¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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lunes, 6 de enero de 2025

LAS SIETE IGLESIAS: SARDES (5)

 

SARDES (1517-1798 d.C.)
Una iglesia complacida que se anuncia así misma (Ap 3,1-6)

Las cuatro primeras iglesias representan el auge histórico del cristianismo que alcanza su máximo esplendor en la alta Edad Media.

A partir de la siguiente iglesia, Sardes, comienza la decadencia de la Iglesia. Las fuerzas diabólicas recibirán el poder de hacer la guerra a los santos y vencerlos, preparando el camino al Anticristo.

Interpretación historicista

Representa la época del Renacimiento, del Racionalismo, del Humanismo, del laicismo, de la purificación/reforma de la Iglesia (Contrarreforma), período que abarca desde la Reforma Protestante hasta la Revolución Francesa.

v. 1 Significado teológico

Sardes significa "aquello que permanece". Sardes manifiesta una aparente belleza (renacimiento) pero ha dejado de mirar a Dios para contemplarse a sí misma. Se complace a sí misma, se celebra así misma. Está ensimismada.

A pesar de la numerosa comunidad judía de Sardes, esta iglesia no tiene enemigos, ni hay falsos maestros ni "Jezabeles" ni tampoco "nicolaítas".

Sin embargo, se encuentra en una situación grave: ¡No hay nada! Es una Iglesia muerta, sin vida espiritual. “La fe si no tiene obras, está muerta por dentro” (Stg 2,17). Sus miembros son "zombis espirituales". No es una Iglesia verdadera. Es una Iglesia de “apariencias”. Es una “apostasía silenciosa”.

v. 1 Títulos del Señor

El que tiene los siete espíritus de Dios: plenitud del Espíritu Santo, los siete dones del Espíritu.

v. 1 Alabanzas (0)

Es la carta más dura junto a la de Laodicea. No tiene alabanzas. Ya se alaba ella misma.

v. 1-2 Amonestaciones (2)

  • Tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto: vive de “apariencias”, de “tradiciones y costumbres”. "Tendrán la apariencia de piedad, pero habrán renegado de su fuerza” (2 Tm 3,5); “La fe, si no tiene obras, está muerta” (Stg 2,17)

  • no he encontrado tus obras perfectas delante de mi Dios: no hay gracia en sus actos, todas sus obras carecen de trascendencia. Son sólo “cumplimiento”, la sal se vuelve sosa. “Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará?” (Mt 5,13-16)

No es reprendida por motivos doctrinales, ni por idolatría, ni por falsos profetas, ni por obras condenatorias, sino porque pretende recibir la gracia de ella misma, no de Dios.

Es una Iglesia llena de carismas que acomoda la fe a su imagen, no a la de Cristo. Es más una ONG que una Iglesia (por eso está bien vista a ojos del mundo): no hace malas obras, pero las hace como cualquier otra institución humana: no lleva almas al Señor, no tiene sentido divino sino humano.

La atención se desplaza del mensaje a la institución, de la luz al candelabro, de Dios al hombre: es el “anti testimonio cristiano” (otra vez el 666).

Cuidado: cuando apartamos la mirada de Dios y nos miramos a nosotros mismos, desaparece la gracia y entra el pecado (el primero, el orgullo, por el que entran todos los demás). Es lo que le ocurrió a Satanás: “Se contempló por un instante y cayó”.

v. 3 Advertencias (3)

  • Sé vigilante y reanima lo que te queda, reteniendo lo que hay bueno en ti: Orar, formarse y vivir la fe con coherencia y autenticidad: vigilancia, oración y sacramentos.
  • Recuerda lo que has aprendido: sólo la escucha de la Palabra puede revivir una fe muerta, sólo Cristo puede resucitarnos, convertirnos.
  • Si no vigilas, vendré como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti: al perder la gracia, no hay discernimiento para reconocer a Cristo cuando venga y le confundiremos con un extraño, con un ladrón (Mc 13,33-37; Mt 24,42-44). Ladrón: ¿Concilio de Trento? ¿Revolución Francesa?
Sardes ha dejado de lado la Palabra de Dios, la explica sin amor y sin entusiasmo, ya no toca su corazón. No vive la Eucaristía, “va” a la iglesia a “escuchar” misa pero no le dice nada, no participa. 

La predicación del Evangelio que hace es vana y fútil, es una predicación de sí mismaEs el signo más manifiesto de la muerte espiritual: tan sólo “cumple”. Es una Iglesia de “cumplimiento”, es decir, “cumple” y “miente”.

La Contrarreforma es la respuesta de la Iglesia a las exhortaciones del Señor y su punto culminante: El Concilio de Trento (1545-1563).

Sin embargo, Sardes es sorprendida por el ladrón que viene por la noche: la Revolución Francesa que remata a Cristiandad, ya herida de muerte con la Reforma Protestante. Y también por el nacimiento de la masonería en el s. XIX, que preparará la llegada del Anticristo.

v. 4 Promesas (2)

  • caminarán conmigo: siguen a Cristo, vestidos de blanco: resurrección y dignidad sacerdotal, santidad
  • confesaré su nombre delante de mi Padre y sus ángeles: serán reconocidos por su nombre, es decir, recuperarán la semejanza de Dios, perdida en el Edén.

v. 4 Vencedor

El vencedor no es el que se sabe la Palabra de memoria ni el gran teólogo sino:
    - el que la guarda en su corazón, la vive y se alimenta de Ella
    - el que acomoda su vida a la Palabra y no la Palabra a su vida.

Tienes en Sardes unas cuantas personas que no han manchado sus vestiduras: el “resto fiel” que mantiene viva a la Iglesia con el perfume del amor, que guarda la Palabra en su corazón humilde y no permite que sea sofocada por el mundo:

Lleva siempre vestidos blancos, y no falte el perfume en tu cabeza” (Qo 9,8)

Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor. El resto de Israel no hará más el mal, no mentirá ni habrá engaño en su boca” (Sof 3, 12-13)

El Señor nuestro Dios nos ha otorgado la gracia de dejarnos un resto y de concedernos un lugar en el templo santo. El Señor ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud” (Esd 9,8) 

El resto de fieles son la cantidad de santos que suscita el Espíritu Santo en esta etapa de la Iglesia: Santo Tomás Moro, San Vicente Ferrer, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Felipe Neri y San Francisco Javier.

Son estos grandes santos, quienes hasta entonces, han impedido la llegada del Anticristo. Su premio es la canonización, su inscripción en el “libro de la vida”. Las canonizaciones se hacen muy  habituales y continuas en esta era de la Iglesia.

v. 5 Exhortación

Cristo nos invita a:
    - reavivar la fe
    - despertar del letargo
    - vivir la fe y el amor con la Palabra
    - contrarrestar la “gran apostasía” de este mundo