¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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lunes, 20 de marzo de 2017

DIOS NOS PIDE DAR RESPUESTA


"Mas, aunque sufrierais a causa de la justicia, dichosos de vosotros. 
No les tengáis ningún miedo ni os turbeis." 
Dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, 
siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza. 
Pero hacedlo con dulzura y respeto. 
Mantened una buena conciencia, para que aquello mismo que os echen en cara, 
sirva de confusión a quienes critiquen vuestra buena conducta en Cristo." 
(1 Pedro 3, 14-16)



Hoy quiero dirigirme a quienes atacan y se mofan de mis creencias, y lo hago desde mi condición de español y de católico. Mi intención, desde "la dulzura y el respeto" es aclararles algunos asuntos que parecen no entender bien, debido a su enfermizo y obsesivo odio hacia nosotros, los que nos consideramos españoles y católicos:

1) Mi fe no me la puedo callar.a pesar de los continuos e intolerantes ataques contra mi fe, ya sea en las administraciones públicas, en los colegios, en los medios de comunicación o en las mismísimas iglesias, y sus empeños en relegar la religión a un hecho privado, de forma que no influya en el desarrollo y transformación de la vida social, política y cultural de nuestro país, no lo van a conseguir. 

2) Mi fe me hace libre. Y a pesar de su ocurrente e intensa labor política, deberían conocer que, tanto la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europa (artículo 10) como la Convención Europea de Derechos Humanos (artículo 9) definen el derecho de libertad religiosa como “la libertad de manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o en privado”

3) Mi fe me protege. Y a pesar de su obstinación por el laicismo, deberían saber que este derecho está recogido también en el artículo 16 de nuestra Constitución Española: "Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley."

4) Mi fe es pública. Y a pesar de sus ideas radicales, deberían saber que no lograrán la imposición de su pensamiento único, ni de su dictadura atea, ni relegar la religión al ámbito privado de la conciencia personal, ni impedir cualquier manifestación pública de mis convicciones o creencias, ni su ansia vehemente de convertir la fe católica en una actividad clandestina y proscrita.

5) Mi fe es de muchos. Y a pesar de su pretendido control de los medios de comunicación y redes sociales, deberían saber que con su furibunda obsesión contra la Iglesia han producido un efecto mariposa, completamente contrario a sus deseos, propiciando que esta España Católica que tanto odian y señalan como si fuera la peste, haya despertado de su anestesia y se haya movilizado en favor de lo que, no sólo es un derecho fundamental, sino un mandato de nuestro propio Dios Jesucristo (1 Pedro 3, 15; Mateo 18, 19-20). 

6) Mi fe me define. Y a pesar de su invasión en el ámbito del Derecho, la cultura y  la educación, deberían saber que el artículo 16.3 de nuestra Constitución Española (1978) dice: Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones". Deberían saber que Estado aconfensional significa "que no se adhiere y no reconoce como oficial ninguna religión en concreto, aunque pueda tener acuerdos (colaborativos o de ayuda económica principalmente) con ciertas instituciones religiosas." Es el Estado quien se define aconfesional, no la sociedad. Ellos pueden definirse como quieran pero que no me definan a mí, por favor. 

7) Mi fe es tolerante. Y a pesar de sus discursos populistas, deberían ser coherentes con una de sus palabras favoritas, "tolerancia", esa que tanto pregonan cuando se trata de grupos minoritarios pero que callan cuando se trata de mayorías no conformes a su ideología. Si la utilizan para unos, deberían hacerlo para todos.

8) Mi fe es libre. Y a pesar de sus gritos progresistas, deberían ser fieles a otra de sus palabras favoritas, "libertad", esa que tanto demandan para ustedes y los suyos pero que niegan a otros. Yo no les digo a ustedes como vivir sus ideas, y por tanto, no me digan a mi como debo vivir mi fe. 

9) Mi fe es transparente. Y a pesar de su conductas "intachables", deberían ser leales a otra de sus palabras favoritas, "transparencia", esa que tanto exigen a otros pero que ustedes ocultan cuando les interesa.

10) Mi fe viene "de lo alto". Y a pesar de sus contradicciones y sus postulados "anti-todo", sean lo que quieran ser, aconfesionales y laicos, de izquierdas y radicales, del género que se les ocurra, pero no me digan a mi lo que debo ser, cómo debo ser o lo que debo pensar. Para eso, tengo a mi Dios.