¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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miércoles, 9 de diciembre de 2020

LOS "AY" DE LA BIBLIA

"¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra 
por los toques de trompeta que faltan, 
por los tres ángeles que están a punto de tocar!"
(Apocalipsis 8,13)

La Palabra de Dios utiliza con frecuencia el término "ay" para manifestar lamento, como "¡Ay de mí …!" (Salmo 120,5), para significar advertencia, como ¡Ay del malvado!" (Isaías 3,11), para anunciar  angustiacomo "¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra! (Apocalipsis 8-12), o para expresar un sentimiento de compasión, como "¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!" (Mateo 24,19).

Encontramos este término tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento:

Los "ay" del Antiguo Testamento

Los dos primeros "ay" de la Biblia son pronunciados por el rey Salomón en Proverbios 23, 29 y en Eclesiastés 10, 16, sobre los malos y necios gobernantes
Los profetas son un oráculo de lamento constante por las consecuencias del pecado. Es el mismo Dios quien se lamenta de la infidelidad del hombre y de su alejamiento del Amor, y, sin embargo, se compadece de él.

Isaías 
"Ay" de los corruptos (1,4), de los rebeldes (3,9-11), de los codiciosos (5,8), de los lincenciosos y de los viciosos (5,11-12), de los blafemos, de los mentiroros y de los orgullosos (5,18-21), de los adictos y de los sabios (5,22-23), de los opresores y los tiranos (10,1-5), a los que también hacen referencia los capítulos 13 al 23, las naciones en contra de Dios y que son tipos de imperios antidivinos: Babilonia, Asiría, Filistea, Moab, Damasco, Egipto, Tiro, Tarsis, etc.

"Ay" de los que se apartan de Dios, de los que se vuelven idólatras y traidores, de los que confían en la política y en economía del mundo más que en Dios, de los que critican y pleitean (28,1; 29,1; 29,15; 30,1; 31,1; 33,1; 45,9-10).

Jeremías
"Ay" de los maliciosos y de los necios (4,13 y 19), de los soberbios, malvados y obstinados en la mentira (13,27), de los injustos y los interesados (22,13 y 18), de los pastores que dispersan a las ovejas del rebaño (23,1).

Ezequiel
Ezequiel, como Isaías, hace referencia al juicio sobre las naciones opositoras a Dios (babilonia, Egipto, Tiro, etc). "Ay" de los idólatras y los ignominiosos (16,23), de los sanguinarios (24,6-9), de (30,2), de los pastores que no cuidan del rebaño de Dios, es decir, de los sacerdotes malvados (34,2).

Profetas menores 
"Ay" de los que se apartan de la Iglesia y de Dios (Oseas 7,13; 9,12), de los que serán juzgados (Joel 1,15), de los "falsos cristianos" (Amós 5,16-18; 6,1-6), de los criminales y de los ladrones (Miqueas 2,1), de los mentirosos, perversos y avaros (Nahún 3,1), de los codiciosos, ladrones  y asesinos (Habacuc 2,6-15), de los rebeldes y los que se oponen a Dios (Sofonías 2,5; 3,1), de los malos sacerdotes ( Zacarías 11,17).

Los "ay" del Nuevo Testamento

Mateo
En el Evangelio de Mateo, Jesús es quien proclama siete "ay", que son "tipo" de las siete copas de  la ira de Dios del Apocalipsis y que dirige específicamente a los escribas y fariseos
Sus palabras no contienen odio o ira, sino más bien, expresan compasión, tristeza y angustia por ellos. Porque le rehúsan, porque son injustos con el Pueblo, porque son hipócritas, falsos y codiciosos (Mateo 23,14-36). Se lamenta de los ricos y de los falsos profetas, de los que escandalizan y se compadece de las embarazadas en los dias de tribulación (Mateo 18,7).

Lucas
"Ay" de los ricos, de los frívolos y de los que buscan fama (6,24-26), de los que no escuchan el Evangelio (10,13), de los fariseos e hipócritas y de los que buscan reconocimiento social, de los que no tienen amor (11,42-52), de los que escandalizan y no perdonan (17,1), de las que estén encintas el día del juicio 21,23). 

Judas 
"Ay" de los blasfemos e injuriadores (1,11).

1 Corintios
"Ay" de los que no anuncian ni viven el Evangelio (9,16)

Apocalipsis
San Juan, en el Apocalipsis, nos muestra tres "ay" o lamentaciones sobre las tragedias (interiores) que vendrán al mundo, la gran tribulación sobre la Iglesia y las copas de la ira de Dios, y que están relacionados con las tres últimas trompetas (8,13; 9,12; 11, 14; 12,12). 
Podríamos decir que, teológicalmente, los "ay" son la "otra cara" de las Bienaventuranzas, pero Dios no pretende pronunciar una maldición, juicio, condena o castigo, sino son más bien expresiones de la infinita misericordia de Dios, la cual busca desesperadamente la conversión de los hombres:

Bienaventurados los pobres en el espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos (Mateo 5,3)
¡Ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! (Lucas 6,24)

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados (Mateo 5,5)
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis! (Lucas 6,25)

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados (Mateo 5,6)
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre! (Lucas 6,25)

Bienaventurados vosotros cuando os insulten, os persigan y os calumnien por mi causa (Mateo 5,11)
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! (Lucas 6, 26)

Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros (Mateo 5, 12)
Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas (Lucas 6,26)

Los "ay" son los pálpitos de un corazón que ama, que espera y que perdona. 

Son las lágrimas de un corazón que llora en Betania y que acompaña a los dos de Emaús. 

Son los latidos de un corazón que sufre en Getsemaní y que salva en el Calvario.