¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
Mostrando entradas con la etiqueta advertencias de Dios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta advertencias de Dios. Mostrar todas las entradas

martes, 17 de enero de 2023

LOS 6 "AY" DE ISAÍAS

"¡Ay de los que llaman bien al mal y mal al bien,
 que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, 
que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!" 
(Is 5,20)

El capítulo 5 del libro profético de Isaías presenta una parábola similar a la que describirá Marcos en el capítulo 12 de su evangelio, y que volverá a retomar a partir del capítulo 18 hasta el 33, para detallar la desviación moral que existía en el pueblo de Israel (y que acabaría en destierro) con seis "ayes" o lamentos contra Judá, el reino del norte: los explotadores, los borrachos, los impíos, los que tergiversan la verdad, los que se creen sabios y los injustos. 

Los "ay" de Isaías son una advertencia que la profecía bíblica representa siempre en forma de lamento por las desgracias que suponen determinadas conductas pecaminosas que sólo nos traen dolor, sufrimiento, frustración y vacío, y que, a pesar de estar escritas hace casi treinta siglos, cobran rabiosa actualidad para nosotros en nuestro siglo XXI.

No obstante, el propósito de Dios que habla por boca del profeta no es tanto lamentarse (como si no hubiera remedio) sino conceder siempre al hombre nuevas oportunidades de arrepentimiento y de conversión. El Señor no deja de preocuparse por nosotros y nosotros...siempre le damos la espalda...

1º "ay" : materialismo
(Is 5,8-10 / Is 18,1-2)
"¡Ay de los que añaden casa a casa, y juntan campos con campos hasta no dejar sitio y poder habitar solo ellos el país! Lo ha jurado a mis oídos el Señor del universo: Sus muchas casas, amplias y hermosas, serán arrasadas, quedarán deshabitadas. Diez yugadas de viña darán un cántaro de vino,diez medidas de simiente producirán una sola"
"¡Ay del país del zumbido de alas, más allá de los ríos de Etiopía, que envía por el mar embajadores, en canoas de junco sobre el agua! Regresad, ágiles mensajeros, al pueblo esbelto de la piel luciente, nación temible más allá de sus fronteras, pueblo potente y dominador; regresad a la tierra surcada por ríos"
Isaías nos previene contra la idolatría del materialismo, el individualismo, el poder, la avaricia y la codicia que producen especulación y acumulación de riquezas, explotación y desigualdad, y afirma que su aparente prosperidad quedará en nada. Es lo que hoy denominamos "globalización", que trata de ofrecer una falsa seguridad. Algunos señalan este ay como el tercer jinete (caballo negro) del Apocalipsis.

2º "ay": hedonismo
(Is 5,11-17 / Is 28,1)
"¡Ay de los que madrugan, en busca de licores, y alargan el crepúsculo, encendidos por el vino, con cítaras y arpas, panderetas y flautas, y vino en sus festines, pero no consideran la acción del Señor, ni tienen en cuenta la obra de sus manos! Por eso mi pueblo es deportado, porque no comprende, los notables mueren de hambre, la muchedumbre se abrasa de sed. Por eso ensancha sus fauces el abismo, dilata su boca sin medida, allá bajan notables y plebeyos, su bullicio y sus festejos. Será doblegado el mortal, humillado el hombre, abajada su mirada altiva. Mostrará el Señor del universo grandeza en sus sentencias, y el Dios santo será santificado. Corderos pastarán como en sus pastizales y engordarán entre las ruinas los cabritos"

"¡Ay de la pretenciosa corona de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca, joya de su diadema, allá en la cabecera del valle fértil de los tumbados por el vino!"
El profeta nos advierte contra el hedonismoel egoísmola perversión y la autocomplacenciaque producen conductas lujuriosas, desenfrenadas y desviadas del plan natural de Dios, confinando a muchos en la prisión de placeres adictivos y efímeros (sexo, droga, juego...) incapaces de satisfacer nunca.

3º "ay": impiedad
(Is 5,18-19 / Is 29,15)
"¡Ay de los que arrastran su culpa con lazos de engaño, su pecado como con cuerdas de carro, de los que dicen: Que se dé prisa, que apresure su obra para que la veamos, que se aproxime y se cumpla el plan del Santo de Israel para que lo sepamos!" 
"¡Ay de los que, en lo profundo, |ocultan sus planes al Señor para poder actuar en la oscuridad y decir: ¿Quién nos ve? ¿Quién se entera?"
El profeta nos avisa contra la impiedad, la mentira, la falsedad y el engaño que producen oscuridad y enfriamiento de la fe además de conductas burlonas y descreídas, afirmando que Dios no interviene porque no existe, exactamente igual que en tiempos de Noé y que la intención de Satanás de apartarnos de Dios. 

