¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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martes, 20 de marzo de 2018

EL CABALLO DE TROYA ROJO

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"Porque se han infiltrado entre vosotros algunos hombres, 
destinados desde antiguo a caer en la condenación, 
gente malvada que han convertido en libertinaje 
la gracia de nuestro Dios
 y niegan a nuestro único dueño y Señor, Jesucristo." 
(Judas 1,4)

Reconozco que éste quizás haya sido el articulo que más me ha costado publicar. Una vez puesto ante el Santísimo, espero que el Espíritu de Dios me guíe para expresar Su voluntad y no la mía. 

Creo que el mayor éxito alcanzado por el Enemigo durante el siglo XX ha sido el desconcertante y trágico silencio del Concilio Vaticano II acerca de la III Revolución: el comunismo. Un Concilio que pretendió ser pastoral y no dogmático. Y es que dogmático, realmente no fue, aunque tampoco podríamos decir que fuera muy pastoral. Me explicaré con una historia:

Imagen relacionada"Un rebaño de ovejas desconcertadas buscaba alimento en pastos áridos donde abundaban las garrapatas, las abejas y las aves de rapiña. Al mismo tiempo, el rebaño sufría continuos ataques de manadas de lobos voraces, muchos de ellos con piel de cordero, que devoraban sin piedad a las ovejas, menguando el corral. Mientras eso ocurría, sus pastores se limitaban a regar el campo, a alejar enjambres, a quitar garrapatas y ahuyentar a los halcones. Por desgracia para el rebaño, no luchaban contra los lobos...quizás por desconocimiento, quizás por miedo o quizás por pereza."

Esta era (y es) la escena de la Iglesia tras el Concilio Vaticano II. ¿Podemos considerar su actividad propia de buenos y fieles pastores? ¿Podemos considerar este "trabajo" como pastoral? ¿Actuaron como verdaderos pastores quienes se ocuparon de espantar a los adversarios menores y dejaron (por su silencio) camino libre a un enemigo mayor y más peligroso? 



Con tácticas de "aggiornamiento", los pastores de la Iglesia trataron de abordar la lucha contra enemigos menores, mientras su complicidad silenciosa ante el Enemigo mayor, dejó a sus lobos en total libertad e impunidad para devorar al rebaño. 


Es triste decirlo, pero la evidencia de los hechos señala que por el espíritu surgido del Concilio Vaticano II se introdujo en la Iglesia el “humo de Satanás”, que cegó y asfixió al pueblo de Dios con sus nocivos gases. El Cuerpo Místico de Cristo entró en un terrible proceso de auto-destrucción que, sin duda, ha supuesto una de las mayores calamidades de la Historia de la Iglesia.


Hablan los santos padres 

Resultado de imagen de pablo viEl Papa Pablo VI en la Alocución ‘Resistite fortes in fide’, del 29-VI-1972, afirmaba tener la sensación de que "por alguna fisura ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios, pues existe duda, incertidumbre, inquietud, insatisfacción y confrontación. No se confía en la Iglesia; se confía en el primer profeta profano [extraño a la Iglesia] que nos venga a hablar sobre la fórmula de la verdadera vida. Y no nos damos cuenta de que ya la poseemos y somos maestros de ella. Entró la duda en nuestras conciencias, y entró por ventanas que debían estar abiertas a la luz. (...) También en la Iglesia reina este estado de incertidumbre. Se creía que, después del Concilio, vendría un día soleado para la Historia de la Iglesia. Vino, por el contrario, un día lleno de nubes, de tempestad, de oscuridad, de indagación, de incertidumbre. Predicamos el ecumenismo, y nos apartamos siempre más los unos de los otros. Procuramos cavar abismos en vez de llenarlos. ¿Cómo sucedió esto? Por la intervención de un poder adverso. Su nombre es el diablo”

Algunos años antes, el mismo Pontífice, en la Alocución a los alumnos del Seminario Lombardo, el 7-XII-1968, afirmó que:

“La Iglesia atraviesa hoy un momento de inquietud. Algunos practican la autocrítica, se diría que hasta la auto-demolición. Es como una perturbación interior, aguda y compleja, que nadie habría esperado después del Concilio. Se pensaba en un florecimiento, en una expansión serena de conceptos madurados en la gran asamblea conciliar. Hay aún este aspecto en la Iglesia, el del florecimiento. Pero la Iglesia es golpeada también por quienes de Ella forman parte”. 

