¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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jueves, 30 de diciembre de 2021

LA CUESTIÓN SINÓPTICA

Hoy nos sumergimos en los apasionantes evangelios sinópticos. El término "sinóptico" (del griego, syn-opsis, "mirada de conjunto") hace referencia a la semejanza en el orden, la redacción, el contenido, los términos y dichos (con una sola mirada) de los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, de forma que podrían leerse a la vez si los pusieramos en una lista paralela. 

Encontramos algunos ejemplos de estas semejanzas en la redacción: en la súplica por Jerusalén de Mt 23,37-39 y Lc 13,34-35 o en la accion de gracias de Jesús en Mt 11,25-27 y Lc 10,21-22.  Sin embargo, también encontramos dentro del mismo mensaje notables diferencias: en los pasajes de Mt 7,24-27 y Lc 6,47-49 o en la oracion del Padrenuestro de Mt 6,9-13 y Lc 11,2-4. 

En cuanto a las semejanzas en el orden, excluyendo los dos evangelios de la infancia, los evangelios sinópticos muestran coincidencias significativas en varios pasajes en cuanto al marco geográfico en el que se desarrollan: en la preparación del ministerio público de Jesús narrado en Mt 3,11-411, Mc 1,1-13 y Lc 3,1-4 y 13; en el ministerio en Galilea de Mt 4,12-18,35, Mc1,14-9,50 y Lc 4,14-9,50; en la subida a Jerusalén de Mt 19,1-20,34, Mc 10,1-52 y Lc 9,51-14,83; o en la Pasión y Resurrección de Mt 21-28, Mc 11-16 y Lc 19-24.

Además, los tres sinópticos narran muchas semejanzas en el contenido de los milagros, parábolas, discursos y sucesos de Jesús: la elección y misión de los apóstoles, la transfiguracion de Jesús, el discurso apocalíptico o la institución de la Eucaristía en la última cena. 
También, notamos diferencias:  Lc 4,31-9,6 sigue el mismo orden que Mt 1,21-6,13, aunque Mateo introduce tres grandes discursos: el sermón de la montaña, el de la misión y el de las parábolas. Mateo distribuye la misma enseñanza de Marcos en sus grandes discursos, mientras que Lucas lo hace a lo largo de todo su evangelio. Lucas omite hechos que relata Marcos e introduce narraciones propias (Lc 6,12-7,50 y 9,51-18,14), coloca en lugares distintos la visita a Nazaret (Lc 4,16-30/Mc 6,1-6) y la llamada de los discípulos (Lc 5,1-11/Mc 1,16-20), expone cambios en la narración de la Pasión (Lc 22,14-23-23,31.36.38...). Mateo cambia el orden de las secuencias en Mt 4,23-13,58/Mc 1,21-6,13).

El evangelio más breve es el de Marcos con 667 versículos, de los que sólo 68 versículos no aparecen en los otros dos (7%). Mateo tiene 1070 versículos de los que sólo 330 aparecen en Marcos. Lucas tiene 1151 versículos de los que 612 no aparecen ni en Marcos ni en Mateo (59%).

En cuanto a la secuencia del contenido:

Marcos
1,14-3,6: Comienza presentando a los personajes: Jesús, los discípulos, los adversarios.
3,7-6,6: Jesús enseña con parábolas y milagros y muestra su identidad.
6,7-8,30: Los Doce con Jesús en la predicación, la curación de enfermos y la llamada a las personas. Jesús les lleva a territorio pagano y les pregunta sobre su identidad.
8,31-10,52: Camino a Jerusalén y anuncio de la pasión.
11,1-13,37: Confrontación con las autoridades judías y anuncio de la destrucción del templo.
14,1-15,39: Pasión de Cristo.
15,40-16,8: Epílogo sobre la pasión.

Mateo
1-2: Comienza relatando la infancia de Jesús.
3,1-4,16: Preparación de Jesús para su vida pública.
4,17-7,29: Sermón de la montaña.
8,1-9,34: Milagros.
9,36-10,42: Discurso misionero.
11-12: Anuncio de la pasión.
13,1-52: Parábolas.
13,53-17,27: Comprensión de los discipulos y oposición de los fariseos.
18,1-35: Discurso eclesial.
19-23: Moral, parábolas y otros relatos.
24-25: Discurso escatológico.
26-28: Pasión y Resurrección.

Lucas
1,4-2,52: Comienza narrando la infancia de Jesús.
3,1-4,13: Preparación al ministerio.
4,14-9,50: Predicación en Galilea.
9,51-19,27: Camino a Jerusalén.
19,29-24,53: Últimos dias en Jerusalén, pasión y resurrección.

