¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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martes, 20 de julio de 2021

TIEMPOS DE APOSTASÍA

"¡Atención, hermanos! 
Que ninguno de vosotros tenga un corazón malo e incrédulo, 
que lo lleve a desertar del Dios vivo" 
(Hebreos 3,12)

Dice un refrán popular que "No es oro todo lo que reluce", utilizando la imagen del oro como metáfora del bien para referirse a que no todo lo que parece bueno es bueno. Hoy, queremos reflexionar también sobre el oro como símbolo de la fe. Hoy, hablamos de apostasía.

Según el autor de la carta a los Hebreos, la apostasía es la "deserción del Dios vivo" y según el Catecismo de la Iglesia Católica es la negación, renuncia o abjuración total de la fe que, junto con la herejía (rechazo parcial de la fe o de una verdad de fe) y el cisma (rechazo al Papa y a la Iglesia), hieren la unidad de la Iglesia (CIC 817 y 2089). 

La apostasía es un acto voluntario y consciente, concretizado y manifestado formalmente que no surge de manera espontánea, sino que nace del agnosticismo o incredulidad. Comienza siempre con la duda ante ciertas verdades de fe, crece con el menosprecio o el rechazo de estos dogmas, se desarrolla con la herejía y concluye con el cisma.

Desde el inicio de la creación, ha habido apostasía. Primero, cayeron algunos ángeles y luego, algunos hombres. La duda nace en el corazón orgulloso, crece y se desarrolla en la mente egoísta y finalmente, se produce la caída.

No obstante, existe una importante diferencia entre la caída de los ángeles y la de los hombres. Mientras nosotros tenemos la posibilidad de arrepentirnos, los ángeles caídos o demonios, no. Su naturaleza angélica (más perfecta que la humana) permanece intacta, aunque deformada por el pecado del orgullo. Así, los ángeles no "malentienden" las cosas como los hombres, sino que comprenden todo con total claridad y eligen todo con plena libertad y total rotundidad.

Hoy, muchos son los que, dentro de la Iglesia, niegan verdades o dogmas de fe y apostatan de la Iglesia Católica. Algunos se alejan pidiendo que "les borren" de la Iglesia, que "les desbauticen". Otros se quedan, haciendo realidad la parábola del trigo y la cizaña. Pero tanto los unos como los otros, reniegan de la Verdad y se autoproclaman "reformadores", cuando en realidad, son apóstatas.

Sin embargo, la Iglesia no deja nunca a nadie excluido de ella, ni tampoco van al infierno por el hecho de apostatar (puesto que siempre tienen oportunidad de arrepentimiento), ni siquiera por estos actos graves de infidelidad. El vínculo sacramental de pertenencia a la Iglesia por el bautismo es una unión ontológica permanente y no se pierde con motivo de ningún acto o hecho de renuncia formal ​(CIC 535). Los apóstatas son (lo quieran o no) miembros de la Iglesia, aunque en rebeldía

¿Cómo identificar la apostasía?

Todos los libros sagrados del Nuevo Testamento (excepto Filemón) hablan de la apostasía. La Palabra de Dios la identifica con claridad y la sitúa dentro de la Iglesia, con el propósito de que reconozcamos el "cuándo", el "por qué" y el "cómo" de la apostasía:

-el cúando y el por qué

"El Espíritu dice expresamente que en los últimos tiempos algunos se alejarán de la fe por prestar oídos a espíritus embaucadores y a enseñanzas de demonios, inducidos por la hipocresía de unos mentirosos, que tienen cauterizada su propia conciencia" (1 Timoteo 4, 1-2). 

San Pedro en su segunda carta nos advierte sobre los peligros de los falsos maestros, las corrientes gnósticas y los errores doctrinales de los "impíos farsantes" que se infiltran en las comunidades cristianas (2 Pedro 1-3).

-el cómo

"Con ostentación de poder, con señales y prodigios falsos, con todo tipo de maldad y poder seductor que incitará a creer en la mentira" (2 Tesalonicenses 2,3-12). 

"Esos tales son falsos apóstoles, obreros tramposos, disfrazados de apóstoles de Cristo; y no hay por qué extrañarse, pues el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz" (2 Corintios 11,13-14).

"Se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7,15-16). 
"Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros" (1 Juan 2,19).

El libro de Judas es todo un manual sobre la apostasía y mantiene una estrecha relación con la segunda carta de Pedro. Habla de los "impíos infiltrados": desde los ángeles rebeldes, el pueblo infiel de Israel, los habitantes de Sodoma y Gomorra, hasta la propia Iglesia de Cristo (Judas 1,4-7). 

Se lamenta por ellos y los identifica por su maldadmaterialismo e idolatría, porque se apacientan a sí mismos y viven en la oscuridad. Les llama murmuradores, querelladores, aduladores, burlones, egoístas y creadores de divisiones (Judas 1,11-16). 

