¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas preguntas, pero aquí tienes un espacio para formular las tuyas.
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domingo, 2 de abril de 2017

ALPHA, UNA EXPERIENCIA TRANSFORMADORA


¿Cómo van a invocar a aquel en quien no creen?
¿Cómo van a creer en él si no han oído hablar de él?
¿Y cómo van a oír hablar de él si nadie les predica?

Romanos 10,14


El Papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium nos dice que “la conversión pastoral de las parroquias se produce por la formación de pequeñas comunidades de discípulos, comprometidos y conscientes de la urgencia de vivir en estado permanente de misión. Es preciso, por tanto, revisar las actuaciones de los ministros ordenados, consagrados y laicos, superando la acomodación y el desánimo. El discípulo de Jesucristo percibe que la urgencia de la misión supone desinstalarse e ir al encuentro de los hermanos”

Este ha sido el caso de nuestra parroquia "Nuestra Señora de Madrid", en la que la implantación de un plan estratégico para la conversión pastoral ha conducido a su transformación, como espacio comunitario, a su reconstrucción, como estructura funcional y a su revitalización, como instrumento evangelizador. 

Era principios del verano de 2014, y pocos imaginábamos lo que Dios nos tenía preparado en pleno Paseo de la Castellana. A la sombra de las cuatro torres, símbolo del Madrid más vanguardista, se mantenía a “duras penas” en pie, una sencilla y casi imperceptible parroquia llamada Nuestra Señora de Madrid, de la que casi nadie había oído hablar nunca. 

La Madona (sobrenombre cariñoso y fundamentado) se había convertido en una parroquia conservadora y de mantenimiento; de puertas cerradas y entrada en años; sin llantos de bebés ni bullicio de niños; con más funerales que bautizos, con más viudas que matrimonios; con más nostalgia de tiempos pasados que inversión en estructuras, instalaciones o personas; de bancos vacíos, de comunidad mermada…una parroquia con una inexorable fecha de caducidad. 

Aquiles y Príamo 

Todo comenzó con la llegada a la parroquia de un sacerdote junto a un ejército de cristianos en tropel (asemejándose a Aquiles y los griegos), procedente de los barrios nuevos y cercanos, y la fraternal acogida de otro sacerdote con un ejército un tanto más reducido (asemejándose a Príamo y los troyanos), perteneciente a la circunscripción territorial.

Resultado de imagen de troyaProvidencialmente, este "choque de trenes" favoreció el inicio de la reconstrucción y revitalización de la parroquia. 

Se trataba de superar un modelo de iglesia piramidal, basado en el binomio clérigos-laicos, sustentado en el paradigma “comportarse-creer-pertenecer”, para sustituirlo por un modelo de Iglesia misionera, basado en el trinomio comunidad-servicio-evangelización, estableciendo el paradigma “pertenecer-creer-comportarse”. 

El hombre posmoderno del siglo XXI necesita, primero, pertenecer a un grupo, para luego, creer en algo y finalmente, comportarse como alguien. Las cosas que funcionaron antaño no tienen por qué funcionar hoy (de hecho, no funcionan) y por eso, la parroquia debía transformarse para crecer tanto cuantitativa como cualitativamente. 

A la Madona no le quedaba otra: “Renovarse o morir”, como decía Unamuno, para luego ir “todos a una”, como decía Lope de Vega en Fuenteovejuna. 

Desde un principio, la opción estratégica de integración adoptada, al unísono, por nuestro párroco D. Ramón (Príamo) y nuestro vicario D. Luis José (Aquiles), fue buscar una metodología evangelizadora que fuera efectiva y diera frutos a corto plazo en la construcción de una auténtica comunidad parroquial. Era absolutamente necesario combatir la tentación de establecer dos bloques antagónicos: los autóctonos (Troya) y los forasteros (Grecia). 

Alpha: el principio 

Y así llegó Alpha (cual caballo de Troya) a la Madona, un método evangelizador y de primer anuncio altamente efectivo que se convirtió en el “principio” de la transformación parroquial y una experiencia de auténtica comunidad cristiana y de Espíritu Santo. 

A través de su puesta en marcha, fue naciendo una ilusionante conciencia de desarrollo de la vocación individual de cada uno y de la misión general de todos. 

Al principio se trataba de una apuesta por la reconstrucción y revitalización de una comunidad mermada y en peligro de extinción, para más tarde enfocar la mirada hacia la renovación pastoral y la recuperación del ADN propio de la Iglesia, es decir, la identidad misionera para la que Jesucristo la instituyó. 

Dirigidos y encabezados por la unión de dos carismas muy diferentes pero complementarios, el cambio de rumbo pastoral y la consolidación de una comprometida comunidad, favorecieron una mayor disponibilidad general para participar activamente en la realización de diferentes tareas, servicios y ministerios para la reconstrucción de la parroquia. 

Para quien no lo conozca, el formato de Alpha es simple: “todos tenemos preguntas trascendentales de la vida, lo que nos falta es un lugar donde hacerlas en un ambiente cordial, de amistad, de libertad y de confianza”. 

Alpha es un método de primer anuncio (kerigma) que consiste en una serie de reuniones interactivas que se desarrollan a lo largo de 10 sesiones, de dos horas de duración en una casa, cafetería, sala o iglesia. Incluye una cena, una charla breve y un espacio para el diálogo donde puedes compartir tus ideas y pensamientos, cualesquiera que sean. Las charlas están diseñadas para el debate y para explorar los elementos básicos de la fe cristiana sin presión, seguimiento o coste. 

Alpha ha sido para la Madona, una experiencia auténtica de comunidad, una experiencia personal de Jesucristo y una experiencia transformadora del Espíritu Santo. 

Nuevas formas, nuevas actitudes 

Con la reconstrucción de una comunidad, integrada por hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, solteros y casados, incorporados al mundo laboral o al estudiantil, con distintas preocupaciones y sensibilidades, cambia también el análisis de la realidad, las preocupaciones, los intereses, los medios desde los cuales afrontarlos, el lenguaje utilizado, las formas, las relaciones... y la Madona se renueva.

Generalmente, la gente identifica la imagen pública de la Iglesia con sus dirigentes: el Papa, los obispos, los curas. Llegar a la Madona y encontrarse con unos “curas” distintos, que acogen y escuchan y que, en comunión con laicos comprometidos de distintas edades, se muestran a la sociedad posmoderna como “normales”, sorprende muy agradablemente a todos. 

Nuestra parroquia ha ido cambiando esa imagen negativa generalizada de la Iglesia; esa sensación de que los curas son hombres “distintos”, separados de la realidad y que se mueven al margen del resto de la sociedad; esa costumbre de que los laicos que se acercan los domingos son personas pasivas que consumen fe y sacramentos para convertirse en miembros que acogen, dialogan y sirven a los demás. 

Espacios más plurales, nuevos Ministerios

En la parroquia, el Consejo Parroquial se ha transformado en un espacio de información y corresponsabilidad en el que participan y están representados todos los componentes de la comunidad, en la elaboración de los Planes Pastorales y de Evangelización, aportando pluralidad, riqueza y diversidad. 

La incorporación activa de todos los miembros de la comunidad parroquial en la tarea de la Evangelización derivó en el replanteamiento de los distintos ministerios. 

Y así, hemos aprendido a utilizar sin temor las palabras ministerio laical y servicio pastoral, a vencer los miedos y recelos del binomio cura/laico, a abandonar las habituales costumbres del clericalismo, del paternalismo clerical, de vivir en una permanente minoría de edad en la Iglesia para servir a Dios y al prójimo. 

El ministerio pastoral no es un poder que detentan los sacerdotes sino un servicio “de todos para todos” y la parroquia Nuestra Señora de Madrid no es un cortijo, ni el patrimonio personal de un párroco, sino un espacio donde se atienden necesidades y personas, donde se funden varias generaciones en armonía y servicio. 