Resultado de imagen de juan pablo iiEl Papa Juan Pablo II señaló también con pesar el panorama sombrío de la Iglesia: 

“Es necesario admitir de manera realista y con profunda y sentida sensibilidad que los cristianos hoy, en gran parte, se sienten perdidos, confundidos, perplejos y hasta desilusionados: fueron divulgadas pródigamente ideas que contrastan con la Verdad revelada y desde siempre enseñada; fueron difundidas verdaderas y propias herejías, en el campo dogmático y moral, creando dudas, confusiones y rebeliones; se alteró incluso la Liturgia; sumergidos en el ‘relativismo’ intelectual y moral y por consiguiente en el permisivismo, los cristianos son tentados por el ateísmo, por el agnosticismo, por el iluminismo vagamente moralista, por un cristianismo sociológico, sin dogmas definidos y sin moral objetiva” . 

Resultado de imagen de benedicto xviDe forma parecida se pronunció, posteriormente, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe y que se convertiría después en Papa: 

“Los resultados que se siguieron al Concilio parecen cruelmente opuestos a las expectativas de todos (...) Los Papas y los padres conciliares esperaban una nueva unidad católica y en vez de eso se fue al encuentro de una disensión que —para usar las palabras de Pablo VI— pareció pasar de la auto-crítica a la auto-demolición. Se esperaba un nuevo entusiasmo y en lugar de él se acabó con demasiada frecuencia en el fastidio y en el desánimo. Se esperaba un salto hacia adelante y en vez de eso nos encontramos ante un proceso de decadencia progresiva (...) Y concluye: “Se afirma con letras claras que una real reforma de la Iglesia presupone un inequívoco abandono de las vías erradas que llevaron a consecuencias indiscutiblemente negativas” . 

La demolición de la Iglesia y sus causas

Es evidente que la Historia nos muestra innumerables ataques que la Iglesia ha sufrido en sus veinte siglos de existencia, tanto los que surgieron fuera de Ella, y que desde fuera intentaron destruirla, como los que germinaron dentro de Ella, y que una vez extirpados, de fuera hacia dentro, intentaron destruirla con ferocidad. 

Sin embargo, ¿cuándo vio la Historia una tentativa de auto-demolición de la Iglesia, no motivada por un adversario y de repercusión mundial? ¿Cuáles fueron las causas de este declive?

Imagen relacionadaLa Ostpolitik vaticana (política aperturista hacia los países ex-comunistas), la terrible infiltración del comunismo y de la masonería en los ámbitos católicos son efectos de todas estas calamidades que constituyen tantos éxitos de la ofensiva psicológica de la III Revolución contra la Iglesia. 

Hasta 1959, la Iglesia era la gran fuerza espiritual contra la expansión mundial del dragón rojo comunista. A partir de entonces y especialmente, desde 1976, numerosos sacerdotes, incluso obispos, se convirtieron en cómplices por omisión o en colaboradores y propulsores de la III Revolución. 

El progresismo, el liberalismo y el igualitarismo propios de la Revolución fueron transformando el otrora verde bosque de la Iglesia Católica, en leña fácilmente incendiable por el comunismo revolucionario. 

Entonces ¿ cuál ha sido la causa de este terrible "colapso"?

El aparente fin del comunismo en Europa tras la caída del muro de Berlín y la irrupción de la "Perestroika", no fueron sino hábiles y sutiles estrategias de metamorfosis revolucionaria,  que tentaron a muchos pastores del pueblo de Dios a "relajarse" y a "aggiornarse" de forma trágica y peligrosa.