Los compara con "Caín" (Génesis 4,12-16): asesinos e impíos; con "Balaán" (Números 31,16; Apocalipsis 2,14): codiciosos, balsfemos, seductores, idólatras y lujuriosos; y con "Coré" (Números 16,19-35): opositores y rebeldes a la Iglesia

¿Cómo luchar contra la apostasía?

Jesucristo nos llama a mantenernos firmes en la fe y en el amor de Dios Padre, a orar y a discernir guiados por el Espíritu Santo, a perseverar en la lucha constante en la que estamos inmersos para reconocer y prevenir la apostasía que existe en medio de nuestras comunidades.

El Señor nos exhorta a ser una Iglesia santa, aunque también a ser plenamente conscientes de que, en muchas ocasiones, a los cristianos nos resulta dificil distinguir quién es Caín y quién Abel, quién es trigo y quién cizaña, incluso aunque lleven sotana, "cleriman" o parezcan cristianos devotos. 
La apostasía es siempre, como su Instigador, sutil y encubierta, difícil de detectar y adornada de un falso "sentido común", propuesta como una gran seducción a modo de "idea" que se infiltra furtivamente en las mentes de los cristianos con el objetivo de corromperlas. Nunca (o casi nunca) niega abiertamente la verdad sino que la tergiversa y la pervierte.

En su carta a Tito, San Pablo nos exhorta a no fijarnos en las falsas apariciencias sino en las obras"Para los impuros y los incrédulos nada hay limpio, ya que su mente y su conciencia están manchadas. Confiesan que conocen a Dios, pero lo niegan con sus obras. Son detestables, rebeldes e incapaces de cualquier obra buena" (Tito 1,15-16).  

Con su comportamiento impío y su falsa enseñanza, los apóstatas muestran su verdadero yo rebelde y su verdadera naturaleza detestable, aunque esto no quiere decir que necesariamente se "salgan" físicamente de la Iglesia. Por eso, necesitamos "ver a los apóstatas con las gafas de la fe", es decir, a la luz de la Palabra y la doctrina del Magisterio de la Iglesia.

El mayor daño es el que se provoca "desde dentro" y eso lo sabe muy bien la Serpiente, quien ya en el principio de los tiempos, se infiltró en el Edén para confundir, dividir y llevar a nuestros primeros padres al pecado, y a nosotros, con ellos. Y hoy... continúa haciéndolo.

Los cristianos nos quedamos con la clave de unidad que nos da San Pablo: 

"Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, 
que digáis todos lo mismo 
y que no haya divisiones entre vosotros. 
Estad bien unidos con un mismo pensar 
y un mismo sentir" 
(1 Corintios 1,10)

miércoles, 6 de mayo de 2020

APOCALIPSIS 8-11: LAS SIETE TROMPETAS

"Y cuando abrió el séptimo sello 
se hizo en el cielo silencio 
como de media hora. 
Y vi a los siete ángeles 
que están de pie delante de Dios;
 y les dieron siete trompetas."
(Apocalipsis 8,1-2)

Veíamos en el artículo anterior que cuando el Cordero abre el 7º sello, se produce un silencio "como de media hora", srefiere a la mitad de un tiempo, es decir, que hay dos partes

La primera parte es un tiempo para ponderar lo que va a pasar: aparecen los septenarios de las trompetas y de las copas. Dios retrasa el tiempo para iniciar el Juicio Final para darnos la oportunidad de convertirnos y que nos salvemos el mayor número de personas. La segunda parte es la venida del nuevo mundo, tras la Ira de Dios.

El Shofar

Para entender el significado de las trompetas, tenemos que recurrir, de nuevo, al "código judío".

La trompeta o "shofar" era el instrumento ceremonial, fabricado con el cuerno de un animal puro y limpio o "kosher", de carnero, cabra o similar pero nunca de vaca, novillo o toro, y que se utilizaba en el Templo de Jerusalén y en las sinagogas judías para iniciar la lectura de los textos sagrados (Torá y Tanaj). 

El sonido de la trompeta anuncia la presencia y la intervención de Dios en la historia del hombre.

En el silencio "como de media hora" del séptimo sello, se les entregan siete trompetas (shofar) a los siete ángeles que están delante de Dios, es decir, a los arcángeles que están en su presencia y a quienes Dios siempre les encarga la misión de anunciar solemnemente Su intervención en la historia del hombre.

El Incienso

Durante el lapso entre la entrega de las trompetas (Ap. 8,2) y el comienzo de su toque (Ap. 8,6), otro ángel ofrece incienso sobre el altar de oro (Ap. 8, 3-5), es decir, ofrece  los méritos de Cristo y nuevas oraciones y alabanzas a Dios, y se unen a las plegarias de los santos del cielo para presentárselas todas en una a Dios. Es la comunión de los santos.

El ángel llena el incensario de fuego del altar y lo arroja a la tierra y hubo truenos, voces, relámpagos y un terremoto, Dios se manifiesta.

La Misericordia de Dios quiere esperar un poco más para que la humanidad se arrepienta y se convierta, pero Su Justicia exige Su intervención.