Laicos formados y corresponsables 

En la medida en que los laicos hemos ido desarrollando tareas dentro de la parroquia, hemos descubierto la necesidad de encontrar herramientas pastorales y de profundización teológica

La formación contribuye a ahondar en la identidad creyente, aporta claves para el diálogo con el mundo posmoderno, ayuda a tomar conciencia de la vocación y tarea del laicado y de la Iglesia, y aporta criterios y herramientas para llevarla adelante. 

En la Madona, todos los laicos se sienten comprometidos y responsables con el servicio, ilusionados con el proyecto en el que se han implicado, realizan la toma de decisiones en consenso con los curas y en base a las circunstancias y necesidades de cada persona y área pastoral, toman la iniciativa, exponen sus ideas, sienten que tienen algo que decir y aportar, que son escuchados y trabajan en equipo guiados por los curas, delegando éstos las tareas que pueden y deben delegar. 

Mirando hacia Dios 

Al contrario del hecho constatado de que la Iglesia, en los últimos años, ha involucionado hacia posiciones más conservadoras, en la Madona se ha producido un importante avance en la corresponsabilidad laical. El modelo de laicado es el del seglar corresponsable frente al colaborador, del servidor frente al mero ejecutor de las indicaciones del cura, del comprometido frente al consumidor de fe, del activo frente al pasivo. 

La realidad impone sus decretos: la Iglesia no se sostiene, y cada vez menos, se va a sostener sólo con los curas. Contar con los laicos para desarrollar juntos la tarea evangelizadora no es ni será una opción. Y todo con la ayuda y para Gloria de Dios.

En la Madona, nuestros jóvenes viven una fe más vivencial, experiencial y participativa, toman la iniciativa, discipulan con su ejemplo, se sienten parte importante de la parroquia y van creciendo en número y compromiso. 

Nuestros mayores se sienten cuidados, atendidos y escuchados, y no simples espectadores en un espacio de calidad que reconoce su dignidad y capacidades. 

La parroquia puede cumplir, por la gracia de Dios, este año su 50 aniversario, habiéndose situado en clave de cooperación y no de competencia. Ya no existen forasteros pues todos pertenecemos a la comunidad de la Madona. Sacerdotes y laicos tampoco son adversarios en una lucha de poder, sino seguidores de Jesús que quieren responder a su llamada, transformar el mundo y amar al prójimo, sirviéndolo. Es decir, discípulos misioneros.

Alpha ha sido y es, el principio. Es el comienzo de un camino de servicio que dura toda la vida. Alpha es el arranque de una comunidad...pero no hemos hecho más que empezar y queda mucho por "hacer"...por "ser".

martes, 29 de marzo de 2016

MIS CHARLAS EN ALPHA (2): EL CRISTIANISMO ¿FALSO, ABURRIDO E IRRELEVANTE?

Buenas noches y bienvenidos a Alpha. 

Ante todo, quiero agradeceros, en nombre de todo este extraordinario y voluntario equipo de La Madona, vuestra asistencia esta noche. Estamos a vuestro servicio para lo que necesitéis.

Muchos de vosotros os estaréis preguntando ¿Qué hago aquí un jueves por la noche? ¿Quién me manda venir aquí? ¿Qué es esto de Alpha? y sobre todo, ¿Qué hay detrás de todo esto?

Bueno, alguno de los “cabritos que os han empujado a esta piscina” os habrán comentado que en Alpha hablamos sobre Dios y sobre si la vida tiene algún propósito. Alpha es un evento que organizamos laicos para laicos. Y aunque estamos en una sala de una parroquia, aquí no hay curas.

Os miro y me pongo en vuestro lugar: qué me va a contar éste… pero mi intención no es soltaros un rollo sobre lo que tenéis que hacer o cómo debéis ser, tampoco daros normas y mandamientos, ni de lo pecadores que sois por no ir a misa, porque eso es aburrido y cabrea. Os pido que me escuchéis y luego… no estáis satisfechos, os devuelvo el dinero.
Podríamos hablar de política o de fútbol, pero no. Hoy vamos a charlar y a debatir sobre si el CRISTIANISMO es mentira, si es un coñazo o si tiene o no incidencia en nuestras vidas. Si me pongo serio o en "modo cura", me lo decís ¿ok?

En realidad, el cristianismo no trata tanto de una FILOSOFÍA ni de una MORAL, trata de una PERSONA; más que de NORMAS, nos habla de RELACIONES. Lo que os voy a contar no es más que parte de mi experiencia, que he recibido como un regalo, como una certeza que no me pertenece, y que debo y quiero compartir con todos vosotros. Tomad lo que queráis de ella.

El otro día, escuchando una gran canción de mi grupo favorito de música, Depeche Mode, que se titula I just can´t get enough (no tengo suficiente), comentaba con Mariajo que es cierto que nunca estamos satisfechos con lo que tenemos y siempre queremos más; y es esa insatisfacción, muchas veces la que nos ciega para no apreciar lo que tenemos, porque estamos más pendientes de lo que nos falta.

Hay una frasecita que yo antes decía y ahora que me saca de mis casillas: ¡Es que no me da la vida!   

¿Cómo que no te da la vida? ¿Por qué? Porque nos llenamos de cosas, de actividades, de planes pensando que así debe ser la vida… y al final ¿para qué? ¿Soy más feliz? ¿Eso es vida?

Yo me he pasado media vida buscando la respuesta y el propósito de mi vida. He ido dándome respuestas parciales a mí mismo, encogiéndome de hombros, tapándome los oídos o pasando de todo… 

Sin embargo, es cuando en la vida, algo te impacta (una muerte, una enfermedad, una ruina económica) cuando empiezas a plantarte… y ¿por qué? ¿para qué? ¿Para qué estoy en esta vida? ¿Es este el sentido de mi vida? ¿Malvivir unos cuantos años y luego palmarla? 

Y hablando de preguntas, el logo de Alpha es, precisamente, un interrogante porque no damos respuestas ni sermones. 

Lo que pretendemos es saber si tú te cuestionas lo mismo, o si ¿te preguntas el sentido de todo? 

El título de la charla de hoy es EL CRISTIANISMO ¿FALSO, ABURRIDO E IRRELEVANTE?

Y en el siglo XXI, ¿Quién puede tener interés en la fe o en la Iglesia? ¿Para qué, si es un rollo? Y además, a mí ¿en qué me afecta? 

Hace poco, vi una película de ciencia ficción cuyo título es “Tomorrow Land”. 

Un padre le dice a su hija que la vida es la lucha entre dos lobos hambrientos: uno, es oscuridad y desesperación; otro, es luz y esperanza. Y la hija le pregunta: Papa y ¿quién ganará? Él le contesta: A quien alimentes, porque se hará más fuerte y vencerá al más débil.
Dicen los que me conocen que soy un provocador. Es posible! Yo he pasado de provocar a las chicas para provocar a los curas y ahora intento provocar a otros. 

Hablaros de Dios hoy no me da ninguna vergüenza, hablaros de mi experiencia de fe no es algo íntimo y personal, tampoco es algo que me haga más débil o más friki. Yo creo que soy un tipo normal ¿no?

Lo que sí os digo es que para ser cristiano hay que ser un valiente y un provocador. Pero, cuidado, ser cristiano es muy peligroso, porque si descubres lo que hay detrás de verdad, te “engancha”. 

Yo os propongo que, como yo, os preguntéis: ¿Existe Dios de verdad? Y si existe ¿qué? ¿Interviene en mi vida y me ayuda?¿Merece la pena la religión? ¿Qué me aporta?

