¿QUIÉN ES JESÚS?

La vida de Jesús siempre ha suscitado preguntas a lo largo de los últimos dos mil años.

¿Cómo pudo un carpintero que fue ejecutado por los romanos convertirse en el hombre más famoso de la historia?
¿Fue Jesús alguien verdaderamente real?
¿Cómo puede Dios ser un hombre al mismo tiempo?
¿De qué manera podría esto tener algún sentido para mi vida?

Estas son algunas pero queremos que nos cuentes las tuyas.
Mostrando entradas con la etiqueta apocalipsis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta apocalipsis. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de junio de 2020

APOCALIPSIS 16-18: LAS COPAS DE LA IRA DE DIOS Y LA CAÍDA DE BABILONIA LA GRANDE

  
"Yo, Jesús, he enviado a mi ángel
para testificar estas cosas acerca de las Iglesias. 
Yo soy la raíz y la descendencia de David, 
la estrella radiante de la mañana.
El Espíritu y la esposa dicen: 'Ven'. 
El que escuche, diga: 'Ven'. 
El que tenga sed, que venga; 
y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida. 
(Apocalipsis 22, 16-17)

Seguimos caminando hacia el desenlace final de la visión de San Juan, que no es otro que un mensaje de esperanza: unos nuevos cielos y una nueva tierra para los que son fieles a Dios, aquellos que no se han sometido al poder y a la influencia de las Bestias y el Dragón, es decir, los seguidores del Cordero.

San Juan, al describir a los compañeros del Cordero, nos muestra la identidad del cristiano apocalíptico, es decir, del cristiano desde la Resurrección de Cristo hasta su segunda venida

Tras los dos primeros signos (la mujer vestida del sol y el Dragón y las bestias), el capítulo 15 comienza con la aparición del tercer signo: Vi en el cielo otro signo, grande y maravilloso: Siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se consuma la ira de Dios, son los siete ángeles con las siete copas, con las que Dios va a purificar el mundo y a hacer caer a Babilonia la grande. 
Ahora regresamos al capítulo 4 con los veinticuatro ancianos y los cuatro vivientes en el mar transparente: Vi una especie de mar de vidrio, pureza absoluta, mezclado con fuegoira de Dios (justicia).
-Los vencedores de la bestia, de su imagen y del número de su nombre estaban de pie sobre el mar cristalino; tenían en la mano las cítaras de Dios y cantan el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, oraciones con las que alaban a Dios, porque han sido liberados de la esclavitud del mundo y del pecado, están alegres porque han sido salvados, cantan (rezan) porque la oración es el arma más eficaz contra el mal y que, además, nos da luz y esperanza para entender el plan de Dios. Es un poderoso medio para que los hombres se conviertan y vuelvan sus corazones a Dios, aunque sea en el último momento, porque Dios no es insensible a nuestras oraciones ni a nuestras súplicas.

Después de esto miré y se abrió el santuario de la Tienda del Testimonio, se abre la morada de Dios (seguimos en la liturgia celeste) y salieron del santuario los siete ángeles que llevaban las siete plagas, los mismos que tenían las siete trompetas en el capítulo 8, y que van a ejecutar la sentencia de purificación del mundo, vestidos de lino puro resplandeciente y ceñidos alrededor del pecho con cinturones de oro, reyes y sacerdotes. 
Uno de los cuatro vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos, son las mismas copas de oro llenas de incienso, las plegarias de los justos del capítulo ocho que ahora respondidas.
Y el santuario se llenó de humo procedente de la gloria de Dios y de su poder; y nadie podía entrar en el santuario hasta que se consumaran las siete plagas de los siete ángeles. Ahora comienza el juicio a los adoradores blasfemos de la Bestia que no pueden convertirse hasta que finalice el juicio.

El ira de Dios no es una venganza de Dios (como el temor de Dios no es miedo a Dios) sino una nueva oportunidad de la misericordia divina para la conversión. Las copas de la ira de Dios son las consecuencias de la libertad que Dios otorga al hombre y que, a pesar de haber puesto todos los medios posibles para que se conviertan, han seguido adorando a la Bestia y blasfemando contra Dios. Pero no son capaces de coger la mano que Dios les tiende como veremos al seguir leyendo...