En cuanto al uso de términos, expresiones y dichos semejantes, notamos la misma explicación en Mt 9,6/Mc 2,10/Lc 5,24; en Mt 4,18/Mc 1,6; y en Mt 24,15/Mc 13,14... la misma palabra en Mt 9,16/Mc 2,21/ Lc 5,36; en Mt 9,2-5/Mc 2,5.9/Lc 5,20.23...la misma cita de Isaías 40 en Mt 3,3/Mc 1,3/ Lc 3,4; la de Ml 3,1 en Mt 11,10/Mc 1,2/Lc 7,27... Así como diferencias en el uso de estilos, misma palabra con significado distinto, diferentes contenidos y temas... 

Toda esta problemática es lo que en teología se llama cuestión sinóptica.

La “cuestión sinóptica” o “concordia discors” es la reflexión teológica que trata de explicar las semejanzas y diferencias (de contenido, disposición, formulación, contexto geográfico, orden y organización del contenido, de lenguas, vocablos, palabras, términos y estilos) que existen entre los tres primeros evangelios: Mateo, Marcos y Lucas.

Los Padres de la Iglesia (San Agustín, 430) sostienen la originalidad de Mateo y fuente de Lucas

Algunos teólogos (Farrer, Goulder, 1955) afirman la originalidad de Marcos y Mateo como fuente de Lucas.

Otros (F. Scheiermacher, 1817) se decantan por la teoría de las dos fuentes: una, con el contenido de Marcos (fuente del proto evangelio de Marcos) y otra, con una colección de dichos de Jesús escrita en hebreo (fuente de los dichos).

Se trata, en definitiva, de un problema muy antiguo que dura dos mil años y que ya los Santos Padres trataron de explicarla, y aún hoy sigue siendo de difícil solución, porque algunas semejanzas sólo pueden explicarse por una dependencia literaria mutua, pero a la vez, esa vinculación debe ser capaz de explicar las diferencias y las omisiones en ellos.

El Magisterio de la Iglesia nos enseña que, en cualquier caso, para interpretar correctamente  los evangelios es necesario identificar el género literario, la intención del hagiógrafo y leerlos con el mismo Espíritu con que fue escrito.  Y esto se consigue prestando atención a la unidad de la Escritura, leyéndola  dentro de la tradición de la Iglesia y  comprobando la analogía de la fe (DV 12).

lunes, 12 de abril de 2021

DANIEL 7: VISIÓN DE LAS CUATRO BESTIAS DEL MAR


"Vi que los cuatro vientos del cielo agitaban el océano. 
Cuatro bestias gigantescas salieron del mar, 
distintas una de otra. 
La primera era como un león con alas de águila (...) 
Había una segunda bestia semejante a un oso (...)
Después yo seguía mirando 
y vi otra bestia como un leopardo (...) 
Después seguí mirando 
y en mi visión nocturna contemplé una cuarta bestia, 
terrible, espantosa y extraordinariamente fuerte (...)
Era distinta de las bestias anteriores, 
porque tenía diez cuernos (...)
y vi que de entre ellos salía otro cuerno pequeño; 
y arrancaron ante él tres de los cuernos precedentes. 
Aquel cuerno tenía ojos humanos, 
y una boca que profería insolencias" 
(Daniel 7, 2-8)

Continuamos profundizando en el libro profético de Daniel y que podríamos llamar el "Apocalipsis del Antiguo Testamento", pues contiene una interpretación espiritual de la historia universal y un mensaje de esperanza para el Pueblo de Dios perseguido a causa de su fe.

Los capítulos 1 al 6 contienen la parte narrativa en la que se muestra cómo Dios se revela en visiones a los reyes de la tierra para demostrarles que nada de lo que sucede en el mundo es fruto del azar, sino la realización de su designio oculto, revelado a sus elegidos. 
Los Imperios aparecen, luchan entre sí y se suceden unos a otros.  Cada nuevo Imperio supera en crueldad al precedente. Los reyes se atribuyen características divinas pretendiendo usurpar el lugar de Dios. Pero es Él quien dirige misteriosamente el curso de los acontecimientos de la Historia hastaa el establecimiento definitivo de su Reino. Dios es quien pone y quita gobiernos, quien humilla a los soberbios, quien reina eternamente.

Los capítulos 7 al 12 contienen la parte apocalíptica del libro que tiene sus antecedentes en las profecías de Ezequiel y Zacarías. Ahora  es Daniel quien recibe las revelaciones y visiones a través de sueños (Daniel 7 y 8) con la visión de las cuatro bestias, del hijo del hombre, del carnero y del macho cabrío; de la Palabra (Daniel 9) con la visión de las setenta semanas; de anuncios angélicos (Daniel 10-12) con la visión del hombre vestido de lino, el anuncio del fin del Imperio Medo-persa y el surgimiento del Imperio Griego-macedonio. 

