¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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lunes, 5 de marzo de 2018

UNA FE SIN COMPLEJOS

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"Por eso estáis alegres 
aunque de momento os veáis obligados 
a sufrir diversas pruebas, 
para que la pureza de vuestra fe 
mucho más preciosa que el oro 
que aunque acrisolado por el fuego se corrompe 
aparezca digna de alabanza de gloria y de honor 
cuando tenga lugar la manifestación de Jesucristo, 
al que amáis y en el que creéis sin haberlo visto 
por el que os alegráis con un gozo inenarrable y radiante, 
seguros de alcanzar la salvación objeto de vuestra fe." 
(1 Pedro 1, 6-9)


¡Ser cristiano hoy es un desafío!¡Vivir la fe de Cristo en nuestro mundo es todo un reto! ¡No es fácil ser católico en nuestra sociedad actual! No lo es y... ¡menos que lo va a ser!

Dos mil años después de haber perseguido a nuestro Señor Jesucristo, la fe de su Iglesia Católica sigue siendo objeto de persecución, incluso en esta España católica y tierra de María.

Y es porque es acosada, amenazada y vejada,  sabemos que en ella se encuentra la Verdad, el Camino y la Vida... Y porque sabemos que quieren crucificarla una y mil veces, debemos estar preparados y alerta para defenderla.

En España, muchos llamados "católicos" viven una fe acomplejada y vergonzante; una fe en la intimidad de su parroquia o de su casa; una fe de riguroso intimismo, como si fuera algo que esconder u ocultar; una fe que no es fe. 

La fe en Jesucristo es una fe por la que merece la pena vivir. Y por la que merece la pena morir. 

La fe de Cristo necesita ser vivida, necesita ser proclamada. Una fe sin anuncio, no sólo pierde su carácter misionero, sino que acaba desapareciendo. Y yo me pregunto ¿no es esto lo que está ocurriendo?

Sin duda, la fe católica en el siglo XXI demandará mucho coraje y valentía! Mucho más, si cabe, que la que necesitaron y demostraron los cristianos del siglo I. Necesitaremos más y mayores gracias. Pidamos a Jesús por medio de Nuestra Madre, la Virgen María, un segundo Pentecostés. A Ella nada le niega.

Resultado de imagen de efesios 2 8 10La fe de la Iglesia de Pedro necesita ser proclamada con más seguridad y fuerza. Nosotros mismos, los católicos, somos los primeros que necesitamos ser evangelizados porque hemos perdido el ardor, hemos perdido la luz. Nuestra lámpara se ha apagado y no da ni luz ni calor. Necesitamos grandes dosis de Espíritu Santo que sólo obtendremos, si se las pedimos a Dios. Pero ¡hay que pedírselas! 

¿Será por todo eso que cada vez hay menos cristianos sin complejos por la calles de nuestra querida España, aunque muchos se declaren católicos los domingos o en Semana Santa?
¿Será que muchos tienen una fe acomplejada, anestesiada, oxidada?
¿Será por eso que hay muy pocos dispuestos a defender a Cristo y a su Iglesia? 
¿Será que se han dejado vencer por "lo políticamente correcto"?
¿Será que piensan que no merece la pena?
¿Será que en realidad ya no creen? 

Porque, si uno cree en algo de verdad, ¿no lo defenderá hasta el final? 
Porque si uno está convencido de tener la "Verdad", acaso ¿se callará? 
Porque si alguien insulta a nuestro padre o a nuestra madre, acaso ¿se callará? 
Porque si alguien increpara a alguien de nuestra familia, acaso ¿mira hacia otro lado? 

¿Cómo es posible que en un país católico por excelencia no seamos capaces de hacer frente a las continuas calumnias, insultos y agravios a nuestra fe? 
¿Cómo es posible que teniendo el mejor mensaje posible, el mejor Dios posible no seamos capaces de gritarlo a los cuatro vientos?
¿Por qué callamos? 
¿Por qué cedemos al chantaje del mundo?
¿Por qué miramos hacia otro lado como si no fuese con nosotros? 
¿Es que...acaso, no va con nosotros?
¿Por qué nos empeñamos en avergonzarnos de ser católicos? 
¿Por qué nos acompleja que sepan que somos cristianos?
¿Es que...acaso nos creemos que los ataques que sufrimos están justificados? 

