El libro proto canónico de los Salmos aparece en la Biblia, junto al Cantar de los Cantares, dentro de los libros sapienciales, aunque en realidad se trata de libros líricos o poéticos que evocan y dan unidad a la Sagrada Escritura con poemas y cánticos que han acompañado al pueblo de Israel a lo largo de toda su historia:
- Pentateuco:
- Cántico de Moisés (Ex 15) tras pasar el Mar Rojo
- Canción del Pozo (Nm 21,17-18) cuando Dios sació la sed del pueblo en el desierto
- Cántico de victoria (Nm 21,27-30) sobre los reyes de Transjordania
- Oráculos de Balaán (Nm 23 y 24) bendiciendo a Israel
- Cántico final y Bendición de Moisés (Dt 32 y 33) en el monte Nebo, antes de morir
- Libros históricos:
- Cántico de Débora (Jue 5) tras la victoria contra Sísara
- Cánticos de júbilo (1 S 18,6) tras la victoria de David sobre Goliat
- Elegía de David (2 S 1,19-27) ante la muerte de Saúl y Jonatán
- Cánticos de acción de gracias (Neh 12, 8.27) por la reconstrucción del templo
- Elogio a Judas Macabeo (1 M 3,3-9)
- Libros proféticos:
- Cánticos del siervo sufriente (Is 42, 1-4; 49, 1-6; 50, 4-9; 52,13-53,12)
Los judíos llaman a los Salmos Tehillim (himnos) y también Tefillot (oraciones). La Septuaginta (LXX) los tradujo al griego como Psalmoi (Salmos) para referirse a poemas que eran cantados y acompañados de instrumentos musicales.
Autoría
Si el autor del "Pentateuco histórico" de las acciones salvíficas de Dios es Moisés, David es el autor principal del "Pentateuco orante" del Salterio donde el hombre responde a Dios alabándole.
De los 150 salmos que forman el Salterio:
- 73 son atribuidos a David
- 12 a los hijos de Asaf
- 11 a los hijos de Coré
- 2 a Salomón
- 1 a Moisés
- 51 a otros autores anónimos
Origen, Datación y Composición
La poesía de estilo sálmico es muy abundante en las tradiciones literarias sumeria, egipcia, asiria y babilónica desde la antigüedad y eran utilizadas en forma de himnos de alabanza o lamentaciones elegíacas.
Cuando el pueblo de Israel se instaló en la tierra prometida adoptó este estilo salmódico de los cananeos. La mayoría se originó en el sur del reino de Judá y se asociaban con el Templo de Jerusalén, donde se utilizaban como libretos durante el culto.
El Salterio, tal y como lo conocemos hoy y tras varias ediciones, debió existir ya en el s. III a.C. porque es citado por el libro de Eclesiástico (Sirácida) y porque estaba ampliamente difundido en Qumrán.
Su composición abarcaría unos diez siglos, desde el período pre monárquico (s. XII a.C.) hasta el período post exilio y griego (s. IV-II a.C.).
Características
La poesía bíblica de los Salmos utiliza el paralelismo como principal recurso poético:
- paralelismo sinónimo: dos versos que expresan esencialmente la misma idea. Ej.: "El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?" (Sal 27,1)
- paralelismo antitético: dos versos que expresan ideas opuestas. Ej.: "los guiaba de día con una nube, | de noche con el resplandor del fuego" (Sal 78,14)
- paralelismo expansivo: dos versos que expresan la idea de ampliar la primera afirmación. Ej.: "Llena estaba mi boca de tu alabanza | y de tu gloria todo el día" (Sal 71,8)
- paralelismo semántico: dos versos o más que repiten la misma idea con distintas palabras. Ej.: "Dios lo olvida, se tapa la cara, no se entera" (Sal 10,11)
Utiliza también la concisión en las ideas con pocas palabras, mostrando implícitas muchas relaciones, y la elipsis entre las ideas, para que las palabras encuentren en el oyente lo que el poeta no consignó en el texto.
