Había una vez un hombre muy creyente que no temía nada porque Dios siempre estaría junto a él para ayudarlo en cualquier circunstancia.Un día, se desencadenó una terrible tormenta que provocó grandes inundaciones. Buscó un sitio elevado en el tejado de su casa y esperó a que Dios le salvara.Al poco tiempo, se acercó una lancha de rescate desde la que le dijeron- "Hombre de Dios, agárrese a esta cuerda y le pondremos a salvo".El hombre contestó -"Muchas gracias pero no necesito de su ayuda, Dios me salvará".Y la lancha se marchó.Al cabo de un rato, otra embarcación se acercó, le lanzaron un salvavidas y le dijeron- "Hombre de Dios, sujétese a este salvavidas y le llevaremos a tierra firme".El hombre contestó de nuevo -"Muchas gracias, pero no necesito de su ayuda, Dios me salvará".Ellos insistieron porque la tormenta arreciaba y el agua crecía por encima de las casas, pero el hombre no les hizo caso. Y se alejaron en busca de otras personas.De pronto, escuchó el ruido de las aspas de un helicóptero desde el que le lanzaron una escalera y le dijeron-"Hombre de Dios, agárrese bien a la escala que le tendemos, suba por ella y le pondremos a salvo".Pero el hombre nuevamente contestó -"Muchas gracias pero no necesito de su ayuda, Dios me salvará".El helicóptero se alejó dejando al hombre en una situación tan límite que terminó ahogándose.De camino al cielo, el hombre se encuentra con Dios y le dice: "Señor Dios, yo que siempre he creído en Ti, yo que siempre he confiado en Ti, yo que siempre te he rezado...¿por qué me has abandonado a mi suerte, dejándome morir ahogado?"Dios, con infinita paciencia y ternura le dice -"Querido mío, yo nunca abandono a mis hijos amados.¿Recuerdas la lancha que te dijo que te acercaras para ponerte a salvo? Era YO ayudándote.¿Recuerdas el barco que te lanzó un salvavidas para ponerte a salvo? Era YO ayudándote.¿Recuerdas el helicóptero que te lanzó una escala para ponerte a salvo? Era YO ayudándote.En tres ocasiones fue a buscarte para salvarte y tú decidiste rechazarlas una tras otra. Yo siempre estuve cerca de ti, a tu lado, para ayudarte pero está en ti reconocer las oportunidades que te brindo y aprovecharlas. En contra de tu libertad, yo no puedo hacer nada".
¿QUIÉN ES JESÚS?
sábado, 6 de mayo de 2023
¿CONFIANZA O AUTOSUFIENCIA?
miércoles, 6 de julio de 2022
LA MÍSTICA HORIZONTAL: ESCUCHA ISRAEL
Estoy completamente de acuerdo con el teólogo católico alemán: Un verdadero cristiano, o tiene una experiencia personal de Dios, o no es cristiano.
Una persona puede pasarse la vida poniendo toda su capacidad, tiempo, empeño, sensibilidad y racionalidad para encontrar a Dios y jamás percibir su voz o sus palabras, ni sentir su presencia o su acción amorosa.
Entonces, ¿cómo puedo tener un encuentro personal con Dios? ¿dónde puedo encontrar a Dios? ¿dónde y cómo puedo escucharle? La respuesta es muy sencilla y está al alcance de nuestra mano: sólo hay que mirar la Cruz. Hablamos de la mística horizontal, que nos conduce a la vertical.
De la misma forma que Cristo nos descubre su amor hacia los hombres con los brazos extendidos y nos muestra el amor del Padre alzando los ojos al cielo, un seguidor de Cristo primero debe reconocer y tocar al Dios que está latente, presente y encarnado en multitud de cosas y de personas de este mundo.
- "Shema Israel", Escucha Israel (Dt 6,4)
- "Escucha, hijo mío, recibe mis palabras" (Pr 4,10)
- "El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias" (Ap 1,11.17.29; 2,22; 3,6.13.22)
- "Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen" (Lc 11,28)
- "Un escriba que oyó la discusión, viendo lo acertado de la respuesta, se acercó y le preguntó: ¿Qué mandamiento es el primero de todos? Respondió Jesús: 'El primero es: 'Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser'. El segundo es este: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'. No hay mandamiento mayor que estos" (Mc 12, 29-31; Mt 22,36-40; Lv 19,18)
Dice Santo Tomás de Aquino que el verdadero amor no ciega, sino que hace ver. Sólo él que descubre al prójimo como digno de amor, es capaz de ver a Dios. El que ama, escucha y el que escucha, ve más. Ve el corazón de Cristo en el corazón del mundo. Contemplando el mundo, el Espíritu suscita en el alma la responsabilidad de renovarlo, pacificarlo y amarlo para hacer presente el Reino de Dios en la tierra.
El cristiano del siglo XXI es alguien a quien el Espíritu llama constantemente a vivir el compromiso del amor con todos los que sufren, con todas las víctimas de la injusticia, de la soledad, de la violencia, del mal…. Es la mística mesiánica, la mística de la cruz, la mística horizontal: el amor horizontal que conduce al vertical. Místico es el que contempla, el que escucha, el que ama y se deja amar...