La visión de Daniel relatada en el capítulo 7 comienza conla aparición de cuatro gigantescas bestias que surgen del mar (Daniel 7,1-8), a continuación, ve a un anciano sentado en un trono y la venida entre las nubes del cielo de un "hijo de hombre" (Daniel 7,9-18), para finalmente, detenerse ante la cuarta bestia, sus diez cuernos y el cuerno pequeño (Daniel 7,19-28). Esta visión guarda una perfecta sincronía escatológica con la visión del cielo de San Juan en Apocalipsis 4 al 6 y con la visión de la bestia surgida del mar del vidente de Patmos en Apocalipsis 13 y 17.
Las cuatro bestias
El sueño de Daniel comienza así: Vi que los cuatro vientos del cielo agitaban=Dios permite al hombre que "agite" sus pasiones, luchas y revoluciones. Es Dios quien pone y quita reyes (Jeremías 51,1-2; Daniel 2,20-21; Romanos 13,1-6; Apocalipsis 7,1), el océano=caos y también pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas (Apocalipsis 17,1, 15). Cuatro bestias gigantescas salieron del mar, distintas una de otra=fuerzas físicas/terrenales, reyes, gobiernos o imperios humanos "carnívoros" por naturaleza, es decir, asesinos, destructores y depredadores. Diferentes al Cordero del Reino de Dios. No suben del mar al mismo tiempo, sino que siguen un orden cronológico, una tras otra.

León
Daniel 7,4
"La primera era como un león con alas de águila; 
la estaba mirando y de pronto vi que le arrancaban las alas, 
la alzaron del suelo, la pusieron de pie como un hombre 
y le dieron un corazón humano".
 
El leónsímbolo de Ishtar (diosa babilónica del amor y de la guerra), representa al Imperio Babilónico-caldeo, a Babilonia (Jeremías 50,44). Simboliza el poder político, el orgullo, la fuerza, la agresividad que desgarra y devoraLa visión del león coincide con la "cabeza de oro" de la gran imagen de Daniel 2,32. 

Tiene alas de águila=capaz de desplegar ejércitos rápidamente, de cubrir grandes distancias y de elevarse por encima de toda nación. También hace referencia a sus dos reyes principales: Nabucodonosor y Baltasar.

Que le arrancan=Nabucodonosor es humillado, pierde la razón y el esplendor (Daniel 3 y 4). Baltasar muere la misma noche que Daniel interpreta su sueño.  Significa el fin del Imperio de Babilonia y el comienzo del imperio medo-persa con Ciro, rey de Persia (Daniel 5). Concuerda con “Derribad el árbol y cortad sus ramas, arrancad sus hojas y desparramar sus frutos” (Daniel 4,14). 

La levantan del suelo=es restaurado y el reino restituido, la ponen de pie como un hombre=se le devuelve su dignidad y su gloria, le dan un corazón humano=deja de ser una bestia orgullosa para convertirse en un ser humano. Nabucodonosor se convierte a Dios (Daniel 4,16-36).

Oso
Daniel 7,5
"Había una segunda bestia semejante a un oso; 
estaba medio erguida, con tres costillas en la boca, entre los dientes. 
Le dijeron: «Levántate. Come carne en abundancia".
 
El oso, símbolo de ferocidad, violencia y fuerza, representa al Imperio Medo-persa y coincide con el "pecho y los brazos de plata" de Daniel 2,32 y con el carnero de Daniel 8,1-4. Simboliza el poder social, lo terrenal y los bienes materiales (sus zarpas son como de "plata").

Está medio erguido=disparidad existente en la alianza entre los medos y los persas, y tiene tres costillas en la boca, entre los dientes=tres reinos conquistados: Asiria, Babilonia y Egipto.

Le dicen que se levante y que coma carne en abundancia=se alza sobre los pueblos y las naciones del medio oriente, pisoteándolos y devorándolos, extendiendo sus fronteras hasta la India (en el este), el Danubio (en el norte), Arabia y Egipto (en el sur) durante 300 años.

Leopardo
Daniel 7,6
"Después yo seguía mirando y vi otra bestia como un leopardo, 
con cuatro alas de ave en el lomo, 
y esta bestia tenía cuatro cabezas. Y le dieron el poder".
 
El leopardo, símbolo de rapidez y agilidad, representa al Imperio Griego-Macedonio y coincide con los "muslos de broncede la gran imagen de Daniel 2,32. Simboliza el poder económico, la avaricia, la codicia y la acumulación de riquezas (el leopardo tiene la piel dorada y como llena de "monedas").