Los siete ángeles, sucesivamente, comienzan a tocar las trompetas...

Las siete trompetas

Capítulos 8-11

Las primeras cuatro trompetas (igual que los primeros cuatro sellos) forman un solo bloque, pero junto con las siguientes, rememoran las plagas de Egipto del libro del Éxodo y narran las consecuencias del Imperio del Imperio del mal en nuestras vidas: maldad y caos.



El 1º ángel toca la 1ª trompeta (destrucción de la vida vegetal de la tierra) y cae granizo, que simbolizaría la frialdad ante la Buena Nueva, el Evangelio, y fuego mezclado con sangre, que representaría que, por la crucifixión de Jesucristo, la tercera parte de la tierra (=paganos y gentiles)de los árboles (=familias y tribus) y toda la hierba verde (=judíos fieles) se abrasó, es decir, que sólo unos pocos se convirtieron y se purificaron.

El 2º ángel toca la 2ª trompeta (destrucción de la vida animal del mar) y una inmensa montaña de brasas cae sobre el mar (=pueblo de Dios, Iglesia), refiriéndose a la persecución de los cristianos. La tercera parte del mar se convirtió en sangre, la tercera parte de los seres que viven en el mar murió y la tercera parte de las naves fue destruida, refiriéndose a los mártires.

El 3º ángel toca la 3ª trompeta (destrucción de la vida animal de ríos y lagos) y una estrella o meteorito, Satanás, cae sobre las aguas de los ríos y manantiales contaminándolos (aguas dulces=órdenes monásticas), la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y mucha gente murió por las aguas, se refiere a la lucha contra las verdades de la fe a través de las herejías, simbolizado con el ajenjo, amargor que produce en la Iglesia. 

El 4º ángel toca la 4ª trompeta (destrucción de una parte de los astros) y la tercera parte del sol, de la luna y de las estrellas (autoridades políticas, económicas y religiosas) quedaron heridas de muerte y se oscurecieron, se refiere a que quienes iluminan a los hombres, pecarán,  y el día perdió una tercera parte de su esplendor, el mundo se llena de oscuridad y tinieblas por la gran apostasía, que hace abandonar a muchos la fe.

Recordemos que en la época de la escritura del Apocalipsis, la capital del "Imperio" era Roma, la ciudad de la luz, que se viene abajo y el Imperio "cae" motivado por el caos de la irrupción de los pueblos bárbaros.

De la misma forma que todos nosotros estábamos representados en las siete Iglesias de los capítulos 2 y 3, también lo estamos en las siete trompetas de los capítulos 8 al 11.

Son las consecuencias en nuestras almas cuando adoramos a la Bestia, el mundo se viene abajo y nuestras almas se oscurecen por el pecado. 

Cuando todo es caos y tinieblas, cuando no distinguimos el bien del mal, es cuando más actúa Satanás. Por eso, siempre antes de atacar, el demonio "prepara el terreno".

Es el inicio de la quinta trompeta: "Comienza el primer 'ay' ".

El 5º ángel toca la 5ª trompeta (tortura de una parte de la humanidad) y a la estrella que había caído del cielo a la tierra, se refiere a Lucifer, (Juan no le ve caer sino que ya le ve precipitado en la tierra), se le da la llave del pozo del abismo, el demonio actúa en la tierra con todo su poder maléfico

Al abrirlo, sale una humareda que oscurece todo, que significa mentira, tentaciónconfusión y división, con el que pretende destruir la moral (inmoralidad social, política y económica) y hacer el máximo daño espiritual entre los no creyentes y también, entre el pueblo de Dios, penetrando dentro de la Iglesia (inmoralidad religiosa). 

Y lo hace para no ser descubierto en medio del humo. Una vez inundado el mundo con la mentira, Satanás ataca.

El peligro no es el humo, sino la antesala del daño: Del humo salen langostas (por eso son "hijas del engaño") que infectan toda la tierra, propagación de demonios y fuerzas diabólicascon poder como el de los escorpiones, que envenenan a la humanidad con falsedades y mentiraspara atormentarlos durante cinco meses, el tormento es el pecado, con sus tres fases: engaño y seducción, el propio acto de pecar y, finalmente, sus consecuencias, que son siempre dolorosas. 

-Se les ordenó que no hicieran daño a la hierba, al verde y a los árboles (lo que florece y da fruto, los cristianos), sino solamente a los hombres que no tuvieran la señal de Dios en la frente, es decir, a los no cristianos, pero no para matarlos.

-Los hombres buscarán la muerte, pero no la encontrarán; desearán morir, pero la muerte huirá de ellos, las consecuencias del pecado: mala conciencia y remordimiento de los que se dejen "picar" y envenenar por el pecado.

Las langostas son una invasión letal cuyo objetivo es la seducción del hombre para su exterminio, es decir, la 2ª muerte. 

Juan describe estas langostas como representación de la inmoralidad sexual, como "todo apariencia". Todo es como...parece como...pero no lo son:

-aspecto como de caballos preparados para la guerra, se mueven con gran decisión y rapidez para destruir la fe.