De esa forma, se dio cumplimiento a los mensajes sobre la apostasía en la Iglesia de Nuestra Señora en la Salette, el 19 de septiembre de 1846"Dios va a entregaros a su enemigo. Roma perderá la fe y será la sede del anticristo".

En innumerables ocasiones, la Sagrada Escritura ya nos había revelado una clara advertencia sobre este terrible peligro y una contundente condena a su malvada naturaleza: en Judas 1, 4 (infiltrados); en Apocalipsis, capítulos 17 y 18 (Babilonia la Grande); en Mateo 13,24-25 (parábola del trigo y la cizaña); en  Mateo 7,15-16 (lobos con piel de oveja); en Romanos 16,17-18 y 2 Corintios 11,13-15 (falsos apóstoles); en 2 Pedro 2, 1-3 (falsos maestros)...
La historia del Caballo de Troya descrita en la Odisea de Homero refleja fielmente como el Enemigo se ha infiltrado en la Iglesia Católica con un poder de destrucción inimaginable. 

Desde hace décadas, hemos visto una aparente retirada del comunismo y nos hemos relajado, pensándonos vencedores de un enemigo que nos dejó un regalo que aceptamos de buen grado, como hicieron los troyanos. 

Desde entonces, cuántas veces hemos escuchado expresiones internas como “La Iglesia debe cambiar, debe modernizarse, debe adaptarse al mundo o desaparecerá”. Sin duda, esas palabras vienen de la boca de impostores camuflados que buscan minar la fe e incluso destruirla.


La doctora Dodd y su "Escuela de Tinieblas"

Maria Assunta Isabella Visono, más conocida como Bella Dodd (1.904-1.969) fue una italiana de familia católica que, siendo pequeña, emigró a Estados Unidos. En su adolescencia, abrazó el agnosticismo y pocos años después, el ateísmo comunista. 

A finales de los años 20, impartió clases en el Hunter College, mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Nueva York, y llegó a dirigir el sindicato de docentes del estado de Nueva York.

Durante las décadas de 1.930 y 1.940, participó activamente del Partido Comunista norteamericano, llegando a integrar la Comisión Nacional del mismo. 

En 1.949 fue expulsada del nombrado partido, cuando denunció que éste perseguía fines distintos de los proclamados y que traicionaba la causa de los trabajadores estadounidenses. 

Profundamente decepcionada, entre 1.951 y 1.952 retornó a la religión católica, con la guía del célebre sacerdote Fulton J. Sheen. 
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En 1.954, se publicó "School of Darkness", un libro en el que denuciaba al comunismo, básicamente, como un instrumento destinado al control tiránico y totalitario de los hombres. Tras más de dos décadas de militancia en el partido comunista, Dodd afirmó que la conspiración comunista es sólo una rama de una conspiración mucho mayor.

Una estrategia subversiva
Entre las muchas revelaciones de Dodd, destaca su detallada descripción de las sofisticadas maniobras de infiltración subversiva que el partido comunista americano llevó a cabo en el ámbito católico. Varias fueron las instituciones que sufrieron esta estrategia de "caballo de Troya": oficinas gubernamentales, sindicatos, escuelas, iglesias, medios de comunicación, etc. ¿Nos suena esto hoy día?

Ataque a la familia
Según Dodd, entre las prioridades del movimiento revolucionario comunista norteamericano estaba la ruptura de la estructura tradicional de la familia, con el único objetivo de su destrucción. 

A tal fin, promovió el feminismo, presentándolo como un movimiento pacifista, y  la inserción de las mujeres en el exigente mercado laboral estadounidense. Todo ello, con la deliberada intención de restarles a las norteamericanas tiempo en el hogar y así, mermar la dedicación a sus respectivas familias.

Complot contra la Iglesia Católica
Otra estrategia revolucionaria que Dodd denunció insistentemente fue la infiltración en la Iglesia Católica, ofreciendo numerosos datos al respecto, por los que, a lo largo de los años ’30, entre 1.100 y 1.200 miembros del partido comunista ingresaron en distintos seminarios católicos y llegaron a ordenarse sacerdotes. 

