¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.

martes, 11 de agosto de 2020

MEDITANDO EN CHANCLAS (12)

“Si te hace caso, 
has salvado a tu hermano” 
(Mateo 18, 15-20)

El pasaje de hoy corresponde a la segunda parte del Sermón de la Comunidad cuyas claves son la corrección fraterna, la necesidad de la reconciliación y la oración comunitaria:

Corrección fraterna
A menudo, nos ofendemos unos a otros, nos hacemos daño y rompemos la comunión. ¿Por qué se me hace tan difícil perdonar? ¿Por qué siempre veo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el mio? 

Tú , Señor, que no quieres que nadie se pierda, Tú que perdonas siempre todo, me invitas a ser ejemplo, a ganar a mi hermano y a restaurar la comunión, corrigiéndolo “a solas”, a través de la escucha atenta, el diálogo respetuoso y la actitud benévola que posibilitan la reconciliación. 

¡Cuántas veces, me cuesta ser corregido, por mi orgullo! ¡Cuántas veces, en lugar de salvar a mi hermano, le "crucifico" en público con mis juicios! ¡Cuántas veces no corrijo por comodidad y dejo que mi hermano se pierda! 

Reconciliación
Tú, Señor, me exhortas a buscar también a otros para que medien en nuestras disputas. Pero siempre, con delicadeza, ternura y discreción. Desde Tu mirada misericordiosa que perdona y sana, y no desde el juicio que condena y mata.

¡Cuántas veces digo "perdono pero no olvido"! 

¡Cuántas veces me niego a perdonar a mi hermano por resentimiento y orgullo! 

¡Cuántas veces, en lugar de construir comunión, la destruyo y pierdo a mis padres, cónyuge, hijos, hermanos y amigos o me pierdo yo! 

Oración comunitaria de intercesión
Tú, Jesús, rezas conmigo para que nuestro Padre, que siempre nos escucha, nos lleve a ella. 

¡Cuántas veces pido por mi y no pido por mi hermano! 

¡Cuántas veces pido porque el otro cambie y no porque cambie yo! 
Padre Nuestro, enséñame a mostrar a otros Tu bondad y misericordia cuando corrija, y a tener Tu humildad y mansedumbre cuando sea corregido.

María, Madre Nuestra, enséñame a tener Tu corazón tierno y Tu mirada misericordiosa para que la paz de Tu Hijo reine en nuestras vidas.

JHR

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Tienes preguntas o dudas?
Este es tu espacio libre y sin censura