El liderazgo es la capacidad para liderar, dirigir, guiar o influir en la gente.
Para un líder tener visión es algo muy importante pero no es suficiente por sí sola. Sólo por tener una gran visión, un sueño apasionado, o un objetivo enriquecedor, no te conviertes en un líder. Hace falta complementarla con tres cualidades del carácter esenciales: autocontrol, resiliencia y amor.
El autocontrol es la capacidad de evitar el halago mientras trabajas hacia tu objetivo. Si no aprendes a manejar y dominar tus estados de ánimo, te autodestruirás antes de ver tu sueño cumplido.
La resiliencia es la capacidad de recuperarse o incluso transformarse de los fracasos, de los ataques injustos, de las traiciones o de las críticas. Sin capacidad de recuperación, con seguridad renunciarás a tu visión cuando los inevitables retrasos, dificultades y callejones sin salida aparezcan. No hay línea recta hacia el éxito.
El amor es la capacidad de prestar atención a las necesidades y sentimientos de los demás, y colocarlos siempre antes que los propios. No importa lo grande que sea tu misión, siempre será menor que el amor.
Así que, si quieres ser un líder ... si quieres ver tu visión se convierta en realidad ... si quieres ser eficiente… si quieres perseverar y llegar a la línea de meta, debes trabajar mucho estas tres cualidades del carácter.
Antes de que puedas cambiar el mundo, debes cambiarte a sí mismo. Tú eres responsable de la profundidad e intensidad de tu carácter pero Dios es responsable de la envergadura y amplitud de tu liderazgo.
P. Rick Warren