¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
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lunes, 21 de agosto de 2017

UN MUNDO SIN DIOS ES EL INFIERNO

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“No podemos elegir los tiempos en los que nos toca vivir, 
lo único que podemos hacer es 
decidir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado”.
 (Gandalf - "El Señor de los Anillos")

Vivimos tiempos recios, tiempos que no podemos elegir, tiempos de profunda crisis: crisis económica, política, cultural; crisis de las ideologías y crisis de las instituciones. Pero el origen de todas estas calamidades radica en una profunda crisis de fe, en una crisis de amor. 

Vivimos una apostasía clamorosa. El mundo ha prescindido de Dios y lo ha relegado al trastero para que no estorbe. Hemos puesto al hombre en un lugar que sólo le corresponde a Dios. La sociedad pos-moderna y relativista se ha rebelado contra Dios y ha decidido que el bien y el mal se legislan según el criterio  del hombre.

Vivimos una "moral" donde no hay pecados; donde ya no hay mandamientos, porque Dios ya no pinta nada. Esta moral sin Dios, consensuada "democráticamente", ha trasformado al mundo en un infierno. 

La moral civil, laica y democrática – sin Dios y contra Dios – resulta terriblemente inhumana. Cada vez que "matamos" a Dios, acabamos siempre pisoteando la dignidad del hombre. 

Lo decía Juan Pablo II: "El hombre puede construir un mundo sin Dios, pero este mundo acabará por volverse contra el hombre"

Un mundo sin Dios es el Infierno

Si Europa y España rechazan sus raíces cristianas, estamos perdidos. 

La cruz, la misión y los grandes santos forjaron lo que es España y Europa. 

Resultado de imagen de infiernoLos españoles cumplimos con la misión que la Providencia quiso encomendarnos de llevar la fe a América. 

España, sin la fe en Jesucristo, no es España. Sin la Cruz, España desaparecerá, porque es la fe la que constituye su verdadera esencia. 

De ahí la urgencia de re-evangelizar un país y un continente que han perdido el norte.

Sólo una profunda conversión de cada uno de nosotros, sólo una vida unida a Cristo, puede transformar este mundo de muerte en esa civilización del amor que todos ansiamos. 

Un mundo sin Dios es el infierno. Eso es ahora nuestro mundo: un infierno.

domingo, 22 de enero de 2017

EL LÍDER CRISTIANO DICTADOR


"Hermanos, vosotros habéis sido llamados a ser hombres libres; 
pero procurad que la libertad no sea un pretexto 
para dar rienda suelta a las pasiones, 
antes bien, servíos unos a otros por amor."
(Gálatas 5, 13)

Como cristianos, todos estamos llamados a servir a otros aún cuando dependemos completamente de Dios y todo lo que hacemos es para gloria suya. 

Sin embargo, con demasiada frecuencia, algunos líderes laicos cristianos (e incluso algunos sacerdotes), equivocadamente, usan mal la libertad que Dios les regala y pasan de ser servidores a convertirse en dictadores. Dictadores por la gracia de Dios.

¿Cómo identificarlos? Aquí hay algunos signos característicos de un mal líder cristiano:

1. Invita al debate de cualquier cuestión al resto del equipo, pero él ya tiene formada su opinión y no la cambia jamás. El debate es ficticio, ya que sus decisiones están tomadas de antemano.

2. Tiene el concepto de que "todos son prescindibles". Nunca se sabe si le preocupa el hecho de que las personas abandonen. De hecho, por lo general suele hiper-espiritualizar las razones por las que otros se van.

3. Rara vez, o nunca, está equivocado. El dictador, de alguna manera, se auto-convence de que nadie puede hacer las cosas tan bien como ély desde luego, mejor tampoco. Él "sabe" todo y el resto tiene que aprender de su sabiduría.

4. Las personas comprometidas permanecen junto a él sólo un cierto tiempo. El dictador se rodea de buenos asesores pero no es capaz de mantenerlos porque prefiere adeptos (yo los llamo: "palmeros") a colaboradores.

5. Rara vez permite que otros puedan dar su opinión. su posición de líder se convierte en su plataforma, desde la que impone sus decisiones y ​​rara vez renuncia a esa posición. No está dispuesto a compartir la posibilidad de que quizás haya gente tan dotada o más que él para determinados asuntos.

6. Trata a los demás como "sujetos". Es decir, la gente es un medio para un fin: herramientas para ayudarle a construir su "tinglado", en lugar de considerarlos hermanos y hermanas en Cristo.

7. Exige lealtad incuestionable. Incluso la más leve señal de desacuerdo la considera rebelión, y lo envuelve en una falsa espiritualidad aludiendo rebelión contra Dios, cuando en realidad es sólo disconformidad con él.

8. A menudo, los que lo conocen mejor, cuestionan su espiritualidad, su fe. Eso no debe ser una sorpresa para nosotros. Un dictador depende de sí mismo, no de Dios.

9. No se le pasa por la cabeza la sucesión de su liderazgo. Incluso habiendo dejado de ser líder, pretende seguir dirigiendo. Un dictador no renuncia fácilmente a su posición.

10. Su orgullo y su vanidad se convierten en la razón de ser de su liderazgo. Y el orgullo es la puerta de entrada al resto de los pecados. Un líder cristiano dictador no puede estar nunca cerca de Dios, pues su orgullo le impide realizar el plan de amor que Dios le ha encomendado.