"Yo pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo;
él te aplastará la cabeza y tú sólo tocarás su calcañal".
(Génesis 3, 15)
"El dragón se irritó contra la mujer,
y se fue a hacer la guerra al resto de su descendencia,
a los que guardan los mandamientos de Dios
y son fieles testigos de Jesús."
y son fieles testigos de Jesús."
(Apocalipsis 12, 17)
La Sagrada Escritura empieza y termina con la enemistad irreconciliable, interpuesta por Dios, entre la serpiente y la Mujer, entre su linaje y descendencia, entre el Dragón y la Iglesia de Cristo, entre María y el Diablo, entre los "hijos de la luz", servidores de la Santísima Virgen, y los "hijos de la oscuridad", secuaces de Lucifer, que durará y aumentará incluso hasta el fin de los tiempos.
María, Reina y Madre
La figura de la reina madre del Antiguo Testamento preanuncia proféticamente el título de la gran Reina Madre y Señora del Nuevo Testamento: María de Nazaret se convierte en la Reina y Madre en el Reino de Dios.
María Santísima no es una madre cualquiera, dio a luz a Cristo, Rey de todas las naciones. Es Reina Madre de un Rey Salvador, que abre las puertas del Reino de Dios a todos los que escuchan Su Palabra y la cumplen.
El arcángel Gabriel anunció a María su título real en Lucas 1, 32-33 y en los siguientes versículos, su prima Isabel también lo reconoce (Lucas 1, 42-43).
El arcángel Gabriel anunció a María su título real en Lucas 1, 32-33 y en los siguientes versículos, su prima Isabel también lo reconoce (Lucas 1, 42-43).
La Iglesia de todos los siglos ha exaltado la Realeza de la Virgen y le ha aplicado el título de Reina de todo lo creado.
Así, María, es Reina, Madre y Señora de todos los vivientes, supeditada a Cristo, que es Rey por naturaleza, porque todas las cosas fueron creadas por Él, en cuanto es Dios, y para Él, en cuanto es hombre.
Por tanto, el Reinado de María demuestra por completo la unidad del Plan de Dios, la lógica de la economía de la gracia y de la economía de la salvación.
Por tanto, el Reinado de María demuestra por completo la unidad del Plan de Dios, la lógica de la economía de la gracia y de la economía de la salvación.
¿Por qué un reino de María?
La Santísima Virgen, en su Mensaje de Fátima, deja claro que la venida de su Reino traerá consigo una nueva plenitud y perfección para el mundo y para la Iglesia.
El reino de María no es un reino aparte al de su Hijo. Es el mismo reino. Donde Jesús reina, María Su Madre reina también. Se trata de dos corazones eternamente unidos en el amor divino.
Dios ha dispuesto que así fuese. María, lejos de usurpar el reinado de su Hijo, lo propicia. Ella es la más sumisa, la más fiel en el reino y por eso también la más exaltada.
San Luis María Grignion de Montfort explica en:
Después de una regeneración y purificación, el Reino de María será un acto de gran reconciliación y de clemencia de la Virgen, quien colmará al mundo de dones.
El reino de María no es un reino aparte al de su Hijo. Es el mismo reino. Donde Jesús reina, María Su Madre reina también. Se trata de dos corazones eternamente unidos en el amor divino.
Dios ha dispuesto que así fuese. María, lejos de usurpar el reinado de su Hijo, lo propicia. Ella es la más sumisa, la más fiel en el reino y por eso también la más exaltada.
¿Cómo será el reino de María?
San Luis María Grignion de Montfort explica en:
- "El Secreto de María" que la santificación del alma sólo puede obtenerse por una gracia abundante, y para ello, por medio de la Santísima Virgen, Mediadora de la gracia.
-"El Tratado de la Verdadera Devoción" que el reino de Jesucristo sólo puede lograrse por el reino de María, es decir, por la práctica universalizada de una perfectísima devoción a la Santísima Virgen.
La tesis dogmática y profética de San Luis María Grignion de Montfort dice que "Si el reino de Cristo comenzó en el mundo por María, sólo por María llegará a ser real y llegará a su plenitud."
El reino de Cristo, por el reino de María
Ut adveniant regnum Christi, adveniant regnum Mariae,
(para que venga a nosotros el reino de Cristo,
(para que venga a nosotros el reino de Cristo,
que venga el reino de María)
Si el reino de Satanás comenzó con un árbol (del conocimiento), un hombre (Adán) y una mujer (Eva), el reino de Cristo triunfará sobre el de Satanás de la misma manera que se instauró el del demonio: por un árbol (la cruz), por el Nuevo Adán (Jesucristo), por la Nueva Eva (María).María siempre prepara el camino a Su Hijo. La Virgen Santísima da a luz a Cristo en los corazones de todos sus hijos.
"Si, pues, como es cierto, el conocimiento y el reino de Jesucristo llegan al mundo, ello no será sino continuación necesaria del conocimiento y del reino de la Santísima Virgen, que lo dio a luz la primera vez y lo hará resplandecer la segunda."
El reino de María, por la Consagración a Ella
El reinado temporal de María será un tiempo feliz, una nueva era histórica en la que la gracia habitará en el corazón de la mayoría de los hombres, que serán dóciles a la acción del Espíritu Santo a través de la devoción a María.
