¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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sábado, 15 de febrero de 2020

CLERICALISMO: MIEDO ESCÉNICO A LA MISIÓN COMPARTIDA

"La mies es mucha, pero los obreros son pocos. 
Rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies."
(Lucas 10, 1-9)

El otro día y tras la Eucaristía, dos sacerdotes nos comentaban que algunos estamos "metidos en demasiadas cosas espirituales" que "no es bueno estar en todo". Algo que ya nos habían dicho otros e incluso, en una ocasión, uno me dijo personalmente que "debía rebajar mi excesivo celo y amor por Dios".

Al día siguiente de este episodio, el Señor nos habla de la abundancia de la mies y de la escasez de los obreros. ¡No salgo de mi asombro y de mi sorpresa! Porque mientras Jesús nos exhorta a pedirle a Dios que envíe obreros a la mies, ellos, los sacerdotes, en lugar de alegrarse porque el Dueño de la mies nos envíe a ella, nos acusan de estar haciendo "demasiado" para Él.

Sin embargo, en repetidas ocasiones, estos mismos sacerdotes acuden a nosotros y nos llaman para que "les echemos una mano", para que les ayudemos o incluso nos animan a ser diáconos, es decir, quieren clericalizarnos. ¡Pues no! ¡Somos laicos y queremos seguir siéndolo!

Sin duda, uno de los mayores peligros de la Iglesia es el clericalismo, muy asumido e interiorizado por algunos ministros ordenados de la Iglesia y que, amparándose en él, con demasiada frecuencia, obvian, desprecian, minusvaloran o ningunean a los laicos

Me duele decirlo porque quiero a mi Iglesia pero es la triste realidad. No trato de juzgar sino de mostrar una realidad que falta a la caridad cristiana y a la alianza de Dios con su pueblo.
¿Qué es el clericalismo?
El clericalismo es una concepción desviada y errónea del ministerio sacerdotal,  una caricatura del sacerdocio que exige y confiere al clero una inapropiada superioridad moral y una excesiva deferencia.

El clericalismo es una visión elitista y excluyente de la vocación sacerdotal, que interpreta el don recibido como un poder para ejercitar, en lugar de como un servicio gratuito y generoso para ofrecer (Mateo 10,8).

El clericalismo es una pretensión de pertenencia a una clase espiritual superior que posee todas las respuestas, que no tiene necesidad de escuchar o de aprender nada, o que incluso finge escuchar.

El clericalismo es una búsqueda prioritaria de los intereses particulares de la jerarquía eclesiástica que ansía subir en el escalafónincrementar su poder, lo que evita que se convierta de verdad en una Iglesia Pueblo de Dios, al excluir sistemáticamente a los laicos.

El clericalismo es una consecuencia de un cierto temor de los sacerdotes a perder notoriedad, autoridad o importancia frente a los laicos y de una cierta envidia de los ministros ordenados frente a la valentía y libertad de movimiento de los seglares.

El clericalismo es un aumento de la distancia entre el sacerdote y el laico que desdibuja el camino hacia Dios, porque un pastor, por sí solo, no puede producir leche o queso. Necesita cuidar a las ovejas dentro del redil, mantenerlas sanas y alimentarlas para que éstas den el resultado que se espera de ellas. 

El clericalismo es, en definitiva, un miedo escénicola "lógica de la Misión Compartida" y a la corresponsabilidad de todo el pueblo al servicio a Dios, que termina convirtiéndose en un trato despótico y autoritario de algunos sacerdotes hacia los laicos, a quienes tratan como "borregos" en lugar de como "ovejas", como "masa" en lugar de como rebaño. 

El clericalismo es un abuso psicológico, espiritual o incluso sexual pero no es un mal endémico, sustancial o exclusivo del sacerdocio, sino inherente a una posición de poder, tan habitual en la lógica humana y tan ajena a la lógica apostólica.

Pero el clericalismo es también una ausencia de participación, compromiso y responsabilidad por parte de los laicos

Es un cómodo deseo de consumo espiritual, de búsqueda de un paternalismo místico que dicte una participación sin demasiado compromiso y de una fe sin excesiva responsabilidad. Posiblemente, también los excesos de parte del clero a lo largo de los tiempos, hayan sido los que han provocado esa apatía, ausencia y pasividad de muchos laicos.

Los laicos tenemos, una vez más, que recordar a nuestros sacerdotes que ellos también son servidores de la misión compartida, que el rebaño no es suyo y que juntos, estamos para servir y dar gloria al Dueño: Dios.

Los laicos debemos respetar a los pastores ordenados de la Iglesia, llamados por Dios a ser nuestros líderes, maestros y santificadores del pueblo de Dios y, a la vez, recordarles que nuestra tarea no es suplantarles sino ayudarles.

Todos los papas que he conocido (Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco) siempre nos han invitado, tanto a sacerdotes como a laicos, a llevar a cabo una transformación eclesial y social que supere este clericalismo pero que, hasta ahora, ha sido difícil de realizar.

Para ello, necesitamos vivir juntos esa lógica de la misión compartida y corresponsablemirando al origen y siendo fieles a Él, es decir, fijándonos cómo Jesús ejercía su ministerio con la gente, cómo recriminaba a los sacerdotes sus faltas de caridad y cómo, también, delegaba en ellos su autoridad.

Unos y otros, debemos convencernos de que la misión compartida refuerza la figura del pastor (mayor alcance, presencia, reconocimiento y escucha) y la del rebaño (mayor comunión, fraternidad, obediencia y compromiso).