-coronas que parecen de oro en la cabeza, poder político y religioso que parecen cumplir la voluntad de Dios pero que, sin embargo, propagan el mal.

-sus rostros como rostros de seres humanos, presentan un cierto humanismo como atractivo, pero no son hombres, son demonios.

-sus cabellos son como los de mujer, atraen con seducciónsensualidad y lujuria 

-dientes como de león, matan, trituran y devoran con calumnias y difamaciones

-corazas como de hierro, parecen seguir la verdad del Evangelio pero se obstinan en cambiarla o negarla. 

-el ruido de sus alas como el ruido de carros con muchos caballos que corren al combate, diseminan mucho mal y lo hacen con rapidez y destreza (instituciones de adoctrinamiento y medios de comunicación). 

-colas como aguijones de escorpiones donde reside su poder para dañar a los hombres, producen mal físico y espiritual a los que se mantienen fieles a Dios e intoxican con el veneno de la tibieza a los que se sí se dejan influenciar por ellos.

-durante cinco meses, poder limitado para hacer el mal.

-tienen como rey al Ángel del abismo, Satanás.

-en hebreo su nombre es Abaddón y en griego Apolíon, que en latín se traduce como "Destructor"o"Exterminador". Estos nombres son la personificación de la muerte espiritual (en pecado) que hace referencia al 4º jinete del 4º sello, el caballo amarillento, cuyo nombre es "Muerte", que podría simbolizar también a Satanás.

En el Antiguo Testamento, Abaddón hace referencia al abismo insondable llamado Sheol o lugar de destrucción o reino de los muertos (Salmo 16, 10). 

Sinónimos de Sheol (hebreo) referidos en el Nuevo Testamento son:

-Hades. Término griego que evoca al Tártaro heleno: una mazmorra profunda y sombría de tormento y sufrimiento. (Mateo 11,23; 16,18; Lucas 10,15; 16,23; Hechos 2,27).

LA BESTIA SALVAJE Y LAGO DE FUEGO – Vigilante paras los Testigos ...-Gehena. Término hebreo que evoca al Ge Hinnomo o valle de Hinón, situado entre el Monte Sion y el valle de Cedrón, en Jerusalén, donde se incineraba la basura (Mateo 5,22; 7,13; 10,28; 23,33; Marcos 9,43-45; Lucas 16,23-26: Santiago 3,6).

-Lago de fuego y azufre. Término que hace referencia a un lugar de tormento eterno. (Mateo 18,8; 25,46; Marcos 9,45-46; Lucas 16,24;  2 Tesalonicenses 1:8-9; 2 Pedro 2, 4; Apocalipsis 19,20; 20,10-15; 21,8).

-Abismo o Infierno. Término latín que evoca un lugar inferior, subterráneo o profundo de tortura eterna. (Mateo 5,29; 10,28; 16,18; 23,15; 25,41; Lucas 8,31; 16,23-24; Romanos 2,12; 8,1; 6,23; Apocalipsis 9,1-2 y 11; 17,8; 20,10)

Todos estos términos hacen referencia a la destrucción eterna, sin ninguna posibilidad de resurrección. 

"El primer 'ay' ha pasado; quedan todavía dos más"
(Apocalipsis 9,12)

Es el inicio de la sexta trompeta: "Comienza el segundo 'ay' ".

El 6º ángel toca la 6ª trompeta (destrucción de un tercio de la humanidad) y se ordena soltar los 4 ángeles que estaban a la orilla del Éufrates, la totalidad de las huestes infernales:
-su ejército de caballería constaba de 200 millones, son una invasión de enorme cantidad y que se mueve con rapidez.

-llevan corazas de color de fuego, usarán la violencia.

-de color jacinto (celeste), harán prodigios y milagros aparentes, confundiendo a las personas y disfrazándose de ángeles de luz.

-de color azufre, usarán espiritismos, brujerías y hechicerías

-Los caballos tienen cabeza como de leones, aliados con los ricos, los poderosos, los sabios y los famosos, quienes usarán su autoridad, fuerza y prestigio.

-para que puedan atacar a la tercera parte de los hombres, para intentar destruir a los que se mantienen firmes y fieles. 

-y de sus bocas sale fuego, humo y azufre, atacarán a la Iglesia (fuego), con mentiras y engaños (humo) y espiritismos y hechicerías (azufre). 

-La tercera parte de los hombres fue exterminada, hundirán en la muerte del pecado a algunos, y perderán la gracia

-Las colas de los caballos tienen cabezas parecidas a las serpientes, los ricos y poderosos usarán a gente sencilla del pueblo para hacer pecar a los tibios.

-Los demás hombres que no fueron exterminados por estas plagas no se arrepintieron de las obras de sus manos, ni cesaron de adorar a los demonios y a los ídolos... ni de sus homicidios, ni de sus maleficios, ni de su lujuria, ni de sus robos, a pesar de todos los medios que Dios pone a su alcance, la mayoría de las personas desean seguir con sus obras mundanas sin arrepentimiento alguno.

