¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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martes, 6 de junio de 2017

¿ERES UN LÍDER CONTROLADOR?


"Debo tenerlo todo bajo control"
"He de supervisar hasta el más mínimo detalle"
 "Tengo que estar pendiente de todo o nada funcionará"
"Si no lo hago yo...." 

Aunque ejercer cierto control sobre ciertas situaciones nos ayuda a adaptarnos mejor a las circunstancias, algunas personas llevan esta virtud a tal extremo que terminan convirtiéndola en un problema. Sobre todo, en una organización o en un equipo. 

Esto se debe a que siempre que intentamos controlar algo en exceso, provocamos un efecto paradójico que nos lleva a perder el control de la situación: "el exceso de control genera descontrol".

Los contro
ladores existen en toda organización, incluida la iglesia. Algunos dirían que "especialmente en la iglesia". Y, habitualmente, supervisan todo porque creen que están haciendo lo mejor para la iglesia. 

Pero no todo controlador utiliza el control desde un punto de vista de poder y autoridad. Por supuesto, algunos lo hacen, pero muchos simplemente creen (ingenuamente) que si no supervisan, las cosas no funcionaran.

El exceso de control es contraproducente para la salud del grupo, parroquia u organización. La hiere y la hace enfermar. Y se trata de que la Iglesia esté sana.

Pero, incluso controlar y supervisar en exceso dentro de una parroquia viola algunos principios bíblicos importantes, y más aún, niega e imposibilita la acción del Espíritu Santo. 
El Cuerpo místico no está compuesto de uno, sino de muchos, que trabajan juntos para construir la Iglesia de Cristo "Del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, con ser muchos, forman un cuerpo, así también Cristo." (1 Corintios 12, 12-27).

En términos de salud en una parroquia, hay algunas consecuencias producidas por el exceso de control:

Los comprometidos se marchan

No puedes mantener un equipo que de resultados cuando los controlas siempre, cuando los examinas continuamente; al menos no por mucho tiempo. Las personas de tu equipo necesitan espacio para respirar, explorar y asumir riesgos. Controlar el liderazgo otorgado a otros ahoga la creatividad. Un verdadero líder pronto buscará un lugar donde puedan crecer.
Los seguidores se quedan

Esta es la otra cara de la moneda. Puedes mantener a los que te siguen porque permanecerán por lealtad, o por un sentido de responsabilidad, o simplemente porque no se dan cuenta de que existe otro tipo de liderazgo. Su miedo de aventurarse por su cuenta los mantiene bajo tu estricto control.

La parroquia se estanca

El verdadero perjuicio de controlar es que siempre limita cualquier actuación de la parroquia a las fortalezas, los deseos y las habilidades del líder controlador. Una persona - un líder - sola, no puede controlar todo, ni a todas las personas ni todas las tareas. Es una razón por la que las iglesias se estancan y el crecimiento se detiene.

Un buen líder tiene que disciplinarse para no controlar. El liderazgo controlador, simplemente, no funciona. Evalúate tu mismo y déjate evaluar por otros.

Aquí hay algunas señales de advertencia que nos dirán si un líder control en exceso:

Rechazas las ideas de tu equipo

¿Las rechazas porque son diferentes a las tuyas? ¿Te piden disculpas antes de acercarse a ti para oponerte una nueva idea? ¿Parecen tímidos, temerosos, incluso reacios a compartir contigo un pensamiento?

Te crees superior 

Cuando un líder está en una posición de control, debido a su confianza en sí mismo, a una cierta posición de superioridad, a menudo cree que todo el mundo aprueba todo lo que están haciendo. Un líder controlador realmente nunca puede saber cómo se sienten las personas ante esas situaciones. Asume que todos aprueban su liderazgo.

Siempre tienes razón

Porque eres...genial ¿verdad? Si nunca cuestionas tu propio juicio, si nunca piensas que necesitas obtener opiniones de otros sobre tus ideas, eres un líder controlador.

Controlas la información

¿Te gusta mantener a los demás con menos información de la que tu tienes? ¿Te gusta estar en la posición de poder que otorga tener información privilegiada?. Si controlas la información, casi siempre controlas lo que se hace con la información. Eres un líder controlador.