Para la década de 1.950, varios de estos impostores ya ocupaban cargos importantes dentro del clero e incluso al menos, cuatro cardenales en el Vaticano, trabajaban para los comunistas revolucionarios.  Todo ello, en cumplimiento de un minucioso plan estratégico de envergadura mundial, cuyo nombre fue "Mano extendida". Su objetivo era la demolición de la Iglesia desde adentro, corroborado por algunos archivos desclasificados del Partido Comunista soviético.

Según ella, este "Caballo de Troya Rojo" fue tan exitoso que provocó cambios drásticos en la Iglesia Católica, al punto de dejarla irreconocible. Y así, consecuente o coincidentemente, en la primera mitad de la década siguiente, el Concilio Vaticano II cambió sustancialmente varios aspectos de la vida eclesial. 

La infiltración llegó clandestinamente a varias organizaciones eclesiales: la Holy Name Society, la revista católica Wisdom, etc, e incluso se concentró en la Compañía de Jesús, provocando que la orden de los jesuitas fuera astutamente manipulada como vía privilegiada para infiltrarse en el mundo católico.


Engendradas por esta estratégica y maligna intrusión, no tardaron en surgir brotes comunistas en el seno de la misma Iglesia: los sacerdotes obreros en Francia, las comunidades de base, la llamada teología de la liberación, la teología indigenista y muchos otros movimientos, que disfrazados de justicia social y modernismo, pretendían únicamente horizontalizar la fe, hacerla inmanente y no trascendente, sacar a Dios de la vida de la Iglesia y reventarla así desde dentro, para poder adueñarse de la mente del pueblo.

Y así hoy, las creencias, prácticas y principios morales católicos tradicionales no son sólo cuestionados, sino denunciados y despreciados por muchos de aquellos que deberían proteger y profesar la doctrina de la Iglesia.

Todo esto y mucho más que ignoramos o que sería interminable contar aqui, resalta y pone de manifiesto que la Iglesia de Jesucristo ha estado expuesta desde sus inicios a la conspiración de las fuerzas demoníacas y a sus instrumentos humanos, y como prueba de ello, nos muestra lo inadvertidos que estaban los apóstoles ante la traición urdida por Judas.

Preparando la Revolución cultural y social

La elección de la familia y de la Iglesia Católica como blancos preferentes de la estrategia subversiva comunista preparaba el asalto a la cultura y a la sociedad antes que a la conquista del poder del Estado. Es decir, el comunismo daba mayor importancia a la revolución cultural en las sociedades occidentales que a la revolución (estrictamente) política, pregonada y programada por el marxismo.

Así, producto de esta tergiversación cultural y social, la Fe dejó de estar orientada a DIOS para focalizarse en el hombre; la Esperanza dejó de estar depositada en la Divina Providencia para reposar en el mito positivista del progreso; y la Caridad dejó de estar fundada en el Amor para adaptarse a la mecánica perversa de la lucha de clases. Todo ello, trajo irremediablemente, la pérdida del sentido de lo sobrenatural en el seno mismo de la Iglesia.

Los infiltrados comunistas inoculados dentro de las instituciones educativas, judiciales, sindicales, los movimientos sociales, las iglesias, etc., han operado de acuerdo con todas estos patrones estratégicos. De esta manera, han contribuido decididamente en la gestación y/o el desarrollo de muchos de los sustanciales cambios culturales e institucionales experimentados por las sociedades occidentales, sobre todo, a partir de la década de 1.960. 

Imagen relacionadaEn el caso que nos ocupa, la penetración comunista dentro de la Iglesia Católica, propició e impulsó un proceso de inmanentización desnaturalizantecuyos orígenes se remontan a la época de la Revolución Francesa (1.789) y cuyas nefastas consecuencias, constituyen una preocupante sintomatología de vaciamiento espiritual que ya no puede ser ocultada: deterioro de la conexión con Dios y las realidades divinas; merma de la profundidad de las vivencias espirituales; distorsión de la doctrina; empobrecimiento y tergiversación de la Liturgia; relajamiento de la disciplina y el rigor; alteración del orden interno de la institución; vivencia de una fe íntima y personal; enfriamiento de la misión evangélica y apostólica; etc. 

