¿QUIÉN ES JESÚS?
martes, 6 de agosto de 2024
MEDITANDO EN CHANCLAS (7): SEÑOR, AYÚDAME
sábado, 3 de agosto de 2024
MEDITANDO EN CHANCLAS (4): "PAN PARTIDO" PARA LOS DEMÁS
martes, 16 de noviembre de 2021
(RE)CONOCER A CRISTO
jueves, 12 de agosto de 2021
MEDITANDO EN CHANCLAS (12): TEN PACIENCIA
Ayer, el Señor me hablaba de corrección, reconciliación e intercesión. Hoy me invita al perdón, una de las claves para mi santidad, en la parábola del siervo despiadado de Mateo 18, donde los dos deudores ruegan paciencia a su señor y prometen pagarlo todo.
Es exactamente lo que yo hago cuando me acerco al Sacramento de la Confesión: experimento la paciencia misericordiosa de Dios y, aunque, es imposible pagarle todo, me perdona.
Jesús me llama a la perfección del amor, a ser como el Padre misericordioso, a "ser perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mateo 5,38), y me abre la puerta del perdón: la compasión.
En la Biblia, el número "siete" significa perfección y por tanto, perdonar "setenta veces siete" equivale a la perfección total, a perdonar siempre. "Siete", también, significa descanso: "Y al séptimo día, descansó" (Génesis 2, 2-3). Cuando perdono, descanso y encuentro paz.
Cuando perdono, mi mente descansa. Mi corazón queda en paz. Mi espíritu se llena de amor. Entonces, mi alma se perfecciona y me configuro plenamente con Jesús, con la misericordia divina del Padre.
lunes, 2 de agosto de 2021
MEDITANDO EN CHANCLAS (2): "TRAEDMELOS"
Mi cuerpo necesita alimento pero mi espíritu también. ¿Cómo satisfago el hambre de mi espíritu? ¿Busco a Cristo en la Eucaristía? ¿Me doy cuenta de su generosidad, que colma cualquier expectativa? ¿Soy consciente que se me da a sí mismo hasta el extremo?
Mis hermanos necesitan de mí pero, sobre todo, necesitan de Dios ¿Soy generoso y compasivo con los demás o me desentiendo de ellos? ¿Se los llevo a Jesús o trato de monopolizarlo?
martes, 29 de junio de 2021
FRENTE AL DESCARTE, ENCUENTRO Y ACOGIDA
(Mateo 10,37)
jueves, 28 de enero de 2021
HIJO PRÓDIGO Y BUEN SAMARITANO
El camino de Jericó a Jerusalén era conocido en tiempos de Jesús como el "Camino de sangre" por el grave peligro de ser asaltado y asesinado por los ladrones que lo acechaban. Esto mismo ocurre hoy en el "camino de maldad" que caracteriza nuestro mundo actual, donde el egoísmo y el individualismo nos convierten en hombres indiferentes y codiciosos que buscan su propio interés, que matan al prójimo, y por otro lado, nos convierten en cristianos teóricos, sin caridad ni misericordia ante la desgracia ajena.
Cuántas veces pensamos que el mal ajeno no "va" con nosotros, que "no es asunto nuestro". Cuántas veces damos un rodeo, mirarmos hacia otro lado y pasamos de largo. Cuántas veces nos consideramos cristianos pero ante la prueba de nuestra fe, no pasamos de la teoría a la práctica, de los dichos a los hechos. Cuántas veces somos "indiferentes" al prójimo, en lugar de ser "diferentes" al mundo.
Lo que realmente precisa y determina nuestra fe no es su definición, no es la teoría, ni la literalidad de la Ley, sino su puesta en práctica. "La fe sin obras está muerta" (Santiago 2,17). Y eso es precisamente a lo que Cristo nos invita: a poner por obras todo aquello que nos dice.
miércoles, 9 de diciembre de 2020
LOS "AY" DE LA BIBLIA
miércoles, 12 de agosto de 2020
MEDITANDO EN CHANCLAS (13)
En la Biblia, el número "siete" significa perfección, plenitud. También es descanso ("Y al séptimo día, descansó"). "Setenta veces siete" equivale a decir la perfección de la perfección...
Cristo, que nos llama a ser "perfectos como el Padre es perfecto" (Mateo 5, 38), nos invita a perdonar siempre, a mostrar compasión, a tener misericordia, a tener paciencia. Eso es la máxima expresión del Amor.
Sin embargo, ¡cuánto me cuesta perdonar! ¡cuánto me cuesta amar de verdad¡ ¡cuánto me supone mirar a quien me ofende con los mismos ojos de Dios! ¡cuánto me cuesta mostrar paciencia y misericordia con quien me hace daño o me traiciona!
Perdonar no es fácil... requiere mucho amor. Pero si no perdono ¿cómo voy a ser perdonado? Si no doy confianza ¿cómo voy a ser digno de confianza? Si no soy compasivo ¿cómo voy a ser compadecido? Si no amo ¿cómo voy a ser amado?
Jesús, en la cruz, pidió compasión por todos nosotros: "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen".
Esa es la actitud del amor: perdonar a otros ¡siempre! porque, muchas veces, no sabemos lo que hacemos. Debo perdonar, incluso aún sabiendo lo que me hacen...
Cuando perdono, mi mente descansa. Mi corazón queda en paz. Mi espíritu se llena de amor. Mi alma se perfecciona.