4º "ay": relativismo
(Is 5,20 / Is 30,1)
"¡Ay de los que llaman bien al mal y mal al bien, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!"
"¡Ay de los hijos rebeldes! que hacen planes sin contar conmigo, que sellan alianzas contrarias a mi espíritu añadiendo así pecado a pecado"
Isaías nos previene contra el relativismo, la rebeldía y las falsas doctrinasque crean confusión, errores y división, que interpretan, adulteran y tergiversan la ley natural divina, convirtiendo lo malo en bueno, lo incorrecto en correcto, la oscuridad en luz, lo amargo en dulce. El mismo Jesús considera esta conducta blasfemia contra el Espíritu Santo (Mc 3,29; Mt 12,31; Lc 12,10).

5º "ay": racionalismo
(Is 5,21 / Is 31,1)
"¡Ay de quienes son sabios a sus propios ojos y se creen inteligentes!"

"Ay de los que bajan a Egipto por auxilio y buscan apoyo en su caballería! Confían en los carros, porque son numerosos, y en los jinetes, porque son fuertes, sin mirar al Santo de Israel ni consultar al Señor"

Es una advertencia contra la soberbia, el orgullo, la arrogancia y la autosuficiencia de aquellos que buscan su propia gloria y reconocimiento de los demás. También de quienes se consideran sabios e inteligentes por la razón, la ciencia o la política y que niegan a Dios. Es el mismo engaño de Satanás desde el principio de la creación, intentar que el hombre viva sin necesidad de Dios.

6º "ay": injusticia
(Is 5,22-24 / Is 33,1)
"¡Ay de los fuertes para beber vino, de los valientes para mezclar licores, de los que por soborno absuelven al culpable y niegan justicia al inocente! Como la lengua de fuego devora la paja, y el heno se consume en la llama así se pudrirá su raíz y sus brotes volarán como polvo, porque rechazaron la ley del Señor del universo y despreciaron la palabra del Santo de Israel"
"¡Ay de ti, destructor que aún no has sido destruido, traidor no traicionado! Cuando hayas terminado de destruir serás destruido, cuando hayas completado tu traición, te traicionarán.
Es un aviso contra la injusticia, la falta de honradez y la inmoralidad de aquellos que utilizan favoritismos, parcialidades y nepotismos en contra de los inocentes y de la voluntad de Dios. Oscurecen la razón y enajenan la voluntad llevándoles a adoptar actitudes perversas y malvadas.

Sabemos que el pueblo de Israel, con estas conductas se alejó de Dios y la consecuencia fue que sufrió destierro, primero por el imperio asirio (reino del norte - Samaria) y finalmente por el babilonio (reino del sur- Judea). Sería luego Ciro, rey de Persia quien liberaría al pueblo, permitiéndoles volver a "su tierra prometida" y "refundarse", "renacer a Dios".
Pero Isaías también se dirige a nosotros para advertirnos de las consecuencias de caer en estas conductas: nos conducirán al exilio, nos apartarán de Dios, nos dispersarán, nos esclavizarán y nos harán perder toda nuestra dignidad, nuestra identidad, nuestra fe y nuestra comunión con Dios. Podríamos concluir diciendo que el exilio no es otra cosa que el infierno.

Sin embargo, Dios que es rico en misericordia (Ef 2,4), nos da una y otra oportunidad para que retornemos a Él, porque quiere que todos los hombre se salven (1 Tim 2,4). 

Cristo, el ungido de Dios (Is 45,1-25), en su segunda venida, nos liberará del destierro del pecado y nos conducirá a la definitiva tierra prometida para vivir en amor y comunión eternos con Dios, es decir, para cumplir la voluntad inicial y eterna de Dios. 

¡Cuánto nos ama Dios! y nosotros...¿le escucharemos? ¿le corresponderemos?

miércoles, 9 de diciembre de 2020

LOS "AY" DE LA BIBLIA

"¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra 
por los toques de trompeta que faltan, 
por los tres ángeles que están a punto de tocar!"
(Apocalipsis 8,13)

La Palabra de Dios utiliza con frecuencia el término "ay" para manifestar lamento, como "¡Ay de mí …!" (Salmo 120,5), para significar advertencia, como ¡Ay del malvado!" (Isaías 3,11), para anunciar  angustiacomo "¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra! (Apocalipsis 8-12), o para expresar un sentimiento de compasión, como "¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!" (Mateo 24,19).

Encontramos este término tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento:

Los "ay" del Antiguo Testamento

Los dos primeros "ay" de la Biblia son pronunciados por el rey Salomón en Proverbios 23, 29 y en Eclesiastés 10, 16, sobre los malos y necios gobernantes
Los profetas son un oráculo de lamento constante por las consecuencias del pecado. Es el mismo Dios quien se lamenta de la infidelidad del hombre y de su alejamiento del Amor, y, sin embargo, se compadece de él.