Tiene alas de ave en el lomo=velocidad potenciada personificada en Alejando Magno, quien en poco tiempo construye un gran imperio: rey de Macedonia (336 a. C.), sojugza a los griegos (335 a. C.), vence a los persas (334 a. C.), conquista Egipto (331 a.C.), conquista Partia, Media y Bactria e invade la India (330-324 a. C.). 

Tiene  cuatro cabezas=Tras su muerte (323 a. C.), cuatro de sus generales (Antígono, Tolomeo, Lisímaco y Seleuco) se dividieron el imperio y formaron cuatro reinos: Grecia/Macedonia, Tracia/Asia Menor, Egipto/Palestina y Siria/Mesopotamia, y se le da el poder=dominio y autoridad sobre el mundo conocido (Daniel 2,39).

Cuarta bestia
Daniel 7,7-8
"Después seguí mirando y en mi visión nocturna 
contemplé una cuarta bestia, 
terrible, espantosa y extraordinariamente fuerte;
 tenía grandes dientes de hierro, con los que comía y descuartizaba; 
y las sobras las pateaba con las pezuñas. 
Era distinta de las bestias anteriores, porque tenía diez cuernos. 
Miré atentamente los cuernos, 
y vi que de entre ellos salía otro cuerno pequeño; 
y arrancaron ante él tres de los cuernos precedentes. 
Aquel cuerno tenía ojos humanos, 
y una boca que profería insolencias".

   
La cuarta bestia  representa al Imperio Romano. Equivale a las "piernas de hierro” de Daniel 2,40 y tiene muchas similitudes con la bestia de Apocalipsis 13: "sale del mar, tiene poder y autoridad, diez cuernos y siete cabezas, mata a espada".

Terrible, espantosa, fuerte=su poder violento y destructor conquista tres continentes: sur y oeste de Europa, el oeste de Asia y el norte de África, y distinta a las anteriores=varias formas de gobierno: monarquía, república, triunvirato, césares, emperadores y reyes. 

Tiene grandes dientes de hierro=fuerza y poder de las legiones del ejército romano con las que tritura, somete y esclaviza a los enemigos, y con los que come y descuartiza=martirio, las sobras las patea con las pezuñas=controla algunas regiones lejanas mediante gobernadores.
  
Tiene diez cuernos=equivalen a los diez dedos de hierro y barro de Daniel 2,41-43 y representa que son fuertes y débiles a la vez. Diez no es un número literal sino una sucesión o serie indefinida. Algunos interpretan que son los reyes seleúcidas: Seleuco I Nicator (305-281 a.C.), Antíoco I Soter (281-261 a.C.), Antioco II Theos (261-246 a.C.), Seleuco II Calinico (265-226 a.C.), Seleuco III Sóter Cerauno (226-223 a.C), Antíoco III Megas (223-187 a.C.), Seleuco IV Filopátor (187-175 a.C.), Antíoco IV Epifanes (175-164 a.C.), Antíoco V Eupátor (164-162 a.C.), 12 reyes menores(164-69 a.C.) y Antíoco XII Asiatico (69-64 a. C.)

Otros afirman que son las tribus bárbaras que invaden el Imperio Romano: los hunos/mongoles, los francos/normandos, los anglos/sajones/jutos, los godos/visigodos, los lombardos, los alanos/suevos y los escitas/iraniosY arrancaron ante él tres de los cuernos precedentes=desaparecen los hérulos (493 d. C.), los vándalos (533 d. C.) y los  ostrogodos (554 d. C.).

Tiene un cuerno pequeño con ojos humanos=poder, liderazgo o sistema religioso antidivino. Algunos afirman que se trata del rey seleúcida Antioco IV, Epifanes, quien persiguió al pueblo de Dios y profanó el Templo,
Y una boca insolente=idolatrías y herejías/Anticristo. Hace falsas promesas y engaños. Equivale a la bestia de Apocalipsis 13 de boca grandilocuente y blasfemaLucha contra los santos y los derrota=fuerza antidivina que persigue y martiriza al pueblo de Dios.

El Trono, el "Hijo de hombre" y el cuerno
A pesar del surgimiento y creciente auge del mal de las bestias y de las blasfemias del cuerno pequeño, aparece un trono con un anciano sentado, Dios, se abren los libros y se destruye a las bestias. Entonces aparece un "Hijo de hombre" entre las nubes, Jesucristo, a quien se le da "el poder, el honor y el reino eterno" y todos le servirán.