Muchas preguntas quizás porque no sabemos realmente lo que significa ser cristiano.

Ser cristiano significa seguir a Cristo, significa amar a Jesús. 

Y no podemos ser cristianos si pretendemos seguir a Cristo desde el sofá de nuestra casa. 

No podemos amar a Jesús sin salir a la calle, cargar nuestra cruz y seguirle.

Ser cristiano no significa defender a Dios con el mando de la "Play"; no significa defender Su mensaje de amor desde un "grupo de whatsapp"; no significa ocultarse ni acoplejarse tras una pantalla. 

Ser cristiano implica "mojarse"; requiere valor y coraje. Ser cristiano es "para gente sin complejos", para valientes. 

Ser cristiano no es para "mediocres", ni para "tibios", ni para "desertores". Y no lo digo yo, lo dice Dios (Apocalipsis 3,16).

Una fe sin complejos se demuestra en la calle, en el día a día, en el trabajo, con los amigos, en cualquier situación. Aquí radica uno de nuestros principales problemas: y es que los católicos no estamos acostumbrados a evangelizar porque hemos presupuesto que España ya estaba evangelizada y que no hacia falta hacer discípulos. Oigo a muchos decir: "lo de evangelizar no es para mí"; "no estoy preparado"... como si fuera una opción o como si los 12 apóstoles hubieran necesitado un máster para seguir a Cristo.

Una fe sin complejos necesita preparación y formación. Aquí radica otro de nuestros problemas: y es que los católicos estamos muy poco formados. Oigo a muchos decir: "necesito formación" "necesito un sacerdote que me guíe"... pero cuando se la ofrecen, siempre ponen excusas. Y no nos engañemos, ni las familias ni los colegios forman ya en la fe católica. Me atrevería a decir que tampoco en muchas iglesias.

Es un hecho evidente que nadie puede defender algo si no conoce a fondo lo que debe defender. Y desgraciadamente se cumple el dicho popular: "católico ignorante, futuro protestante"

Resultado de imagen de jesucristo resucitadoSin embargo, cuando nos formamos, ponemos en practica nuestra fe. Y cuando la ponemos en práctica, la defendemos. Y cuando la defendemos, Dios nos la aumenta.

Pidámosle a Dios que aumente nuestra fe, que refuerce nuestra confianza y que incremente nuestra fortaleza para defenderle en un mundo, que no sólo le ha crucificado sino que se empeña en mantenerle muerto y enterrado en el sepulcro, de convencernos de que no ha resucitado, de que nunca ha existido.

¡Cómo vamos a tener complejos si...


JESUCRISTO HA RESUCITADO!!!!


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sábado, 12 de marzo de 2016

MIS CHARLAS EN ALPHA: ¿CÓMO PUEDO ESTAR SEGURO DE MI FE?



¡No te fíes ni de tu padre!

Con esta afirmación he vivido durante gran parte de mi vida; por supuesto, nunca he confiado en los demás (y mucho menos en los políticos o en los curas) y tampoco en Dios. 

Siempre he huido de todo lo que oliera a religión, y siempre estaba reticente a ir a la iglesia, a ser convertido. Quizás por ello, he sido un lobo solitario.

A decir verdad, sí he tenido fe, siempre, pero sólo fe en mí mismo.

Pero un día realicé mi primer gran acto de fe: me casé con una chica muy guapa y muy buena, mi mujer. Puse mi confianza en ella. Ella me transformó por completo, cambió mi forma de ver y hacer las cosas. Me dio tres maravillosos hijos; este año hemos celebrado nuestro 25º aniversario de boda.

Tuve y tengo fe, confianza en ella; y estoy seguro de ello, tengo la certeza de que es la mujer de mi vida.

Bastantes años después, hice mi segundo y más importante acto de fe: me hice cristiano. La fe me ha transformado en otra persona. Siento una alegría interior que me impulsa a transformar mi entorno, a ser mejor persona. Tuve y tengo fe, confianza en Cristo; y estoy seguro de ello, tengo la certeza de que soy Hijo de Dios, que es el Dios de mi vida.

