La nueva evangelización significa que hay que VOLVER a evangelizar, como en la Iglesia Primitiva del siglo I, puesto que la secularización domina nuestro mundo del siglo XXI y produce una acelerada y generalizada descristianización.
Significa DIAGNOSTICAR para, después, RESTAURAR en los corazones los valores que ejemplificó con obras el propio Jesucristo, como el amor, la caridad, la fraternidad, la igualdad, la solidaridad… y que han sido sustituidos por el progreso, la productividad, la eficacia, el éxito o el consumo de "usar y tirar", que bien podrían definirse como propios del "Anticristo", que no es más que la sustitución de Cristo (Dios) por el Hombre, tal y como ocurrió en el Edén.
Significa también que hay que hacerlo de una MANERA NUEVA, con NUEVOS MÉTODOS y NUEVAS ESTRATEGIAS, para no incurrir en los errores del pasado y afrontar los nuevos retos, desafíos así como las circunstancias actuales.
Significa Iglesias con puertas abiertas de ENTRADA Y SALIDA, donde ponernos todos en "modo misión", en nuestras periferias (familiar, social, cultural, tecnológica, económica, etc.) ofreciendo dialogo sin presión, atención y ayuda con esperanza, valentía, alegría.
Significa entender a Jesús no como una opción de fe individual, guardada en un cajón y sacada a airear los domingos por la mañana, antes del "aperitivo", sino como una FUERZA COLECTIVA, impulsora del cambio y transformación de esta sociedad orientada exclusivamente al ego personal, al "YO" , y conducirla hacia el REINO DE DIOS.
Si "la mujer del César no sólo tiene que ser honrada, sino parecerlo”.... con mayor motivo, la esposa de Cristo debe "ser" y "ser ejemplo" al mundo.
La familia de Dios está formada por todos y para todos, no debe ser el ámbito exclusivo de unos pocos.