Eres parte de cada decisión

¿Crees que debes tomar todas las decisiones que tu parroquia requiere? Se honesto. Un líder controlador no puede soportar cuando no le dejan tomar parte de una decisión -especialmente si demuestra ser buena-; tampoco si las personas empiezan a obtener crédito o éxito por algo en el que él no ha tenido participación. 

Nunca sueltas las riendas

¿Temes que otros estén desarrollando un proyecto? ¿Te pone nervioso? ¿Sientes la necesidad de dar continuamente un paso atrás y revisar las cosas? No estoy sugiriendo que un líder delegue y desaparezca. Eso tampoco es un buen liderazgo. Pero si nunca puedes dejar que alguien sea verdaderamente el líder principal de una determinada tarea, eres un controlador.

Eres la autoridad final 

En cada decisión. Piensa por sólo un minuto sobre las decisiones tomadas en la parroquia en el último año, o incluso en el último mes. ¿Tuviste que intervenir en todas ellas? ¿Se tomaron decisiones significativas de las que no formaste parte? Se honesto.

¿Alguna vez has trabajado para un líder controlador? ¿Eres uno de ellos? ¿Cómo respondería tu equipo a estas preguntas sobre ti?

domingo, 22 de enero de 2017

EL LÍDER CRISTIANO DICTADOR


"Hermanos, vosotros habéis sido llamados a ser hombres libres; 
pero procurad que la libertad no sea un pretexto 
para dar rienda suelta a las pasiones, 
antes bien, servíos unos a otros por amor."
(Gálatas 5, 13)

Como cristianos, todos estamos llamados a servir a otros aún cuando dependemos completamente de Dios y todo lo que hacemos es para gloria suya. 

Sin embargo, con demasiada frecuencia, algunos líderes laicos cristianos (e incluso algunos sacerdotes), equivocadamente, usan mal la libertad que Dios les regala y pasan de ser servidores a convertirse en dictadores. Dictadores por la gracia de Dios.

¿Cómo identificarlos? Aquí hay algunos signos característicos de un mal líder cristiano:

1. Invita al debate de cualquier cuestión al resto del equipo, pero él ya tiene formada su opinión y no la cambia jamás. El debate es ficticio, ya que sus decisiones están tomadas de antemano.

2. Tiene el concepto de que "todos son prescindibles". Nunca se sabe si le preocupa el hecho de que las personas abandonen. De hecho, por lo general suele hiper-espiritualizar las razones por las que otros se van.

3. Rara vez, o nunca, está equivocado. El dictador, de alguna manera, se auto-convence de que nadie puede hacer las cosas tan bien como ély desde luego, mejor tampoco. Él "sabe" todo y el resto tiene que aprender de su sabiduría.

4. Las personas comprometidas permanecen junto a él sólo un cierto tiempo. El dictador se rodea de buenos asesores pero no es capaz de mantenerlos porque prefiere adeptos (yo los llamo: "palmeros") a colaboradores.

5. Rara vez permite que otros puedan dar su opinión. su posición de líder se convierte en su plataforma, desde la que impone sus decisiones y ​​rara vez renuncia a esa posición. No está dispuesto a compartir la posibilidad de que quizás haya gente tan dotada o más que él para determinados asuntos.

6. Trata a los demás como "sujetos". Es decir, la gente es un medio para un fin: herramientas para ayudarle a construir su "tinglado", en lugar de considerarlos hermanos y hermanas en Cristo.

7. Exige lealtad incuestionable. Incluso la más leve señal de desacuerdo la considera rebelión, y lo envuelve en una falsa espiritualidad aludiendo rebelión contra Dios, cuando en realidad es sólo disconformidad con él.

8. A menudo, los que lo conocen mejor, cuestionan su espiritualidad, su fe. Eso no debe ser una sorpresa para nosotros. Un dictador depende de sí mismo, no de Dios.

9. No se le pasa por la cabeza la sucesión de su liderazgo. Incluso habiendo dejado de ser líder, pretende seguir dirigiendo. Un dictador no renuncia fácilmente a su posición.