Numeración
La numeración de la Biblia hebrea sólo se corresponde con la cristiana en los 8 primeros salmos y en los 3 últimos. La Biblia griega fusiona el 9 y el 10, y el 113 y el 114, en uno solo, respectivamente, y de manera inversa, divide en dos el 116 (114 y 115) y el 147 (146 y 147).
Como regla mnemotécnica, puede decirse que, entre el salmo 10 y el 148, existe una doble numeración en las traducciones cristianas que indica la numeración hebrea (sin paréntesis) y la cristiana, la hebrea menos 1 (entre paréntesis). No obstante, los textos litúrgicos oficiales católicos, como el Misal Romano, utilizan la numeración griega.[
Estructura
El libro de los Salmos se puede estructurar en 5 libros o "pentateuco davídico", cada uno de los cuales concluye siempre con una doxología o alabanza:
- Libro I: 1-41
- Libro II: 42-72
- Libro III: 73-89
- Libro IV: 90-106
- Libro V: 107-150
O en 3 familias "sálmicas", con diferentes tipos de salmos en cada una:
- Hímnica. El himno permite al hombre expresar la alabanza y la admiración, el gozo y la adoración que siente por Dios y sus obras. Ej. Sal 8,19,29,104,135,136,150. Dentro de esta familia se diferencian tres géneros característicos:
- Himnos a Yahvé rey: "Dios reina eternamente"
- Salmos reales: de entronización que proclaman al nuevo rey, y mesiánicos que ensalzan al futuro rey-mesías (Sal 2; 20; 21; 72; 89; 110)
- Cánticos de Sión: celebran la presencia de Dios en la ciudad santa de Jerusalén y su templo (Sal 48; 7684; 87; 122)
- Suplicante: situaciones de dolor, lamento y sufrimiento expresadas con sobriedad y compostura. Varios tipos:
- Personales: petición de ayuda por enfermedad, muerte, calumnias, persecución, acusaciones, etc. (la mayor parte de los salmos)
- Comunitarios/Nacionales: petición de ayuda por situaciones dramáticas o trágicas en el país (Sal 12; 44; 60; 74; 79; 80; 83; 85; 106; 123; 129; 137)
- de confianza: exposiciones de confianza en Dios como definición perfecta de la relación del creyente con Dios (Sal 16; 22; 23; 27; 131)
- de acción de gracias: reconocimiento de la bondad divina y agradecimiento por los dones recibidos de Dios tanto personales (Sal 30; 41; 52; 115; 138) como comunitarios (Sal 124; 129)
- de felicidad: bienaventuranzas (Sal 1,1; 32,1-2; 41,2-4; 84,5-8,12-13; 112; 119,1-3; 127,5, 128; 144,12-15) )
- Didáctica: su propósito es instruir en los diversos aspectos (sociales, éticos, religiosos, teológicos, filosóficos, existenciales, litúrgicos, proféticos o sapienciales). Tres tipos:
- Históricos: catequesis para reconocer, profesar y meditar las acciones salvíficas de Dios (Sal 78; 105; 106; 111; 135; 136)
- Litúrgicos: fundamentos para la liturgia y el culto a Dios (Sal 15; 24; 91; 95; 134) y "libro de las subidas" o peregrinaciones al templo (Sal 120-134)
- Proféticos: oráculos, promesas o acusaciones de los profetas (Sal 14; 50; 52; 53; 75; 81)
- Penitenciales: respuestas de conversión (Sal 32; 38; 51; 102; 143)
- Sapienciales: temas propios de la sabiduría bíblica (Sal 14=53; 36,2-5,13; 37; 49; 73; 119; 127; 133)
Clave de lectura
El Salterio constituye una de las expresiones más ricas de la fe de Israel, pues en él confluyen la oración, la alabanza y la meditación sobre la acción de Dios en la vida del hombre y en la historia del pueblo elegido.
