estoy con vosotros y en vosotros, mientras vuestra fe sea la luz que os ilumina en estos días de desgracias.

Que vuestro celo os haga hambrientos de la gloria y el honor de Jesucristo. Combatid, hijos de luz, pequeños en número, pues ahí está el tiempo de los tiempos, el fin de los fines.

Por su parte, la Virgen, en Fátima, el 13 de octubre de 1917, volvió a incidir sobre el llamamiento a estos apóstoles:

“Yo llamo a todos los verdaderos imitadores de mi Hijo Jesucristo, a todos los verdaderamente cristianos, a los apóstoles de los Últimos Tiempos. El Tiempo de los Tiempos llega y el Fin de los Fines si la humanidad no se convierte y si esta conversión no viene de lo alto, de los dirigentes del mundo y de la Iglesia.”


El calcañar de María


Resultado de imagen de calcañarPara entender con más claridad la función de estos apóstoles, en el libro del Génesis leemos: "Yo pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te aplastará la cabeza y tú sólo tocarás su calcañal" (Génesis 3, 15).

Dios ha puesto una irreconciliable hostilidad entre María y el diablo


Ha puesto enemistades, antipatías y odios secretos entre los verdaderos hijos y servidores de la Santísima Virgen y los hijos y esclavos de Lucifer: no pueden amarse ni entenderse unos a otros.

El talón o calcañar de nuestra Señora al que se hace alusión la Escritura lo constituyen los humildes servidores e hijos que Ella suscitará para luchar por su causa y la de Dios, son los apóstoles de los últimos tiempos.

San Luis Griñón de Montfort, en su Tratado de la Verdadera Devoción, nos muestra las cualidades que tendrían los verdaderos apóstoles y discípulos de los últimos tiempos y dice: 

"Pobres según el mundo, rebajados y humildes delante de todos; hollados y oprimidos como el talón respecto a los demás miembros, pero ricos en gracia de Dios que María distribuirá copiosamente entre ellos; grandes y excelsos en santidad delante del Señor, superiores a los demás por su celo ardoroso, los cuales, apoyados en el socorro divino, en unión con María y humildes cual otro talón, aplastarán al demonio con todas sus huestes y harán triunfar la causa de Jesucristo.” (no. 54).

“Serán hogueras ardientes que propagarán por todas partes el fuego del amor divino…; serán hijos de Leví bien purificados con el fuego de grandes tribulaciones y bien unidos a Dios, portadores de su amor en el corazón, que mantendrán encendido con el incienso de la oración de su espíritu y con la mirra de la mortificación de su cuerpo…”. (no. 56).

"Estos hombres y mujeres que María irá formando por encargo del Altísimo, “esparcirán la palabra de Dios y la vida eterna, tronarán contra el pecado, vocearán contra el mundo, atacarán de frente al demonio y sus secuaces e irán de una parte a otra, en son de vida o de muerte, con la espada de dos filos de la palabra de Dios…” (no. 57).

“Serán los verdaderos apóstoles de los Últimos Tiempos  a quienes el Señor de los ejércitos dará la palabra y la fuerza necesaria para realizar maravillas, que caminarán tras las huellas de pobreza, humildad, desprecio del mundo y caridad, enseñando el camino estrecho de Dios con la pura verdad conforme al Evangelio y no con las máximas del mundo… llevando en su boca la palabra de Dios, sobre sus hombros el estandarte de la cruz, en la mano derecha el crucifijo; en la izquierda el Rosario; en el corazón los Sagrados corazones de Jesús y de María y en toda su conducta la modestia y mortificación de Jesucristo.” (no. 59).


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