Mientras llega el "Hijo de hombre", el cuerno lucha, por un tiempo corto y limitado, contra los santos a quienes intenta aniquilar, hasta que Dios intervenga, haga justicia, éstos tomen posesión del reino y el mundo se transfigure por el poder divino.

sábado, 10 de abril de 2021

DANIEL 2: EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR

"Apareció una gran estatua. 
Era una estatua enorme 
y su brillo extraordinario resplandecía ante ti, 
y su aspecto era terrible. 
Aquella estatua tenía la cabeza de oro fino, 
el pecho y los brazos de plata, 
el vientre y los muslos de bronce, 
las piernas de hierro, 
y los pies de hierro mezclado con barro.
Mientras estabas mirando, 
una piedra se desprendió sin intervención humana, 
chocó con los pies de hierro y barro de la estatua, 
y los hizo pedazos. 
Se hicieron pedazos a la vez el hierro y el barro, 
el bronce, la plata y el oro, 
triturados como tamo de una era en verano; 
el viento los arrebató 
y desaparecieron sin dejar rastro. 
Y la piedra que había deshecho la estatua 
creció hasta hacerse una montaña enorme 
que ocupaba toda la tierra"
(Daniel 2,31-35)

El libro de Daniel pertenece a los libros proféticos del Antiguo Testamento y se enmarca dentro del género apocalíptico que relata acontecimientos presentes y futuros mediante visiones simbólicas y eventos cósmicos

Daniel relata hechos ocurridos durante el exilio del pueblo judío en Babilonia en el siglo VI a.C., y anuncia el cumplimiento de la profecía mesiánica con la venida de Jesucristo.

Gran interprete de sueños, se gana el favor del rey Nabucodonosor al explicarle el sueño que tiene y que nadie sabe interpretar, acerca de una enorme estatua hecha pedazos por una gran piedra que se convierte en montaña y llena toda la tierra. 
 
La interpretación de Daniel del sueño de la gran estatua que se narra en el capítulo 2, se refiere a los imperios que se sucederían hasta la llegada del reino de Dios: 

Cabeza de oro
Daniel 2,37-38
              

Representa a Nabucodonosor y al Imperio Babilónico (605-539 a. C.)El oro refleja el esplendor, la importancia y uso que el Imperio babilónico daba a este metal precioso: los tributos se cobraban en oro, el trono de Nabucodonosor era de oro y su pretensión era que Babilonia fuera una ciudad de oro.

Pecho y brazos de plata
Daniel 2,39
             

Simboliza a Dario y Artajerjes y al Imperio Medo-Persa (539-331 a. C.). La plata representa los tributos del imperio persa, que se cobraban en en este metal..

Vientre y muslos de bronce
Daniel 2,39
               

Representa a Alejandro Magno y al Imperio Griego-Macedonio (331-168 a. C.). El bronce refleja el uso de este material tan utilizado por los griegos para fabricar todo tipo de objetos: estatuas, cascos, corazas, escudos, espadas, herramientas, instrumentos musicales, vasijas, muebles, utensilios, etc.

Piernas de hierro 
Daniel 2,40
                    
Simboliza a César Augusto y al Imperio Romano (168-476 a. C.). El hierro representa el carácter estricto, duro, rudo, frío, bélicoso, duradero y férreo imperial romano. 

Las dos piernas simbolizan las vias romanas por las que se podía caminar a lo largo y ancho del Imperio, y también la división del Imperio cuando, en el 395 d. C., el emperador Teodosio lo repartió entre sus dos hijos: 

-para Arcadio, el Imperio Romano de Oriente formado por los Balcanes, Anatolia, Oriente Próximo y Egipto, y que se convertiría en el Imperio Bizantino, con capital en Bizancio, denominación griega de Constantinopla.

-para Honorio, el Imperio Romano de Occidente formado por la península Itálica, la península Ibérica, las Galias, Britania, el Magreb y las costas de Libia.
Pies de hierro con barro o arcilla
Daniel 2,41-43
Representan diez reinos, pueblos, naciones o gobiernos:

-para los  preteristas, a los reyes seléucidas, sucesores del Imperio de Alejandro Magno.

-para los historicistasa la "Europa de los diez", que se convertiría después en la Unión Europea, a quien se denomina escatológicamente como "La Roma revivida" o "La nueva Roma".

-para la mayoría de los exegetas, a los diez pueblos germánicos bárbaros (diez dedos) que invadieron el Imperio romano. 

La mezcla de hierro y barro representa la romanización de algunos de estos pueblos germánicos, la desaparición de tres: hérulos o vikingos (439 d. C.), vándalos (533 d. C.) y ostrogodos (538 d. C.) al rehúsar su conversión al cristianismo, y la continuación de siete que formarán Europa que, aunque unidos, cada uno será un país independiente (no se mezclarán como no puede mezclarse el hierro y el barro): 

-hunos/mongoles: Europa central
-francos/normandos: Francia
-anglos/sajones/jutos: Gran Bretaña
-godos/visigodos: España y Portugal
-lombardos: Italia
-alanos/suevos: Grecia y Asia Menor
-escitas/iranios: Oriente Próximo y norte de África

Estos "siete reinos" restantes, coinciden con la visión de los "siete cuernos" de la bestia que surge del mar de Juan en Apocalipsis 13,1.