10. Su orgullo y su vanidad se convierten en la razón de ser de su liderazgo. Y el orgullo es la puerta de entrada al resto de los pecados. Un líder cristiano dictador no puede estar nunca cerca de Dios, pues su orgullo le impide realizar el plan de amor que Dios le ha encomendado.

domingo, 18 de diciembre de 2016

EL LIDERAZGO MAL ENTENDIDO

"El verdadero soldado no lucha porque odia lo que está delante de él, 
sino porque ama lo que lleva detrás".

(Chesterton)

¿Lideras un grupo de personas? ¿Estás al cargo de un cometido específico? ¿Cómo sabes que lideras efectivamente ... y que no mandas?

A menudo confundimos lo que significa el concepto de líder. Muchos ven en él connotaciones negativas y lo convierten en un término peyorativo. Suena siempre a "mandón", a "listillo", a "superior"... cuando, en realidad, el término proviene de un anglicismo (leader) que significa encabezar, acompañar, guiar, conducir, llevar, dirigir, actuar, dar ejemplo. 


El liderazgo es el conjunto de habilidades de una persona para influir, con su ejemplo y con sus palabras, en la forma de ser o actuar de las personas o en un grupo determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo y motivación hacia el logro de sus metas y objetivos.


Liderar es "ir a la cabeza", "dar ejemplo", "tomar la iniciativa", asumir responsabilidades, tomar decisiones, administrar recursos humanos y materiales, dirigir actuaciones, cuidar personas, establecer objetivos, otorgar autoridad y delegar, transmitir y guiar, motivar e incentivar, gestionar y resolver situaciones, es transformar una visión en una realidad.

¿Qué significa ser líder cristiano? 

El liderazgo es la capacidad de transformar una visión en una realidad y el mejor ejemplo de liderazgo es Jesucristo. Él transformó la visión de Dios en realidad. Es nuestro LÍDER, el de todos los cristianos, la cabeza de la Iglesia, y ello no implica ninguna acepción negativa. 

Aunque la Biblia cambia el término "líder" por "pastor", que expresa mejor en nuestra concepción lo que significa y añade la "nota" característica de un líder cristiano. Jesús es el Buen Pastor porque hace todo lo que se requiere de un líder pero además lo hace todo con AMOR. Esta es la cuestión.

Nosotros como cristianos y como seguidores de Cristo, estamos llamados a imitarle, a ser líderes en nuestro servicio a Él. Y de manera especial, los sacerdotes. Pero, como líderes, el amor es nuestra máxima.

Algunos líderes (incluidos sacerdotes) son muy difíciles de seguir y, habitualmente, no tienen la caridad como virtud esencial. Y es que existe una línea muy delgada entre ser un buen líder eficaz y ser un mal jefe: un liderazgo mal entendido y mal asimilado convierte a un posible líder eficiente en un perfecto patán. 

Muchos son líderes de forma inconsciente y otros, quieren serlo a toda costa, sin tener en cuenta si son capaces o no de liderar. Y lo más importante, si muestran caridad en todo lo que hacen. Ser líder no es mandar, ni ordenar ni ser "el jefe". Es un concepto mucho más amplio.

¿Qué se necesita para ser líder? 

Un líder tiene (o debe tener) unas determinadas habilidades:
  • Comunicación verbal: Sabe informar y comunicar lo que quiere a su equipo.
  • Escucha: Entiende a su equipo, se anticipa a sus preguntas y responde sus preguntas.
  • Persuasión: No pide a su equipo que simplemente sigan sus órdenes ciega o vehemente. Primero los convence que algo es bueno y se debe hacer.
  • Pensamiento crítico: Mide acciones y posibles soluciones para tomar decisiones.
  • Delegación: Sabe que es más productivo delegar a aquellos que pueden hacerlo igual o mejor que él.
  • Organización: Ordena sus tareas y las del resto para hacer un trabajo eficiente.
  • Responsabilidad: Asume sus propios actos y los de su equipo. No culpa a otros de sus propios errores, y comparte los de otros.
  • Perseverancia: Es tenaz y paciente para alcanzar sus objetivos.
  • Adaptación al cambio: Es flexible cuando las cosas no salen como se espera. Ajusta su plan a la coyuntura y mueve a su equipo en la dirección necesaria en la nueva situación.
  • Empatía: Siempre se pone en lugar de los demás y construye y desarrolla buenas relaciones con su equipo y sus superiores.
  • Respeto: No mira por encima del hombro a los demás ni se cree más que nadie.
  • Ayuda: Siempre apoya y ayuda a quien lo necesita.
  • Capacidad de respuesta: Maneja las crisis y responde rápida y efectivamente cuando  surgen problemas.
Si quieres ser un convertirte en un líder patán, sigue estas sugerencias:

