El pasado mes de febrero, mi querida mujer celebró su 50º cumpleaños. Ante tan importante conmemoración, se me ocurrió hacerla un regalo muy especial: un viaje a Medjugorje.
Al principio, me pareció una ocurrencia original, sin más. Ella, consagrada a la Virgen, estaba entusiasmada por visitar a la Reina de la Paz. Por supuesto, yo no pensaba ir y ella no quería ir sin mí. Mi corazón era reacio a viajar a un lugar donde se aparece diariamente la Virgen María, desde hace más de treinta años, y de donde muchos vuelven diciendo que han "visto y experimentado milagros". Me costaba mucho creerlo y además...era un gasto económico con el que yo no contaba.
Algunos amigos que ya habían decidido ir, me animaban (mejor dicho, se empeñaban) para que fuera porque en el peor de los casos, volvería igual que me iría, y en el mejor...quién sabe!!!
El caso es que, sin pensarlo mucho, me animé a acompañarla porque entre otras cosas, siempre vamos juntos a todas partes y porque además, hemos iniciado un hermoso y fructífero camino de fe y servicio.
Aquí comienza mi camino de peregrinaje, aunque evidentemente, trataré de resumirlo, pues lo que allí ocurrió daría para escribir un libro. Tan sólo contaré las circunstancias que más me "tocaron" el corazón y desde luego, sin ningún ánimo de sugestionar, convencer o alarmar a nadie. La intención es recordar y no olvidar.
Aquí comienza mi camino de peregrinaje, aunque evidentemente, trataré de resumirlo, pues lo que allí ocurrió daría para escribir un libro. Tan sólo contaré las circunstancias que más me "tocaron" el corazón y desde luego, sin ningún ánimo de sugestionar, convencer o alarmar a nadie. La intención es recordar y no olvidar.
Día 1 - Jueves: Llegada a Medjugorje
Nos levantamos el último jueves de abril, a las 04:oo de la mañana para coger un vuelo a las 07:00.
Siempre he odiado volar, a pesar de tener que hacerlo en muchas ocasiones. Pues bien, despegamos de Barajas rumbo a Alemania.
Tras hacer escala durante cinco horas en Munich, volamos a Split, y de allí en autocar a Medjugorje, donde por fin, llegamos sobre las 19:30. Más de 15 horas hasta que llegamos.
Una odisea de viaje, aeropuertos, aduanas y rosarios. "Mal empezamos"- pensé-.

Siempre he odiado volar, a pesar de tener que hacerlo en muchas ocasiones. Pues bien, despegamos de Barajas rumbo a Alemania.
Tras hacer escala durante cinco horas en Munich, volamos a Split, y de allí en autocar a Medjugorje, donde por fin, llegamos sobre las 19:30. Más de 15 horas hasta que llegamos.
Una odisea de viaje, aeropuertos, aduanas y rosarios. "Mal empezamos"- pensé-.
Nos acomodamos en una humilde pero limpia pensión, regentada por gente fantástica y servicial, siempre con una sonrisa de cálida acogida en sus rostros; algo que a primera vista, me sorprendió y me agradó especialmente.
No me sentí turista ni extranjero ni tampoco protesté por la sencillez de las instalaciones.
No me sentí turista ni extranjero ni tampoco protesté por la sencillez de las instalaciones.
Como el tiempo acompañaba y aún no había anochecido, un pequeño grupo fuimos a dar una vuelta de reconocimiento sobre el terreno.
Inmediatamente, algo me provocó una cierta hilaridad, una sensación negativa: la multitud de tiendas con artículos religiosos (vírgenes, rosarios, medallas, ángeles, etc) que había cada cinco metros y que me llevó a pensar negativamente (otra vez): "Mal seguimos, esto no es más que un negocio" -pensé-.
Inmediatamente, algo me provocó una cierta hilaridad, una sensación negativa: la multitud de tiendas con artículos religiosos (vírgenes, rosarios, medallas, ángeles, etc) que había cada cinco metros y que me llevó a pensar negativamente (otra vez): "Mal seguimos, esto no es más que un negocio" -pensé-.
Continuamos hacia la explanada donde se encuentra la parroquia con miles de bancos en el exterior, en busca de la escultura del Cristo Resucitado, que al parecer, se encontraba en su sitio de siempre, pero que mi queridísima amiga Loreto (veterana en Medjugorje) no terminaba a encontrar (¿casualidad?). Yo seguía en una actitud "poco católica", mientras anochecía.
Pero no. No sólo no se alejó sino que en cuestión de segundos, cayó tal cantidad de agua como yo nunca había visto antes.
Las calles eran auténticos ríos, nos empapamos por completo a pesar de ir preparados con ropa de lluvia y paraguas, y sentimos una cierta inquietud e incluso un cierto temor, por lo que, con cierta ironía y mientras huíamos buscando refugio, dije en voz alta: "entendido, ya dejo de protestar".
No me vais a creer pero, al cabo de no mucho tiempo, dejó de "diluviar". Y nos fuimos, como pudimos (empapados) hacia la pensión.
Ahora tengo la certeza de que La Reina de la Paz nos lavó primero "por fuera", para irnos preparando a lo que habría de acontecer después y que debíamos experimentar en nuestras propias carnes, porque nuestra actitud (la mía y la de alguien más) comenzó a cambiar en el momento en el que abrimos el corazón y se lo entregamos a Ella.
Día 2 - Viernes: Castillo de Patrick y Nancy
Son las 6:00 y nos despertamos con música. Brilla el sol y vemos todo de manera distinta: "después de la tempestad, viene la calma".