Marx decía que “las religiones son el opio del pueblo”; Nietzche, que “Dios está muerto” y Freud decía que “Dios es una proyección de la fragilidad humana que busca la figura de un padre protector”. Yo estaba de acuerdo con las tres. Y mucha gente supongo que también afirma alguna de ellas.

Para otros, las religiones son la respuesta a esa búsqueda del sentido último de nuestra vida. Nos hallamos pues ante muchas opciones y posibilidades.

La realidad religiosa es que, según algunos estudios, la población mundial está compuesta de:

· 2.200 millones de cristianos (la mitad, católicos) (32%)

· 1.600 millones de musulmanes (23%)

· 1.000 millones de hindúes (15%)

· 500 millones de budistas (7%) 

· 600 millones de personas (8%) practican diversas religiones incluyendo el jainismo, el sijismo, el sintoísmo, el taoísmo, etc.

Al mismo tiempo, una de cada seis personas en todo el mundo (1.100 millones, es decir el 16%) no se identifican con ninguna religión, aunque sí tienen algunas creencias religiosas o espirituales (Dios, espíritu, energía, etc.).

Lo que empezó Jesús con un grupo de amigos, a quien llamó discípulos, en un sitio perdido del extremo Oriente, hoy es un fenómeno global, o no es cierto que, en nuestro occidental establecemos nuestros calendarios en base a la figura de Jesucristo (a. C. / d. C.). Por lo menos, este judío ha dejado su nombre en un lugar importante de la historia ¿no? 

Evolución del cristianismo



Pero con independencia de lo que suponga para otros el cristianismo, yo os pregunto… para vosotros… ¿Es relevante? ¿Creéis que es falso? ¿Pensáis que es aburrido?

En esta España tradicionalmente cristiana, muchos piensan que el cristianismo es todo eso. Yo, al menos lo he pensado.

Hoy, sé que estaba dando de comer al lobo equivocado, porque por ignorancia, mi conocimiento de Jesús se limitaba a lo “razonable”, a lo “intelectual”, a lo “ideológico”, a lo “moral” y eso me llevaba a la oscuridad y a la desesperación. 

Pero ¿qué crees tú que es el cristianismo? ¿Es creer en Cristo? ¿Es un conjunto de ideas morales o religiosas? ¿Es hacer el bien? Es todo eso, pero yo he descubierto algo más: NO SE TRATA DE UNA IDEA sino de UNA RELACIÓN PERSONAL. 

Para conocer a Jesús, es preciso saber cómo se manifiesta, qué dice, qué hace: Si no le llegas a conocer personalmente, es imposible comprenderle. Para mí, se trata de bajarle de la cabeza al corazón, lo mismo que en el amor o en la amistad. El cristianismo es eso. 

Una vez que comprendes cómo es una persona y lo que te ofrece, puedes decidir si es lo que dice ser, si esa amistad o ese amor cumplen las expectativas. 

El propio Jesucristo, provocador y radical por antonomasia, resumió el cristianismo en una frase que aparece en el evangelio de Jn 14, 6: "Yo soy el camino, la verdad y la vida".

¿Qué quiere decir con todo eso? ¿Está loco? ¿Es un iluminado? 

YO SOY EL CAMINO 

Cuando Jesús dice YO SOY EL CAMINO se refiere a que él da dirección a un mundo perdido y da sentido a nuestras vidas. 

Asegura que es el único medio capaz de conducir al hombre a su plenitud, que Él es el único de satisfacer el hambre del corazón humano.

Muchos (y antes, yo también) pensamos ir por el buen camino es vivir razonablemente bien, con una vida más o menos organizada: trabajo, dinero, casa, coche, mujer o marido, familia, amigos y estatus social aceptable. Todo parece ir bien "por fuera". ¿Para qué preocuparse por nada más?

Pero estaréis conmigo en que algo falta. Hay siempre un vacío que no nos llena. Al menos a mí, aunque no era muy consciente de ello, algo me ronroneaba. Y empecé a provocarme a mí mismo.
¿Cómo? Insólito!!! Gracias a mi mujer y a un cura que es un crack, me fui acercando poco a poco a la fe, a la Iglesia, a Dios 

¿Cuándo? Cuando murió mi bendita suegra, empecé a acompañar a Mariajo (mi mujer) a misa, porque creía que era mi deber para con ella y para con mi suegra, por lo justa, cristiana y buena persona que fue toda su vida, por ejercer de madre conmigo, y porque justo antes de morir de cáncer y en la cama del Ramón y Cajal, me dijo al oído: Cuídala!

¿Por qué? No sabría deciros pero, mira por dónde... (Hasta incluso hoy me sorprendo) yo creo que en su último aliento me habló Dios mismo. Vale, ahora me estoy poniendo un poco friki, ¿verdad?

Mi certeza es que Dios, poco a poco, sin presión, sin agobiarme puso en mi camino a personas que cambiaron mi forma de ver a la Iglesia. Y una vez, en ella, conocí a Jesús.

No me importa gritároslo si hace falta: Yo quiero y sigo a Jesús, le tengo a mi lado y ha llenado mi corazón, estoy tan lleno… a pesar de que a los ojos del mundo soy poca cosa. Pero me da igual, de este mundo nada me voy a llevar cuando muera.

Sé que para ir al destino elegido hay que ir por la carretera correcta. Si no, o te pierdes o te equivocas.

Cuando Jesús dice YO SOY EL CAMINO es por que cuando uno se encuentra con Él uno siente un impulso desde su amor hacer un camino nuevo.

YO SOY LA VERDAD 

Cuando Jesús dice YO SOY LA VERDAD se refiere a que es una realidad en un mundo confundido. NO es una “idea”.

Vale, tal vez puedas decirme: "no importa lo que creas con tal de que seas sincero". Bueno, también uno puede estar sinceramente confundido: Pablo Iglesias es muy sincero en sus convicciones pero eso no quiere decir que vaya a solucionarnos la vida. Yo puedo estar firmemente convencido de que por la A4 llegaré a Barcelona, pero eso no significa que vaya a llegar.


O decirme: "El cristianismo será bueno para ti, pero no para mi". Es como decir que la gravedad me afecta a mí pero no a ti. Yo te digo que de la misma forma que si te tiras de un 5º piso, te afecta, Cristo también te afecta a ti.
O puedes creer en que Jesús es verdad pero no tienes ni idea de cómo es. 

Y es que si Cristo no es verdad, no pasa nada, sigue tu vida, no problem! Pero: ¿y si es verdad...? entonces pasa mucho: porque lo que Él promete y dice, permite alcanzar la plenitud interior y exterior. 

Te reto a que te cuestiones lo mismo que yo me cuestioné ¿qué pierdo por intentar descubrirlo? 

El concepto de la verdad puede definirse como conocimiento intelectual sobre algo o alguien, pero además es conocimiento personal sobre algo o alguien: yo sé, que comer adecuadamente es bueno para la salud, pero si no como, si no lo experimento personalmente, ¿cómo sé que es bueno?, ¿sólo porque lo digan otros?

Cuando Jesús dice YO SOY LA VERDAD, la palabra hebrea que se traduce como “verdad” se refiere a una “realidad experimentada”. 

Dejadme que comparta con vosotros una historia:

Yo aparte de cabezón y provocador, siempre he sido un “loco” del fútbol, ahora menos. Mi equipo es el Real Madrid, aunque les pese a muchos de aquí, y mi ídolo, Carlos Santillana, quien representaba un ejemplo para mí. El Marca y Estudio Estadio me mostraron su historia, sus goles, su palmarés, sus ganas de luchar hasta el final. Yo tenía conocimiento intelectual de Santillana, jugador.