Las siete copas

En el capítulo 16 comienza el juicio de DiosOí una voz potente que salía del santuario, la voz de Dios mismo y decía a los siete ángeles: Id a derramar sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios, impartir la justicia de Dios. Cada ángel, cuando es su turno, "sale" (de la misericordia de Dios) para derramar la justicia de Dios. 

Observamos la reiteración de septenarios: siete trompetas, siete ángeles, siete copas. Sin embargo existe una diferencia entre las 7 trompetas y las 7 copas: las trompetas afectaban a una tercera parte de la tierra mientras que las copas afectan a la totalidad.

Las siete copas son una referencia a las 10 plagas de Egipto: el granizo, las tinieblas, las aguas convertidas en sangre, las úlceras, la llegada de las hordas más allá del Éufrates... y una constatación de cómo, a pesar de oportunidades que les da Dios para que recapaciten, los "egipcios" (los que no son el pueblo de Dios) no ceden en su orgullo, no se arrepienten de su actitud ni se convierten a Dios.

Las cuatro primeras copas son llamadas de atención de Dios sobre las consecuencias del pecado, y que Dios permite para nuestra purificación. Muchas conversiones son consecuencia de esta purificación. Sin embargo, muchos seguirán negando a Dios y blasfemando contra Él.
 
El 1º ángel vierte la 1ª copa y produce una úlcera maligna y perniciosa a los impíos, que ningún remedio puede curar, y por ello, les invade el odio, la rabia y la desesperación. Referencia a la 6ª plaga sobre Egipto (Éxodo 9,8-11), a las maldiciones acarreadas por la desobediencia a Dios (Deuteronomio 28,35) y a la pústula maligna de Job (Job 2,7).

El
2º ángel vierte la 2ª copa y convierte el mar en sangre como de muerto, que significa que la humanidad se corrompe y, como resultado, muere por causa del hambre (lejanía y falta de sed de Dios) y de las epidemias (maldades y perversiones) que surgen por todo el orbe. Referencia a la 1ª plaga sobre Egipto (Éxodo 7, 17-21) y a la advertencia del juicio que viene (Jeremías 14, 1-6). 

El 3º ángel vierte la 3ª copa y convierte los ríos y manantiales en sangre, una continuación de la 2ª copa que simboliza la sangre derramada de los mártires, es decir, la violencia y persecución contra los cristianos (Éxodo 7,21). Similar a la 3ª Trompeta. 

El 4º ángel vierte la 4ª copa sobre el sol y quema a los hombres con su fuego (purificación), que significa que la misericordia divina trata de limpiar a los hombres, pero sin llegar a convertirlos por causa de su orgullo. Dios desea el arrepentimiento de los hombres, pero en vez de eso, ellos blasfeman, incluso con más fuerza, contra su nombre. Referencia a la 7ª plaga sobre Egipto (Éxodo 9,13-35). También alusión a Deuteronomio 32,24; Isaías 24,6; Malaquías 4,1; Lucas 21,25.

Estas primeras cuatro copas son las consecuencia de la marca del Imperio: una plaga repugnante, corrupta y purulenta. Son las consecuencias de las acciones y engaños del Imperio, que se vuelven contra los hombres, y aún a pesar de tanta calamidad, no se convierten de sus maldades ni reconocen la grandeza de Dios, sino que, en el colmo de su iniquidad, le maldicen, le culpan.

E
5º ángel vierte la 5ª copa sobre el trono de la bestia y queda en tinieblas, se produce el caos y la anarquía, y los hombres se muerden la lengua de dolor, cuando el mal llega a su máxima expresión, los malvados se pelean entre sí. No hay límite a su sufrimiento. Esa oscuridad impide que los hombres reconozcan su pecado, siguen con el corazón más endurecido aún y blasfemando a Dios. Similar a la 4ª trompeta, hace referencia a la 9ª plaga sobre Egipto (Éxodo 10, 21,-22), y recuerda muchos pasajes de los libros proféticos, entre ellos a Isaías 60,2 y Joel 2,1-2, y al evangelio de Marcos 13,24. 