Estas palabras hacen referencia al libro de Zacarías 13,7 donde advierte: "Hiere al pastor y las ovejas se dispersarán, yo volveré mis manos aún contra los más débiles...dos terceras partes perecerán, y quedará la otra tercera parte". La herida del pastor simboliza el humo de Satanás, la Jezabel idólatra, que, infiltrados en la Iglesia, causan confusión y división. 

Ante la "sordera" del hombre y antes de sonar la séptima trompeta, Dios, en su infinita paciencia, envía ayuda a los hombres desde el cielo a través de su Iglesia:
-Otro ángel vigoroso baja del cielo, personifica la ayuda que envía Dios  para contrarrestar el mal de la gran apostasía. Son personas que dan testimonio de su conversión, de la intervención y de la acción de Dios en sus vidas.

-con un arco iris rodeando su cabeza, simbolizan los siete dones del Espíritu Santo, que une la Iglesia triunfante a la Iglesia militante, que aplaca la cólera divina y que viene con el esplendor de Dios y su nueva alianza (ver Apocalipsis 4, 3).

-con cara como el sol, iluminarán con la fe, y piernas como columnas de fuego, aterrarán a los malvados. 

-con el libro del Evangelio abierto en sus manos, puso un pie en el mar y otro en la tierra, habrá una nueva evangelización a cristianos y no cristianos, es decir, a toda la humanidad. 

-Y gritó con voz potente, como el rugido del león, con autoridad

-Cuando gritó, los siete truenos hicieron oír sus voces, habla el Espíritu Santo

-Cuando hablaron los siete truenos, me dispuse a escribir; pero oí una voz del cielo, que decía: Ten en secreto lo que han dicho los siete truenos, y no lo escribas, el mensaje del Espíritu Santo se mantiene oculto y será revelado en el momento en que vaya a suceder.

El ángel alzó la mano derecha hacia el cielo y juró por aquel que vive por los siglos de los siglos: Se acabó el plazo. 

En este tiempo de urgencia, los cristianos fieles tienen que comerse la palabra, alimentarse espiritualmente de la Sagrada Escritura, de la Palabra de Dios.
Urge transmitir otra vez el mensaje evangélico del amor, aunque le sea amarga en el estómago, que significa que es necesario vivir primero la Palabra y esto acarrea rechazosufrimiento y persecución (ver Salmo 57 y 85), aún así, los cristianos deben amar también a sus enemigos. La amargura viene también al ver que el tiempo se acaba y las personas, haciendo uso de la libertad que Dios no puede quebrantar, le rechazan.

-pero dulce en la boca, que representa el encuentro con Jesucristo resucitado y la alegría de hablar con Él y testimoniarle a otros.

-Es preciso que profetices de nuevo sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos, es una llamada final a todos nosotros, a evangelizar a todas las personas que están fuera de la Iglesia.

Cuando suene la 7ª trompeta del 7º ángel, Dios desvelará todo su plan secreto de salvación, el misterio de dios que anunció a sus profetas, que significa que llega el Juicio final y, aunque como veremos, se habla de las copas de la Ira de Dios, Él lo que quiere a toda costa es la conversión del hombre. 

"El segundo ay ha pasado; mira que el tercero va a llegar pronto"
(Apocalipsis 11,14)



Bibliografía:

-"El Apocalipsis" (de Adrienne Von Speyr, por Hans Urs Von Balthasar).
-"Para leer el Apocalipsis" (Jean-Pierre Prévost, Editorial Verbo Divino, 1991).
- "La Cena del Cordero" (Scott Hahnn, Editorial Patmos, 2001).
-"El Apocalipsis de San Juan" (Emilio Aliaga Girbés, Editorial Verbo Divino)

martes, 5 de mayo de 2020

EN OCASIONES, VEO MUERTOS

Dawn Of The Dead Trailer - FILM.TV
"Conozco tus obras, 
tienes nombre como de quien vive, 
pero estás muerto."
(Apocalipsis 3,1)

"En ocasiones, veo muertos"...esta célebre frase de la película "el sexto sentido" está hoy de plena actualidad. Basta echar un vistazo a nuestra sociedad y a nuestras comunidades parroquiales, para ver muertos. Muertos en vida... 

Jesucristo, cuando escribe a la Iglesia de Sardes en el libro del Apocalipsis, habla acerca de la muerte espiritual. Y es que, por desgracia, muchos cristianos de hoy se han convertido en zombis espirituales. No están realmente muertos, ni realmente vivos. 

La naturaleza es una asesina en serie" comentario a Guerra mundial ...Contagiados por un virus invisible, han muerto a la vida para "resucitar" a la muerte y propagar la guerra mundial Z. 

Recuerdo especialmente una escena de la película con este nombre, en la que una soldado del ejército israelí es mordida en una mano por un zombi. El protagonista, sin mediar, palabra, le corta la mano y la salva de la infección. 

