¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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domingo, 25 de junio de 2017

CRISTIANOFOBIA...¿POR QUÉ?

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"Guardaos de los hombres, 
porque os entregarán a los tribunales 
y os azotarán en sus sinagogas;
y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, 
para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Mas cuando os entreguen, 
no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. 
Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento.
Porque no seréis vosotros los que hablaréis, 
sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros.
Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; 
se levantarán hijos contra padres y los matarán.
Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; 
pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.
(Mateo 10, 17-22)


La cristianofobia o anticristianismo es un sentimiento de hostilidad hacia el cristianismo y, por extensión, hacia los cristianos, que se caracteriza por la discriminación o intolerancia dirigida a éstos, restricciones en su libertad de expresión, profanaciones de objetos o lugares relacionados con su fe o incluso la persecución religiosa.

Algunos estudiosos estiman que alrededor de 70.000.000 de cristianos han sido asesinados por su fe en estos dos milenios, de los cuales 45.500.000 (es decir, 65% del total) fueron asesinados en el siglo XX.


¿Por qué nos odian?


El mundo odia a los cristianos por las mismas razones por las que odió a Jesús:

Imagen relacionadaPorque la luz de Dios desenmascara sus pecados. “Él trajo la luz de Dios y el mundo prefiere ocultar las tinieblas para ocultar sus obras malas” (Juan 8, 12). Nosotros, como seguidores de Cristo, también "somos la luz del mundo" (Mateo 5, 14). De la misma manera que Satanás (otrora, Lucifer, ángel de luz) "patalea" de rabia cuando oye de boca de Jesucristo: "Yo soy la luz del mundo", su descendencia "patalea" cuando oye que somos la luz del mundo.

-Porque el odio se opone al amor. Si el amor al prójimo responde al amor de Dios, el odio del prójimo responde  también al odio a Dios. 

- Porque hay una oposición entre la mentalidad del Evangelio y la mentalidad del mundo: "No os acomodéis a este mundo; al contrario, transformaos y renovad vuestro interior para que sepáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto." (Romanos 12,2).

Porque somos enemigos suyos"Pondré enemistad entre la descendencia de la mujer y de la serpiente" (Genesis 3, 15).“¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios.” (Santiago 4,4).
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Porque "no somos del mundo": Una iglesia aceptada y aprobada por el mundo es un oxímoro, una contradicción; una imposibilidad. Cualquier iglesia que es amada por el mundo es del mundo, y no de Cristo:"Si fueseis del mundo, el mundo os amaría como cosa suya. Pero como no sois del mundo, pues yo os elegí y os saqué del mundo, por eso el mundo os odia."  (Juan 15,19).

Porque denunciamos su hipocresía y su fariseísmo¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, Porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.” (Mateo 23,15). “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, porque así hacían sus padres con los falsos profetas.” (Lucas 6,26).
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- Porque les anunciamos que "la verdad que os hará libres". "Si os mantenéis firmes en mi doctrina, sois de veras discípulos míos, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Juan 8, 31-32). Una libertad que ellos rechazan porque no quieren hacer la voluntad de Dios sino la suya y piensan que es esclavitud

Porque Jesucristo nos advirtió que seríamos odiados“Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. …Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán;” (Juan 15,18, 20). “Los entregarán a tribulación y los matarán, y serán objeto de odio de parte de todas las naciones por causa de mi nombre.” (Mateo 24,9).


Los cristianos tenemos muy claro que seremos odiados y perseguidos por todo el mundo, mofados por los medios, ridiculizados en público, burlados por nuestros compañeros de trabajo y acosados por los políticos...pero tenemos presente lo que Jesucristo nos dijo:

“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, 
porque de ellos es el reino de los cielos
Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, 
os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 
Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos
pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes de vosotros.” 
(Mateo 5,10-12).


lunes, 31 de agosto de 2015

¿DÓNDE ESTÁ TU TESORO?


“En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, 
es decir, sin lavarse las manos. 
Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos 
restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, 
y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.
 Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: 
'¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras 
y no siguen la tradición de los mayores?'.
Él les contestó: “Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: 
‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. 
El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos’. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.” 
Marcos (7,1-8.14-15.21-23)

Ayer en misa, escuchábamos el Evangelio de Marcos que nos hablaba de la hipocresía humana y del corazón impuro. 

La observancia exterior de la ley no es suficiente para ser buenos cristianos. El Evangelio debe transformar el corazón y favorecer un encuentro personal con Jesucristo, instar a la búsqueda de la justicia y la paz, al socorro y auxilio de los pobres, de los débiles, de los oprimidos. Debe tener puesto el objetivo en el AMOR.

Muchos sucumben a la tentación de creerse mejores cristianos que los demás, incluso superiores, de sabérselas todas por el sólo hecho de observar los dogmas, las reglas y las tradiciones, en lugar de amar al prójimo. 

Entonces es cuando sus corazones se endurecen, lo cierran al Señor, dicen lo contrario de lo que hacen y terminan centrados en ellos mismos. Esa hipocresía que brota de sus corazones les convierte en seres egoístas, hipócritas, soberbios y orgullosos.

El Evangelio, norma de Dios para la conducta cristiana, a menudo es sustituido por preceptos de hombres que muchas veces se desvían de él o incluso van en contra suya. 

Es entonces cuando impera una fe infantil, estéril, sin fruto, que sólo genera bebés espirituales cuya misión exclusiva es la observancia literal de la Ley, y tristes, pues están todo el día “llorando”. Entonces la fe deja de ser fuente de alegría, de paz y de amor. Y cuando esto ocurre, esa fe no es de Dios, ni viene de Dios, ni llega a Dios. 

El papa Francisco dice: "No son las cosas exteriores las que nos hacen o no santos, sino el corazón que expresa nuestras intenciones, nuestras elecciones y el deseo de hacerlo todo por amor de Dios. Las actitudes exteriores son la consecuencia de lo que hemos decidido en el corazón. No al revés".

Si el corazón no se transforma, no podemos ser buenos cristianos. La lucha entre el bien y el mal no sucede fuera de nosotros sino dentro. Jesús dice: “tú tesoro está donde está tu corazón”.

El apóstol nos dice: “Ninguna cosa que de fuera entra en la persona puede hacerla impura; lo que hace impura a una persona es lo que sale de ella…Los pensamientos malos salen de dentro, del corazón: de ahí proceden la inmoralidad sexual, robos, asesinatos, infidelidad matrimonial, codicia, maldad, vida viciosa, envidia, injuria, orgullo y falta de sentido moral. Todas estas maldades salen de dentro y hacen impura a la persona” (Marcos 7, 15 y 21-23)

Entonces ¿Cuál es mi tesoro? ¿Dónde está mi corazón? ¿Soy puro exteriormente o interiormente? ¿Tengo un corazón hipócrita, impuro, con “doblez”? Si es así, ¿puedo tener unas manos y unos labios puros de amor, de misericordia y de perdón? 

Un corazón puro y libre de hipocresía me capacita para vivir según el espíritu de la Ley y alcanzar su finalidad, que es el amor.