Después de la Eucaristía y tras desayunar, nos dirigimos al castillo de Patrick y Nancy, dos canadienses afincados en Medjugorje desde hace unos años. Nancy nos cuenta su experiencia de vida y Patrick, su testimonio de conversión; nos habla de "su vida mundana, de "sus mensajes" y de su "llamada".
Comemos y por la tarde vamos a la explanada a rezar el Rosario y a venerar la Cruz. Más tarde, de compras.

Vuelta al hotel. Conocemos al P. Roel, un joven sacerdote mexicano, legionario de Cristo, "marianólogo" que dejó el Vaticano para instalarse en Medjugorje.
Su charla de bienvenida, es apasionante: nos introduce en la espiritualidad que se vive allí, nos habla de la apertura del corazón, de la paz y del perdón.
Su charla de bienvenida, es apasionante: nos introduce en la espiritualidad que se vive allí, nos habla de la apertura del corazón, de la paz y del perdón.
Día 3 - Sábado: Una jornada muy completa
Son las 04:00 y nos despertamos con música. Aún es de noche. Hoy tenemos un plan afortunado y nada fácil de conseguir: vamos en autocar a un pueblo cercano, Krehin Grac.
Allí vamos a conocer y a escuchar a Vicka Ivankovic-Mijatovic, una de las 6 videntes a la que se le aparece la Virgen todos los días.
Allí vamos a conocer y a escuchar a Vicka Ivankovic-Mijatovic, una de las 6 videntes a la que se le aparece la Virgen todos los días.
La intención que la Virgen le confió a ella en particular es orar por los enfermos y junto con Jacob, fue llevada por Ella al Paraíso, al Purgatorio y al Infierno.
La vida de Vicka ha estado marcada por el sufrimiento físico, pero sobre todo por la alegría radiante con la que siempre impresiona a las personas que la conocemos. Ella ha tomado el sufrimiento voluntariamente para sí misma con el objetivo de avanzar en los planes de la Virgen María, pero siempre mantiene la cautela de no hablar de ello.
Lo que nos contó no voy a escribirlo pero lo que sí os diré es que hemos rezado, y mucho: 7 Padrenuestros, 16 Avemarías y 7 Glorias. En mi vida he rezado tanto en una sola mañana. Hemos orado por todos los sacerdotes, por todos los enfermos y también por ellos, los videntes.
Se trata de una escultura de bronce, de seis metros de altura y cuatro de ancho y cuyo peso es de tres toneladas. Allí experimentamos un fenómeno fuera de toda razón y lógica humanas: una estatua que "llora".
Si bien la naturaleza del líquido en sí es un misterio, el goteo del líquido ha demostrado ser impredecible puesto que en varias ocasiones, se ha detenido durante períodos prolongados de tiempo, en otra ocasión salía copiosamente y en otra, la sustancia que emanaba de la rodilla era de color rojo.
Algunos dicen que se trata de líquido sinovial humano y otros que tiene poderes curativos. Uno tiene reticencias a la llamada "fe mágica" pero al final, el Espíritu de Dios te abre los ojos y entiendes.
Después, vuelta al hotel a comer y a descansar.
Son las 14:00 y nos encaminamos a la Comunidad del Cenáculo, otra visita experiencial y testimonial que no contaré tampoco por su carácter confidencial. Una experiencia ejemplarizante.
Son las 17:00 y nos encaminamos al monte Podbrdo. Un lugar "sobrenatural".

