Ayer, sábado por la noche, jóvenes madrileños "armaron lío" por las calles del centro de la capital, que fueron testigos de un evento nada habitual: varias decenas de universitarios representantes de los grupos “Anuncio” y "Effetá", organizaron el rezo de un Rosario por la juventud de España.
Por iniciativa propia, impulsada por ellos mismos sin ninguna gestión sacerdotal, dieron testimonio de su fe y valentía, mostrando al mundo su alegría cristiana sin vergüenza y sin tapujos, ante la mirada atónita de muchos madrileños.
El Rosario por la juventud de España se inició a las 20 horas en la plaza del Conde de Miranda con la concentración de organizadores y asistentes.
Por iniciativa propia, impulsada por ellos mismos sin ninguna gestión sacerdotal, dieron testimonio de su fe y valentía, mostrando al mundo su alegría cristiana sin vergüenza y sin tapujos, ante la mirada atónita de muchos madrileños.
El Rosario por la juventud de España se inició a las 20 horas en la plaza del Conde de Miranda con la concentración de organizadores y asistentes.
Contó con la presencia inesperada del obispo auxiliar, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan Antonio Martínez Camino, quien confesó su alegría y júbilo al verse comprometido a asistir gracias a la audacia de varios jóvenes, que le interpelaron durante toda la semana para que les acompañara.
Tras su bendición y palabras de ánimo a los jóvenes madrileños, se inició el Rosario, que se dirigió hacia la Plaza Mayor, la Travesía del Arenal, y las calles Preciados y Gran Vía, donde la policía tuvo que cortar el trafico ante la avalancha de jóvenes, niños, mayores y familias que se fueron uniendo durante el trayecto.
Muchos madrileños se vieron sorprendidos en las terrazas, bares y calles de la ciudad, parándose para hacer fotografías y vídeos, animando y agradeciendo tan original iniciativa.
El Rosario fue organizado por estos "jóvenes sin miedo", no como una manifestación ni como protesta reivindicativa, sino como una oración de intercesión a la Virgen por toda la juventud de España.
Estos jóvenes hijos de María, mostraron a los madrileños su condición de cristianos comprometidos, evangelizando al son del Rosario y de las canciones dedicadas a su Madre celeste, y fueron seguidos por casi un millar de personas, familias, niños y mayores a quienes regalaron rosarios y velas.
El Rosario concluyó su itinerario en la Plaza de España en una gran fiesta con oraciones, canciones, bailes y vítores a la Virgen y a Cristo Rey, contagiando la alegría y el júbilo a todos los presentes.
Allí mismo comenzó a fraguarse el próximo Rosario. Sin duda, un gran ejemplo para todos y que debemos apoyar.
Allí mismo comenzó a fraguarse el próximo Rosario. Sin duda, un gran ejemplo para todos y que debemos apoyar.
Anoche, la Virgen nos acompañó con su alegría maternal de saberse amada por sus hijos.