Cada salmo es una obra completa, una voz que se dirige a Dios o habla de Él, revelando al mismo tiempo cómo el orante se entiende a sí mismo y al mundo que lo rodea en relación con su Creador.
Los salmos condensan siglos de experiencia religiosa, desde la monarquía hasta los últimos momentos del Antiguo Testamento, y lo hacen en perfecta sintonía con la Ley y los Profetas, lo cual explica su incorporación al canon.
Son palabra de Dios que, a la vez, se convierten en oración humana, en una escuela permanente de oración, especialmente a la luz de Cristo, quien los asumió, los vinculó a su persona y misión, y los recitó, iluminando su obra redentora:
- Sal 8,3: para justificar las alabanzas de los niños en su entrada en Jerusalén
- Sal 22,2 y Sal 31,6: para dirigirse al Padre desde la cruz
- Sal 35,19: para explicar el rechazo de las autoridades judías
- Sal 48,3 y Sal 82,6: para confirmar sus enseñanzas
- Sal 110,1: para mostrar la trascendencia del Mesías frente al rey David
- Sal 118,22-23.26: como clave para comprender el misterio de su muerte
Tras la Pascua, los Apóstoles comprendieron que los salmos se habían cumplido en la vida de Jesús y en la misión de la Iglesia naciente:
- Sal 78,2: el anuncio de las parábolas
- Sal 2,1-2; 34,22; 22,19; 69,22: la predicción de sus sufrimientos, la confirmación de su filiación divina y su resurrección
- Sal 16,8-11; 110,1: el anuncio de su gloriosa resurrección
- Sal 5,10; 10,7; 14,1-3; 36,2; 140,4): la condición pecadora de la humanidad y la necesidad de redención (cartas paulinas)
- Sal 2,7; 8,5-7; 40,7-9; 45,7-8; 102,26-28; 104,4; 110,1.4): la superioridad de Jesús sobre los ángeles, la eternidad de su sacerdocio y la definitividad de su sacrificio
- Sal 95,7-11: la esperanza cristiana de alcanzar la patria celestial
Además, los cánticos evangélicos del Benedictus de Zacarías y el Magnificat de María están profundamente inspirados en expresiones salmódicas, aplicadas a la irrupción gozosa de la salvación en Cristo.
Los Padres de la Iglesia, como san Ambrosio, vieron en este libro un compendio de todo el Antiguo Testamento, que instruye, corrige, consuela y ofrece al creyente un remedio espiritual.
El Salterio refleja tanto la revelación de Dios como la respuesta de Israel, constituyendo un diálogo ininterrumpido entre el Creador y su pueblo. En cada poema se expresan situaciones humanas concretas, pero al mismo tiempo resuenan verdades permanentes que iluminan la fe de todas las generaciones.[
Curiosidades
- el salmo 14 se repite en el salmo 53
- 116 salmos tienen títulos individuales, comentarios o indicaciones sobre:
- la forma de ser recitado o acompañado: "con instrumentos de cuerda", "con voces de soprano", "según los lirios»
- el tipo de composición musical: "Salmo" (57), "Cántico" (30), "Poema sapiencial" (13), "Poema para inscripción" (6), "Oración" (3), "Himno de alabanza" (1), "Lamentación" (1)
- el motivo de su composición: la huida de David ante Saúl, el arrepentimiento tras la muerte de Urías, la guerra con Absalón, la dedicación del templo, etc.
- el momento de su utilización: en peregrinaciones, en el sábado, en la enseñanza, en la dedicación del templo, en la ofrenda conmemorativa
- las personas a las que se les atribuyen: las más comunes son los "de David" (73 salmos), trece de los cuales se refieren explícitamente a momentos de su vida. Algunos se asocian a profetas: Ageo (111), Zacarías (145), Ezequiel (112), Jeremías (135)
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