Ciertamente, el "Caballo de Troya Rojo" ha jugado un papel mucho más importante que lo que se suele creer, en la modificación de la cosmovisión, los valores y el modo de vida de nuestra sociedad occidental actual. Y nos hemos "dejado devorar" por el lobo revolucionario.

Por todo ello, resulta indispensable y urgente conocer, denunciar y poner a la luz todas las maniobras tenebrosas de la Revolución, así como sus consecuencias inmediatas y mediatas, que derivan en un plan mucho más amplio: la destrucción del ser humano. 

Recemos, pues, constante e incesantemente por nuestra Iglesia, por el Santo Padre, los obispos y todos los pastores que cuidan del pueblo de Dios, para que Dios y su Espíritu impidan que las fuerzas de puertas del infierno prevalezcan. 

Pidamos la intercesión de nuestra Señora la Virgen María, y oremos para que su inmaculado corazón triunfe y pise la cabeza de la serpiente.


domingo, 4 de marzo de 2018

REVOLUCIÓN Y CONTRA-REVOLUCIÓN

Lucifer, el ángel caído
“Él (Enemigo) se encuentra en todo lugar y en medio de todos:
sabe ser violento y astuto.
Busca la disgregación intelectual, moral y social
de la unidad en el organismo misterioso de Cristo.
Quiere la naturaleza sin la gracia, la razón sin la fe;
la libertad sin la autoridad; a veces, la autoridad sin la libertad.
Es un ‘enemigo’ que se volvió cada vez más concreto:
Primero, ¡Cristo sí, la Iglesia no! 
Después, ¡Dios sí, Cristo no! 
Finalmente, el grito impío, ¡Dios está muerto!
y hasta… ¡Dios jamás existió! 
Y he aquí la tentativa de edificar la estructura del mundo 
sobre las bases que no dudamos en señalar como las principales responsables 
por la amenaza que pesa sobre la humanidad: 
una economía sin Dios, un derecho sin Dios, una política sin Dios”.
(Papa Pio XII)

Nuestra sociedad occidental atraviesa una crisis terrible y desoladora que acapara todos los ámbitos de la humanidad: económico, político, social, cultural, familiar, religioso, etc. 

Todos estos hechos tienen su raíz en los problemas más profundos del alma, en la pérdida y destrucción de los principios y valores morales, y como campo de acción principal al hombre contemporáneo, occidental y cristiano.  

Según datos oficiales estadísticos, casi 3.000 millones de personas en el mundo son católicos. Sin embargo, la fe católica no está bien vista en el mundo. En España, los católicos constituyen el 78% de la población. Sin embargo, nuestro país ha dejado de ser la potencia católica que fue en los veinte siglos de vida de la Iglesia.

Resultado de imagen de revolucion y contrarrevolucion¿Por qué España y el mundo han dejado de ser católicos? ¿Cuáles son las causas? ¿Cuál es su origen?

El profesor D. Plinio Correa de Oliveira, en su libro "Revolución y Contrarrevolución" (Ediciones Cristiandad, Barcelona, 1959), desarrolla y explica cómo nuestro gran Enemigo, Satanás, impone al mundo una estrategia muy sutil e invisible a la par que poderosa y temible, cuyos efectos y magnitud se hacen sensibles en todos los países católicos y a la que casi nadie pone nombre, reconoce o combate. 

Hablamos de la Revolución.

La Revolución

Definición

La Revolución es un proceso estratégico que ha inspirado una serie de ideologías, aceptadas por la mayoría de los países, que pretende la transformación total y completa de la sociedad, de sus valores, de la historia, y que han derivado en las tres grandes revoluciones de la Historia de Occidente: 


1- La Reforma Protestante, que implantó el liberalismo religioso y el igualitarismo eclesiástico:

    El orgullo dio origen al espíritu de la duda, al libre examen y a la interpretación naturalista de la Escritura. 