Estas blasfemias tras blasfemias indican que los hombres se ha colocado fuera de la salvación de Dios. Por voluntad propia y en base a su libertad, se arrojan a la condenación, al infierno. Es el pecado contra el Espíritu, del cual no existe posibilidad de perdón. No es Dios quien rechaza a los hombres sino éstos a Dios.

E
6º ángel vierte la 6ª copa sobre el Éufrates, secando sus aguas, es decir, se desvanecen las fuerzas del Anticristoel Imperio pierde su poder, y los reyes de oriente (los demonios) le combaten. Ahora, el Dragón utiliza otras estratagemas para su lucha (por ejemplo: el cambio de la lucha de clases por la de géneros). El Diablo utiliza a los hombres para después dejarlos "tirados". Es el odio de Satanás frente al amor de Dios.

En Génesis 2, el Éufrates es llamado "el gran río" (como también fue llamado el Mar Mediterráneo), y a lo largo de toda la Escritura en más de veinticinco ocasiones. Representaba la frontera entre el Oriente y el Occidente, entre los seguidores del Cordero y los adoradores de la Bestia. El Éufrates fue la cuna del hombre y también, será su sepultura.

Entre la 6ª copa y la 7ª copa se produce un intermedio, interludio o paréntesis (siempre lo hay en todos los septenarios antes del 7º suceso): 

La triada diabólica (Dragón, Bestia y Falso Profeta) escupe tres espíritus inmundos,  ideologías o doctrinas demoníacas (liberalismo/igualitarismo, comunismo/progresismo, feminismo/ideología de género), se dirigen a los reyes de la tierra entera con el fin de congregarlos para la batalla del gran Día de Dios todopoderosoque convencen a muchos a ir contra Diosen forma de ranas, en referencia a la 2ª plaga sobre Egipto, y a que salen de las ciénagas putrefactas del pecado.  Podrían simbolizar a los medios de comunicación y de propaganda del Imperio, que "croan" para convocar a los adoradores de la Bestia para luchar contra los seguidores del Cordero. 

El lugar de la gran batalla final entre el Bien y el Mal se llama Armagedón, que significa en hebreo "Monte de Megido", situado aproximadamente a 30 km al sur de Nazaret, en el valle de Esdraelón. Hace referencia a la batalla más trágica de Israel en la que murió Josías (prototipo de rey justo) y que perdió frente a los Asirios. Y también a otras muchas batallas que tuvieron lugar allí: los babilonios con Nabucodonosor, los sirios, los egipcios, los persas, los turcos, los árabes, los cruzados cristianos, Napoleón Bonaparte...es el lugar de la catástrofe de las fuerzas diabólicas.

Para esta batalla final, el Señor nos advierte que viene sin avisar, para que estemos alerta y vigilantes, conservemos la gracia y perseveremos en la fe, para que no nos encuentre desprevenidos o dormidos. Por ello, San Juan introduce la 3ª Bienaventuranza del Apocalipsis: "Bienaventurado el que está vigilante".

El 7º ángel vierte la 7ª copa  en el aire se producen relámpagos, voces y truenos, y el mayor terremoto de la historia, simboliza la destrucción de toda maldad, de toda obra humana y la restauración de la creación a su condición original. (Romanos 8, 19-22 y 2 Pedro 3, 13). Recuerda la imagen del Calvario y las últimas palabras de Jesús, cuando derrota, con su muerte, al pecado: "Todo está cumplido" (Juan 19,30). 

La purificación de Dios está concluida. La voz de los justos confirma que su plegaria ha sido escuchada: "líbranos del mal" (del Dragón, de la serpiente). El mundo del Dragón, el Imperio  colapsa por su propio pecado y por sus contradicciones internas e implosiona.

Los compañeros del Cordero y los secuaces de la Bestia han sido presentados como dos ejércitos antagónicos pero no ha habido ningún combate. Los seguidores del Cordero no tienen que utilizar las armas de la Bestia para combatir, porque su combate no es físico sino espiritual, y está amparado y protegido por la misericordia de Dios. 

Los que tienen el sello del Cordero han permanecido en oración en el monte Sion, lo que ha motivado la intervención de Dios. Han escogido vivir como corderos, resistiendo y perseverando, aceptando su propia inmolación como única estratégica para ser salvados por Dios.