Será el "tiempo de María", una representación de sus excelsas cualidades: un reino de humildad, de amor a Dios, de amor al prójimo, de fe, de esperanza, de pureza, de pobreza, de obediencia, de paciencia y de oración.
Junto al paulatino crecimiento de la devoción mariana, las continuas apariciones de la Santísima Virgen en los últimos siglos, se han convertido en una auténtica "sacudida espiritual" para el mundo. La Virgen nos avisa y nos prepara para la llegada de su hijo Jesucristo
Nunca antes, Nuestra Señora había ejercido, en tan poco tiempo, una influencia tan grande en la vida de los cristianos.
Prueba de ello es que el 31 de octubre de 1942, el Papa Pío XII consagró oficialmente la Iglesia y el género humano a la Santísima Virgen, a su Corazón Inmaculado.
"María casi no ha aparecido en el primer advenimiento de Jesucristo… Pero, en el segundo advenimiento de Jesucristo, María debe ser conocida y revelada mediante el Espíritu Santo, a fin de hacer por Ella conocer, amar y servir a Jesucristo."
Será el "tiempo de María", una representación de sus excelsas cualidades: un reino de humildad, de amor a Dios, de amor al prójimo, de fe, de esperanza, de pureza, de pobreza, de obediencia, de paciencia y de oración.
Junto al paulatino crecimiento de la devoción mariana, las continuas apariciones de la Santísima Virgen en los últimos siglos, se han convertido en una auténtica "sacudida espiritual" para el mundo. La Virgen nos avisa y nos prepara para la llegada de su hijo Jesucristo
Nunca antes, Nuestra Señora había ejercido, en tan poco tiempo, una influencia tan grande en la vida de los cristianos.
Prueba de ello es que el 31 de octubre de 1942, el Papa Pío XII consagró oficialmente la Iglesia y el género humano a la Santísima Virgen, a su Corazón Inmaculado.
"María casi no ha aparecido en el primer advenimiento de Jesucristo… Pero, en el segundo advenimiento de Jesucristo, María debe ser conocida y revelada mediante el Espíritu Santo, a fin de hacer por Ella conocer, amar y servir a Jesucristo."
"Dios quiere, pues, revelar y descubrir a María, la obra maestra de sus manos, en estos últimos tiempos."
"Dios quiere que su santa Madre sea al presente más conocida, más amada, más honrada que nunca. "
"Brillará como jamás brilló, en misericordia, fuerza y gracia, lo que sucederá, sin duda, si los predestinados entran, con la luz y gracia del Espíritu Santo, en la práctica interior y perfecta que yo les descubriré en lo que sigue… "
"Brillará como jamás brilló, en misericordia, fuerza y gracia, lo que sucederá, sin duda, si los predestinados entran, con la luz y gracia del Espíritu Santo, en la práctica interior y perfecta que yo les descubriré en lo que sigue… "
"La Santísima Virgen tendrá más hijos, servidores y esclavos de amor que nunca, y que por este medio Jesucristo, mi querido Dueño, reinará en los corazones más que nunca."
"Se consagrarán enteramente a su servicio como sus súbditos y esclavos de amor…, y se entregarán a Ella con cuerpo y alma, sin reparto, para ser igualmente de Jesucristo".
"Se consagrarán enteramente a su servicio como sus súbditos y esclavos de amor…, y se entregarán a Ella con cuerpo y alma, sin reparto, para ser igualmente de Jesucristo".
El reino de María, por los apóstoles de los últimos tiempos
San Bernardino de Siena dice: "Todos los dones, virtudes y gracias del Espíritu Santo son distribuidos por las manos de María a quien Ella quiere, cuando quiere, como quiere y cuanto quiere".
Para ello, dice San Luis que, en los últimos tiempos, el Altísimo y su Santa Madre, suscitarán un ejército de hombres y mujeres santos, de una santidad tal, que sobrepujarán a la mayor parte de los santos, como los cedros del Líbano aventajan a los pequeños árboles a su alrededor.
Estos "hijos de la luz", con sus palabras y con su ejemplo, llevarán a todo el mundo a la verdadera devoción y esto les habrá de atraer muchos enemigos, pero también victorias innumerables y gloria para el único Dios.
"El reino de María será, en gran parte, realizado por 'los apóstoles de los últimos tiempos', los cuales, por la perfecta Devoción a la Santísima Virgen, realizarán su misión grandiosa."
Serán ellos como flechas agudas en las manos de María, purificados en el fuego de las grandes tribulaciones. Para los pobres y pequeños tendrán el buen olor de Jesucristo. Y para los orgullosos del mundo, un repugnante olor de muerte. Serán nubes atronadoras, sin apego a cosa alguna.
El Señor de las virtudes les dará la palabra y la fuerza para hacer maravillas y alcanzar victorias gloriosas sobre sus enemigos. Dormirán sin oro ni plata y, lo que es mejor, sin preocupaciones.
Tendrán en la boca la espada de dos filos de la palabra de Dios; en sus hombros ostentarán el estandarte ensangrentado de la Cruz; a la derecha, el crucifijo, a la izquierda, el rosario, en el corazón los nombres sagrados de Jesús y María.
En esa época, las almas respirarán a María, como los cuerpos respiran el aire. Y María reinará efectivamente en los corazones y en el mundo".
"Por fin, mi Inmaculado corazón triunfará"