Isaías 
"Ay" de los corruptos (1,4), de los rebeldes (3,9-11), de los codiciosos (5,8), de los lincenciosos y de los viciosos (5,11-12), de los blafemos, de los mentiroros y de los orgullosos (5,18-21), de los adictos y de los sabios (5,22-23), de los opresores y los tiranos (10,1-5), a los que también hacen referencia los capítulos 13 al 23, las naciones en contra de Dios y que son tipos de imperios antidivinos: Babilonia, Asiría, Filistea, Moab, Damasco, Egipto, Tiro, Tarsis, etc.

"Ay" de los que se apartan de Dios, de los que se vuelven idólatras y traidores, de los que confían en la política y en economía del mundo más que en Dios, de los que critican y pleitean (28,1; 29,1; 29,15; 30,1; 31,1; 33,1; 45,9-10).

Jeremías
"Ay" de los maliciosos y de los necios (4,13 y 19), de los soberbios, malvados y obstinados en la mentira (13,27), de los injustos y los interesados (22,13 y 18), de los pastores que dispersan a las ovejas del rebaño (23,1).

Ezequiel
Ezequiel, como Isaías, hace referencia al juicio sobre las naciones opositoras a Dios (babilonia, Egipto, Tiro, etc). "Ay" de los idólatras y los ignominiosos (16,23), de los sanguinarios (24,6-9), de (30,2), de los pastores que no cuidan del rebaño de Dios, es decir, de los sacerdotes malvados (34,2).

Profetas menores 
"Ay" de los que se apartan de la Iglesia y de Dios (Oseas 7,13; 9,12), de los que serán juzgados (Joel 1,15), de los "falsos cristianos" (Amós 5,16-18; 6,1-6), de los criminales y de los ladrones (Miqueas 2,1), de los mentirosos, perversos y avaros (Nahún 3,1), de los codiciosos, ladrones  y asesinos (Habacuc 2,6-15), de los rebeldes y los que se oponen a Dios (Sofonías 2,5; 3,1), de los malos sacerdotes ( Zacarías 11,17).

Los "ay" del Nuevo Testamento

Mateo
En el Evangelio de Mateo, Jesús es quien proclama siete "ay", que son "tipo" de las siete copas de  la ira de Dios del Apocalipsis y que dirige específicamente a los escribas y fariseos
Sus palabras no contienen odio o ira, sino más bien, expresan compasión, tristeza y angustia por ellos. Porque le rehúsan, porque son injustos con el Pueblo, porque son hipócritas, falsos y codiciosos (Mateo 23,14-36). Se lamenta de los ricos y de los falsos profetas, de los que escandalizan y se compadece de las embarazadas en los dias de tribulación (Mateo 18,7).

Lucas
"Ay" de los ricos, de los frívolos y de los que buscan fama (6,24-26), de los que no escuchan el Evangelio (10,13), de los fariseos e hipócritas y de los que buscan reconocimiento social, de los que no tienen amor (11,42-52), de los que escandalizan y no perdonan (17,1), de las que estén encintas el día del juicio 21,23). 

Judas 
"Ay" de los blasfemos e injuriadores (1,11).

1 Corintios
"Ay" de los que no anuncian ni viven el Evangelio (9,16)

Apocalipsis
San Juan, en el Apocalipsis, nos muestra tres "ay" o lamentaciones sobre las tragedias (interiores) que vendrán al mundo, la gran tribulación sobre la Iglesia y las copas de la ira de Dios, y que están relacionados con las tres últimas trompetas (8,13; 9,12; 11, 14; 12,12). 
Podríamos decir que, teológicalmente, los "ay" son la "otra cara" de las Bienaventuranzas, pero Dios no pretende pronunciar una maldición, juicio, condena o castigo, sino son más bien expresiones de la infinita misericordia de Dios, la cual busca desesperadamente la conversión de los hombres:

Bienaventurados los pobres en el espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos (Mateo 5,3)
¡Ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! (Lucas 6,24)

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados (Mateo 5,5)
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis! (Lucas 6,25)

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados (Mateo 5,6)
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre! (Lucas 6,25)

Bienaventurados vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien por mi causa (Mateo 5,11)
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! (Lucas 6, 26)

Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros (Mateo 5, 12)
Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas (Lucas 6,26)

Los "ay" son los pálpitos de un corazón que ama, que espera y que perdona. 

Son las lágrimas de un corazón que llora en Betania y que acompaña a los dos de Emaús. 

Son los latidos de un corazón que sufre en Getsemaní y que salva en el Calvario.