Ahora, Dios fija su mirada en Babilonia la grande, para darle de beber de la copa del vino de su ardiente ira, es decir, para castigarla

Cae un gran pedrisco sobre los hombres, en referencia a la 7ª plaga sobre Egipto y similar a la 1ª trompeta, que simboliza la frialdad del hombre ante la Buena Noticia, que maldijeron a Dios, los hombres que siguen culpando a Dios y sin arrepentirse.

Con esta última teofanía, concluye la 7ª plaga, la 7ª trompeta y el 7ª sello queda definitivamente abierto, la presencia definitiva de Dios en el mundo es completa, el sentido de la historia del hombre está definitivamente revelado, la ira de Dios ha terminado, el mundo viejo ha sido purificado y se abre espacio a un mundo completamente nuevo en el que el Mal no tiene ya lugar. Es entonces cuando acontecerá  la 2ª venida de Jesucristo que implantará su Reino eucarístico definitivo en la tierra.

El juicio de Babilonia, la prostituta

El capítulo 17 es una visión tomada de Ezequiel y Daniel que detalla con mayor precisión el versículo 19 del capítulo 16, donde nos hablaba de la división del reino del Anticristo y la caída de todos los gobiernos que le apoyaron.
San Juan narra cómo uno de los ángeles de las siete copas le lleva a ver el juicio de la gran prostituta,arrebatado en espíritu a un desierto, lugar de purificación y penitencia, y a continuación, la describe:

-y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, una falsa doctrina dentro de la Iglesia pero sin vida interior ni gracia, una ideología surgida del mismo seno de Satanás y apoyada en 2ª bestia de la tierra, de la corrupción religiosa.

-llena de nombres blasfemos, con siete cabezas y diez cuernos, pecados, odio a lo sagrado y ateísmo anticristiano, con los gobiernos como cómplices.

-vestida de púrpura y de escarlata, de piedras preciosas y de perlas,como vestían los sacerdotes judíos de la antigüedad: con pompa y suntuosidad

-su nombre es Babilonia la Grande, Babilonia, porque es confusión espiritual; Grande, porque es soberbia y altivaborracha de la sangre de los mártires,  persigue y mata a los que no están de acuerdo con su ideología. 
-madre, es madre porque tiene hijas, es decir, adeptas y seguidoras, de las prostitutas, de otras ideologías y doctrinas y de las monstruosidades de la tierra, perversiones y corrupciones, porque así como, en la antigua Babilonia, hasta las mujeres más honradas se prostituían, al menos, una vez en la vida, porque creían que de este modo daban culto a Venus Astarté....de manera semejante, se consentirá la corrupción sexual con sus perversiones, inmundicias e impurezas, y la expondrán como ejemplo de "normalidad", para hacerse popular entre la gente.

Y el ángel describe a la bestia: La bestia era, pero ya no es, refiriéndose al Imperio Romano, y más concretamente, a Nerón. Podría referirse sistemas económicos y políticos como el comunismo o el capitalismo.

-sube del abismo, es un engendro del mismo Satanáscamina hacia su ruina, su influencia se acabará. 

-las siete cabezas son siete montañas, son también siete reyes, de los cuales cinco han caído, uno vive y el otro no ha venido aún, pero cuando venga durará poco tiempo. Y la bestia, que era y que ya no es, es el octavo, uno de los siete, que camina hacia su ruina. Los diez cuernos que has visto son diez reyes, que no han recibido el reino, pero que recibirán con la bestia el poder de reyes por una hora, cabezas, montañas, reyes y cuernos son gobiernos, de distinta categoría, sucesivos o simultáneos que conforman la totalidad de los gobiernos del mundo. Son cómplices de la prostituta, se someten a ella, pero también la utilizan.
 
Babilonia representa la opresión, la idolatría, la lujuria, la depravación, la perversión, la corrupción y el pecadoSimboliza la prostitución y el adulterio de la iglesia apóstata con los poderes seculares-políticos-mundanos, y su traición a Dios.

Se identifica a Babilonia con el Imperio Romano, que perseguía a los cristianos y que les exigía idolatrar al César como un dios, y cuya descripción con sus siete montes, reconocen a la ciudad de Roma como símbolo de perversión, idolatría y desenfreno característicos de la sociedad romana de la época. 

