La Palabra es la que nos enseña y nos santifica, la que echa raíces en nuestros corazones, la que hace que manifestemos nuestra fe en una dirección o en otra.
El combate espiritual consiste en dejarse herir por la espada afilada de la Palabra que nos penetra hasta el alma. Cuando un cristiano toma una postura únicamente
motivada por la Palabra, su firmeza obliga a Satanás a salir al descubierto y a
desenmascarar sus engaños.
El trono de Satanás se refiere a que en Pérgamo se erigió el primer templo dedicado al divino Augusto: el hombre colocándose en el trono de Dios.
Lo que mata al cristiano es el debilitamiento de la fe, no la muerte física. La Iglesia de Pérgamo se enfrentaba a dos enemigos: uno exterior
(imperio romano) por el que muchos acabaron participando en los sacrificios del
templo, en las orgías sagradas, que frecuentan los teatros, termas romanas y
gimnasios; y uno interior (nicolaítas), quienes, desde dentro, envenenaban y
debilitan a la Iglesia con su relativismo, su relajación moral y su acercamiento
a las costumbres mundanas paganas y hacían “perder el doble filo” a la Palabra. Hoy, veinte siglos después, ocurre lo mismo.
La piedra blanca hace referencia al modo de votar un litigio que
tenían en el mundo greco-romano: se colocaban dos piedrecitas en un saquito, la
blanca para la absolución y la negra para la condena.
El nombre nuevo hace referencia al Bautismo por el que nos convertimos en hijos de Dios. Dios nos llama a cada uno por nuestro nombre (Is 43,1; Jn 10,3), que es sagrado y que representa nuestra dignidad. Un nombre único que recibimos para la eternidad.
El cristiano auténtico recibe el perdón (la piedra blanca) y la conversión (el nombre nuevo) en la Eucaristía (el maná escondido).
El vencedor es quien se nutre de la Eucaristía
Estructura
de la carta
Significado: Pérgamo=Elevación, pergamino. Se refiere a todos
nosotros y, en especial, a la época de
la iluminación de la Iglesia, en la que los escritos de los padres y doctores de la Iglesia combatieron las herejías (Siglos IV al XIV d. C.).
Títulos del Señor: El que tiene la espada de doble filo=la Palabra para penetrar las mentes y los corazones, y combatir el mal, la mentira y el pecado allí anidado.
Alabanzas: Habitas donde está el trono de Satanás=idolatría y costumbres paganas, no has renegado de mi fe (en la época de los mártires)=fidelidad y perseverancia (Antipas=1º mártir cristiano de Asia), te aferras a mi nombre=defensa de los dogmas.
Reproches: Toleras a los de Balaán=se han dejado seducir por falsas costumbres del mundo pagano greco-romano (Nm 31,16). Soportas a los nicolaítas=se han dejado influenciar por doctrinas gnósticas. Han vaciado de contenido la Palabra de Dios.
Advertencias: Combatiré contra ellos con la espada de mi boca= el mismo Jesucristo viene a proclamar Su verdad, a predicar el Evangelio en la Eucaristía.
Promesas: Al vencedor le daré maná escondido=el buen cristiano es quien se nutre de la Eucaristía, y una piedrecita blanca con un nombre nuevo=nuevas conquistas evangelizadoras y nuevas naciones cristianas. Un nombre nuevo (Is 62,2-3).
Exhortación: Llamada a la conversión y al mantenimiento firme de la fe en contra de las falsas doctrinas y costumbres paganas. Purificar la doctrina con la Palabra de Dios.
Tiatira
Capítulo 2, 18-29
Tiatira
es una Iglesia que crece en la fe pero sus obras quedan oscurecidas. No era
perseguida como Esmirna o Pérgamo ni indiferente como Éfeso. Es alabada por sus
obras de caridad y perseverancia pero está falseada porque tiene una profetisa, personificada en la figura de Jezabel, la mujer egipcia
del rey Ajab que indujo a Israel a la idolatría (como le ocurrió al rey Salomón) y que significa una corrupción interna.
Es
una Iglesia que hace muchas cosas buenas, pero que no tiene discernimiento, que no
sabe distinguir entre el bien y el mal. Por eso, Cristo se presenta con ojos como llama de fuego, ojos que escrutan las
tinieblas del corazón y que, al mismo tiempo, purifican y con sus pies como bronce bruñido, se mantiene firme.
Jesucristo nos da un tiempo para la conversión para que todos los hombres nos salvemos y lleguemos al conocimiento de la verdad. Nuestro Señor quiere que utilicemos bien nuestra libertad, acogiéndole a Él...pero no queremos convertirnos.