El tema de hoy versa sobre la fe cristiana. ¿Cómo puedo estar seguro de mi fe?

En la carta a los Hebreos el apóstol San Pablo nos dice: "La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve".

La fe significa dar un sí, ser fiel, tener confianza plena, amar, hacer una elección y tener una esperanza.

Con el paso de los años, he experimentado personalmente que el que conoce a Cristo nace a una nueva vida. Su vida anterior queda atrás.

¿Qué quiere decir ser cristiano? 

No, no me refiero a ser guapo, rico y millonario. Ese es el jugador del Real Madrid, Cristiano Ronaldo.
Para algunos, ser cristiano es sinónimo de buena persona y normalmente es cierto, pero ser buena persona no nos define como cristianos. 

Si fuera así, todos deberíamos ser cristianos. Hay ateos que son buenas personas y no son cristianos. Ser bueno no te hace cristiano.

Otros creen que ir a misa es ser cristiano, pero yo voy al Bernabéu y no soy jugador de fútbol, voy a un Mc Donalds y no soy americano.

Otros pueden decir que son cristianos porque han nacido en un país cristiano, pero eso tampoco nos define como tales. 

España es un país tradicionalmente taurino, y no por ello nos tienen que gustan los toros.

Para otros, ser cristiano es creer en Dios, pero el Diablo y los demonios creen en Dios y no por ello son cristianos.

Entonces ¿qué significa? ¿os lo habéis preguntado alguna vez? 

La tradición de la Iglesia define cristiano como SEGUIDOR DE CRISTO; se trata de que siguiendo a Jesús, Él nos muestra el camino que nos lleva a Dios. 

Es llegar a amarle y hacer propios los grandes valores de Cristo. En la 2ª carta a los Corintios nos dice: 

“Cuando alguien se convierte a Cristo,
 se transforma en una nueva criatura. 
Su existencia anterior queda atrás 
y él comienza a vivir una nueva vida”. 

¿Cómo sé que soy cristiano?

Si os pregunto: “¿Te describirías tú como un cristiano?” Algunos me diréis: “Más o menos” o “Soy creyente pero no practicante”  0, simplemente “No”. 

Si os pregunto: ¿estáis casados? ¿Me diríais?: “Si, más o menos” o “Estoy casado pero no soy practicante” o “No" o "ya, no” 

Cuando uno mantiene una relación, evidentemente lo sabe. Cuando uno se convierte y sigue a Cristo, lo sabe.

¿Cómo ocurre esto de la conversión? es decir, pasar de no ser “na” a ser seguidor de Cristo

Yo no recuerdo la fecha exacta de mi conversión pero ha sido hace poco, y de forma gradual. Las experiencias varían notablemente según las personas: 

- Unas, siempre han tenido una relación con Jesús. Si le preguntas a tu abuela, te dirá que ella siempre ha sido católica, apostólica y romana

- Algunas personas perciben el cambio inmediatamente. 

- Otras, lo perciben de manera más gradual, no saben cuándo, pero saben que siguen a Cristo; cruzan la frontera. Intuyen, sienten, saben.

Da igual el momento, no importa desde cuándo lo que importa es que sientes qué te ha pasado, sabes que eres cristiano.

Pero ¿qué pasa cuando le dejo entrar en mi vida, en mi corazón? 

Aquí está el meollo de la cuestión!!! 

Me convierto en hijo de Dios. Vaya tela!!!!!

En el evangelio de Juan dice: “Aquellos que le reciben, aquellos que creen en Él, les dio el poder de ser hijos de Dios”.

Dios quiere que estemos seguros de quererle, como tu mujer o tu marido quiere estar segura/o de que le quieres.

Yo puedo tener la certeza de que mi mujer me quiere, o de que yo la quiero, pero tener la certeza de que nos queremos mutuamente es…LA LECHE!!! Eso mismo es lo que pasa si tienes una relación con Dios.

¿Cómo estoy seguro de ser cristiano? ¿Qué certezas tengo?

Nuestra certeza, mi confianza se basa sobre tres pilares fundamentales
  • La palabra de Dios 
  • El hecho histórico de la vida, muerte y resurrección de Jesús 
  • La acción del Espíritu Santo 
I. LA PALABRA DE DIOS.