La gran piedra que hace añicos la estatua 
Daniel 2,44-45
Simboliza el reinado de Jesucristo, quien con su Encarnación, Muerte y Resurrección se convierte en la piedra angular, en el fundamento sólido del reino de Dios en la tierra:

"La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. 
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. 
Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo" 
(Salmo 118,22-24; Hechos 4,11)

"He puesto en Sión como fundamento una piedra,
una piedra probada,
una piedra angular preciosa,
un fundamento sólido"
(Isaías 28,16; Romanos 9,33; 1 Pedro 2,6)

"La roca era Cristo" 
(1 Corintios 10,4)


En un próximo artículo, veremos como esta visión de la estatua de Nabucodonosor está asociada y relacionada, en el capítulo 7, con otra posterior que tiene su hijo y sucesor, Baltasar sobre cuatro bestias gigantescas y distintas que surgen del mar, y que también tiene relación con la visión de Juan en Apocalipsis 13 y 17.

EZEQUIEL 37: UN VALLE REPLETO DE HUESOS SECOS

"Y cuando abra vuestros sepulcros 
y os saque de ellos, pueblo mío,
 comprenderéis que soy el Señor. 
Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis; 
os estableceré en vuestra tierra 
y comprenderéis que yo, el Señor, 
lo digo y lo hago" 
(Ezequiel 37,13-14)

El libro profético de Ezequiel nos ofrece un lenguaje directo y duro, pero también rico en símbolos, imágenes y visiones. Una de estas visiones se encuentra en el capítulo 37 en la que el profeta Ezequiel, "llevado por el espíritu" (como Juan en el Apocalipsis), ve un inmenso valle repleto de huesos secos.

Sólo "en espíritu" somos capaces de ver y entender las cosas espirituales, el propósito del Dios Vivo, la voluntad del Creador. Ezequiel observa un gran osario lleno de huesos sin carne, sin tendones, sin piel, sin nervios. Es decir, se encuentra con una multitud de seres sin esperanza, sin vida, sin actividad. Todos los que allí se encuentran se han alejado de Dios, están "muertos". 

Esta visión de una inmensidad de huesos secos de Ezequiel 37 tiene una secuencia sincronizada en Apocalipsis 3,14-22, en la que Juan escucha lo que dice el ángel de la Iglesia de Laodicea. Esos huesos secos son los mismos cristianos que no necesitan nada, los que no son ni fríos ni calientes... los tibios. 
Esos huesos secos son "muertos espirituales" que necesitan "comprar oro acrisolado" al fuego, es decir, necesitan purificarse y enriquecerse. 

Necesitan vestir su desnudez con las "vestiduras blancas", es decir, necesitan carne, tendones y piel, o lo que es lo mismo, ser santos. 

Necesitan el "colirio" del Señor para que puedan ver, es decir, necesitan la guía del Espíritu Santo. Y eso es lo que hace Dios: nos reprende y nos corrige. Nos llama a la conversión. Y lo hace porque nos ama.

Volviendo a Ezequiel, Dios le pregunta: "Hijo de hombre: ¿podrán revivir estos huesos?" Y él contesta: Señor, Dios mío, tú lo sabes". En efecto, sólo Dios puede devolver la vida, sólo Él puede hacer que algo reviva.

Aunque para los judíos esta visión simboliza la restauración del pueblo y la reconstrucción del Templo, es decir, la resurrección espiritual de Israel, para los cristianos simboliza la resurrección de Jesucristo y la reconstrucción del Templo vivo. Y con ella, nuestra resurrección a una nueva vida, a un nuevo Espíritu, a un nuevo Cuerpo: la Iglesia de Cristo.

Cristo me llama y me dice: "Hueso seco, levántate y anda". Pero ¡cuántas veces la sequedad de mi alma me hace oponer resistencia al movimiento! ¡cuántas veces la pereza, la falta de carne, de tendones y de piel, me impide levantarme y andar! ¡cuántas veces mi falta de valentía, de perseverancia y de espíritu me lleva a dejar a Dios de lado!
Sólo el Espíritu de Dios es capaz de suscitar en mí los dones necesarios para vencer mi tibieza, mi aspereza y mi dureza de corazón en los momentos de sequía espiritual. 

Sólo la Palabra de Dios puede fortalecer mis huesos, suavizarlos y recubrirlos de carne, de tendones y de piel para que pueda levantarme y andar. 

Sólo la santidad que el Señor me ofrece puede revestir mi desnudez para presentarme ante su poderosa presencia.

