A partir de la siguiente iglesia, Sardes, comienza la decadencia de la Iglesia. Las fuerzas diabólicas recibirán el poder de hacer la guerra a los santos y vencerlos, preparando el camino al Anticristo.
Interpretación historicista
Representa la época del Renacimiento, del Racionalismo, del Humanismo, del laicismo, de la purificación/reforma de la Iglesia (Contrarreforma), período que abarca desde la Reforma
Protestante hasta la Revolución Francesa.
v. 1 Significado teológico
Sardes significa "aquello que permanece". Sardes manifiesta una aparente belleza (renacimiento) pero ha dejado de mirar a Dios para contemplarse a sí misma. Se complace a sí misma, se celebra así misma. Está ensimismada.
A pesar de la numerosa comunidad judía de Sardes, esta iglesia no
tiene enemigos, ni hay falsos maestros ni "Jezabeles" ni tampoco
"nicolaítas".
Sin embargo, se encuentra en una situación grave: ¡No hay nada! Es una Iglesia muerta, sin vida espiritual. “La fe si no tiene obras, está muerta por dentro” (Stg 2,17). Sus miembros son "zombis espirituales". No es una Iglesia verdadera. Es una Iglesia de “apariencias”. Es una “apostasía silenciosa”.
v. 1 Títulos del Señor
El que tiene los siete
espíritus de Dios: plenitud del Espíritu Santo, los siete dones del Espíritu.
v. 1 Alabanzas (0)
Es la carta más dura junto a la de Laodicea. No tiene alabanzas. Ya se alaba ella misma.
v. 1-2 Amonestaciones (2)
- Tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto: vive de “apariencias”, de “tradiciones y costumbres”. "Tendrán la apariencia de piedad, pero habrán renegado de su fuerza” (2 Tm 3,5); “La fe, si no tiene obras, está muerta” (Stg 2,17)
- no he encontrado tus obras perfectas delante de mi Dios: no hay gracia en sus actos, todas sus obras carecen de trascendencia. Son sólo “cumplimiento”, la sal se vuelve sosa. “Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa ¿con qué se salará?” (Mt 5,13-16)
v. 3 Advertencias (3)
- Sé vigilante y reanima lo que te queda, reteniendo lo que hay bueno en ti: Orar, formarse y vivir la fe con coherencia y autenticidad: vigilancia, oración y sacramentos.
- Recuerda lo que has aprendido: sólo la escucha de la Palabra puede revivir una fe muerta, sólo Cristo puede resucitarnos, convertirnos.
- Si no vigilas, vendré como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti: al perder la gracia, no hay discernimiento para reconocer a Cristo cuando venga y le confundiremos con un extraño, con un ladrón (Mc 13,33-37; Mt 24,42-44). Ladrón: ¿Concilio de Trento? ¿Revolución Francesa?
v. 4 Promesas (2)
- caminarán conmigo: siguen a Cristo, vestidos de blanco: resurrección y dignidad sacerdotal, santidad
- confesaré su nombre delante de mi Padre y sus ángeles: serán reconocidos por su nombre, es decir, recuperarán la semejanza de Dios, perdida en el Edén.
v. 4 Vencedor
El resto de fieles son la cantidad de santos que suscita el Espíritu Santo en esta etapa de la Iglesia: Santo Tomás Moro, San Vicente Ferrer, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Felipe Neri y San Francisco Javier.
Son estos grandes santos, quienes hasta entonces, han impedido la llegada del Anticristo. Su premio es la canonización, su inscripción en el “libro de la vida”. Las canonizaciones se hacen muy habituales y continuas en esta era de la Iglesia.
v. 5 Exhortación
- despertar del letargo
- vivir la fe y el amor con la Palabra
- contrarrestar la “gran apostasía” de este mundo
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