Otros, ven la caída de Babilonia la Grande como una analogía de la caída de Jerusalén en el año 70 d. C., e identifican a Babilonia con la Jerusalén judía (que también tiene siete montes), y que contrasta notablemente con la Nueva Jerusalén del final del libro. 

Falsa identificación con la Iglesia Católica

Los protestantes identifican a Babilonia la Grande con la Iglesia Católica de Roma, hecho que no deja de ser una falacia interesada. Su pobre argumentación se basa en una literalidad errónea:

-Una gran ciudad asentada sobre 7 colinas. El Vaticano ni es grande ni está asentado sobre siete colinas, a diferencia de la Roma pagana y la Jerusalén del primer siglo.

-Borracha de la sangre de los santos y profetas. La Iglesia nunca ha matado a santos ni a profetas. Es el mismo Cristo quien identifica a la ciudad de Jerusalén como la que mata a los profetas en Lucas 13,34. En Apocalipsis 11,8 define claramente qué ciudad es: donde el Señor fue crucificado.

-Comete abominaciones y fornica con los reyes de la tierra. Mantener relaciones institucionales con los gobiernos no es exclusivo de la Iglesia Católica. Lo hacen todas las confesiones importantes. El capítulo 16 de habla claramente de Jerusalén como la que comete abominaciones, la que se prostituye, la que derrama la sangre de los santos y la que será destruida por aquellos con los que se ha prostituido.

- Está vestida de púrpura y escarlata. Ya hemos dicho que es un error interpretar los colores literalmente porque, como ya vimos en otro post, los colores en el Apocalipsis tienen un sentido simbólico. Además, el color predominante del clero católico es el blanco y Dios mismo mandó a hacer las vestiduras de los sacerdotes levitas de color púrpura y escarlata. A la Iglesia judía no a la cristiana (Éxodo 28).

El resto del capítulo 17, asegura la victoria de Cristo y su Iglesia fiel. Explica que esta iglesia apóstata con su falsa doctrina, reaparecerá al final de la historia antes de la Parusía, y estará formada por gentes de todo tipo (razas, pueblos, lenguas) y por una amalgama de ideologías, creencias y ritos (Nueva Era, gnosticismo, ideología de género, satanismo, etc.) y que, cuando el Anticristo y sus secuaces se hayan servido de la falsa religión, la destruirán, para que todo la atención del mundo se concentre en ellos. 

La caída de Babilonia

En el capítulo 18 anuncia cómo el resplandor de Dios, representado en uno de los ángeles más poderosos, iluminará a su Iglesia y hará caer a Babilonia, la gran corrupción de los sistemas económico, religioso y político erigidos por Satanás.
Se anuncian los males que caerán sobre ella: plagas, muertes, hambre y fuego. Se lamentarán todos los poderosos de la tierra y entenderán el mal que habían cometido.

El ángel explica cómo se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y abominable y otra voz, conmina al pueblo fiel a salir de ella y no ser cómplice de sus pecados, que han llegado hasta el cielo. Todos los poderes políticos y económicos la abandonan, ya nadie compra sus mercancías ya no creen en ella ni se dejan engañar. La han utilizado para sus fines y ahora "la dejan tirada".

La visión de San Juan nos muestra que la misión del cristiano no es llevar la conversión al mundo amenazándolo con castigos sino profetizar la iniquidad del Imperioser testigos de Cristo hasta las últimas consecuencias, hasta el martirio.

La misión del cristiano es proclamar el Evangelio.




Bibliografía:

-"El Apocalipsis" (de Adrienne Von Speyr, por Hans Urs Von Balthasar).
-"Para leer el Apocalipsis" (Jean-Pierre Prévost, Editorial Verbo Divino, 1991).
- "La Cena del Cordero" (Scott Hahnn, Editorial Patmos, 2001).
-"El Apocalipsis de San Juan" (Emilio Aliaga Girbés, Editorial Verbo Divino)

sábado, 13 de junio de 2020

APOCALIPSIS 14-15: EL ANUNCIO DEL JUICIO Y LA VENDIMIA DE LA TIERRA

Lo urgente y lo importante | Formación Humana
"Miré y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el monte Sión, 
y con él ciento cuarenta y cuatro mil 
que llevaban grabados en la frente su nombre 
y el nombre de su Padre."
(Apocalipsis 14,1)

Continuamos esta serie de artículos, extensa pero apasionante, sobre el libro del Apocalipsis, y como hemos venido observando, los acontecimientos que nos narra San Juan (arrebatado en espíritu), no siempre siguen un orden cronológico pero sí un orden lógico y detallado.