Algo que que me lleva a meditar las palabras de Jesús: "Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la gehenna, al fuego que no se apaga" (Marcos 9, 43; Mateo 5,30).

Los zombis espirituales no son conscientes de que están muertos. Viven en las tinieblas del sepulcro aunque creen estar fuera de él, en la luz de Cristo. Por sí mismos, no son capaces de despertar de su letargo, ni de regenerar sus células muertas por otras vivas, para volver a lo que fueron una vez.

Cadáveres apóstatas que han olvidado el Amor Primero y buscan desnaturalizar la fe apostólica, devorando su esencia y tratando de pervertirla. Su guerra no es interior porque carecen de conciencia, sino exterior donde poder encontrar "carne fresca". Su objetivo: dar muerte al Cuerpo Místico de Cristo. 

Masas putrefactas, de vidas interiores vacías y en proceso de descomposición, que muestran a la luz su corrupción interna. "Su carne se pudrirá cuando todavía estén vivos; sus ojos se pudrirán en sus cuencas; sus lenguas se pudrirán en sus bocas" (Zacarías 14,12).

Psicópatas del impulso, cuyos corazones bombean sangre putrefacta sentimental. Sus cerebros han transformado la razón por instinto. Sólo responden a lo que sienten, como si estuvieran en un estado de coma permanente, en el que sólo buscan satisfacer sus necesidades primarias.

Hordas de caníbales espirituales que arrastran los harapos de sus culpas y muestran las pústulas de sus pecados. Emiten sonidos guturales extraños creyendo evangelizar y persiguen a los vivos para devorarlos y satisfacer su ansia caníbal. 

Espectros de la oscuridad que salen de sus tumbas sólo para infectar su "no-vida" a otros, con tan sólo un mordisco, con un simple fluido. Siguiendo su impulso maligno, propagan rápidamente a otros el virus con sus comentarios, rumores, chismes, mentiras y falsas doctrinas. 
Ser el ángel de alguien
Portadores de un mal letal, atacan siempre en grupo para hacer el mayor daño posible. Arrastran sus pies pero no se dirigen hacia ninguna parte. Marchan con lentitud y torpeza siguiéndose los unos a los otros pero sin liderazgo, sin dirección y sin sentido. 

Cuerpos sin alma, que caminan a la deriva y a paso lento, pero no se fatigan porque no respiran. "Walking deads" que cambian de rumbo ante cualquier sonido, ante cualquier nueva idea, ante cualquier doctrina novedosa.

Almas sin pena ni gloria, que buscan alimentarse de cuerpos sanos, pero no "digieren" la doctrina porque oyen, pero no escuchan la Palabra. Su tibieza les va alejando del "Viviente" porque no siguen a Cristo ni dejan que "Sus cicatrices les curen." (Isaias 53, 5).

Espíritus cauterizados, zombis filosóficos sin conciencia que rechazan la vida pero que no encuentran la muerte "y en aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la encontrarán; desearán morir, y la muerte huirá de ellos." (Apocalipsis 9,6). 

Si no lo remediamos, caminamos hacia un destino antropófago en el que todos nos devoraremos unos a otros sin piedad. Pero la buena noticia es que hay cura y tratamiento para el virus Z:

"¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor! Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Yo mismo infundiré espíritu sobre vosotros y viviréis. Pondré sobre vosotros los tendones, haré crecer la carne, extenderé sobre ella la piel, os infundiré espíritu y viviréis. Y comprenderéis que yo soy el Señor...ven de los cuatro vientos, espíritu, y sopla sobre estos muertos para que vivan" (Ezequiel 37,6-7).

"¡Revivirán tus muertos, resurgirán nuestros cadáveres!" (Isaías 26,19).

viernes, 3 de abril de 2020

NICOLAITAS: LOS APÓSTATAS DE HOY

"Estos hombres...encuentran su felicidad en el placer de un día; 
hombres corrompidos e inmundos, 
se gozan en sus engaños mientras banquetean con vosotros; 
tienen sus ojos llenos de adulterio 
y no se hartan de pecar; 
seducen a los inestables; 
tienen el corazón habituado a la avaricia, son gente maldita. 
Abandonaron el buen camino, 
se extraviaron y siguieron el ejemplo de Balaam... 
les aguardan densas tinieblas. 
Con sus discursos pomposos y vacíos 
despiertan los deseos carnales y el desenfreno 
de aquellos que apenas habían logrado escapar 
de los que viven en el error. 
Les prometen la libertad, 
mientras ellos son esclavos de la corrupción, 
puesto que somos esclavos de aquel que nos ha dominado. 
En efecto, si después de haber escapado de la corrupción del mundo 
mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo 
se dejan de nuevo envolver y vencer por ellas, 
su estado final viene a ser peor que el primero. 
Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia 
que, después de haberlo conocido, 
apartarse del mandamiento santo que se les había transmitido."
(2 Pedro 2, 12-22)

El término nicolaítas, mencionado en dos ocasiones en el libro del Apocalipsis, proviene del griego νικολαιτων y significa "seguidores de Nicolás". Tiene su raíz en dos palabras griegas, nico que significa "conquistar o estar sobre otros"laos que significa "pueblo, gente común". Ésta última es también la raíz de la palabra laico.