    Resultado de imagen de la reforma protestanteProdujo la insurrección contra la autoridad eclesiástica, expresada por la negación y rebelión contra el Papado

    Negó la autoridad de los Obispos de la Iglesia Universal e incluso el propio sacerdocio jerárquico, reduciéndolo a una mera delegación del pueblo, único poseedor verdadero del poder sacerdotal. 

    La sensualidad en el protestantismo se afirmó por la supresión del celibato eclesiástico y por la introducción del divorcio.


    2- La Revolución Francesa, que impuso el igualitarismo religioso y el liberalismo político:
      Resultado de imagen de la revolucion françesa
    El odio dio lugar al jansenismo, al ateismo y al laicismo.

    La sensualidad a las falsas máximas de que toda desigualdad es una injusticia, toda autoridad un peligro, y la libertad el bien supremo.

    R
    ebelión contra el Rey, simétrica a la rebelión contra el Papa; Rebelión de la plebe contra los nobles, simétrica a la rebelión de la “plebe” eclesiástica (los fieles) contra la “aristocracia” de la Iglesia (el clero); Afirmación de la soberanía popular, simétrica al gobierno de ciertas sectas, por los fieles.

    3- El Comunismo, que llevó estas máximas al igualitarismo social y al liberalismo económico.



    De la Revolución Francesa nació el movimiento comunista de Babeuf, las escuelas del comunismo utópico del siglo XIX y el comunismo científico de Marx. 

    Implantó el espíritu republicano y la producción en serie de república.

    Al contrario de lo que pudiera parecer, el enemigo de esta revolución no es el capitalismo sino el cristianismo.

    A estas tres, añadiremos otra cuarta, en la que nos hayamos inmersos en la actualidad: 

    4- La Revolución sexual, que trata de imponer el igualitarismo de género y el liberalismo sexual.


    Desafió la concepción de la moral sexual, el comportamiento sexual humano, y las relaciones sexuales. Su origen fue en la década de los 50 y su máximo desarrollo entre 1960 y 1980, aunque sus consecuencias y extensión siguen vigentes y en pleno desarrollo.


    Resultado de imagen de orgullo gayLa revolución sexual impuso la igualdad entre los sexos, el feminismo, los métodos anticonceptivos, así como la contestación social y política, conviertiéndose en la actualidad en normas aceptadas, legítimas y legales en el comportamiento sexual.

    La revolución sexual ha propiciado la generalización de todo tipo de relaciones sexuales y la aceptación general de las relaciones sexuales prematrimoniales, el reconocimiento y normalización de la homosexualidad y otras formas de sexualidad (Transexuales, asexuales, etc.).

    Asimismo se ha producido un aumento de las parejas de hecho -uniones sin matrimonio-, el retraso en la edad de contraer matrimonio, la aparición de hijos fuera del matrimonio, uniones civiles entre personas del mismo sexo, así como la aparición de nuevos tipos de familias (monoparentales, homoparentales).​

    Estas cuatro revoluciones son fases de un mismo proceso revolucionario que surgen drásticamente y parecen extinguirse o incluso morir, pero que resurgen con mayor virulencia a través de nuevas y sucesivas metamorfosis o revoluciones.

    La Revolución es un Nuevo Orden Mundial, es decir, el gobierno de la “República Universal”, esencialmente atea, contraria al orden natural y cristiano

    La Revolución es un sistema político, económico, social y religioso supra-nacional y totalitario que excluye a Cristo

    La Revolución es una República Global donde los países son denominaciones geográficas, un mundo sin desigualdades sociales ni económicas, dirigido por la ciencia y por la técnica, por la propaganda y por la psicología, para realizar, sin lo sobrenatural, la felicidad definitiva del hombre.

    La Revolución es la religión y el gobierno de Satanás en el mundo contemporáneo. Es el Anticristo.