Un cristiano se basa en la Biblia y en sus promesas. Es el documento que nos acredita como tales.

¿Cómo sé que estoy casado? Porque tengo una partida de matrimonio, un documento que lo acredita. Podré arrepentirme o no creérmelo, pero está ahí, estoy casado.

¿Cómo sé que soy cristiano? Porque tengo un documento, la Palabra de Dios, que me acredita que lo soy. Podré creerlo o no, cumplirlo o no, pero está ahí, soy cristiano.

Si mi fe dependiera de los sentimientos, nunca estaría seguro pues unos días sería cristiano y otros, no. Yo, lo que necesito, es una certeza que va más allá de mis sentimientos volubles. Esa certeza es la Palabra de Dios, como nos decía antes el apóstol Juan: “Aquellos que le reciben, aquellos que creen en Él, les dio el poder de ser hijos de Dios”. Es decir, cristianos.

Entonces, ¿cómo le recibo, cómo creo en él?

En el libro de Apocalipsis, Juan nos dice: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo”. 

El pintor pre-rafaelista William Holman Hunt (1827-1910), inspirado en este versículo de la Biblia pintó el cuadro “La luz del mundo”. Pintó tres versiones. Una de ellas, la más famosa, está expuesta en la catedral de San Pablo, en Londres. 

Se trata de una analogía sobre cómo tener una relación con Dios. La idea es que Jesús, la luz del mundo, espera a la puerta de nuestra casa (nuestra vida) y llama, esperando una respuesta. La puerta está llena de espinos y cardos, que son los obstáculos y problemas rutinarios: la persona no ha experimentado una relación con Jesús. 

Jesús quiere entrar y ser parte de la vida de esa persona. Si le abrimos nuestro corazón, él nos promete: “Entraré, y cenaré contigo y tú conmigo”. En la tradición judía y en otras, también, y aún hoy, comer en casa de alguien es el mayor símbolo de amistad.

¿Veis algo extraño en el cuadro? En la presentación del cuadro, Alguien le dijo al artista que había cometido un error: “Olvidaste pintar un tirador en la puerta”. “No” respondió él. “Lo pinté así a propósito. Si hay tirador, pero se encuentra por dentro”. 

Jesús nunca entrará a la fuerza en nuestras vidas. Sólo si queremos y abrimos nuestro corazón, el promete entrar. No dice: tal vez entre... 

Jesús nos hace tres promesas:

1- “yo, entraré en tu corazón, si me dejas” (Apocalipsis 3,20)

2- “Estaré contigo siempre, si me dejas” (Mateo 28,20)

3- “Te daré una vida plena, si me dejas” (Juan 10, 28)

Si tú, ahora, confías en Él y le dejas entrar, ten por seguro que entra. Alucinante!!!! 

Yo lo he hecho y os aseguro que muchos de mis amigos y familiares no me reconocen. Ni yo mismo!!!!

¿Qué es tener fe? Tener fe es aceptar las promesas de Dios y atreverse a creer en ellas.

Tener fe es subirte en un avión en Barajas y atreverse a creer que te llevará a Nueva York.

Tener fe es venir a este salón cada jueves y atreverse a creer que cenarás estupendamente y pasarás un buen rato.

II. EL HECHO HISTÓRICO DE LA VIDA, MUERTE Y RESURECCIÓN DE JESÚS.

¿Cómo sé que estoy casado? Porque me casé tal día, en tal lugar, a tal hora. Dato histórico. Mi mujer me ama y me dio el sí.

¿Cómo sé que soy cristiano? Hay un hecho histórico: Jesús murió en la cruz por amor y lo hizo por ti, por mí. Dios me ama y me dio el sí: a su Hijo.

Ser cristiano no depende de lo que hacemos, sino de lo que Jesús hizo. 

Ser cristiano es seguir a Cristo, que nos conduce a Dios. Pero mi falta de amor, mi egoísmo, mi avaricia, mi rutina me limitan y me impiden llegar hasta Él.

Entonces ¿cómo recibo el regalo que Dios me ofrece? 

Como escuchamos la semana pasada, Jesús asume con su muerte en la cruz todos nuestros obstáculos y esclavitudes (lo que los cristianos llamamos pecados), los carga sobre sus hombros, los hace suyos y nos libera. Resucitó para estar dentro de ti, dentro de mí.