A diferencia de la frivolidad de los nicolaítas, los de Tiatira se consideran cristianos a tiempo parcial, pero en el
fondo son idólatras y adúlteros (doble moral), y su característica principal es
la corrupción de la fe. Es la
Jezabel dentro de la Iglesia.
Tiatira se enfrenta a uno de los mayores daños en una comunidad de fe: la división. Cristo da la única solución
para aquellos que no quieren convertirse: la excomunión. No puede permitirse
que dentro de la Iglesia se queden personas que enseñen lo contrario de la
enseñanza de Su mensaje. No es posible una fe progresista. De aquí la
excomunión de Lutero y el nacimiento del protestantismo.
Cristo
vuelve a insistir a sus discípulos a mantenerse firmes y perseverantes en la fe, y a desenmascarar las obras malignas del Imperio. Nos exhorta a que, como Él,
con la mirada sabe penetrar no en las profundidades de Satanás sino en las de
los corazones, no juzguemos y actuemos adecuadamente.
El
vencedor es quien sabe distinguir el bien del mal
Quien
sabe gobernarse a sí mismo, sabrá gobernar a los demás. Al vencedor le dará la estrella de la mañana, es decir, a sí mismo, es decir, a su Iglesia, es decir, a su Madre
la Virgen María.
La Virgen María anuncia la llegada del Sol, pone en fuga a las bestias infernales, disipa los errores fatuos del paganismo y nos estimula a discernir. Ella es "refugio de los pecadores", "consuelo de los afligidos" y "auxilio de los cristianos".
El discernimiento es vital para nosotros, su Iglesia. Sólo a la luz de María Santísima somos capaces de distinguir el bien del mal. Sólo imitando su ejemplo perfecto de meditar todo en el corazón, seremos capaces de ver con los ojos de María, que son los ojos de Jesucristo.
Estructura de la carta
Significado: Tiatira=Aromas, hostia viviente, iluminada. Se
refiere a todos nosotros y, en especial, a la época de las órdenes monásticas y contemplativas, cosecha abundante
de santos que sube como aroma agradable al cielo.
Títulos del
Señor: El Hijo de Dios, ojos
como llama de fuego=Jesucristo es reconocido por su celo ardiente por su Iglesia
y por su poder purificador. Nada resiste su mirada. Pies como bronce
bruñido=la firmeza y brillo de la Iglesia en esta época.
Alabanzas: Amor,
fe, servicio, perseverancia, crecimiento espiritual, numerosos trabajos de evangelización en América,
África y Asia.
Reproches: Doble
moral. Mundanización, permisividad (mirar a otro lado), impureza de las costumbres, inmoralidades, simonía (compra o venta de lo
espiritual por medio de bienes materiales), molicie o acedia (comodidad moral, tibieza,
relativismo), ambiciones, prostitución y corrupción de la fe, inicio de la
Apostasía.
Advertencias: Voy a postrarla en la cama=permitirá
enfermedades, plagas. Pasarán una gran tribulación=pasarán una
prueba terrible: divisiones en la Iglesia, protestantismo, invasiones islámicas.
A sus hijos, los heriré de muerte=los excomulgará,
los separará de su Iglesia. Las profundidades de Satanás=gnosticismos
(Nueva Era=Jezabel) que tratan de equilibrar el bien y el mal, como partes
intrínsecas del ser humano y que no se pueden remediar (relativismo).
Promesas: Promesa del Salmo 2: la participación en la victoria de Cristo. Al vencedor le daré autoridad y poder sobre las
naciones=países como España, Portugal, Francia que no se entregaron
al protestantismo, les fue dado poder para extender la evangelización a nuevas
tierras , y las pastoreará con cetro de hierro=sabiendo
gobernarse a sí mismo, gobernará a los demás. Les daré la estrella de la mañana=les
daré la protección de Cristo (y de la la Virgen María) (Nm 24,17; 2 P 1,19; Ap 22,16).
Exhortaciones: A mantenerse
firmes, fieles y perseverantes. Desenmascarar al Imperio y sus obras del mal y
expulsarlas. A tener discernimiento para no dar “palos de ciego”.
Sardes
Capítulo 3, 1-6
Sardes es un Iglesia que se complace a sí misma, que se celebra
así misma. Ha dejado de mirar a Dios para contemplarse a sí misma.
Está muerta, carente de vida y sin lucha interna. A pesar de la numerosa comunidad judía de Sardes, no son sus enemigos. No hay falsos maestros ni "Jezabeles" ni tampoco "nicolaítas".
¡No hay nada! Es una Iglesia muerta. Sin vida espiritual. Podríamos decir que sus miembros son "zombies espirituales".