¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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domingo, 14 de enero de 2018

NUESTRAS CONVICCIONES, PUESTAS A PRUEBA

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Siempre se ha dicho que un buen líder es alguien con carisma pero en realidad, un buen líder es una persona con carácter. 

Carácter, según el diccionario, es el conjunto de rasgos, cualidades o circunstancias que indican la manera de pensar y actuar de una persona, y por los que se distingue de las demás.
El carácter​ de una persona es la manera que una persona reacciona frente a una situación o circunstancia. Y lo que genera el carácter son las convicciones o creencias con las que uno está profundamente comprometido. Los grandes líderes tienen fuertes creencias.

Las opiniones de una persona carismática pueden ser discutibles; sus convicciones son algo por lo que moriría. No son opinables. 

Los cristianos debemos tener muy presentes las convicciones por las cuales soportaríamos todo tipo de dificultades, incluso persecución; y la única forma de defender nuestros principios de fe es vivir desde un profundo sentido de la llamada de Dios.

Si Dios nos ha llamado, si hemos tenido un encuentro con Él y hemos descubierto su amor, nada puede detenernos. Nuestra identidad cristiana se basa en nuestra relación con Él, no en la aprobación de las personas que nos rodean ni del beneplácito de la sociedad que nos ha tocado vivir. 

En lugar de vivir en la trampa de la comparación o el miedo al "qué dirán", debemos desarrollar nuestras convicciones teológicas, éticas y prácticas, y reforzarlas porque, sin duda, serán puestas a prueba desde a través de:

Burla

La primera manera por las que las personas intentarán que neguemos nuestras convicciones es burlándose de nosotros, ridiculizándonos. 

Y es que el miedo al ridículo puede atenazarnos de tal forma, que lleguemos a esconderlas o incluso, a negarlas. 

Fortalezcamos nuestras convicciones para no ceder ante la burla y continuar orgullos en nuestro camino hacia Cristo.

Desánimo


Una de las armas más poderosas del Enemigo es el desaliento. ¿Por qué? Porque las convicciones, por su propia naturaleza, requieren coraje para ser defendidas.  
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Si no tenemos valor, audacia y coraje para morir por ellas, "tiraremos la toalla" al primer problema.

Mi amigo Carlos siempre nos despierta por la mañana al grito de "Inasequibles al desaliento". Es una excelente forma de empezar el día.

Temor

El miedo es otra de las mayores amenazas a los principios de un cristiano porque atenaza y paraliza. Nos deja inertes.
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Cuando las personas nos atemoricen, nos insulten o nos acosen, debemos pensar que los cristianos tememos más la justicia divina que la humana. 

Dios nos quiere audaces y con coraje. Por ello, el Espíritu Santo arraiga con fuerza nuestras convicciones y nuestra fe en nuestros corazones.

Crítica

Pocas cosas impedirán con mayor fuerza el crecimiento y la madurez cristiana que los chismes. 
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Los rumores, las críticas o las falsas acusaciones tienen un gran potencial para tratar de destruir la reputación de un cristiano.

Un cristiano no debe estar pendiente de las apariencias ni de lo que otros digan o piensen. Dios conoce nuestro corazón y su opinión es la única que importa.



División

El gran desafío para un cristiano es mantener la unidad dentro de su comunidad. Es otra de las principales estrategias del Diablo. 
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Es esencial mantener la unidad para que todos los cristianos trabajemos juntos hacia nuestro objetivo común: Dios. 

Más que estar unánimemente divididos, debemos estar diversamente unidos.

Distracción

Si Satanás es incapaz de dividirnos, usará otra de sus bazas: nos distraerá. 

Algunas de las distracciones que causan la mayoría de los problemas no son cosas específicamente malas, sino cosas buenas que no son las mejores ni las que nos convienen.

El Diablo es un ángel de luz y de inteligencia. Nunca nos distraerá con cosas que no nos gusten sino con aquello que nos haga "mirar atrás" y perder de vista nuestro camino a la santidad. 



Difamación

Jesús fue insultado, difamado, injuriado y permaneció firme a la voluntad de su Padre. El apóstol Pablo fue perseguido, al igual que tantos mártires de la Iglesia.

Son los cristianos que van a la cabeza, los que se exponen ante los demás, los que tienen más probabilidades de recibir una puñalada por la espalda. 
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Los que se esconden o permanecen ocultos, los que no se exponen, los que no salen de su zona de confort, no son insultados ni difamados pero esos...no son cristianos.

Persecución

La Biblia nunca prometió a los creyentes una vida "fácil y segura" ante las dificultades y peligros. Por el contrario, aquellos que siguen a Cristo, también sufrirán, como Él,  persecución, zancadillas y peligros en el camino.

Ser cristiano no es fácil ni carece de riesgo ni tampoco nos exime de ser perseguidos pero si tenemos a Dios a nuestro lado, ¿a quién temeremos?
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El enemigo intentará usar estas tácticas y otras muchas para intentar que nuestras convicciones, nuestros principios y valores cristianos sucumban y para evitar que cumplamos con nuestra fe. 

¿Qué hacer ante tanta oposición? No rendirse! Mantener nuestras convicciones. Ser perseverantes. Soportar. 

Si estamos comprometidos con nuestros principios cristianos, nada nos hará renunciar. Y una actitud de "irrenunciable" a Cristo es una característica esencial de cualquier cristiano. 

Una vez que has conocido a Dios, ¿Cómo renunciar al más Grande?