Este método, "la ley de la recapitulación", es la firma original, el sello personal del Espíritu Santo, impreso desde el primero hasta el último libro de la Palabra de Dios. Por ejemplo, en el capítulo 1 de Génesis, se nos relata La Creación durante siete días y en el capítulo 2, el Espíritu Santo vuelve a hablar de la creación del hombre, pero esta vez agrega más detalles. En el libro del Éxodo, encontramos las leyes de Moisés, y algo más adelante, en el libro de Deuteronomio, se da la interpretación de la Ley, con cuarenta años de experiencia en el desierto, y con muchos detalles añadidos. En el Nuevo Testamento, tenemos cuatro evangelios, no  uno ni dos, porque el Espíritu Santo ha considerado que era necesario presentar con distintos detalles los muchos aspectos de la vida y persona de Jesucristo.

El triunfo de Cristo y su ejército

Comienza el capítulo 14, con el Cordero de pie, Jesús en posición de combate, sobre el monte Siónen el corazón de la Nueva Jerusalén, sobre el que se levanta el templo espiritual, la morada de Dios en la tierra, acompañado de los 144.000... Estos son los que no se contaminaron con mujeres, porque son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que vaya. Son los sacerdotes y  los  consagrados de todos los pueblos y razas, y de todas las épocas; Los compañeros del Cordero que están dispuestos al sacrificio, la penitencia y la vida sacramental, distintos de la gran muchedumbre que les acompaña a continuación. 
- también como una voz del cielo, como voz de muchas aguas y como voz de un trueno poderoso; y la voz que escuché era como de citaristas que tañían sus cítaras. Son los dos coros de la liturgia celeste: la Iglesia Triunfante a la que se une la Militante, hasta completar el número total. 

-Cantan un cántico nuevo frente al trono, perseveran y son fieles a los sacramentos y a la adoración, que sólo ellos conocen, guiados personalmente por el Espíritu Santo, pasan por una persecución diferente a la que sufrieron los cristianos en siglos precedentes. 

-tenían escrito en las frentes su nombre y el nombre de su Padre, es decir, que obedecen a Dios Padre, y siguen la cruz de Cristo y su ley. Están marcados y protegidos por la cruz y no por el 666.  Obedecen a Cristo y no al Anticristo; son los que han vencido la impureza y la concupiscencia de la carne, pues esta será la herida más insidiosa de las fuerzas del mal, que tratarán de pervertir el corazón interior de la Iglesia y convertirlo en una inmensa Sodoma. El Cordero tiene el poder de borrar la marca de la Bestia de todos aquellos que se convierten.

-en su boca no se halló mentira. Son intachables, se han guardado de las mentiras y las herejías, ligadas casi siempre a la impureza de la carne; han sido fieles y han perseverado hasta el punto de estar dispuestos a morir por preservar su alma (Mateo 16, 25). 

El mensaje del Apocalipsis es que la vida del cristiano es una vida litúrgica, una vida eucarística encaminada a las bodas del Cordero, en las que ofrece el culto a Dios mediante el sacrificio y ofrecimiento de sí mismo, por la salvación de su alma y las de los demás. Aquel que no entra en la liturgia celeste, está fuera.

El anuncio del juicio de Dios

Hasta aquí, San Juan ha hablado del pasado y del presente pero ahora, se dispone a hablar del futuro. Pero no para decirnos cuándo van a ocurrir las cosas sino para que discerniendo lo que va a ocurrir, para que nos convirtamos definitivamente a Dios.

