“Si a mí me han perseguido,
también os perseguirán a vosotros”
(Juan 5, 8-25)
A menudo, cuando se habla de persecución religiosa, se piensa en asesinatos de curas o monjas a manos de extremistas republicanos, o en muertes de cristianos a manos de radicales yihadistas... se piensa en países como Irak, Siria, Egipto, Nigeria, India, Pakistán, China, Corea del Norte, Eritrea, Turquía, Arabia Saudí, Irán y Sudán..
España es además el segundo país de Europa con más ataques a iglesias católicas después de Francia, según un informe del Observatorio de la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos en Europa, con sede en Viena.
En España la libertad religiosa está seriamente amenazada a causa del laicismo agresivo impulsado por el gobierno español y sus aliados, quienes tratan de marginar la religión de la vida pública y ridiculizar a los católicos.
Sin embargo, basta con echar un vistazo a nuestro país para ver un hostigamiento en toda regla: colegios sin crucifijos, navidades sin belenes, profanación de iglesias y tumbas, ofensas a los sentimientos religiosos, pintadas en fachadas, ataques a basílicas… ¿Acaso no es esto persecución religiosa en España?
España es además el segundo país de Europa con más ataques a iglesias católicas después de Francia, según un informe del Observatorio de la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos en Europa, con sede en Viena.
En España la libertad religiosa está seriamente amenazada a causa del laicismo agresivo impulsado por el gobierno español y sus aliados, quienes tratan de marginar la religión de la vida pública y ridiculizar a los católicos.
Su intención no es otra que desenterrar el odio y la persecución a la fe que se produjo durante la Guerra Civil, en la zona bajo control del Frente Popular donde un total de 11.743 personas fueron vilmente asesinadas por odio a la fe católica. Casos completamente documentados, de los cuáles, 6.832 fueron religiosos (4.184 sacerdotes, 13 obispos y 2.365 religiosos) 3.911 seglares y casi 1.000 seminaristas.
Es cierto que en la actualidad no hay muertes por causa religiosa pero debemos tener muy en cuenta la forma característica de actuar de la "Revolución", que se metamorfosea una y otra vez, dando la apariencia de desaparecer para emerger con mayor furia, ensañamiento, hostigamiento y rencor. ¿Vamos a esperar muertes para sentirnos perseguidos?
La persecución religiosa no surge de la nada ni se realiza de forma directa, sino a través de distintas fases en las que, poco a poco, crece y se desarrolla. Veamos:
Señalar
La estrategia de esta primera fase es definir al grupo/persona susceptible de ser perseguido: se trata de generalizar para describir, de estandarizar para señalar, de estereotipar para identificar, de simplificar para calificar, de caricaturizar para marcar, de ridiculizar para señalar.
Los cristianos somos caricaturizados y ridiculizados mediante la utilización de generalizaciones y estereotipos, que tienen como objetivo preparar la siguiente fase: la calumnia y la difamación.
Y así, a los cristianos se nos calumnia acusándonos de homófobos, sexistas, radicales, retrógrados, anticuados, hipócritas, reprimidos, represivos, inquisidores, gente de mente cerrada, enemigos de la libertad, intolerantes, racistas… enemigos del progreso y de la ciencia e incapaces de ver más allá de la fe.
Desprestigiar
La siguiente fase es desprestigiar y estigmatizar al grupo, denigrar y desacreditar con aspectos negativos, difamar y calumniar con informaciones falsas, convenientemente utilizadas para alcanzar sus intereses persecutorios.Y así, a los cristianos se nos calumnia acusándonos de homófobos, sexistas, radicales, retrógrados, anticuados, hipócritas, reprimidos, represivos, inquisidores, gente de mente cerrada, enemigos de la libertad, intolerantes, racistas… enemigos del progreso y de la ciencia e incapaces de ver más allá de la fe.
El objetivo de esta fase es producir indignación y odio contra los cristianos, generar actitudes anti-católicas que den paso a la siguiente fase: la discriminación y la marginación.
Marginar
El siguiente paso es relevar, marginar, discriminar y confinar a los católicos a los márgenes de la sociedad pública. Se trata de provocar un sentimiento generalizado de arrinconar la fe al ámbito privado, de generar una idea global de que la religión no tiene sentido en este mundo y que por tanto, cualquier aspecto relevante o que recuerde a ella debe desaparecer a la fuerza.
Es en esta fase cuando emergen la intolerancia y la intransigencia hacia la religión y hacia Dios, que conducen a la siguiente fase: la criminalización y penalización.
Criminalizar
La siguiente fase es la legaliza. Se trata de ilegalizar, criminalizar, deslegitimizar y penalizar la fe:
- obligando, por ley, a los colegios la retirada de todos los símbolos religiosos (crucifijos, imágenes, etc.), imponiendo la ideología de género, obviando una enseñanza de la religión.
- exigiendo a los hospitales católicos y clínicas provida la obligatoriedad de informar acerca del aborto y sus posibilidades.
- imponiendo a los farmacéuticos la venta de "anticoncepción de emergencia" (píldora del día después) a los adolescentes o incluso a los menores.
Perseguir abiertamente
La última fase es la penalista. Se trata de imponer sanciones, multas, arrestos, detenciones e incluso cárcel por crímenes de odio por predicar la doctrina católica en temas como la homosexualidad
La persecución va aumentado gradualmente para todo aquel que no comulgue con el "pensamiento único".
El objetivo último es destruir la fe, crucificar a Cristo, matar a Dios. Y si para ello, es necesario matar personas, lo harán. No me cabe la menor duda.
Cristo sufrió en su pasión todas estas fases y finalmente murió, como estaba escrito. Sin embargo, y para desgracia del Enemigo, su muerte en cruz no sólo no fue una derrota sino que con su resurrección, venció.
El Enemigo está ya derrotado. Esa es nuestra fe y nuestra esperanza incluso aunque nos persigan. Aunque nos maten.
JHR