Con el paso de los años, llegué a conocer personalmente a Carlos, sí a Santillana. Somos íntimos amigos; conoce a toda mi familia y yo a la suya, voy a su casa y él a la mía, compartimos vivencias, tomamos el aperitivo, salimos a comer o a cenar juntos, vamos al Bernabéu juntos, veraneamos juntos desde hace años e incluso jugamos juntos al fútbol (él mejor que yo, claro). Es decir, tengo conocimiento, experiencia personal de Carlos, persona.

Lo mismo ocurre con Jesús: la Biblia nos habla de Él, de su vida, de su carácter, de su forma de hablar y de enseñar, de sus milagros, etc. Nos aporta conocimiento intelectual sobre Cristo. 

Cuando le conoces, hablas con Él…joer…él va y habla contigo…es la leche!!!! Cuando estás con Él, amplias todo lo que dice la Biblia sobre Él, porque vuestra relación te aporta conocimiento personal de Jesús.

Cuando Jesús dice YO SOY LA VERDAD, nos dice que es real, que está aquí y que espera conocernos personalmente.

YO SOY LA VIDA 

Cuando Jesús dice YO SOY LA VIDA se refiere a que nos invita a salir de un mundo de tinieblas y de muerte, y nos promete dar sentido a nuestra vida.

¿Es posible estar vivo pero no vivir realmente? Pasamos más de 20 años de nuestra vida durmiendo, 10 años viendo la tele, 8 años comiendo, 6 años viajando, 2 años haciendo colas o llevando a nuestros hijos al cole o a actividades deportivas, y un año en atascos. ¿Es esto vida? ¿Este tipo de vida tiene algún sentido? 
Jesús vino al mundo a morir para liberarnos de las cosas que destruyen la vida, de todo lo malo de la vida. Murió en nuestro lugar, por amor a todos los seres humanos, creamos en Él o no. Así de grande es su amor. ¿Quién puede rechazar ese amor tan grande? ¿Quién no se enamora de una persona así?

A mí nunca me ha gustado pensar sobre la muerte. Y menos sobre la mía, pasaba de pensar en ella. Pero lo cierto es que todos vamos a morir. 

Cuando Jesús dice YO SOY LA VIDA se refiere a que, con su resurrección venció a la muerte y nos promete vida eterna que comienza aquí, sobrevive a la muerte y sigue para siempre. 

CONCLUSION

¿Por qué es tan importante esto? ¿Quieres hacer algo importante en tu vida? ¿influir en un mundo, que urgentemente necesita ser transformado?

Conocer a Jesús, ser cristiano:

· Implica un compromiso, renunciar a uno mismo, estar dispuesto a darlo todo, para ganarlo todo, según Su promesa. 

· No es nada aburrido; si fueran normas sería un coñazo, pero no es eso: es tener al mejor amigo con quien vivir la vida al máximo. 

· No es falso; es tan verdad y tan real como la vida. Tú rétale, provócale y verás….

· No es irrelevante; es que transforma tu vida y te cambia completamente.

Ya lo decía Chiquito de la Calzada: Venga, atrévete, cobardeeeeeee

martes, 22 de marzo de 2016

MIS CHARLAS EN ALPHA: ¿CÓMO PUEDO RESISTIR AL MAL?


A todos, desde pequeños, nos enseñan lo que está bien y lo que está mal pero… ¿Qué es el mal?

Definición y proceso

El mal en sí mismo no tiene una definición directa, ontológica, sino que lo explicamos en contraposición con el “bien”. El mal es una condición negativa que indica ausencia de bondad, moral, caridad o amor. Es decir, que el mal es lo opuesto al bien, el mal no existe sin el bien.
Explicar el mal es mucho más fácil que explicar el bien, porque lo vivimos muy de cerca todos los días. 

El mal nos rodea continuamente, pero no hace falta que pensemos en el mal extremo: asesinatos, terrorismo, violencia o el hambre en el mundo. 

El mal está acechándonos día a día, cerca de nosotros, en nuestro entorno, en nuestra propia familia: cuando gritamos a nuestros hijos o a nuestra mujer, cuando envidiamos, cuando enjuiciamos o criticamos a otros, cuando mentimos, cuando hacemos daño…

Se puede afirmar que el conocimiento del Mal, lleva al Bien, lleva a Dios, del mismo modo, que un conocimiento deformado del Bien aleja de Dios. 

La Biblia explica cuál es el proceso del mal: tentación, deseo, pecado y muerte:

“Cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión. Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.” (Stg 1,14-15)

El mundo llama a la inclinación al mal, “tendencia”, “inclinación”, “seguir la corriente”; los cristianos, “tentación”: “No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto” (Rom 12,2).
La tentación es una situación errónea pero no proviene de la inteligencia o la razón sino de la voluntad que tenemos para elegir entre dos opciones, y que sabe que una opción es buena y otra mala, pero se siente atraída a escoger la mala porque aparece como buena. 

Yo, muchas veces en mi vida me he topado con el mal cara a cara, siempre disfrazado de tentaciones, opciones, fascinaciones o atracciones. Hoy quiero compartir con vosotros una de ellas:

Fue en una despedida de soltero de un amigo mío, hace ya unos 20 años. El plan era una auténtica TENTACIÓN en mayúsculas. Era un plan perfecto para seis “machotes”, cinco casados y uno a punto de hacerlo: mi amigo había contratado a tres prostitutas con las que pasar la noche. Primero, cenando en un restaurante, después bailando en una discoteca, para acabar en un hotel para lo que todo el mundo imagina. Además había bebida y drogas para todos. 

Mi amigo no había reparado en gastos. Lo cierto es que las chicas eran “tremendas”, unos bellezones e incluso se podía hablar con ellas, aunque ese no era el propósito de la velada. 

Realmente fue una situación bastante difícil donde te encuentras entre la espada y la pared, pero tienes que optar: caer o resistir, quedarte o irte. De los cinco, tres cayeron. Otro amigo y yo optamos por irnos, fuimos tachados de “pringaos” y de cobardes y nuestra relación con ellos se enfrió hasta el punto de no vernos casi nunca. 

Reconozco que lo que me ayudó a vencer la tentación fue que me vino a la mente lo buena que siempre había sido mi mujer conmigo y su actitud de siempre vencer el mal con el bien; y opté por huir del mal. No fue un mérito mío en sí. Fue, sencillamente, decir: “apártate de mí”. Nunca me he arrepentido de lo que hice.
Como veis, es nuestra libertad la que nos basta para ser tentados y si la usamos mal, estaremos alimentando al lobo equivocado.

Pero ¿creéis que tenemos una tendencia natural al mal o también es consecuencia de algo más? Algunos ponemos cara y nombre al bien: Dios… pero y el mal… ¿tiene rostro? ¿Tiene nombre?

Os voy a contar una curiosidad: en inglés, detrás de las palabras bien y mal se esconde lo que algunos podrían denominar casualidad: si le quitamos una letra a la palabra GOOD (Bueno) encontramos GOD (Dios) y si a la palabra EVIL (Mal) le añadimos una letra encontramos DEVIL (Diablo). 

En efecto, para los cristianos el rostro del bien es Dios, que nos guía y el del mal, es el Diablo, que nos ciega.

¿Existe realmente el Diablo? ¿Qué es un demonio?

Un demonio es un ser espiritual de naturaleza angélica condenado eternamente. No tiene cuerpo, no posee materia sutil, tangible, ni nada semejante a la materia, por tanto nada de cuernos, nada de rabo ni piel roja.
Los demonios no fueron creados malos. Fueron creados como ángeles, a los que se les ofreció una prueba: decidir (libre albedrío) unos obedecieron, otros desobedecieron. Los que desobedecieron de forma irreversible se transformaron en demonios. 

1º DUDA. Al comienzo les entró la duda sobre si la desobediencia a la Ley divina sería lo mejor. En ese momento en el que voluntariamente aceptaron esa posibilidad, ya pecaron.

2º ALEJAMIENTO. Se alejaron de Dios, y aceptaron como verdadero el mal que habían escogido. 