Para Dios no hay causas perdidas. El Señor nos quiere a todos a pesar de nosotros. Quiere que todos nos salvemos. Quiere salir a nuestro encuentro, recibirnos, abrazarnos y llenarnos de su aliento para que todos lleguemos a ser santos y perfectos como lo es Él. 

Y para conseguirlo, necesito ser dócil a su Espíritu, obediente a su Palabra y estar dispuesto a ser todo aquello a lo que me llama. Necesito dejar que mis huesos sean recubiertos por su gracia: necesito resucitar.



JHR

viernes, 9 de abril de 2021

EZEQUIEL 38 Y 39: GOG Y MAGOG

"Y cuando se cumplan los mil años,
Satanás será soltado de la prisión.
Y saldrá para engañar a las naciones
de los cuatro lados de la tierra,
a Gog y Magog,
y congregarlos para la batalla;
serán innumerables como las arenas del mar"
(Apocalipsis 20,7-8)

Hoy reflexionamos sobre las profecías escatológicas acerca de "Gog y Magog" que se mencionan en Ezequiel 38 y 39, en Jeremías 25 y 51 (en este caso, con el nombre de Sesac o Shish-kã, criptograma de Babel o Babilonia) y en Apocalipsis 20.

Gog y Magog es una devastadora coalición de enorme magnitud integrada por pueblos hostiles, tribus bárbaras o naciones enemigas, y congregada por Satanás para la gran batalla final contra "el campamento de los santos y la ciudad predilecta", después de los mil años del reinado de Cristo.

Sin embargo es una batalla que no tendrá lugar gracias a la intervención de Dios, que hará caer fuego del cielo y arrojará al Diablo y a sus seguidores al lago de fuego, dando paso al Juicio Final y a la Nueva Jerusalén celeste.
Pero para contextualizar y profundizar en el significado de esta expresión, es preciso que nos dirijamos al capítulo 10 del Génesis, donde se detalla la denominada "Tabla de las Naciones" (lista de setenta pueblos) o descendencia de los hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet), y en particular, nos fijaremos en los hijos de Jafet (Gomer, Magog, Madai, Yaván, Tubal, Mesec y Tirás) de la que surgirán estas "naciones, tribus o pueblos" que engloban a "Gog y Magog"

Gomer
Representa a los "habitantes de una tierra de niebla y oscuridad al borde del mundo" (La Odisea, de Homero), formada por tribus nómadas ecuestres (cimerios, iranios) indoeuropeas o urálicas proveniente del norte del Cáucaso y del mar Negro, en la actual Rusia, Ucrania y Azerbaiyán, surgidas entre el siglo VIII a. C. y el VII a. C. 

Magog/Gog
Magog es un criptograma de Babilonia, un nombre encubierto de la ciudad enemiga de Dios, en contraposición a Jerusalén מגג (mgg) escrito a la inversa; גגמ (ggm) y sustituyendo cada letra por su precedente en el alefato hebreo (serie ordenada de las consonantes) da como resultado: בבל (bbl), es decir Babel. 

Gog es un nombre derivado de Magog y de "Gug", que significa en sumerio "oscuridad, tiniebla, mancha negra". 
Ambos configuran las tribus o pueblos del norte (acadios, sumerios, etíopes, dacios, babilonios...), las tierras, regiones o reinos provenientes de los confines del mundo conocido de entonces: Turquestán, Tayikistán, Turkmenistán, Etiopía o incluso India.

Madai
Conforma a los medos, persas y turcos que se establecieron en Irán, al sur del mar Caspio y al este de Asiria.

Yaván/ Tirás
Constituye las tribus jónicas o pueblos piratas de la costa occidental de Asia Menor en el mar Egeo, conocidos como los "Pueblos del Mar" a los que pertenecen los tirsenios o tirrenos, tracios, etruscos, chipriotas, cartagineses y griegos.

Tubal 
Engloba a las tribus sudorientales de los tibarenos que poblaron Georgia y Cilicia (Asia Menor), a los ítalos que vivieron en Italia y a los íberos que se asentaron en España y Portugal.

Mesec 
Abarca una gran variedad de tribus guerreras nómadas euroasiáticas dedicadas al pastoreo nómada y a la cría de caballos de montaescitas, sármatas, hititas, alanos, arcadios, frigios, mongoles, hunos... surgidas entre el siglo XII y el IV a. C. y provenientes de las regiones esteparias de Rusia, Ucrania, Asia Central, los Cárpatos, China, Siberia, Mesopotamia, Frigia, el Caúcaso, el Mar Negro, Crimea, Anatolia y las actuales Afganistán y Pakistán, 

Todos ellos, conformados bajo la denominación de Gog y Magogtipifican a las hordas hostiles, agresivas y enemigas contra el pueblo de Dios al final de los tiempos, "en número como la arena del mar". En definitiva, habla de la gran Babilonia idólatra del Apocalipsis.

