¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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miércoles, 25 de diciembre de 2019

"LOS DOS PAPAS": UNIDAD EN LA DIVERSIDAD

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La película "Los dos Papas", estrenada en Netflix, con Anthony Hopkins en el papel de Benedicto XVI y Jonathan Pryce en el papel del cardenal Jorge Bergoglio, ha suscitado cierta polémica y no menos controversia.

Aunque inspirada en hechos reales, el filme nos muestra una cuestión que no había tenido lugar desde hacía 600 años: dos papas conviviendo en el tiempo. 

La cinta (que ve visto dos veces) no deja de ser una historia de ficción desde una visión particular (y quizás poco católica) con el uso de continuos "flashbacks", sobre la personalidad de estos dos Obispos de Roma, y por tanto, no deberíamos darla como cierta. No es, ni mucho menos, Palabra de Dios.

Mientras escribía este artículo, escuchaba "Bohemian Rapsody", canción de Queen: Is this the real life? Is this just fantasy? Open your eyes, look up to the skies and see... ¿Realidad o fantasía?

Los Dos Papas
Creo que lo que tenemos que hacer es mirar al cielo y, desde los ojos de la fe, descartar un enfrentamiento de facciones en el seno de la Iglesia. Desechar la idea de la existencia de un Papa bueno y un Papa malo. Rechazar la idea de una Iglesia buena y una Iglesia mala. Sólo hay una Iglesia: la Iglesia de Cristo. 

Benedicto y Francisco son dos hombres elegidos por el Espíritu Santo para gobernar la sede romana en unidad, cada uno en un momento determinado. Dos hombres muy distintos pero leales a Dios y su Iglesia. Dos hombres de rasgos culturales muy dispares pero fieles al principio de la fe: "unidad en la diversidad"

Para mi, este es el punto álgido que me lleva a un análisis profundo de la película: cuál es el nexo de unión, quién es el centro de cohesión.

El mundo nos tienta con su obsesión enfermiza por la igualdad a toda costa y en todo nivel. Creo que nuestra sociedad (y nosotros con ella) confunde los términos, hablando de igualdad cuando pretende decir unidad.

Dios nos ha creado diferentes pero complementarios, distintos pero coincidentes, dispares pero armónicos. Para Dios, todos somos iguales en dignidad y valor, aunque diferentes en roles y dones. 

Estamos perfectamente diseñados para complementarnos mutuamente, en el matrimonio, en la Iglesia...para ser "una sola carne" (Génesis 2, 18 y 24). Es en la diversidad donde encajamos todos a la perfección como piezas de un puzzle; es en la diferencia donde encontramos nuestra fortaleza, nuestra ayuda, nuestro apoyo, porque si fueramos todos piezas iguales no se podría crear el "cuadro"

Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, es decir, con muchos matices, con muchas peculiaridades. Es en la diversidad donde encontramos a un Dios que no cabe en una sola persona, que no puede definirse en un solo ser humano. Dios ha creado la diversidad para mostrarse totalmente.

Jesucristo no hizo distinción alguna con las personas, ni durante su vida pública ni en la Cruz, vino a salvar a todos, por amor a todos. 

La Sagrada Escritura, en el libro de Apocalipsis 7, 9 nos da una pauta clara sobre la unidad en la diversidad: "Vi aparecer una gran muchedumbre, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua. Estaban en pie delante del trono de Dios y delante del cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos." Los cristianos somos diversos pero lo que nos une es Cristo. Lo que nos une es el Amor.

La Iglesia es una Madre que abre sus brazos a todos los hombres y pueblos, a todas las culturas y naciones, a todas las lenguas y razas. 

Efesios 4, 4-8 dice: "Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a la que habéis sido llamados. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo y un solo Dios, padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos. Pero cada uno de nosotros hemos recibido un don en la medida en que Cristo nos lo ha querido dar." Cada cristiano tenemos distintos dones que Dios nos ha concedido, pero somos un sólo Espíritu, una sola fe, una sola Iglesia.

Volviendo a la película y sin entrar en valoraciones sobre su visión real o imaginaria de un conflicto eclesial entre conservadores y reformadores progresistas, sobre dos formas polarizadas de ser, de pensar y de actuar... 

Resultado de imagen de pelicula los dos papasLo que, desde los ojos del amor, podemos intuir es una gran relación amistosa y fraterna entre estos dos hombres de Dios. Dos sacerdotes muy humanos. Dos humanos muy sacerdotes.

Sin embargo, no comparto la supuesta enemistad entre ambos ni la imagen que nos muestra de un Francisco tan mundano y relativista, así como la de un Benedicto tan áspero y poco caritativo. Ninguno de los dos es así. El Espíritu Santo jamás se equivoca.

Si nos fijamos bien, podemos ver claramente cómo ambos obispos, que planean dimitir de sus respectivos puestos en la Iglesia, tratan de evitar que el otro renuncie desde un único modo de pensar, decir y actuar: el amor. 

Resultado de imagen de pelicula los dos papasEs el amor de Cristo y a Cristo lo que les une, aunque pudieran tener divergencias sobre gustos, ideas o puntos concretos sobre el gobierno de la Iglesia. No así sobre la fe cristiana. Ahí (la película también lo refleja, si la miramos bien) no hay disparidad. 

Anthony Hopkins como Benedicto XVI y Jonathan Pryce como el papa Francisco en 'The Two Popes'.Es importante que como católicos vayamos más allá de la descripción teatral y cinematográfica de los hechos narrados, de su veracidad o falsedad.

Hemos de contemplar maravillados esa relación tan cercana y respetuosa entre ambos: cómo se hablan, cómo se interpelan, cómo muestran sus aficiones y comparten sus gustos, y finalmente, cómo se confiesan el uno al otro. Es una escena de una ternura y misericordia sobrenaturales.

En conclusión, la película, lejos de crearme una dicotomía, una división o una dualidad en el seno de la Iglesia, lejos de suscitarme intranquilidad, inquietud, desasosiego o perturbación en la Cátedra de San Pedro, me ha emocionado y ha suscitado en mí el compromiso de incluirlos en mis oraciones diarias. 

Desde entonces, rezo por la santidad de ambos, le pido al Señor por Benedicto y por Francisco.