Todo gira en torno a ti

No cabe duda de que el hecho de liderar un grupo, equipo u organización ejerce una poderosa influencia sobre ellos (tal vez incluso demasiado). Los líderes, después de todo, hacen que las cosas sucedan.

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Pero si quieres ser un mandón, haz que tu organización, empresa, iglesia, equipo o grupo giren en torno a ti, a tus preferencias, a tus gustos, a tus manías. Asegúrate de estar siempre al frente de todo, de ser el centro en todo momento y de que todo dependa de ti, de tu última palabra.

Piensa en lo agradecido que todos deben estar contigo. En lo mucho que haces por ellos. Sin duda, deberían besar por donde pisas. 

Si dependes de un superior, piensa en lo mal pagado estás, en lo poco que te agradece todo lo que haces, en lo infravalorado que estás y en lo indispensable que eres.

La gente trabaja para ti

Si quieres ser un auténtico patán, debes convencerte de que la gente trabaja para ti. "Porque tú lo vales".

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Un buen líder sabe que trabaja con y para la gente que tiene a su cargo. Sirve en lugar de ser servido. No está pendiente de lo que necesita o merece. 

Sencillamente trabaja y hace que otros trabajen con él. Da siempre buen ejemplo.

Si crees que el mundo está creado para servirte, pocas personas querrán trabajar contigo. Aunque tú "te lo merezcas".

Jamás agradezcas ni elogies

Un mal líder rara vez dice "gracias". Está convencido de no tener que agradecer nada porque la gente, sencillamente, está cumpliendo su trabajo. Para eso se les paga.

Rara vez da un palmadita en la espalda ni motiva porque cree que el mérito es siempre suyo y porque además, teme elogiar a otros por envidia.

Un buen líder a menudo se toma el tiempo para escribir una nota de agradecimiento. Mira a los ojos a los miembros del equipo y les dice cuánto los aprecia. Rodea con su brazo a la gente y dice  "gracias".

Un buen líder sabe que nadie está obligado a trabajar para él. Es por eso que la gente lo hace.

Exige y humilla

Una manera segura de ser un buen patán es exigir cosas de la gente. 

Una cosa es tener las altas metas y grandes expectativas (un buen líder las tiene), y otra cosa distinta es exigir la consecución de esas altas expectativas humillando a las personas.

Un  mandón enfoca su liderazgo en lo que quiere (sacar) de la gente. Nunca piensa en lo que quiere para la gente. Exige y humilla.

Sobrevalórate

Si quieres ser un auténtico estúpido, piensa que eres tan valioso para la organización que eres vital e imprescindible.

Ni se te ocurra desarrollar nuevos talentos. Eres demasiado inseguro para compartir tu poder con otros. Nunca dejes que otras personas sean el centro de atención. 

Jamás enseñes a tu equipo lo que tú sabes, no des pistas. "Conocimiento es poder". NO compartas nada de tu saber ni de tu experiencia.
Además, nadie en tu equipo tiene tus capacidades, tu visión y tu talento. ¿Por qué prestar atención a otros?

Los malos líderes no construyen personas, construyen ego.

Ponte medallas y echa culpas

Si eres un patán, hay dos formas infalibles de enfadar a tu equipo:

En primer lugar, asume todo el mérito de lo bueno que sucede. Ponte medallas. Asegúrate de mencionar de quién fue la idea, quien la planteo y quien la ejecutó, es decir, Tú. NUNCA menciones a tu equipo o lo duro que trabajó en el proyecto. Y menos a otros.