    Orígenes y Causas

    Los orígenes y causas de la Revolución son el orgullo y las pasiones desordenadas, concretadas en sus propuestas metafísicas de igualitarismo y liberalismo. 

    El orgullo conduce hacia un igualitarismo que odia toda superioridad o poder; las pasiones desordenadas, hacia un liberalismo que se rebela ante cualquier autoridad o ley, ya sea divina o humana, política o social, religiosa o civil.
    Características

    Las características de la Revolución se manifiestan de un modo universal, único, total, dominante y como resultado de un proceso prolongado y progresivo de desarrollo, exacerbamiento y virulencia.

    Objetivo 

    La utopía marxista de la Revolución es alcanzar un mundo anárquico, en el que una humanidad altamente evolucionada y “emancipada” de leyes o principios, divinos o humanos, viva en total orden, libertad, igualdad y sin autoridad política, religiosa, económica o moral de ningún tipo.

    Desde las distintas planos y esferas de acción, el igualitarismo revolucionario, como consecuencia del orgullo,  tiene como objetivos:

    Igualdad religiosa/espiritual
    • suprimir toda desigualdad de trato entre los hombres y Dios, a través del panteísmo, el inmanentismo, la New Age y todas las formas esotéricas de espiritualidad, cuyo propósito último es "saturar a los hombres de propiedad divina" o despojarlos de ella.
    • suprimir todo desigualdad de poder, jerarquía, orden, magisterio y gobierno dentro de la Iglesia y del sacerdocio.
    • suprimir toda desigualdad de tratamiento y legitimidad entre las diversas religiones.
    Igualdad política/social
    • suprimir toda desigualdad entre gobernantes y gobernados, desde la afirmación de que el poder no viene de Dios sino de la masa.
    • suprimir las clases sociales, en especial de las que se perpetúan por vía hereditaria (Monarquía y Aristocracia). 
    Igualdad económica/personal
    • suprimir la propiedad privada, el derecho de cada cual al fruto íntegro de su propio trabajo y  la elección de su profesión.
    • suprimir de toda variedad relativa a trajes, residencias, muebles, costumbres, etc.
    Igualdad psicológica/sexual
    • suprimir toda peculiaridad psicológica de las personas, toda desigualdad de sexo o género, entre jóvenes y viejos, entre jefes y empleados, profesores y alumnos, hombres y mujeres, esposo y esposa, padres e hijos, etc.
    Igualdad geopolítica
    • suprimir todos los Estados y unificarlos en un único y monstruoso Estado internacional.
    • suprimir toda manifestación patriota, nacionalista, regionalista dentro de cada país y con ellas, los ejércitos. 
    En el fondo del igualitarismo revolucionario subyace y se manifiesta un odio total a Dios, como ser Superior a los hombres.

    El liberalismo revolucionario está íntimamente unido al igualitarismo (aunque en apariencia, contradictorios) por  la sensualidad y las pasiones desordenadas cuyos objetivos son:
    • suprimir toda jerarquía en el alma, deseando la libertad para el mal y la esclavitud para el bien
    • suprimir y negar el pecado y la Redención, al concebir al individuo y a la sociedad como irreprochables e inmaculados.
    • suprimir las fuerzas armadas (a la espera de establecer otras a su conveniencia y semejanza) por ser expresión de toda clase de virtudes absolutamente contrarias al espíritu revolucionario. 
    Agentes y Medios


    La Revolución no se ha basado en el mero dinamismo de las pasiones y de los errores de los hombres para la consecución de un único fin, sino que ha necesitado, a lo largo de estos siglos, de medios y agentes conspiradores que la potenciaran y la manipularan para llevar a cabo el proceso revolucionario.

    Resultado de imagen de masoneriaEstos medios o agentes son todas las sectas creadas por ella para la difusión del pensamiento o la articulación de las tramas revolucionarias. 