3º DESOBEDIENCIA. Sus inteligencias fueron consolidándose en la voluntad de desobedecer. La voluntad de desobedecer se fue afianzando, haciéndose cada vez más profunda y comenzaron un proceso de justificación

4ª REBELIÓN. Finalmente ese proceso llevó al pecado mortal cuando cada ángel no sólo quiso desobedecer, sino que incluso optó ya por tener una existencia al margen de la Ley divina. Se auto-convencieron de que Dios no era Dios, sino un espíritu más que tenía errores y fallos, que era un tirano y un opresor con sus normas. Dios mismo les parecía un obstáculo para alcanzar su propia libertad. Llegaron a odiarle.

Os pondré un ejemplo de nuestros días: alguien que se marcha de casa o de la iglesia, al principio simplemente quiere marcharse, pero si el padre o un hermano le llama una y otra vez, el hijo acaba diciendo “déjame en paz”. Sobreviene la desobediencia, la rebelión y el odio.

El demonio queda irremisiblemente ligado a lo que ha escogido, desde el momento en que Dios decide no insistir más y le deja que siga su camino, el Creador respeta la libertad de cada uno y deja que el demonio siga su vida aparte, sin ninguna posibilidad de arrepentimiento. 

Por eso es pecado mortal, y es el único pecado que Dios no perdona: el pecado contra el Espíritu.

Se libra una batalla espiritual

Lo creamos o no, estamos inmersos en una batalla espiritual: unos, en primera línea, en las trincheras y otros más atrás, en retaguardia, pero todos estamos en ella. 

Por eso, debemos reconocer en qué bando estamos, quién es nuestro enemigo, cuáles son sus tácticas y cómo vencerle. 
El enemigo está profundamente atrincherado, es muy poderoso, está bien armado y es muy diestro en el uso de sus propias armas. 

Conoce muy bien sus estrategias y nuestras debilidades. El mal es una fuerza formidable y su poder no debe ser subestimado. 

Sin embargo, algunas personas (también cristianas) que viven en retaguardia, han olvidado que estamos en guerra o les cuesta creer en la existencia del enemigo el Diablo, quizás porque nunca se han enfrentado a él cara a cara. 

De hecho, existen dos grandes peligros en nuestra lucha: 

1º- no creer en la existencia del Diablo. En la película “el Rito”, hay una escena donde Anthony Hopkins le dice a otro cura, quien no creía en el Diablo: “que no creas en él no te libra de su influencia”.

2º- creer en su existencia e interesarse por él. Yo he tenido experiencias verdaderamente espeluznantes con el Diablo, en mis propias carnes. Y aunque yo no me he interesado nunca por él, le he sentido actuar y da escalofríos. A diferencia de Dios, que espera a la puerta a que le abramos, el Diablo entra sin llamar, sin necesidad de que le dejemos pasar.

En ambos casos, el Diablo y sus demonios se sienten encantados para poder actuar en las personas, principalmente de cuatro formas:

1. Obsesión diabólica: la persona puede estar obsesionada con cosas impuras, con pensamientos negativos o blasfemos de los que no se puede liberar. 

2. Vejación diabólica: es cuando la persona se enferma sin razón, de una manera misteriosa y sin explicación médica, cuando se tienen accidentes continuamente o cuando a nivel económico hay cosas que te impiden continuamente salir adelante. 

3. Infestación diabólica: en las casas y otros lugares hay ruidos, manifestaciones extrañas o no hay paz. Pueden ser a causa de objetos o personas que han estado en contacto con el demonio o con prácticas demoníacas.

4. Posesión diabólica: es cuando la persona está poseída por un demonio. Puede ser por un maleficio, por prácticas ocultas (espiritismo, quijas, etc.), por acercamiento voluntario, etc.

¿Qué dice la Historia? 

Lo cierto es que la existencia del diablo es un hecho reflejado a lo largo de toda la historia del hombre y del arte: en la literatura, en la pintura, en la música, en las películas, e incluso existen sociedades humanas que giran en torno al Diablo o le adoran… 

El diablo y los demonios aparecen muy apropiadamente en las pinturas y esculturas como seres deformes, pues son espíritus angélicos deformados. Siguen siendo ángeles, es sólo su inteligencia y su voluntad lo que se ha deformado, nada más. 

El demonio, en definitiva, es un ángel que ha decidido tener su destino lejos de Dios, que quiere vivir libre, sin ataduras pero que se odia a sí mismo, odia a Dios, odia a sus criaturas.

¿Qué dicen las Escrituras? 

Las Sagradas Escrituras, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento constatan su existencia y nos aseguran que no es solo una fuerza sino que el mal esta personificado. Diablo: es como llama el Nuevo Testamento a Satán. Diablo viene del verbo griego diaballo, acusar. 

La gente usa la palabra diablo y demonio como sinónimos, pero la Biblia siempre usa la palabra Diablo en singular y refiriéndose al más poderoso de todos ellos. La Sagrada Escritura también le llama el Acusador, el Enemigo, el Tentador, el Maligno, el Asesino desde el principio, el Padre de la mentira, Príncipe de este mundo, la Serpiente. 

En el Nuevo Testamento, Demonio, del griego daimon que significa genio, siempre es usado como término para designar seres espirituales malignos. Cada demonio tiene un nombre dado por Dios que expresa la naturaleza de su pecado

En la Biblia, existen muchas referencias al Diablo y a los demonios, en el A.T. (pecado original, en Génesis) y sobre todo, en el N.T. Jesús mismo estaba convencido de la actuación de Satanás y de hecho, fue tentado por él. Además, Jesús expulsaba demonios y liberaba a gente de las fuerzas del mal. En la misma oración que nos enseñó, el Padre Nuestro, hay una petición que todos rezamos: “líbranos del mal”.

¿Y la Iglesia que dice?

El papa Francisco afirma: “el diablo no es un mito, no es una metáfora, no es una manera pintoresca de designar la negatividad de los tiempos, sino una persona real que actúa.” 

¿Sabéis como se le llama al diablo desde la antigüedad? Se le ha llamado “el padre de la Mentira”. Su mejor engaño es hacernos creer que no existe. Un consejo: ¡No subestiméis su capacidad y su poder!

¿Por qué debemos creer en el Diablo?

Primero, porque desde la fe, es una explicación que aclara todo lo malo que pasa en nuestro mundo. 

Segundo, porque el cristiano nada contracorriente, en dirección contraria al mundo; de ahí se explica la tentación. Cuando experimentamos al Espíritu Santo empezamos a ser más conscientes de la acción del Diablo y de sus tentaciones.

Tercero, porque la Biblia habla de la existencia del diablo, Cristo fue tentado por él y expulsó demonios. Los apóstoles también estaban convencidos de su existencia y se les dio poder para expulsarlos: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y El se acercará a vosotros”. (Stg 4,7-8). 

Para los cristianos, la existencia del diablo es tan cierta como la de Dios.

¿Cómo actúa el Diablo y cuáles son sus TÁCTICAS?

La esencia del mal descansa, no en el hecho de causar sufrimiento al hombre (efecto) sino en el hecho de que está dirigido contra Dios. El fin último del Diablo es tratar de frustrar el propósito de Dios para nosotros: una vida feliz y su única intención es destruirnos y darnos muerte. 

La Biblia pone al descubierto sus tácticas para que aprendamos cómo actúa:

-NOS CIEGA, NEGANDO SU EXISTENCIA.

Dado que es un ser invisible, la victoria del Maligno consiste en hacernos creer que no existe, su batalla está ganada cuando bajamos la guardia. El demonio no es un personaje de ficción… es alguien que se mete y es capaz de influir en las personas y en las circunstancias.