Allí es donde la Virgen se apareció el 25 de Junio de 1981 por primera vez a los niños Ivanka Ivankovic, Mirjana Dragicevic, Vicka Ivankovic, Ivan Dragicevic, Jakov Colo y Marija Pavlovic. Nos dividimos en dos grupos, los que ya han estado anteriormente y los que venimos por primera vez y comenzamos la "ascensión".


Como mi pretensión es contar este viaje desde mi experiencia, obviaré lo que nuestros ojos vieron y me limitaré a contar lo que yo experimenté allí arriba: un aluvión de paz y de sosiego y me sentí totalmente perdonado y aliviado.
Es difícil expresarlo con palabras. No queríamos bajar de allí, como si se tratara de nuestro "Monte Tabor" personal.
Pero bajamos para cenar puesto que la jornada aún no había terminado. Después, todo el grupo fuimos de nuevo a la explanada para disfrutar de otra experiencia motivadora y espectacular: la Adoración del Santísimo.

Miles de personas de distintas nacionalidades, en silencio absoluto, orando y agradeciendo, escuchando una música celestial que penetra el alma y nos dispone a la maravillosa presencia del Señor.
¡Un silencio que "clamaba al cielo"!
Día 4 - Domingo: reflexión y testimonios
Son las 07:00 y nos levantamos con la intención de subir el Via Crucis del monte Krizevac, también llamado el Monte de la Cruz.
En ella, está grabada la leyenda: "A Jesucristo, Redentor de la humanidad, como signo de nuestra fe, de nuestro amor y de nuestra esperanza, y en memoria del 1900 aniversario de la Pasión de Jesús".

El P. Roel nos guia a lo largo de las 15 estaciones que nos colman de paz, amor y perdón.
Terminamos y vamos al hotel a comer y a descansar.
Son las 16:00 y quedamos en una cafetería para compartir testimonios. Tres horas de comunión fraterna, lloros, abrazos y mucho amor.
Día 5 - Lunes: estamos de vuelta
Son las 05:00 y nos apresuramos a desayunar para tomar un autocar que nos lleve al aeropuerto de Zadar, a unos 300 kms de Medjugorje.
Aterrizamos en Madrid sobre las 19:30, exhaustos pero inmensamente felices. Nuestra experiencia ha sido absolutamente maravillosa. No somos los mismos. Volvemos volando (y no me refiero al avión) al mundo real, al ruido, a las prisas, al desasosiego. Nos sentimos completamente extraños, como si no perteneciéramos a él.
La única pretensión de este testimonio es rememorar de nuevo mi vivencia en Medjugorje. Una experiencia inolvidable, que ha marcado en mí un antes y un después.
Lo importante no es si uno cree lo que allí sucede o no, o si la Iglesia se ha pronunciado o no, lo trascendente es vivir la espiritualidad que existe en Medjugorje y volver con el corazón colmado de gozo, alegría, paz y perdón.
Allí se viven los sacramentos con una intensidad fuera de lo normal, tanto la eucaristía, como la adoración y la confesión. Allí reina la paz, la serenidad y la calma. Allí se respira armonía y conciliación. Allí se experimenta el amor misericordioso de Dios.
Un deseo unánime subyace en el grupo: ¡Queremos regresar a Medjugorje ya! ¡Dios está allí! Y no queremos perdérnoslo.