Los nicolaítas eran originarios de la ciudad d
e Éfeso y seguían a Nicolás, uno de los siete diáconos de la Iglesia primitiva de Antioquía junto con Esteban, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón y Parmenas (Hechos 6,5) que fueron elegidos por la Iglesia de Jerusalén. Es decir, estaban dentro de la Iglesia y formaban parte de ella.

Nicolás es la personalización griega de Balaam
, cuyo nombre significa "destructor o corruptor del pueblo" y con quien San Juan asocia en Apocalipsis 2, 14-15, y con Jezabel en Apocalipsis 2, 20

Est
os falsos profetas apostataron de la verdad de Cristo y desembocaron en la secta herética gnóstica del Antinomianismo (en contra de la Ley de Dios), una falsa doctrina que decía conocer los secretos de Satanás y que instigaba a los cristianos a no observar las prescripciones del Concilio de Jerusalén.
Estos herejes impulsaban la degradación espiritual y la perversión moral de los primeros cristianos: falta de valores morales, libre desahogo de las pasiones, desenfreno de la lujuria y la fornicación, poligamia, idolatría, espiritismo, etc.

Al
gunos padres de la Iglesia, los definen como "hombres falsos y turbadores que, ministrando bajo el nombre de Nicolás, crearon para ellos una herejía" (Victorino de Petovio). "Llevaban vidas de desenfrenada satisfacción de las pasiones" (San Ireneo).

El apóstol San Pedr
o los define como "hombres corrompidos e inmundos,  adúlteros y depravados, mentirosos y engañadores, avaros y malditos" (2 Pedro 2, 12-22). Estas mismas palabras son refrendadas en el libro de Judas.

Apostasía de hoy

No obstante, esta herejía ha perdurado durante los siglos, infiltrándose como humo de Satanás en la Iglesia de Cristo, hasta nuestros días. 

Así lo leemos en el libro de Apocalipsis, como demuestra su expulsión de la Iglesia de Éfeso (Apocalipsis 2,6), su acogida en la de Pérgamo, en la que dice San Juan que vivía el Diablo y tenía su trono (Apocalipsis 2,13-15) y su seguimiento en la de Tiatira (Apocalipsis 2, 20), hasta su fin en la Iglesia de Filadelfia, donde se derrotarán todas las herejías.
Hoy día, podemos advertir claramente la acción de estos nicolaitas en sus obras: ataques al celibato sacerdotal, connivencia con la pederastia, permisividad con las relaciones fuera del matrimonio, apoyo a las uniones homosexuales, etc.

Pero esta herejía va más allá de la d
epravación lujuriosa de la carne. Cae en la idolatría de las cosas materiales, el dinero, la fama o el poder.

Y así, se metamorfosea en un peligroso relativismo, una forma de tibieza en grado superlativo, que propugna la capacidad de un cristiano en convivir con los mandamientos de Dios y a la vez, con las inclinaciones del mundo, contradiciendo al propio Jesucristo, cuando dijo: "Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien despreciará a uno y se apegará al otro" (Mateo 6, 24; Lucas 16,13).

Creyendo abolida la Justicia de Dios y amparándose en la eterna Misericordia divina, desoyen la rotundidad que San Juan nos muestra cuando nos habla del efecto que produce en Dios esta forma máxima de tibieza.

Son palabras muy duras: ¡A Dios le repugnan! ¡Aborrece y odia las obras de los nicolaitas!: "Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente. Pero porque eres tibio, y no eres ni frío ni caliente, te voy a vomitar de mi boca."(Apocalipsis 3, 15-16).
Los nicolaitas son personas que han conocido a Dios, pero que, por rutina, comodidad, falta de fortaleza o de perseverancia, han abandonado el camino de la santidad y han deteriorado su alma.

También, por negligencia voluntaria y habitual ante todo lo espiritual, han perdido el amor a Dios, se han insensibilizado a la presencia de Dios y han dejado de cumplir sus mandamientos.

Esta indolente, descuidada y perezosa actitud, causant
e en gran medida de la crisis religiosa en la que vive la Iglesia hoy día, tiene sus origenes en la falta de formación, la falta de vigilancia y la falta de perseverancia, motivados por su flagrante pecado.

Esta falsa doctrina no surge en los cristianos de la noche a la ma
ñana, sino que va fraguándose a lo largo de distintas fases e impregnando, poco a poco y por completo, sus almas

1
.- Desaliento
La voluntad se debilita, el amor pierde su fuego y el espíritu cae en la indiferencia, lo que lleva irremediablemente al desaliento. 

El desaliento parte de un error de perspectiva que hace ser incapaz de ver el amor de Dios tal cual es, y que conduce al auto-convencimiento de que "eso de buscar la santidad" no es para uno, quizá para almas elegidas, pero no para cualquiera. 