-SIEMBRA LA DUDA Y LA CONFUSIÓN

Gn 3,1: “Le preguntó a la mujer: ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?”
También cuando tentó a Jesús diciéndole:”...si eres el hijo de Dios….”

El Diablo siempre disfraza la tentación de diálogo. Un diálogo entre la persona que resiste y el tentador. Es extraordinariamente pragmático, sabe las posibilidades de éxito que tiene y puede tentar justo sólo en aquello que sabe que tiene alguna posibilidad. 

-DISTORSIONA LA REALIDAD 

Gn 3,2-5: “La mujer dijo a la serpiente: Podemos comer del fruto de todos los árboles. Pero Dios nos dijo: No coman del fruto del árbol que está en el medio del jardín ni lo toquen; de lo contrario, morirán. No van a morir, dijo la serpiente a la mujer. Dios sabe que cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como Dios, conocedores del bien y el mal”. 
La serpiente es astuta, y tergiversa la realidad, le da la vuelta y confunde. Ignora todo lo bueno que Dios nos ofrece y se centra en la prohibición, la distorsiona y la exagera y no menciona para nada la amplitud del permiso otorgado por Dios. 

Hoy, hace lo mismo con nosotros deformando lo justo, beneficioso y necesario que es seguir a Dios. Los periódicos, la televisión, los comentarios de la gente, solo manifiestan el ámbito de la prohibición de la Iglesia: prohíbe usar condones, prohíbe comulgar en pecado, prohíbe la libertad al aborto, rechaza a los separados… 

Ahora bien, qué poco dicen sobre su labor al mundo: apenas se habla de los miles de misioneros entregados por los más pobres; miles de millones de euros que Caritas distribuye entre los que sufren la actual crisis; gente generosa que desde el silencio son voluntarios en hospitales, en orfanatos, en la educación, en las calles, en los comedores, y un largo etc. 

-ROMPE LAS RELACIONES HUMANAS.

Desanima, distancia y divide. Nos enfrenta entre nosotros y con Dios.

Gn 3:9-13: “El hombre y la mujer oyeron que Dios andaba recorriendo el jardín cuando refrescaba y corrieron a esconderse entre los árboles del jardín…tuve miedo… pero Dios el Señor llamó al hombre: ¿Dónde estás? Oí que andabas por el jardín, tuve miedo porque estoy desnudo y me escondí. Y Dios dijo: ¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? El respondió: La mujer que me diste por compañera, me dio de ese fruto, y yo lo comí. Y Dios el Señor le preguntó a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Ella contestó: La serpiente me engañó y comí”.

¿Qué consiguió la serpiente con todo esto? Enemistar a Adán y Eva, crear enemistad, sospecha… “¿Ves? fuiste tú la que me incitaste; ¿ves? es que fue tu culpa… la cosa es siempre echar culpas al otro y nunca ver nuestros errores, siempre la culpa la tiene el otro. Así es como el diablo vence: a través de la sospecha, la desunión, la división… “Divide y vencerás”.

1- Primero te desanima. Te hace tirar la toalla… 

2- Luego te coloca en el victimismo… ¿ves? Es que así no se puede… 

3- Mientras tanto, pones a todos bajo sospecha, te separas, rompes vínculos, y generas murmuraciones… 

4- ¿Resultado final? La división… 

El padre de la mentira trata de engañarnos, de que nos perdamos, de dividirnos, de que estemos solos y desamparados. Trata de abocarnos a la soledad, al relativismo, al individualismo. Esto es lo que el Maligno ha pretendido hacer con el pueblo de Dios y con su Iglesia a lo largo de la historia hasta hoy: “Divide y vencerás”

¿Por qué Dios no lo evita?

Si Dios es todopoderoso, ¿por qué no evita el mal existente en el mundo?

Si Dios que es todo bondad, ¿por qué lo permite?

Dios siendo omnipotente pudo crear un mundo con criaturas libres que nunca conocerían o elegirían el mal. Pero el hecho es que Dios siendo todo bondad, prefirió crear un mundo que contuviera el mal, porque la auténtica bondad moral requiere criaturas moralmente libres y porque Dios es un ser que ama y que quiere ser amado. Por ello, les dio a todas sus criaturas libre albedrío: para obtener el amor hacia Él de un modo libre.

El único momento en el que un ser (espiritual o humano) puede desarrollar su fe, su generosidad, su amor para con Dios es mientras todavía no lo ve. Después al verlo tendrá el agradecimiento por lo que ya contempla. 

Conceder el don de la libertad supone que puede aparecer una madre Teresa de Calcuta o un Hitler. Y es que el regalo de la libertad tiene consecuencias: buenas o malas.

¿Cuál es nuestra situación?

¿Quién es más fuerte el Mal o Dios? Aunque a primera vista parezca lo contrario, hay que admitir que Dios es más grande. Los grandes Maestros espirituales nos dicen que no son dos poderes contrapuestos: Dios y Satanás. No… Dios es el creador de todo. El diablo es parte de su creación que decidió usar su libertad para negarle e ir contra Él. Pero Dios está por encima. Por eso podemos hablar del poder de su victoria. Pero cuidado, el diablo intentará llevarse al mayor número de nosotros por delante.

¿Cómo podemos defendernos del mal? 

Siempre hemos escuchado el dicho “no hay mejor defensa que un buen ataque”. 

Por eso, en lugar de quedarme esperando, me pongo en acción. 

¿Cómo? Dado que es un asunto espiritual, las armas también lo son. 
En la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 6 hay todo un decálogo de casos prácticos para enfrentarnos a esta batalla espiritual:

1- FORTALEZA 

Ef 6, 10-13: “Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.”

Dios me da fortaleza, energía y fuerzas para soportar todo, incluso al mal y al Diablo.

2- SERVICIO

Ef 6,15: “…y, calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz…”

Algo extraordinario que me llena y me aleja del mal es servir a otros, es decir, obrar el bien, estar disponible. No hay mejor forma que volcarte en los demás, servir en un voluntariado. Si te quejas porque no tienes dinero… sirve en un comedor social. Si te quejas porque no tienes salud… sirve con enfermos de sida. Si te quejas porque tu vida no tiene sentido, sirve en Alpha.

3- FE 

Ef 6,16: “Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual apagar todas las flechas encendidas del maligno”.

Yo he dejado entrar en mi vida a Dios. Ya no quiero dirigir mi vida, me relajo… y hago lo que está en mis manos: Orar, escribir, leer, meditar, reflexionar y servir… el resto lo dejo en sus manos, confío y me abandono en Él. Eso sí que lo puedo hacer yo. Una vida feliz solo me la puede dar El. Yo la he buscado y no la he encontrado. Ahora ya no busco y El me la está regalando… 

4- BIBLIA

Ef 6,17: “usen la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.

Es a través de la Biblia que Dios actúa en mi vida, aquí y ahora. Jesús, en lugar de responder con palabras propias, citó las Escrituras cuando fue tentado

5- ORACIÓN.

Ef 6,18: “Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.”

Yo empiezo el día escuchando el evangelio del día y mediante un método (Lectio Divina) a la vez, rezo, medito, reflexiono y actúo.

6- ACCIÓN.

Rom 12,21: “No te dejes vencer por el mal; sino vence el mal con el bien”. Jesús nos invita a vencer el mal con el bien aunque el mundo ( y su amo, el Diablo) nos confunde y nos incita a devolver mal por mal pero sus métodos y estrategias no nos hacen salir victoriosos. 

¿Cómo podemos vencerlo definitivamente? 

Cuando te encuentras y te unes a Cristo, su fuerza hace que decidas vencer. Vencer las tendencias (tentaciones) diarias de una vida mediocre y fijas los ojos hacia una vida plena. 

Sacas de tu corazón el odio para dejar vencer al amor. Sacas de tu corazón el rencor para dejar vencer el perdón. Cristo ya lo ha hecho por ti. Tú puedes hacerlo ahora porque Él te lo ha ganado.

