Cuando Marta se quejó a Jesús de su hermana María en Betania, María podría haber optado por sentirse ofendida. Sin embargo, no lo hizo. También podría haberse sentido ofendida cuando Judas y los discípulos le recriminaron su acto de adoración exagerada a Jesús. Pero, de nuevo, tampoco lo hizo.
En ambas ocasiones, María fue criticada injustamente por amar a su Señor con todo su corazón, y no por sus enemigos, sino por su propia hermana y por los propios discípulos del Señor.
Ella evitó la crítica, no hizo nada ni dijo nada. No abrió la boca para defenderse, sino que en silencio, confió el asunto a su Señor. Y en ambos casos, Jesús salió en su defensa.
Siempre habrá algunos cristianos que nos critiquen, nos denigren por nuestras buenas acciones. El punto es que si te sientes molesto u ofendido, y te enfadas y te quejas, el que sufre eres tú.
Por eso, ¿cómo actuar cuando nos ofenden?
Mis hermanos cristianos herirán mis sentimientos
A veces, actuarán con mala intención y deseo de hacer daño.
Otras veces te harán daño sin darse cuenta.
Otras veces te harán daño sin darse cuenta.
Cuando Marta y los discípulos se quejaron, no trataban de herir a María. Simplemente, juzgaron desde un punto de vista humano.
Cuando nos hagan daño, se demostrará nuestra madurez espiritual
Cuando nos lastimen, descubriremos nuestra verdadera relación con Jesucristo. Lo que hagamos en ese momento y después revelará cuán cerca estamos de Jesús.
Podemos reaccionar de dos modos: ponerlo delante del Señor, o dejar que otros nos destruyan. María lo dejó en manos de Cristo.
Dios transforma el maltrato en nuestro bien
José soportó maltrato y odio de sus propios hermanos pero lo dejó en manos de Dios, diciendo: "quisisteis hacerme daño, pero Dios lo usó para el bien".
Romanos 8,28 dice: "sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman". Todo lo que ocurre en nuestras vidas, ya sea bueno o malo, pasa primero por el amor a Dios, antes de llegar a nosotros. Y lo usa para nuestro bien y para nuestra transformación.
Cuando Jesús defendió a María, Él transformó la criticado de su acto en un ejemplo de cómo debemos actuar.
No debemos ofendemos por dichos y hechos
Esto sucede generalmente cuando una persona es demasiado sensible o mal pensada. No debe ser propio de cristianos.
Los cristianos somos las personas más fácilmente ofendidas y atacadas en el mundo, cuando deberíamos ser los menos. María fue maltratada dos veces pero ella no se sintió ofendida.
Falsas acusaciones
Los cristianos sensatos y maduros debemos ignorar los chismes, pues desacredita a quienes nos critican .
Cuando nos sintamos ofendidos por alguien, debemos ir a hablar directamente con la persona, en privado, tal y como Jesús nos enseñó a hacer. Preguntar en lugar de hacer acusaciones.
La pregunta es"¿Cómo me gustaría ser tratado si alguien estuviera diciendo estas cosas de mí?"
Recuerda, Satanás es el calumniador (eso es lo que significa "diablo"), y usa la crítica para destruir las relaciones. Es una de las siete cosas que Dios aborrece "sembrar las semillas de la discordia entre los hermanos."
Lo que hagamos ante una ofensa es elección nuestra
Puedes elegir sentirte ofendido y tomar represalias o puedes optar por llevar tu herida ante Dios.
A veces, el Señor te llevará a la persona para hablar con él de una manera amable, buscando la reconciliación. Otras veces te llevará a cargar con la cruz y seguir adelante. Otras, te mostrará que has malinterpretado por completo las acciones del otro.
Quien ofende a un hijo de Dios, ofende a Dios
Cuando alguien ofende a otro cristiano está rechazando a Cristo, porque Él y su cuerpo están conectados, por lo que "si se lo has hecho al más pequeño de mis hermanos, me lo has hecho a mí."
Se puede vivir sin sentirse ofendido
Esto no quiere decir que nunca vayamos a ser lastimados. Tampoco significa que nunca estaremos enfadados. Jesús se enojó.
La ira es una emoción humana normal cuando alguien te maltrata o abusa de alguien que te importa. Pero lo que haces con tu ira determina si eres o no un buen cristiano.
El Señor nos llama a caminar sin ofensa. Siempre debemos ser "prontos para oír, tardíos para hablar, tardíos para la ira".