2.- Conformismo
Tras el desaliento, el espíritu se relaja, se conforma y todo le da igual, nada le importaAntes le ilusionaban muchas cosas, ahora ya no. 

Su mirada se fija en los modelos mundanos, en las ideas novedosas, que invitan a tomar actitudes y comportamientos que no sean muy exigentes y que además, suelen estar alejados del ideal cristiano.
El conformismo se produce después de aceptar tendencias, ideas, costumbres, valores, actitudes y comportamientos del mundo. 

La oración y la vida interior, el apostolado y las buenas obras se vuelven aburridas, pesadas e inútiles. Consideradas una pérdida de tiempo, se posponen para dar prioridad a otras actividades aparentemente más “útiles”. 

Las prácticas de piedad quedan vacías de contenido, sin alma y sin amor. Quizás se hagan, pero más por rutina o costumbre, que por amor y temor a Dios. Se vuelve cómodo, amigo del mínimo esfuerzo y de la procrastinación.

3.- Superficialidad
La superficialidad es la actitud que desprecia toda regla o valor profundo, que procura la falta de fervor y siempre hace distinción entre lo libre y lo obligatorio. 

Cambia el esquema de valores anterior y se sustituye por otro menos valioso, pero más atractivo: llaman mucho más la atención las amistades superficiales, la diversión, la televisión, la práctica de un determinado deporte…. Ama al mundo y sus cosas, aunque afirme amar a Cristo.

4
.- Hedonismo
Se pierde la generosidad y se afronta la vida con una visión utilitaria y práctica. Sólo vale lo que reporta ganancia, comodidad, placer o satisfacción. 

El nicolaita es hiperactivo y, motivado más por la necesidad de sobresalir, que no por un deseo de hacer el bien, busca siempre el aplauso de los hombres por vanidad y no acepta la corrección.

Busca sólo su propio placer, su bienestar y su complacencia. No mira al prójimo. Su satisfación es el fin superior y fundamento de su vida. El placer es el único y supremo bien y debe ser satisfecho sin ninguna restricción.

5.- Disipación
La disipación es la vida espiritual reducida al mínimo esfuerzo, o también llamada pereza o acedía
Es la negación de la vida interior por la preocupación por las cosas exteriores, la postergación de la meditación por la crítica fácil, la falta de discernimiento por el desinterés en la formación. Sin actitud activa ni caritativa, acusa, critica y juzga a los demás. Murmura de todo y de todos. 

Es la huida de todo aquello que pueda suponer esfuerzo o sacrificio y la búsqueda de éxitos rápidos que además no exijan mucho trabajo, viviendo una fe de rutinas y  de cumplimientos

Es la negación del cielo: el cáncer de toda virtud, la destrucción de toda voluntad y el acercamiento a toda tentación. Conduce a la ociosidad, es decir, el descuido e incumplimiento de los deberes. 

6.- Aceptación del pecado venial
El alma de un nicolaita está ciega y es incapaz de ver los peligros o los pecados veniales, que acepta con toda tranquilidad.

Conoce su maldad, pero como no llega a ser pecado mortal, vive con una paz aparente, considerándose buen cristiano, sin darse cuenta de la peligrosidad de tal conducta, ya que es el detonante del pecado mortal. 

No tiene arrepentimiento ni propósito de enmienda y con esa oscuridad del espíritu, nacen muchos pecados veniales, de los que apenas se duele, pues poco a poco, se van extinguiendo la luz del juicio y la delicadeza de la conciencia. 

El examen de conciencia no se hace o se hace con ligereza y sin prestar atención. De ese modo se va amortiguando el horror al pecado mortal.

7.-Caída en el pecado mortal

Finalmente, sin ningún impedimento, su corazón se engríe, su creviz se endurece, su voluntad se deforma y su conciencia enmudece, permitiendo y aceptando toda pasión desordenada. 
Cae sin remedio en el pecado mortal, que es una trasgresión voluntaria de la Ley de Dios en materia grave, y que está resumida en los diez mandamientos.

Una rebeldía contra Dios y una aversión a Dios, del que se separan voluntariamente y buscan un goce ilícito, corrupto e ilícito de las cosas creadas.

San Pablo nos advierte contra esta falsa doctrina idólatra

"De la fornicación, la impureza, indecencia o afán de dinero, ni hablar; 
es impropio de los santos. 
Tampoco vulgaridades, estupideces o frases de doble sentido; 
todo eso está fuera de lugar. 
Lo vuestro es alabar a Dios. 
Tened entendido que nadie que se da a la fornicación, a la impureza, 
o al afán de dinero, que es una idolatría,
 tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. 
Que nadie os engañe con argumentos falaces; 
estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. 
No tengáis parte con ellos." 
(Efesios 5, 3-7). 

"¿No sabéis que ningún malhechor heredará el reino de Dios? 
No os hagáis ilusiones: los inmorales, idólatras, adúlteros, lujuriosos,
 invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, 
difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios." 
(1 Corintios. 6,9-10).