La Escritura nos lo dice claramente. Jn 1, 5: Las tinieblas no le vencieron. Con Él somos capaces de transformarlo todo.

El Maligno es un enemigo ya vencido. La batalla no ha acabado con la muerte de Jesús, continúa. El Diablo aún no ha sido destruido. No se terminará hasta que Jesús regrese y entonces desaparecerá todo el mal.

Ya no me siento descolocado cuando alguien trata de hacerme mal, devuelvo bien. Antes, cuando alguien me hacia mal, yo siempre le devolvía mayor mal. Ahora sé que para vencer tengo que devolver bien por mal. 

Como dije antes, el mal (Diablo) es la ausencia del bien (Dios). Cuando le das la vuelta a la ecuación, es decir, cuando te llenas de Dios, el mal trata de acercarse pero en fe y confianza en el Señor, al final, se aleja y desaparece. Tu vida cambia y tu carácter se transforma por la acción del Espíritu Santo y de sus dones.

A mí hay algo que me ayuda mucho para defenderme del mal: mirar desde el otro, es decir, lo que ahora llaman ser empático. Cristo nunca nos mira desde sus ojos, nos mira desde los nuestros, desde nuestro corazón, desde nuestras heridas, vivencias y sentimientos, y desde ahí nos tiende la mano sin juzgar.

Pruébalo y verás!!!!

sábado, 12 de marzo de 2016

MIS CHARLAS EN ALPHA: ¿CÓMO PUEDO ESTAR SEGURO DE MI FE?

¡No te fíes ni de tu padre!

Con esta afirmación he vivido durante gran parte de mi vida; por supuesto, nunca he confiado en los demás (y mucho menos en los políticos o en los curas) y tampoco en Dios. 

Siempre he huido de todo lo que oliera a religión, y siempre estaba reticente a ir a la iglesia, a ser convertido. Quizás por ello, he sido un lobo solitario.

A decir verdad, sí he tenido fe, siempre, pero sólo fe en mí mismo.

Pero un día realicé mi primer gran acto de fe: me casé con una chica muy guapa y muy buena, mi mujer. Puse mi confianza en ella. Ella me transformó por completo, cambió mi forma de ver y hacer las cosas. Me dio tres maravillosos hijos; este año hemos celebrado nuestro 25º aniversario de boda.

Tuve y tengo fe, confianza en ella; y estoy seguro de ello, tengo la certeza de que es la mujer de mi vida.

Bastantes años después, hice mi segundo y más importante acto de fe: me hice cristiano. La fe me ha transformado en otra persona. Siento una alegría interior que me impulsa a transformar mi entorno, a ser mejor persona. Tuve y tengo fe, confianza en Cristo; y estoy seguro de ello, tengo la certeza de que soy Hijo de Dios, que es el Dios de mi vida.

El tema de hoy versa sobre la fe cristiana. ¿Cómo puedo estar seguro de mi fe?

En la carta a los Hebreos el apóstol San Pablo nos dice: "La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve".

La fe significa dar un sí, ser fiel, tener confianza plena, amar, hacer una elección y tener una esperanza.

Con el paso de los años, he experimentado personalmente que el que conoce a Cristo nace a una nueva vida. Su vida anterior queda atrás.

¿Qué quiere decir ser cristiano? 

No, no me refiero a ser guapo, rico y millonario. Ese es el jugador del Real Madrid, Cristiano Ronaldo.

Para algunos, ser cristiano es sinónimo de buena persona y normalmente es cierto, pero ser buena persona no nos define como cristianos. 

Si fuera así, todos deberíamos ser cristianos. Hay ateos que son buenas personas y no son cristianos. Ser bueno no te hace cristiano.

Otros creen que ir a misa es ser cristiano, pero yo voy al Bernabéu y no soy jugador de fútbol, voy a un Mc Donalds y no soy americano.
Otros pueden decir que son cristianos porque han nacido en un país cristiano, pero eso tampoco nos define como tales. 

España es un país tradicionalmente taurino, y no por ello nos tienen que gustan los toros.

Para otros, ser cristiano es creer en Dios, pero el Diablo y los demonios creen en Dios y no por ello son cristianos.

Entonces ¿qué significa? ¿os lo habéis preguntado alguna vez? 

La tradición de la Iglesia define cristiano como SEGUIDOR DE CRISTO; se trata de que siguiendo a Jesús, Él nos muestra el camino que nos lleva a Dios. 

Es llegar a amarle y hacer propios los grandes valores de Cristo. En la 2ª carta a los Corintios nos dice: 

“Cuando alguien se convierte a Cristo,
 se transforma en una nueva criatura. 
Su existencia anterior queda atrás 
y él comienza a vivir una nueva vida”. 
¿Cómo sé que soy cristiano?

Si os pregunto: “¿Te describirías tú como un cristiano?” Algunos me diréis: “Más o menos” o “Soy creyente pero no practicante”  0, simplemente “No”. 

Si os pregunto: ¿estáis casados? ¿Me diríais?: “Si, más o menos” o “Estoy casado pero no soy practicante” o “No" o "ya, no” 

Si os pregunto: "¿Estás embarazada? ¿Me dirías?: "Más o menos" o Estoy embarazada pero solo un poco-

Cuando uno mantiene una relación, evidentemente lo sabe. Cuando uno se convierte y sigue a Cristo, lo sabe.

¿Cómo ocurre esto de la conversión? es decir, pasar de no ser “na” a ser seguidor de Cristo

Yo no recuerdo la fecha exacta de mi conversión pero ha sido hace poco,  de forma gradual. 

Las experiencias varían notablemente según las personas: 

- Unas, siempre han tenido una relación con Jesús. Si le preguntas a tu abuela, te dirá que ella siempre ha sido católica, apostólica y romana

- Algunas personas perciben el cambio inmediatamente. 

- Otras, lo perciben de manera más gradual, no saben cuándo, pero saben que siguen a Cristo; cruzan la frontera. Intuyen, sienten, saben.

Da igual el momento, no importa desde cuándo, lo que importa es que sientes que te ha pasado, sabes que eres cristiano.

Pero ¿qué pasa cuando le dejo entrar en mi vida, en mi corazón? 

Aquí está el meollo de la cuestión!!! 

Me convierto en hijo de Dios. Vaya tela!!!!!

En el evangelio de Juan dice: “Aquellos que le reciben, aquellos que creen en Él, les dio el poder de ser hijos de Dios”.

Dios quiere que estemos seguros de quererle, como tu mujer o tu marido quiere estar segura/o de que le quieres.

Yo puedo tener la certeza de que mi mujer me quiere, o de que yo la quiero, pero tener la certeza de que nos queremos mutuamente es…LA LECHE!!! Eso mismo es lo que pasa si tienes una relación con Dios.

¿Cómo estoy seguro de ser cristiano? ¿Qué certezas tengo?

Nuestra certeza, mi confianza se basa sobre tres pilares fundamentales
  • La palabra de Dios 
  • El hecho histórico de la vida, muerte y resurrección de Jesús 
  • La acción del Espíritu Santo 
I. LA PALABRA DE DIOS.

Un cristiano se basa en la Biblia y en sus promesas. Es el documento que nos acredita como tales.
¿Cómo sé que estoy casado? Porque tengo una partida de matrimonio, un documento que lo acredita. Podré arrepentirme o no creérmelo, pero está ahí, estoy casado.

¿Cómo sé que soy cristiano? Porque tengo una partida de Bautismo y, además, un libro, la Palabra de Dios, que me acredita que lo soy. Podré creerlo o no, cumplirlo o no, pero está ahí, soy cristiano.