Es el momento del Señor para hacer justicia. Dios va a juzgar al Imperio pero mientras llega ese momento, envía a tres ángeles para que, aquellos que adoran a la Bestia, se conviertan. La misericordia de Dios sigue dando más oportunidades al hombre. Es la última llamada.
Un primer ángel (el enviado de Dios para ese tiempo) anuncia la predicación y nos invita a la última conversión, que vuela por mitad del cielo, es decir, que actúa según la voluntad de Dios, y lleva un evangelio eterno para anunciarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo, buenas noticias e inmutables,  dirigidas a todos los habitantes de la tierra, que nos recalcan las palabras de Mateo 24,14: "Y se anunciará el evangelio del reino en todo el mundo como testimonio para todas las gentes, y entonces vendrá el fin". El ángel exhorta a temer a Dios (a no ofenderle), a glorificarle y a adorarle como el Señor y Hacedor de toda la creación y nos avisa de la hora del juicio

Un segundo ángel anuncia la caída de Babilonia la Grande, la gran ramera, la corrupta, la idólatra, la que pervierte a los hombres y los seduce para que la adoren, la que se embriaga de poder y de éxito, frente a Jerusalén, que es la novia del Corderoaquella que acoge a todos los que no se han vendido a ningún precio. Está visión está tomada de Isaías 21, 9 y Jeremías 51, 8 que predecían la caída de la ciudad caldea. San Juan nos anuncia la caída de la Bestia para que nos separemos de ella, si no queremos caer con ella.

Un tercer ángel anuncia el destino de quienes adoran a la Bestiano tienen descanso ni de día ni de noche, la "Pax romana" (nuevo orden mundial de paz y estabilidad) ofrecida por el "Imperio" es un engaño del Dragón que, a lo largo de la historia, ha prometido al hombre, sabiendo que es mentira, y el de los que mueren en el Señordescansan de sus fatigas, porque sus obras los acompañan. Los santos, los que escuchan el evangelio eterno del primer ángel, cumplen todos los mandamientos y resisten hasta el final, descansarán en paz. ¡Aquí se requiere la paciencia de los santos, es de nuevo, una exhortación a perseverar sin dejarnos engañar o seducir por la Bestia y a desenmascarar el mal.
EL RINCÓN DEL TEÓLOGO ADVENTISTA: El mensaje de los tres ángeles ...

La siega y la vendimia de la tierra

Tras estos tres últimos avisos de los ángeles, el cielo se dispone a hacer justicia. San Juan nos muestra esta escena que toma de otra similar de su Evangelio, la conocida como la vid y los sarmientos. 

Es la hora de la justicia y nos conmina a los cristianos a no tener miedo a la muerte, pues el premio eterno será de inmediato. Es el momento de la cosecha y la vendimia de la tierra que recoge a los justos para preservarlos de la ira contra el Imperio que está a punto de desencadenarse con las siete copas.

Aparece una nube blanca, que es la Iglesia y sentado sobre ella, como un hijo del hombre, Cristo con una corona de oro, Rey y Señor de su Iglesia, pero ahora ha cambiado el cetro por una hoz afilada, su Justicia, con la que va a separar el trigo de la cizaña, el bien del mal. Hace referencia a Mateo 24,30-33 que anuncia la segunda venida de Jesucristo donde aparece el Hijo del Hombre, viniendo sobre las nubes con gran poder y gloria, que enviará a sus ángeles con un gran toque de trompeta y reunirán a sus elegidos de los cuatro vientos, de un extremo al otro del cielo, para, a continuación, recordarnos la parábola de la higuera y la llegada del verano. 
Sale otro ángel del santuario y con gran voz, clama al que estaba sentado sobre la nube"Mete tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies de la tierra". Un ángel le dice a Cristo que la cosecha está lista y le pide que comience a hacer justicia en referencia a Joel 3,13 y Marcos 4, 29. El tiempo está cumplido, el fruto está maduro y tiene que ser recogido

El que estaba sentado encima de la nube metió su hoz sobre la tierra y la tierra quedó segada. Jesucristo cumple lo que estaba escrito: separa el bien del mal. Comienza la siega que, bíblicamente, tiene siempre un sentido positivo puesto que para los judíos es la fiesta más importante del año. La Escritura utiliza, con frecuencia, los símiles agrícolas, propios de la cultura judía y así, Cristo es el segador, quien imparte justicia, y también el vendimiador, quien recoge a los justos (Joel 2, 2 y 4,12; Isaías 63, 1-6). Cristo recoge a los 144.000 para preservarlos.