Y entra en nuestros corazones para darnos una vida en plenitud, no una vida cutre, llena de problemas. En Juan 3,16 dice: Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida plena.

Esta es la certeza de ser cristiano. Un regalo que se nos ofrece a cada uno de nosotros y que además, es gratis. 

III. LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO.

Cuando alguien se hace cristiano, el Espíritu Santo de Dios empieza a habitar en su interior (Romanos 8,9). 

Y cuando habita en nosotros, empieza a transformarnos. 

¿Qué ocurre cuando entra el Espíritu Santo?

El Espíritu santo transmite una VISIÓN OBJETIVA: nos transforma desde dentro. Impregna el carácter de Dios en nuestras vidas, mediante los dones del Espíritu y produce frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23): amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad, mansedumbre y dominio propio. Y se producen cambios: 
  • En nuestro carácter. Somos más amables, más alegres, más pacíficos, tenemos más dominio propio vivimos de otra forma. Yo ahora, soy capaz de renunciar a ver un partido de fútbol, por estar con mis amigos. O de pedir perdón, cosa que antes, ni se me pasaba por la imaginación.
  • En nuestra actitud hacia Dios. Desarrollamos un nuevo amor por Dios Padre. Antes, mi interés y actitud hacia la fe, hacia Jesús, o hacia Dios, era irrelevante, falso o aburrido. Ahora, es importante para mí… Antes desconfiaba de los cristianos, los evitaba, me parecían gente rara…incluso frikis. Ahora, me reconforta estar junto a ellos. Ahora me duele que el nombre de Dios se use sin respeto, hay un dolor íntimo porque ahora Dios es alguien cercano y querido para mí. Ahora percibo una gran sensación de perdón y de sentirme amado y cuidado.
  • En nuestra actitud hacia los demás. Desarrollamos un nuevo interés por los demás, un amor que nos impulsa a trasformar nuestro mundo. No es algo egoísta que nos hace sentirnos bien y ya está. Ahora miro a quienes antes ignoraba y me preocupo por ellos, por los que están tristes o perdidos, los que son mayores o están enfermos o los que tienen problemas. Me intereso de corazón por ellos. Recibimos un deseo y una pasión por hacer cosas por los demás. Pero ser cristiano no es fácil: es un gran desafío, pero es muy emocionante.
El Espíritu santo transmite también una VISIÓN SUBJETIVA: nos da experiencia interna de Dios. Una convicción personal, profunda y absoluta de que somos hijos de Dios. (Romanos 8,15-16).

En definitiva ¿Cómo sé que tengo una relación personal con Dios? ¿Qué certezas tengo?
  • Lo sé porque la palabra de Dios es el documento que me lo acredita: si le invito, El entra en mi corazón.
  • Lo sé por el hecho histórico de que Jesús murió por mí e hace posible que pueda acercarme a Dios y tener una relación con Él.
  • Lo sé porque experimento como su Espíritu de amor me trasforma y me da la certeza de que soy Hijo de Dios.
Uno escucha la llamada de Jesús y toma una determinación de fe al invitarle a entrar. Pero cuando entra, tenemos la seguridad de que somos hijos de Dios y de que él nos ama: le conocemos y conocemos su amor incondicional. Es un acto de fe que se fundamenta no en sentimientos, o no sólo, sino en hechos, en un conocimiento personal y mutuo.

¿No os pasa lo mismo con vuestros hijos? Que a pesar de que se porten mal a veces, de sus malas notas, de sus desobediencias, ¿los queremos porque los reconocemos hijos nuestros y los queremos?

Dios nos quiere porque nos reconoce sus hijos, nos quiere, a pesar de que nosotros no cumplamos, a pesar de que le seamos infieles y le traicionemos, a pesar de que nosotros mismos pensemos que no lo merecemos. 

Recordad lo que dice la Biblia: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo”. 

AHORA, SÍ ME FÍO DE MI PADRE!!!

Él está a la puerta de tu corazón, de tu vida. ¿Qué vas a hacer? ¿Le dejarás entrar?

Os dejo una preciosa canción de Jésed: Estoy a la puerta y llamo