Si mi fe dependiera de los sentimientos, nunca estaría seguro pues unos días sería cristiano y otros, no. Yo, lo que necesito, es una certeza que va más allá de mis sentimientos volubles. Esa certeza es la Palabra de Dios, como nos decía antes el apóstol Juan: “Aquellos que le reciben, aquellos que creen en Él, les dio el poder de ser hijos de Dios”. Es decir, cristianos.

Entonces, ¿cómo le recibo, cómo creo en él?

En el libro de Apocalipsis, Juan nos dice: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo”. 

El pintor pre-rafaelista William Holman Hunt (1827-1910), inspirado en este versículo de la Biblia pintó el cuadro “La luz del mundo”. Pintó tres versiones. Una de ellas, la más famosa, está expuesta en la catedral de San Pablo, en Londres. 
Se trata de una analogía sobre cómo tener una relación con Dios. La idea es que Jesús, la luz del mundo, espera a la puerta de nuestra casa (nuestra vida) y llama, esperando una respuesta. La puerta está llena de espinos y cardos, que son los obstáculos y problemas rutinarios: la persona no ha experimentado una relación con Jesús. 

Jesús quiere entrar y ser parte de la vida de esa persona. Si le abrimos nuestro corazón, él nos promete: “Entraré, y cenaré contigo y tú conmigo”. En la tradición judía y en otras, también, y aún hoy, comer en casa de alguien es el mayor símbolo de amistad.

¿Veis algo extraño en el cuadro? En la presentación del cuadro, Alguien le dijo al artista que había cometido un error: “Olvidaste pintar un tirador en la puerta”. “No” respondió él. “Lo pinté así a propósito. Hay tirador, pero se encuentra por dentro”. 

Jesús nunca entrará a la fuerza en nuestras vidas. Sólo si queremos y abrimos nuestro corazón, el promete entrar. No dice: tal vez entre... 

Jesús nos hace tres promesas:

1- “yo, entraré en tu corazón, si me dejas” (Ap 3,20)

2- “Estaré contigo siempre, si me dejas” (Mt 28,20)

3- “Te daré una vida plena, si me dejas” (Jn 10, 28)

Si tú, ahora, confías en Él y le dejas entrar, ten por seguro que entra. Alucinante!!!! 

Yo lo he hecho y os aseguro que muchos de mis amigos y familiares no me reconocen. Ni yo mismo!!!!

¿Qué es tener fe? Tener fe es aceptar las promesas de Dios y atreverse a creer en ellas.

Tener fe es subirte en un avión en Barajas y atreverse a creer que te llevará a Nueva York.

Tener fe es venir a este salón cada jueves y atreverse a creer que cenarás estupendamente y pasarás un buen rato.

II. EL HECHO HISTÓRICO DE LA VIDA, MUERTE Y RESURECCIÓN DE JESÚS.

¿Cómo sé que estoy casado? Porque me casé tal día, en tal lugar, a tal hora. Dato histórico. Mi mujer me ama y me dio el sí.
¿Cómo sé que soy cristiano? Hay un hecho histórico: Jesús murió en la cruz por amor y lo hizo por ti, por mí. Dios me ama y me dio el sí: a su Hijo.

Ser cristiano no depende de lo que hacemos, sino de lo que Jesús hizo. 

Ser cristiano es seguir a Cristo, que nos conduce a Dios. Pero mi falta de amor, mi egoísmo, mi avaricia, mi rutina me limitan y me impiden llegar hasta Él.

Entonces ¿cómo recibo el regalo que Dios me ofrece? 

Como escuchamos la semana pasada, Jesús asume con su muerte en la cruz todos nuestros obstáculos y esclavitudes (lo que los cristianos llamamos pecados), los carga sobre sus hombros, los hace suyos y nos libera. Resucitó para estar dentro de ti, dentro de mí.

Y entra en nuestros corazones para darnos una vida en plenitud, no una vida cutre, llena de problemas. En Juan 3,16 dice: Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida plena.

Esta es la certeza de ser cristiano. Un regalo que se nos ofrece a cada uno de nosotros y que además, es gratis. 

III. LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO.

Cuando alguien se hace cristiano, el Espíritu Santo de Dios empieza a habitar en su interior (Rom 8,9). Y cuando habita en nosotros, empieza a transformarnos. 
¿Qué ocurre cuando entra el Espíritu Santo?

El Espíritu santo transmite una VISIÓN OBJETIVA: nos transforma desde dentro. Impregna el carácter de Dios en nuestras vidas, mediante los dones del Espíritu y produce frutos del Espíritu (Gal 5,22-23): amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad, mansedumbre y dominio propio. Y se producen cambios: 
  • En nuestro carácter. Somos más amables, más alegres, más pacíficos, tenemos más dominio propio vivimos de otra forma. Yo ahora, soy capaz de renunciar a ver un partido de fútbol, por estar con mis amigos. O de pedir perdón, cosa que antes, ni se me pasaba por la imaginación.
  • En nuestra actitud hacia Dios. Desarrollamos un nuevo amor por Dios Padre. Antes, mi interés y actitud hacia la fe, hacia Jesús, o hacia Dios, era irrelevante, falso o aburrido. Ahora, es importante para mí… Antes desconfiaba de los cristianos, los evitaba, me parecían gente rara…incluso frikis. Ahora, me reconforta estar junto a ellos. Ahora me duele que el nombre de Dios se use sin respeto, hay un dolor íntimo porque ahora Dios es alguien cercano y querido para mí. Ahora percibo una gran sensación de perdón y de sentirme amado y cuidado.
  • En nuestra actitud hacia los demás. Desarrollamos un nuevo interés por los demás, un amor que nos impulsa a trasformar nuestro mundo. No es algo egoísta que nos hace sentirnos bien y ya está. Ahora miro a quienes antes ignoraba y me preocupo por ellos, por los que están tristes o perdidos, los que son mayores o están enfermos o los que tienen problemas. Me intereso de corazón por ellos. Recibimos un deseo y una pasión por hacer cosas por los demás. Pero ser cristiano no es fácil: es un gran desafío, pero es muy emocionante.
El Espíritu santo transmite también una VISIÓN SUBJETIVA: nos da experiencia interna de Dios. Una convicción personal, profunda y absoluta de que somos hijos de Dios. (Rom 8,15-16).

En definitiva ¿Cómo sé que tengo una relación personal con Dios? ¿Qué certezas tengo?
  • Lo sé porque la palabra de Dios es el documento que me lo acredita: si le invito, El entra en mi corazón.
  • Lo sé por el hecho histórico de que Jesús murió por mí e hace posible que pueda acercarme a Dios y tener una relación con Él.
  • Lo sé porque experimento como su Espíritu de amor me trasforma y me da la certeza de que soy Hijo de Dios.
Uno escucha la llamada de Jesús y toma una determinación de fe al invitarle a entrar. Pero cuando entra, tenemos la seguridad de que somos hijos de Dios y de que él nos ama: le conocemos y conocemos su amor incondicional. Es un acto de fe que se fundamenta no en sentimientos, o no sólo, sino en hechos, en un conocimiento personal y mutuo.

¿No os pasa lo mismo con vuestros hijos? Que a pesar de que se porten mal a veces, de sus malas notas, de sus desobediencias, ¿los queremos porque los reconocemos hijos nuestros y los queremos?

Dios nos quiere porque nos reconoce sus hijos, nos quiere, a pesar de que nosotros no cumplamos, a pesar de que le seamos infieles y le traicionemos, a pesar de que nosotros mismos pensemos que no lo merecemos. 

Recordad lo que dice la Biblia: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo”. 

AHORA, SÍ ME FÍO DE MI PADRE!!!

Él está a la puerta de tu corazón, de tu vida. ¿Qué vas a hacer? ¿Le dejarás entrar?

Os dejo una preciosa canción de Jésed: Estoy a la puerta y llamo