    Sin embargo, la secta maestra, alrededor de la cual todas se articulan como simples fuerzas auxiliares —a veces conscientemente, y otras veces no— es la Masonería, cuyo éxito se debe a que posee:
    • una indiscutible capacidad para articularse y conspirar
    • un extraordinario conocimiento de la esencia de la Revolución
    • una gran destreza para utilizar las leyes naturales hacia la realización de sus planes.
    • una estrategia sutil para estudiar y poner en acción mecanismos revolucionarios.

    La Contra-Revolución

    El profesor D. Plinio Correa desarrolla las tácticas para luchar contra la Revolución y explica los métodos para superarla, a través de la eficacia de la doctrina católica y de los recursos espirituales con que cuenta la Iglesia para contrarrestar las fuerzas y desvelar los errores de la Revolución: la Contra-Revolución.

    Definición

    La Contra-Revolución no es una simple vuelta al pasado que la Revolución "tilda" de obsoleta,  sino nuestra participación en la lucha espiritual en la que estamos inmersos, queramos o no.

    Dado que se trata de una guerra espiritual, para luchar contra la Revolución, debemos hacerlo con armas espirituales y procedimientos estratégicos propios y peculiares de nuestros días.

    Objetivo

    Según D. Plinio, la Contra-Revolución debe restaurar la paz de Cristo en el Reino de Cristo a través de:
    • Respetar profundamente los derechos de la Iglesia y del Papado.
    • Oponerse al laicismo, al inter-confesionalismo, al ateísmo y al panteísmo.
    • Defender el orden jerárquico en todos los aspectos de la sociedad y del Estado, de la cultura y de la vida, por oposición al igualitarismo metafísico revolucionario.
    • Detectar, combatir y destruir el mal en todas sus formas (embrionarias o veladas)
    • Denunciar y castigar con firmeza todas las manifestaciones que atenten contra la ortodoxia y la pureza de las costumbres. 

    Características

    La Contra-Revolución es tradicionalista y conservadora pues defiende la radicalidad del mensaje cristiano. 

    La Contra-Revolución es también progresista pues pretende el aprovechamiento de los valores naturales según la Ley de Dios. Quien dice progreso, dice, ante todo y sobre todo, progreso en el orden de los valores espirituales.

    Estrategia


    Resultado de imagen de revolucion y contrarrevolucion plinio correaSegún D. Plinio, la acción contrarrevolucionaria debe ser realizada a nivel individual, de un joven universitario, de un oficial, de un profesor, de un sacerdote sobre todo, de un aristócrata o de un operario influyente en su medio. 

    La primera reacción que se obtendrá será a veces de indignación pero si se persevera durante un tiempo, poco a poco aparecerán compañeros. 

    Como podemos comprobar, la Contra-Revolución no discurre por el cómodo camino del silencio acomplejado, del cobarde disimulo, de la exasperante tolerancia o de la tibieza en la fe de Cristo, por las que muchos católicos contemporáneos caminan infectados de erróneo liberalismo y perverso relativismo filosófico. 

    Como no puede ser de otra manera, la fuerza propulsora de la Contra-Revolución es la vida sobrenatural. Al Anticristo se le vence con Cristo, al mensaje anticristiano, con el mensaje evángelico. 

    La fe cristiana no consiste en la simple conceptualización de los dogmas revelados ni en consumo de sacramentos o en la asistencia a la Iglesia sino en su vivencia adecuada. Es decir, en su vivencia sobrenatural: "Prius vita quam doctrina." ("La vida antes que la enseñanza"). Por tanto, la Contra-Revolución es la vivencia de nuestra fe cristiana y de nuestro seguimiento a Cristo.

    La Contra-Revolución debe
     estar siempre basada en las palabras del apóstol Pablo en su carta a las Filipenses: "Todo lo puedo en aquel que me conforta." (Filipenses 4, 13) y siempre fundada en la convicción de que no se debe ser nunca "anti" por finalidad sino por consecuencia. 



    Por todo ello, recomiendo la lectura de este libro a todos los católicos que, como yo, sufren los efectos y ataques de la Revolución y les animo a que, también como yo, combatamos la mentira con la Verdad, la maldad con la Bondad y fealdad con la Belleza.