¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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sábado, 29 de agosto de 2015

CRISTIANOS EN UN MUNDO POSTMODERNO








"Cuando los hombres dejan de creer en Dios, 
no es que no crean en nada, es que creen en cualquier cosa"

-Humberto Eco-

La creciente secularización de la sociedad occidental hace absolutamente necesaria la puesta en marcha de cauces de intercomunicación y acercamiento de la Iglesia a la sociedad postmoderna.

Se trata de un problema de confrontación dimensional, que siempre ha estado latente a lo largo de la historia de la Iglesia, lo que hace estar en permanente estado de lucha, de constantes adaptaciones y cambios, aunque manteniéndose fiel a sus esencias.

La fe ha de ser vivida por el cristiano EN y DESDE la temporalidad, debe saber armonizar lo inmutable con lo mutable, la paradoja de vivir, en tiempos cambiantes, una esperanza de vida intemporal.

La Nueva Evangelización, permaneciendo fiel al mensaje de Cristo, ha de ser nueva porque así lo exigen los cambios culturales, nueva porque es necesario rejuvenecer el rostro de la Iglesia, nueva porque hay que utilizar métodos más eficaces y sobre todo, nueva porque todos los cristianos, laicos y sacerdotes, hemos de aprender a predicar con el ejemplo.

Nuestro mundo ya no es el que era. Su gran enfermedad no es la crisis moral, ni la crisis de fe, es la falta de esperanza

El hombre postmoderno vive angustiado y expectante por abrirse a la esperanza pero está desengañado y de vuelta de todo, es descreído, relativista, materialista, consumista, hedonista y desconfiado y se muestra refractario a todo lo que suene a verdades absolutas e intemporales.

No tiene oídos, ni tiempo para poder escuchar teorías o "meta-relatos", sean del signo que sean; Pero también es muy agudo y perspicaz, y distingue a distancia lo que es genuino de lo que no lo es; lo que pide y exige no son tanto razones sino testimonios, actitudes, vivencias.



Por ello, nuestro testimonio cristiano hoy para que sea fidedigno ha de ser auténtico e ir acompañado del servicio y entrega generosa a los demás: “obras son amores y no buenas razones”, algo que en nuestro mundo cala hondo. 


No se trata ya tanto de hablar y hablar… cuanto de hacer presente a Dios en el corazón de los hombres de hoy.

No se trata de "tener que ser", sino "ser": Ser valientes, auténticos, genuinos, tolerantes, dispuestos a servir y a escuchar como prueba evidente de que Cristo está presente en nuestros corazones..