Interpretación
La escuela de interpretación preterista identifica a Gog y Magog con el Imperio de Roma y considera esta profecía cumplida en el pasado.

La historicista interpreta a Gog y Magog como naciones o líderes gobernantes y los personaliza en figuras como Napoleón, Hitler, el comunismo, etc..

La futurista afirma que Gog y Magog es un conglomerado de naciones que invadirán Israel: Rusia, China, India, Japón y numerosos pueblos islámicos.
Ezequiel 38,6, 15 y 39,2 indica la procedencia cardinal de Gog y Magog: desde el norte. En ese punto cardinal se encontraba la ruta por donde transitaban los invasores que llegaban a las tierras de Israel; y, en este sentido, cuando un hebreo se refería a un enemigo del norte, se refería a Babilonia. 

Por eso, entendemos con claridad que así como San Juan no podía hablar abiertamente de Roma como el enemigo del pueblo de Dios al vivir sometido y encarcelado por el Imperio Romano, tampoco Ezequiel, cautivo del Imperio Babilónico, pudiera declarar abiertamente esta profecía utilizando el nombre de Babilonia.

La exégesis católica, y en particular, San Agustín, afirma que Gog y Magog deben ser considerados más como símbolos proféticos y escatológicos que como figuras históricamente identificables y, por tanto, la resurrección de Apocalipsis 20,4-5 es espiritual, el tiempo de los mil años del reinado de Cristo ya empezó con la evangelización de la Iglesia en toda la tierra, desde Pentecostés hasta el fin de los tiempos (ver 2 Timoteo 2,17-19) y la convocatoria de Gog y Magog es un hecho que ya se está desarrollando, representado por las herejías que se han levantado contra la Iglesia Católica y que alcanzará un mayor auge al fin de los tiempos. 
Según la gematría, Gog y Magog tienen un valor numérico (70) que simboliza a las naciones enemigas (Deuteronomio 32, 8; Éxodo 1, 5) en concordancia con el estilo literario apocalíptico (por ejemplo, el 666 de Apocalipsis 13,18) que las identifica como "Imperios antidivinos" o "Imperio del Mal". 

En Apocalipsis 20,8 "Gog y Magog" simboliza a una multitud innumerable de naciones: los goyim o "pueblos" fuera de la Alianza del Dios de Israel que no proceden de un reino o lugar geográfico específico, sino de los “cuatro ángulos de la tierra y que son enemigos frontales del pueblo de Dios.

La disposición de los eventos narrados en Apocalipsis, particularmente en los capítulos 20-22, siguen un orden cronológico y sincrónico de los capítulos 38 y 39 de Ezequiel, en los que Gog y Magog se ubica entre dos momentos de intervención divina, de forma que se puede deducir que los "mil años" (un período largo de tiempo) en el que se produce la restauración espiritual de Israel es un intervalo de una misma batalla en “dos tiempos”: Armagedón / Gog y Magog.

Gog y Magog es un hiperónimo (un término general utilizado para referirse a una realidad nombrada por un término más específico) de los diferentes nombres que conforman la magnitud del mal de todos los tiempos, reunidos para la batalla final. Con él, nos referimos al "Imperio del mal" en su conjunto.
Pero, como toda profecía en la Palabra de Dios, nos ofrece un mensaje de esperanza: el final de Gog y Magog y sus seguidores cuando son convocados por el Dragón para asolar y destruir al pueblo de Dios en:

- Ezequiel 39,4-8: "Enviaré fuego contra Magog y sobre los que viven confiados en naciones lejanas, y sabrán que yo soy el Señor. Daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, no permitiré que mi santo nombre vuelva a ser profanado, y las naciones sabrán que yo soy el Señor, el Santo de Israel. Todo eso se acerca, está a punto de ocurrir. Este es el día que he anunciado" 

-Apocalipsis 20,9-10"Avanzaron sobre la anchura de la tierra y cercaron el campamento de los santos y la ciudad predilecta, pero bajó fuego del cielo y los devoró. El diablo que los había engañado fue arrojado al lago de fuego y azufre con la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Y, de forma inmediata, promete la protección divina y el destino final para el pueblo fiel de Dios en:

-Ezequiel 39,29: "Y comprenderán que yo soy el Señor, su Dios, que los envié al destierro entre las naciones y los reuní de nuevo en su tierra, sin abandonar allí a ninguno. No volveré a ocultarles mi rostro, pues he derramado mi espíritu sobre la casa de Israel”.

-Apocalipsis 21,2-3: "Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo. Y oí una gran voz desde el trono que decía: He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y ellos serán su pueblo, y el 'Dios con ellos' será su Dios".