Otro ángel salió del santuario del cielo, de la presencia de Dios, llevando él también una hoz afilada. Y del altar salió otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, posiblemente, se trate de Uriel, el arcángel "regente del sol" o "fuego de Dios", quien tiene también la llave que abrirá el Infierno al Final de los Tiempos. El fuego simboliza el poder purificador de Dios que consume lo perecedero y acrisola lo imperecedero, el fuego que limpia toda maldad, quien grita con una gran vozpoder y autoridadal ángel que tenía la hoz afilada para que vendimieal que Dios le ha ordenado recoger la uva madura, es decir, hacer justicia.
La vendimia se realiza en dos fases: primero, se recoge la uva madura (los justos) y se pone aparte para llevarla al lagar y extraer el néctar; y a continuación, se quitan los sarmientos, las malas hierbas (los malvados) y se queman.  Sin embargo, San Juan está haciendo referencia sólo a los malvados.

El ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra, la tierra, en la Biblia, simboliza a los que están dentro de la Iglesia, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios, que son juzgados. Pisotearon el lagar fuera de la ciudad, los confronta y purifica fuera de Jerusalén, de la Iglesia, fuera de la fe,  y salió tanta sangre del lagar, tanta persecución y martirio, de los compañeros del Cordero, que subió hasta los frenos de los caballos, indica la profundidad de un metro, aproximadamente, en un radio de mil seiscientos estadios, 320 kms, en referencia a la distancia entre Dan y Beerseba, es decir, la extensión de toda Palestina.

Los justos están purificados en el lagar de Dios y preservados por Él, del vertido de las copas de Su ira.

El cántico de los vencedores

El capítulo 15 es un intermedio, un interludio antes del castigo de los impíos. El Espíritu Santo vuelve a recapitular. San Juan ve otro signo, grande y maravilloso, aparecen 7 ángeles, que reciben de manos de uno de los vivientes, las 7 copas con las plagas de la ira de Dios, castigos de Dios que sobrevendrán a los adoradores de la Bestia
-
Vi como un mar de vidrio, el trono de Dios, en calma, equilibrio y paz, mezclado con fuego, purificado, y los vencedores de la bestia, de su imagen y del número de su nombre, los que le pertenecenestaban de pie sobre el mar cristalino con las cítaras de Dios, los mártires del Anticristo, de pie, listos para participar en el combate, intercediendo por los que están en la tierra.

-Y cantan el cántico de Moisés y el del Cordero, anticipo de triunfo (los cánticos de victoria y liberación del cautiverio egipcio en Éxodo 15,1-21, y del cautiverio del pecado en la cruz en Deuteronomio 32, 1-43). Se abre el santuario de la Tienda del Testimonio, manifestación de Diosy salieron los 7 ángeles vestidos de lino puro, con funciones reales, y ceñidos alrededor del pecho con cinturones de oro, sacerdotales.

-Entonces uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira de Dios, el clamor de los santos en Apocalipsis 6, 10 es, por fin, atendido.

-Y el santuario se llenó de humo procedente de la gloria de Dios y de su poder, símbolo del poder y la gloria de Dios, tomado de Isaías 6,4.

-y nadie puede entrar en el templo hasta la consumación de las siete plagas de los siete ángeles, es tiempo de purificación para la tierra (Apocalipsis 9, 6), en el que los vencedores del Anticristo, se postran ante el trono de Dios, le cantan alabanzas y anuncian los castigos que se sobrevienen sobre los que persiguieron la Iglesia de Cristo. Nadie puede entrar en el cielo hasta que se consuma la justicia divina.

La visión de las copas es una referencia a su utilización en el servicio sacerdotal del templo de Jerusalén en el Antiguo Testamento. El Sumo Sacerdote llevaba, un día al año, al "Santo", donde se encontraba el Arca de la Alianza, es decir, Dios mismo, una copa de sangre, símbolo del perdón de los pecados del pueblo.



Bibliografía:

-"El Apocalipsis" (de Adrienne Von Speyr, por Hans Urs Von Balthasar).
-"Para leer el Apocalipsis" (Jean-Pierre Prévost, Editorial Verbo Divino, 1991).
- "La Cena del Cordero" (Scott Hahnn, Editorial Patmos, 2001).
-"El Apocalipsis de San Juan" (Emilio Aliaga Girbés, Editorial Verbo Divino)