En segundo lugar, cuando las cosas se salen "de madre", lávate las manos. Sé como Pilato. Mira sorprendido y luego intenta parecer preocupado. Culpa a algo. Culpa a alguien. Culpa cualquier otra cosa.

Tú no eres el responsable de los errores ni de los malos resultados, sólo de los buenos, por supuesto.

Nunca des la cara por tu equipo

Si quieres ser el mejor de los patanes, interioriza que la lealtad pública no tiene ningún valor pragmático. 

Jamás des la cara por nadie de tu equipo. sus errores o malas decisiones son su problema, no el tuyo. Es más, Critícales, habla mal de ellos (a sus espaldas), siempre que puedas,no vaya a ser que un día te quiten el puesto

Por ejemplo, cuando no estés de acuerdo con una postura o decisión tomada por un miembro del equipo, asegúrate de decirle a alguien (por detrás) lo mucho que discrepas de ella.

Y cuando alguien se queje de lo que un miembro del equipo hizo, asegúrate de hacerle saber (en secreto) que tú también piensas igual, y que no entiendes por qué hizo eso.

Para tener "bonos extra" como el patán de los patanes, nunca hables en privado con la persona con la que no discrepas. Sólo sonríe cuando la veas.

Un buen líder no siempre está de acuerdo, pero siempre discrepa en privado contigo y te apoya públicamente, pase lo que pase. Eso "construye equipo". Eso es "trabajar en equipo".

Jamás delegues

Nunca. He dicho nunca. Delegar es de incautos, de incapaces. Tú puedes con todo. No necesitas a nadie que te dé lecciones, que te enseñe como se lidera o cómo se hacen las cosas.

Tú eres un ser superior. Tienes tu rango. Las personas de tu equipo son simples peones que pueden y deben sacrificarse en cualquier momento.

Una señal segura de que eres un auténtico estúpido como líder es que siempre desmotives a los miembros de tu equipo, tomando personalmente tantas decisiones como te sea posible.

Nunca les dejes ejercitar sus dones de liderazgo o sus capacidades innatas, ni convertirse en pensadores por derecho propio.

Y cuando tomen decisiones por su cuenta, critícalos y corrígelos.

Cuando todo falle, hazte el víctima

Cuando tu equipo está enfadado contigo (y seguro que lo estará), un signo seguro de haberte convertido en un autentico patán es que recurras al victimismo. Es una herramienta habitual en los lideres ineptos.

Nadie lo tiene tan difícil como tú. ¿Verdad? El papel de líder es para superdotados y no todo el mundo puede asumirlo. Tú, sí.

¿Quién sino tú, dedica tantas horas en un trabajo ingrato? ¿Y quién realmente te entiende?Nadie. Por supuesto. Excepto tú.

Para mantener el estatus de patán, asegúrate de decirle a todo el mundo lo duro que trabajas, lo solitario que es el liderazgo, las pocas vacaciones que tienes y lo agotado que estás. Pero repítelo hasta la saciedad para que todo el mundo sepa lo bueno que eres.

Los buenos líderes se dan cuenta de que el liderazgo tiene un costo y un desgaste, pero no esperan ni pretenden que otros lo compartan. Y sobre todo, jamás se quejan.

Y pensarás, ¿por qué doy sugerencias sobre liderazgo? ¿Quien eres tú para dar consejos? Pues muy sencillo: porque he sido un patán durante mucho tiempo, tanto en mi vida profesional como en la personal. Y porque ahora soy consciente de que tengo que evitar, todos los días, que un estúpido que vive dentro de mí, salga al exterior.

Afortunadamente, Jesús nos introduce un paradigma completamente diferente para el liderazgo. Si quieres ser un líder semejante a Cristo, haz lo opuesto de las sugerencias para ser un patán de este artículo. Estarás en el buen camino. Cristo promete ayudarnos. Solos no podemos. Pero todo, con amor...